miércoles, septiembre 30, 2009

"Una derecha a la PRIAN"

Una derecha a la PRIAN

Luis Linares Zapata


El PAN, como agrupación política y desde su mero nacimiento, encontró gustoso acomodo en la incipiente y provinciana derecha mexicana. Corrían, por esos días, claros procesos de movilidad y construcción acelerada de la República empujadas por el sustrato reivindicador e igualitario de la Revolución de 1910. El país era transformado a pasos socializadores que a la entonces apaleada derecha le provocaban hondas discordancias. Las pulsiones religiosas de los fundadores de Acción Nacional, afiliadas a las prácticas, creencias y enseñanzas del alto clero, constituyeron así parte sustantiva de su núcleo básico. A estas posturas las calafatearon con una concepción del bien común derivado de encíclicas papales, que ya eran retardatarias en esos mismos tiempos. Tal fue la mezcolanza que marcó al panismo por sucesivas décadas. Su flanco modernizante lo constituyó, para su propio prestigio y capital a heredar, el recalcitrante apego a las luchas por la democratización de la vida pública. Conformaron un conjunto de autollamados hombres y mujeres de bien cuya imagen aún perdura entre clasistas sectores sociales.

Las orientaciones políticas de cuño popular de aquellos turbulentos días posrevolucionarios, los reacomodos del naciente diseño económico y, en especial, el surgimiento de nuevos actores sociales, nacidos de las meras bases de la nación, acicatearon el brote de un elitista movimiento reactivo. Los profundos cambios impulsados desde la presidencia de Lázaro Cárdenas eran demasiado drásticos para ser aceptados sin ser contestados por añejos grupos acostumbrados al mando en solitario. A la lejanía de esos inicios, el panismo, sin embargo, ha sufrido transformaciones que ahora lo presentan un tanto (¿o un mucho?) diferente al de sus orígenes. Han distorsionado sus apegos a las tradiciones democráticas que los distinguieron y han abrazado, ahora que ocupan sillas de poder, costumbres y rituales del más autoritario tufo priísta.

La llamada cultura del priísmo más atrabiliario y patrimonialista los sedujo. La fusión que han logrado en sólo nueve años de ocupar el Ejecutivo federal es completa. Se han fundido hasta hacerse irreconocibles unos de otros. Sus difusores les predican causales pragmáticas: una distinción que trata de presentarlos como modernos y eficaces ejecutivos del quehacer público. Pero que, en el fondo y hasta en la superficie de tal pretensión, esconden sus compulsivos afanes de enriquecimiento instantáneo.

Esto es lo que por ahora, al menos, puede catalogarse como una derecha a la PRIAN. Una mezcolanza de prácticas de ocultismo informativo, nula rendición de cuentas, confluencia malsana de intereses personales con los asuntos públicos, todo ello aderezado con un neoliberalismo rampante, copia transfigurada del acuerdo de Washington. Posturas que ya no resisten el menor análisis crítico para caer hechas trizas ante sus numerosos fracasos y cruentas consecuencias. De la mano, ya bien sudada a estas alturas, los prianistas han inducido más de 30 años de continuada decadencia a la nación entera. Cuando el mundo crece de manera acelerada, México va a la cola de los demás. Cuando se decrece es el que más profundo cae, y todo es culpa del destino, según los merolicos sexenales. Su alianza carnal ha marcado, con un sello de mercaderes, tanto los rumbos generales como específicas políticas públicas, ambas sostenidas por esta dañina alianza (de los así llamados responsables) para las necesidades y los anhelos de progreso nacional que a cada paso manifiesta la sociedad.

