La Jornada
En contra de Maquiavelo
José Agustín Ortiz Pinchetti
"No ha cambiado, sí ha cambiado"
Cuando AMLO me invitó a ser secretario de Relaciones Políticas en su gabinete del gobierno legítimo, le pregunté cuál era su primera instrucción. Me contestó riendo: "manda una circular a toda la clase política diciendo que México ya cambió. Que despierten".
¿De verdad todo cambió? Por lo menos la elite no. Si uno pasea por la avenida Mazarik, en Polanco, pensaría que el país está en bonanza. Las clases altas gozan de un optimismo irracional. Según sondeos recientes, suponen que la situación económica va a mejorar. Los datos sombríos no parecen importarles. Ni siquiera que a mil metros de Polanco se extiende la pobreza urbana y un poco más allá hay cinturones de miseria, donde vive un millón. La ceguera de la minoría es algo que ha existido en México desde la época colonial y permanece intacta, como las diferencias entre las castas, negadas hasta por los que las padecen.
Si observamos a la clase política, parece que no han aprendido nada ni han olvidado nada. La mayoría de los medios, sobre todo los electrónicos, sigue como hace 25 o 30 años, ocultando, deformando, mutilando la verdad en servicio del gobierno. Quién puede negar que la inscripción de los aspirantes a la directiva priísta se hizo en el más puro estilo arcaico, con una "cargada" impresionante y despliegue de recursos de origen oscuro. Las declaraciones de políticos tan inteligentes como Enrique Jackson y Beatriz Paredes son copia de lugares comunes que se usaban en la época de López Mateos. Y qué decir del viejo principio de autoridad diazordacista. El gobierno panista está dispuesto a pagar el precio que sea con tal de que no caigan los ¡gobernadores del PRI! Por miedo a caer con ellos.
Quizás la elite no ha cambiado, pero el país sí cambió; aunque la política económica siga siendo impopular y la manipulación y el fraude no estén superados, las protestas airadas contra el incremento de los precios y por el robo electoral tienen un tono mucho más iracundo y politizado. ¿Qué, no hay espacio en los medios? El caudal ciudadano utiliza el correo electrónico e inventa periódicos murales y boletines. Calderón decreta que los problemas sociales y políticos ya se superaron, pero se tropieza con ellos y con la inconformidad cuando apenas está intentando instalarse.
Un interesante estudio sobre el fortalecimiento de la sociedad civil en México, realizado por Miguel Basáñez y Jacqueline Butcher, hace pedazos los mitos sobre la falta de solidaridad de los mexicanos. El apoyo voluntario a las distintas causas es cada vez más intenso. La gente está interesada en ayudar a los demás, y en participar en la vida pública. Se debilitan los prejuicios y cada vez es más difícil engañar a la población.
Mi experiencia en la única oposición política comprueba cada día estos cambios. Existe un número impresionante de personas y grupos que claman por participar en el movimiento al que ha convocado AMLO sin esperar recompensa. Un enorme y silencioso cambio está operando a pesar de que la "clase dirigente" parece cada vez más ciega.
jaop@prodigy.net.mx
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