¿Qué hermana a los conspicuos directivos de ésta que puede ya ser catalogada como santa alianza que ya perdura más de un cuarto de siglo? En su mero fondo, los reúne, como a toda la historia de la derecha, el santo temor a perder sus privilegios. Ese miedo consustancial al cambio, en especial el que provenga de las entrañas sociales. Miedo a un futuro sin ventajas para los suyos, miedo al cuerpo y sus impulsos de gozo, a las diferencias, pero, sobre todo, a las igualdades entre razas, credos, clases, colores o prácticas. Los panistas y un mayoritario conjunto de priístas son no sólo hombres y mujeres de la más reacia derecha, sino que usan, para distraer incautos, un disfraz de prácticos, eficaces y realistas sujetos activos del orbe decisorio. Un abigarrado bonche de los llamados operadores (transadores a ultranza) los precede en el quehacer colectivo, les preparan el pastel para que los jefes lo consuman como quieran.

En conjunto los prianistas forman intrincadas redes de complicidades, el ingrediente sustantivo del éxito, que es, en realidad, el estigma de sus biografías compartidas para escalar posiciones, para usufructuar el escenario de la política.

Cuando los más ambiciosos arriban a niveles de responsabilidad, entonces flotan, otros se paralizan o sacan sus vacías alforjas intelectuales para llenarlas con frivolidades varias. A los más les horroriza tomar riesgos, ver hacia abajo es el abismo, causal de sus muchos pánicos. Crear, innovar, iniciar aventuras son conceptos por demás ajenos a su ajetreo cotidiano, siempre urgido y atorado por amenazas constantes o causales inmerecidas. Algunos personajes de estas camadas de los otrora mandones se refugian en falsos destierros o se afilian a distinguidas cofradías desde las que predican un evangelio de recetas para el éxito. En ocasiones adoptan posiciones de críticos de las mismas tragedias que causaron, tanto en su ruta a las cúspides como cuando estuvieron encaramados en ellas.

De ésa y otras formas adicionales de la derecha está formada la elite que desgobierna esta atribulada República, y a la que hay urgencia de detener y desterrar mediante la movilización de la energía ciudadana consciente y arriesgada.


lunes, septiembre 28, 2009

"La Jornada, la UNAM, Chomsky"

La Jornada, la UNAM, Chomsky

Víctor Flores Olea


Notable convocatoria de La Jornada para una conferencia de Noam Chomsky en la UNAM. La sala Netzahualcoyotl, a reventar de estudiantes en su mayoría, profesores e investigadores, periodistas. Prueba una vez más de que el análisis de los problemas actuales, en una perspectiva crítica, sacude a la sociedad. No sólo por la perspectiva crítica, sino por la inteligencia e información que distingue el discurso del filósofo estadunidense.

Sus conferencias, las pocas veces que he tenido la suerte de escucharlo, se asemejan a un concierto de órgano de Bach: la maciza construcción modulada se acerca a los sentidos y nos llega en oleadas de razonamiento irrefutable.

Chomsky ha estudiado a fondo el proceder de los poderes e intereses económicos contemporáneos que parecen no dejar apertura para las iniciativas de transformación, que en el fondo son absorbidas por el sistema y cambiadas en su contrario, en la consolidación de su todopoderoso actuar. El actual sistema capitalista de dominación: Leviatán en la plancha de disección crítica de Chomsky que nos exhibe la entraña del gigante, y que el filósofo va mostrando con impecable brillo, hasta sus últimas consecuencias inhumanas para la vida de la humanidad.

En esa avalancha de razones tiene toda la razón. Una vez más se prueba que la etapa del capitalismo en su etapa neoliberal gobernada por los grandes consorcios mundiales domina, se impone, utiliza las revoluciones tecnológicas para controlar y esparcir falsedades a conveniencia, para disciplinar y regimentar conductas, para desbaratar los principios democráticos y convertir la política en un show business que no toca el sistema de los intereses establecidos. Sistema como un monolito, que lo que pierde hoy lo recupera mañana sobradamente.

Chomsky sostiene que las reglas del capitalismo de los consorcios actúan sobre tres principios esenciales: el de Adam Smith, para quien las políticas públicas en Inglaterra se definían por los comerciantes y fabricantes (actualmente los consorcios nacionales e internacionales). El de Thomas Ferguson, el de la inversión política, quien consideraba que las elecciones son la ocasión para que grupos de inversionistas se unifiquen para controlar el Estado. Se añade además la divisa de la mafia, según la cual El Padrino no tolera que nadie lo desafíe. Es preciso que todos entiendan que desobedecer no es opción: que alguien se oponga al Amo puede volverse un virus que disemine el contagio, el término de Kissinger cuando se preparaba para derrocar al gobierno de Salvador Allende.

El conjunto se resumiría en la máxima de Tucídides: Los fuertes hacen lo que quieren, y los débiles sufren como es menester.

Tales divisas funcionarían sobre todo en la política estadunidense, como cabeza del Imperio, con tremendas consecuencias en una crisis que se ensaña sobre todo con las clases pobres y medias, sin tocar a las más altas y favorecidas, considerando además que el Estado se moviliza en su favor (las medidas anticrisis salvadoras sobre todo de las finanzas), con el fin de que continúen en sus condiciones de extremo beneficio. Tal fenómeno se reproduciría en el interior de todos los países, en que las oligarquías prevalecen enlazadas al sistema mundial de los consorcios (la globalización, que ha dado lugar a un mundo tremendamente desigual con base en la explotación).

Varias interrogantes permitieron a Chomsky cerrar su análisis de este mundo aparentemente inamovible. Pero faltó tal vez la pregunta clave, cuya respuesta hubiera terminado por dibujar una pintura más acabada de nuestra situación: ¿Y la revolución? ¿Se nos dijo que en este mundo enfermo que vivimos (por injusto y desproporcionado) son imposibles las transformaciones sociales de fondo, y mucho menos las revoluciones? ¿Se nos habló de un mundo paralítico y sin horizontes de cambio? ¿Llegamos otra vez –en otros términos y perspectivas– al fin de la historia de Fukuyama?

En cierto momento del discurso pensé en la manera en que un revolucionario analizaría críticamente la situación del capitalismo actual. Del lado de la disección crítica coincidiría esencialmente con las tesis de Chomsky, pero también habría añadido una consideración extensa sobre las fuerzas sociales que se oponen a la crueldad de la actual explotación, y a las posibilidades futuras de esas fuerzas, a su existencia política y moral, sin las que tampoco se entiende el mundo actual. Un mundo en que la contradicción, el conflicto y la lucha de clases son también realidades evidentes y contundentes.

¿O se trata de un mundo cerrado y sin esperanza? No lo creemos. En la parte final de su conferencia reconoció que América Latina lleva a cabo esfuerzos para sacudirse el yugo. Y que el plan estadunidense para militarizarla (las bases en Colombia, sobre todo) es una respuesta del Imperio a estos procesos que procuran la integración de los países del sur y su impulso para diversificar las relaciones económicas e internacionales. Y la decisión que ya se percibe de contener esa patología nuestra que ha tolerado a estrechos sectores acaudalados en medio de un mar de miseria. Chomsky reconoció que en América Latina hay impresionantes movimientos populares de masas, de gran significación.

Se trata de reconocer, en ese mundo cerrado que dibujó, la necesidad de la esperanza, con plena vigencia en las palabras de Walter Benjamín: Tenemos esperanza por aquellos que han perdido toda esperanza.


lunes, septiembre 21, 2009

México. "Destruir riqueza"

La Jornada

Destruir riqueza
León Bendesky


Las crisis destruyen la riqueza de una sociedad. La política económica también y, además, lo puede hacer en forma crónica, con larga duración.

En esta crisis se han perdido producción, consumo e inversión, y se ha ampliado el déficit fiscal. Así, se ha reducido la riqueza y también la capacidad de generarla. Esto se suma al muy largo periodo de lento crecimiento de la economía mexicana.

La riqueza es más que las condiciones del bienestar de la gente, que puede de alguna manera ser medido por su nivel de vida; es decir, cantidad, calidad, precio y oportunidad de los productos y de los servicios de los que se dispone. Esto se expresa en la generación de empleo e ingresos.

La riqueza es más que eso, pues debe reproducirse en el tiempo y extenderse entre una generación y la siguiente. Ese proceso requiere separar parte del consumo que puede hacerse hoy para producir los medios de crear más productos e ingresos derivados de las ganancias de las empresas y los salarios de quienes trabajan.

La parte del producto (o del ingreso) que no se consume se ahorra y sólo de esa parte puede provenir la mayor inversión que es la base de la generación de riqueza a lo largo del tiempo.

La organización social: los mercados, el financiamiento, las acciones que emprende el gobierno, el orden legal, las instituciones, las condiciones de equidad, son todos ellos elementos necesarios para favorecer la creación de la riqueza.

Este año las cifras del desempeño de la economía indican cómo se ha destruido riqueza en México. El producto se ha caído más de 10 por ciento, la inversión más de 8 por ciento, el consumo privado más de 9 por ciento. El ahorro nacional que se puede considerar como el valor del producto menos el valor de consumo, tanto privado como el del gobierno, se ha desplomado más de 11 por ciento. Así, la inversión, que es la formación de capital para la producción futura se ha reducido más de 7 por ciento.

Con menos consumo y menos ahorro la capacidad de producir se contrae y el circuito de generación de ingreso y de riqueza se estrecha. Se compromete no sólo la situación presente sino hacia delante.

Por supuesto que el efecto adverso no es sólo económico sino que tiene fuertes repercusiones sociales, especialmente derivadas del abatimiento del bienestar y de la creciente desigualdad.

En este entorno puede enmarcase la política económica del gobierno contenida en la propuesta de presupuesto federal para 2010. En esencia, las medidas fiscales de dicha propuesta reducen el ingreso, o sea, el consumo y el ahorro y aumentan la deuda del gobierno. Juntos forman una combinación perversa en medio de una fuerte crisis.

No es comprensible que lo que se ofrece sea agravar la tendencia recesiva de la fase recesiva en la que está la economía. Además, a diferencia de las crisis de 1995, ahora no se cuenta con el ahorro que viene de fuera en la forma de préstamos y de inversión directa que permitió una recuperación más o menos pronta como ocurrió entonces. A eso, súmese la caída de la demanda de exportaciones por la crisis en Estados Unidos.

Se sigue pensando que un ajuste de tipo convencional puede funcionar hoy en México y ese es un error muy grande. El castigo sobre las familias y las empresas medianas y pequeñas será muy grande y la hipoteca de futuro muy onerosa.

Aún no se superan los grandes costos que se provocaron la gestión de la crisis de 1995, especialmente el rescate bancario. Todavía se padece el gran costo de la pésima gestión de los excedentes petroleros y la debacle de Pemex. Y ahora habrá que añadir el costo que se intenta provocar con la gestión de esta crisis y las medidas fiscales que se quieren aplicar.

En plena crisis hay que definir algunas prioridades. Sobre todo cuando llevamos 25 años de crisis recurrentes en que se ha pospuesto una reforma fiscal profunda que vuelve a aplazarse. Las prioridades del gobierno parecen confusas, pero no lo son, representan decisiones que marcan su esencia política. El debate tiene dos caras.

Con la propuesta fiscal se va a debilitar la economía aún más. Y será bastante irresponsable intentar con ello buscar una depreciación del peso frente al dólar para, de nuevo, provocar un ajuste mediante la caída del precio de las exportaciones que se acople, aunque sea a una débil recuperación de la demanda externa.

Ese modelo ya no funciona y sobre todo con una nueva reducción de la riqueza. Así se podrá únicamente salvar la cara con una frágil recuperación del producto, ese 3 por ciento que propone el gobierno para 2010. Pero eso será a costa de mantener la debilidad estructural de la economía. Mala receta, como ya se ha comprobado durante un par de decenios.

En Alemania, por ejemplo, el déficit fiscal se estimó desde principios del año en 12.3 por ciento del producto y ahora el gobierno propone bajar los impuestos, pues la prioridad es salir de la crisis.

Los estímulos fiscales en la mayor parte de los países va en esa dirección. Y claro que eso tiene repercusiones productivas y financieras. No hay más que tomar decisiones, para eso son los gobiernos. Y aquí es donde se replantean inevitablemente las relaciones con el sector privado.

viernes, septiembre 18, 2009

"Noam Chomsky en México"

Noam Chomsky en México


Luis Javier Garrido


La presencia de Noam Chomsky en un México en crisis y en resistencia tiene una especial significación en la vida intelectual y política del país.


1. El México que va a encontrar Noam Chomsky, quien en este 2009 hace la más importante visita que haya hecho a nuestro país, es un pueblo devastado por las políticas del capitalismo neoliberal impulsado por Washington, que él ha analizado, y que han encontrado en una clase política corrupta que representa a unos cuantos grupos a su dócil instrumento. Chomsky vino a México por vez primera en 1992 a una reunión del Foro por la Emancipación e Identidad de América Latina, y retornó en 2001 a la Universidad de Guadalajara, pero hoy va a encontrar un México muy distinto, que en todos los ámbitos está resistiendo a esas políticas.


2. La visita del que ha sido en los últimos 50 años ilustre profesor de lingüística del Instituto Tecnológico de Massachusetts, se hace en el contexto de la celebración de los 25 años de La Jornada, un diario sin el cual no se podría entender al México en este cuarto de siglo, que constituye un caso excepcional en América Latina y del cual él es colaborador, y lo hace precisamente en un momento en que las políticas del nuevo gobierno de Barack Obama han cambiado en las apariencias, pero siguen siendo tan imperiales como siempre y requieren por sus dobleces de un mejor análisis.


3. Noam Chomsky, nacido en 1928 en Filadelfia, cuna de la Constitución estadunidense de 1787, es un caso insólito en el mundo intelectual de Estados Unidos como reconoce su biógrafo Robert F. Barsky en A life of dissident (The MIT Press, 1997), pues la inmensa mayoría de los académicos, artistas e intelectuales estadunidenses se han doblegado a las premisas de la ideología imperial de su país, y él preserva el espíritu renovado de muchos de los fundadores de su país en el siglo XVIII o de aquellos intelectuales del grupo de Concord de Nueva Inglaterra en el XIX, como Emerson, Thoreau o Hawthorne, que hoy parece perdido.


4. El crítico de la política de Estados Unidos, que en Estados fallidos (Ediciones B, 2007) los ve ya en proceso de convertirse en un Estado fallido, incapaz de garantizar la seguridad y el bienestar a sus ciudadanos, ha sido leído en México con avidez por su rigor e integridad, pero ninguneado en su propio país. El desdén a Chomsky es tan grande allá que su amigo Alexander Cockburn solía decir que los dos mayores desastres para el poder en Estados Unidos han sido el ataque japonés a Pearl Harbor y el nacimiento de Chomsky, ambos un 7 de diciembre.


5. En el curso de los últimos 35 años años Chomsky ha reflexionado de manera sistemática no sólo en torno a los problemas de la lingüística, sino sobre las políticas imperiales de su país exacerbadas a la llegada a la Casa Blanca de Ronald Reagan (1911-2004), pero a pesar de que ha prestado especial atención a los grandes conflictos, desde la guerra de Vietnam hasta las invasiones de Afganistán e Irán, o a Medio Oriente, América Latina ha estado presente en su análisis luego que una hija suya trabajó como voluntaria en Nicaragua y México no es la excepción. Chomsky ha hecho reflexión de una u otra manera sobre los efectos perversos que la integración con Estados Unidos ha tenido en el descenso de los salarios, el empobrecimiento general del pueblo mexicano, y la dependencia y la sumisión acentuadas con el TLC o NAFTA, que según sostiene en La (des)educación (Crítica, 2001, p. 183) sólo parece obligar a nuestro país. México, dice Chomsky, “ha sido ‘atrapado’ en el TLC. Los EEUU tienen libertad para hacer caso omiso de sus obligaciones; México, no”.


6. La mejor evidencia de lo que son las libertades públicas en Estados Unidos la muestra el hecho de que un artículo suyo que le encargó The Washington Post en 1994 sobre la insurrección zapatista no fuera publicado, de que sus textos no aparezcan en los más importantes periódicos de Estados Unidos y que él no tenga acceso más que a emisoras marginales de la televisión. Ello no ha impedido, sin embargo, que en los últimos años The New York Times lo haya calificado como el más importante intelectual vivo; The Boston Globe lo considera el más útil ciudadano de Estados Unidos y el Chicago Tribune lo reconoce como el autor más citado de nuestro tiempo.


7. El poder de los medios, que buscan hoy controlar a la sociedad para hacerla aceptar las decisiones de los grupos oligárquicos y acallar el pensamiento crítico, de la manera que lo describe Chomsky en Ambiciones imperiales. El mundo después del 11-S (Península, 2005), no ha podido impedir la difusión de sus ideas. La voz de Chomsky está no nada más en sus 33 libros sobre lingüística y sus más de 50 obras de temas políticos que son referencia fundamental, en sus artículos y conferencias que circulan en Internet, o en el video –desde el histórico debate con Michel Foucault en la televisión holandesa en 1971 (Manufacturing Consent, Zeitgeist Video) hasta las entrevistas que le hace su esposa Carol (Rebel without a pause, Docurama)–, sino de manera fundamental en su incansable labor como conferencista e intelectual comprometido.


8. El papel de Chomsky es insustituible y se asemeja al que cumplieran Jean-Paul Sartre en los años 70 y Michel Foucault en los 80, pues acude adonde puede contribuir a edificar un mundo libre y democrático o a impedir una injusticia, como lo hizo hace unos días al viajar a sus 81 años a Caracas para entrevistarse con el presidente venezolano Hugo Chávez y de-satar el encono de los medios en todo el mundo.


9. Chomsky hablará el lunes 21, a invitación de La Jornada, en la UNAM, la institución de educación superior más importante de América Latina, que hace 10 años era el espacio de una lucha intensa de los estudiantes mexicanos –incomprendidos por los medios y los partidos–, contra el proyecto del Banco Mundial, del gobierno mexicano, y sobre todo de las propias autoridades universitarias, de privatizar la educación superior, y que logró frenar ese intento del gran capital, que ahora parece resurgir porque, como dice Chomsky en Sobre democracia y educación (Paidós, 2005), las universidades públicas pueden ser la base para un cambio social.


10. La primera vez que escuché a Noam Chomsky fue en la Universidad de París-VIII en Vincennes, a fines de los 70, durante un debate con Nicos Poulantzas, y desde entonces me pregunté por qué uno de los lingüistas más importantes del siglo, que años atrás discutía con teóricos como Jean Piaget sobre las teorías del aprendizaje, ahora daba prioridad a la reflexión crítica sobre el poder y las políticas de su gobierno. La respuesta la dan sus lectores de todo el mundo que han visto en él más que a una conciencia lúcida de Estados Unidos a un símbolo de que la inteligencia humana va a prevalecer en el futuro sobre las fuerzas del capital.


viernes, septiembre 11, 2009

México. "El saqueo"

La Jornada

El saqueo
Luis Javier Garrido


Las medidas, que de manera desquiciada el grupo de Felipe Calderón y los think tanks del extranjero que lo asesoran están urdiendo al vapor a mitad del sexenio para enfrentar las consecuencias del desastre de su gestión en lo económico y en lo social, no buscan rescatar al país, sino al régimen yunquista-calderonista para que, de no salir a flote, pueda al menos aprovechar el tiempo que le quede para seguir saqueando a México.

1. La pretensión delirante de Felipe Calderón y de los grupos a los que sirve, desconociendo que perdieron las elecciones y que son repudiados por una amplia mayoría de mexicanos, es que el PRI y los demás partidos les autoricen desde las cámaras legislativas tener las manos libres para que, a más de tres años de concluir su gestión de facto, puedan disponer de manera discrecional e ilimitada de las reservas financieras de la nación, de todos los recursos económicos del aparato estatal y paraestatal y, como si fuera poco, tengan la posibilidad de manipular conforme a sus intereses y criterios las políticas hacendaria y social del Estado, al que miran más que nunca como mero botín.

2. Desconociendo que perdieron las elecciones federales de 2009 y que no tienen el consenso de los mexicanos para nada por el resultado desastroso de su gestión, Calderón y los panistas buscan ahora mediante una serie de iniciativas mal elaboradas pasarle más abiertamente al pueblo de México el costo de dicho fracaso con nuevos impuestos, como el del 2 por ciento al consumo, e imponerle una serie de medidas incoherentes entre las cuales siguen destacando la contrarreforma laboral, el desmantelamiento total del sistema de pensiones y de la educación pública superior, la imposición de nuevos programas neoliberales, y de paso quieren tener las manos libres para disponer libremente del patrimonio de la nación en una serie de propuestas que lo menos que se puede decir es que son escandalosas.

3. El gobierno panista de facto carece de un proyecto nacional y sólo actúa en función de los intereses económicos que representa y de su propio afán de supervivencia, por lo que no sorprende que la propuesta de paquete económico para 2010 suponga ese incremento de impuestos y un ridículo cambio de funcionarios que pretende hacer entrar al gobierno a individuos más descalificados de los que ya estaban por ser notorios traficantes de influencias vinculados a los peores intereses nacionales y extranjeros, así como la supresión de secretarías de Estado que les molestan, como la de la Reforma Agraria (que les recuerda el desastre al que han llevado al campo mexicano) o la de la Función Pública (que durante muchos años no hizo otra cosa que encubrir el peculado de priístas y panistas).

4. La lógica de Calderón y de sus amigos, que han asumido que su destino político está en manos del PRI y de Carlos Salinas de Gortari, es muy simple: pretenden utilizar todos los recursos de la nación a su alcance para sobrevivir como gobierno, pero, en caso de no lograrlo (que saben que es lo más probable que acontezca), no ocultan su pretensión de llevar a sus extremos la política de saqueo de la nación que han llevado a cabo como si los años que les quedaran fueran todos años de Hidalgo.

5. El titular de Hacienda, Agustín Carstens, empleado del FMI y quien debería haber renunciado hace tiempo por su incompetencia, no explica en su paquete económico para 2010 por qué prevé que prosiga en medio de la crisis un dispendio discrecional descomunal en el rubro de Los Pinos.

6. El nombramiento que Felipe Calderón pretende se le acepte de colocar a un individuo reconocido como un hampón de cuello blanco, Juan José Suárez Coppel, al frente de Petróleos Mexicanos, es una prueba del cinismo y de la desmesura de los panistas y de su desprecio a los mexicanos. Suárez Coppel ha sido señalado desde hace años como un venal traficante de influencias, que como empleado del ex titular de Hacienda, Francisco Gil Díaz, colaboró con la estrategia trasnacional para llevar la paraestatal a la quiebra. Cabeza de una red de presuntos delincuentes infiltrados en la empresa que debería ser orgullo de México, violó de manera reiterada la Constitución para entregar contratos multimillonarios a corporaciones extranjeras a las que se halla vinculado, por lo que nadie duda que se le quiere colocar ahí para lucrar con los recursos petroleros del país y acelerar el desmantelamiento de Pemex.

7. La pretensión de Calderón de que el Senado apruebe como nuevo procurador general de la República a otro individuo en extremo descalificado ha motivado ya un escándalo internacional, pues el de-sacreditado abogado Arturo Chávez, integrante de la mafia de traficantes de influencias de Diego Fernández de Cevallos, no nada más es responsable directo de la impunidad que prevaleció en Chihuahua por el caso de las muertas de Juárez cuando fungió como procurador del gobierno de Francisco Barrio (1992-1998), sino que se le ha señalado también como corresponsable directo del auge del narcotráfico en esa entidad durante esos años, lo que hace suponer que es por ese motivo que se le busca colocar en la Procuraduría General de la República: para que pueda avanzar la política de Calderón de reordenamiento del narco en función de sus intereses.

8. La intención de Felipe Calderón de apoderarse ilegalmente de las reservas del Instituto Mexicano del Seguro Social, anunciada por su titular Daniel Karam, para tapar los boquetes que abrió con sus políticas, no hacen más que evidenciar las dimensiones del desastre económico y de la vulgaridad de las políticas del calderonismo.

9. La salida más sensata a la gravísima situación por la que atraviesa México, y que se tomaría en cualquier régimen democrático, está en manos del Poder Legislativo y es muy sencilla: sería la remoción de Felipe Calderón del cargo que ilegalmente ocupa, para el que no está preparado y en el que ha cometido tantísimos actos criminales contra el pueblo de México, y el establecimiento de un gobierno de transición, pero, al parecer, la clase política no quiere asumir sus responsabilidades.

10. La situación que vive el país es crítica, como reconocen todos los actores políticos, y si el Congreso de la Unión no tiene la capacidad ni la voluntad de poner un alto a este gobierno de improvisados y perversos estará convocando a la mayor movilización del pueblo mexicano que se recuerde en los tiempos recientes.

jueves, septiembre 10, 2009

América Latina. "¡A sacar las bases yanquis!"

La Jornada


¡A sacar las bases yanquis!
Ángel Guerra Cabrera


Estados Unidos y las derechas locales han sufrido grandes derrotas políticas en América Latina en la última década y ello explica que las elites de Washington hayan decidido privilegiar la política de fuerza en la región. Acuden al único recurso en que Estados Unidos conserva abrumadora superioridad no importa si para ello tienen que renunciar al cosmético lavado de imagen ensayado por Barack Obama en la cumbre de Puerto España. Esto es lo que hay detrás del restablecimiento de la IV Flota, de la decisión de instalar bases militares en Colombia, y también, del extraño golpe de Estado en Honduras.

Al hablar de bases nos referimos a un entramado de instalaciones más o menos formales desplegadas desde territorio continental de Estados Unidos pasando por Puerto Rico, América Central y Antillas Holandesas hasta Colombia –e incluso hasta Paraguay–, con misiones de espionaje electrónico y satelital así como recepción y reabastecimiento de aeronaves de combate o destinadas al transporte de fuerzas expedicionarias de reacción rápida. En suma, toda una red de posiciones más o menos formales para el control territorial de América Latina y sus recursos naturales y el apoyo a las operaciones subversivas de la CIA. Su primer objetivo: destruir la revolución bolivariana y apoderarse de las descomunales reservas de energéticos de Venezuela.

Lo nuevo no es el uso de la fuerza, que Estados Unidos ha empleado sistemáticamente en sus planes desestabilizadores contra los procesos revolucionarios en Venezuela, Bolivia y Ecuador, como lo ha hecho desde hace medio siglo contra Cuba, además del cruel bloqueo. La novedad es el retorno a un énfasis en lo militar no visto en América Latina desde la década de los años 80 cuando se produjeron las invasiones de Granada y Panamá que ya coloca la presidencia de Obama por sobre la de Bush en lo que concierne a la militarización de la región.

La larga serie de victorias políticas –electorales y no electorales– de los movimientos y gobiernos populares y progresistas de la región, sus avances en la trasformación social y, sobre todo, en la unidad e integración continental con el surgimiento de la Alba, la Unasur, Petrocaribe, el Banco del Sur y Telesur, así como la capacidad mostrada por los gobiernos de la región para enfrentar al margen (o en contra) del dictado imperial asuntos como la agresión yanqui-uribista a Ecuador o el intento de golpe de Estado separatista contra Evo Morales configuran una inédita situación de grave retroceso de la hegemonía estadunidense en la región. Ello parece haber arrastrado a los grupos dominantes de Estados Unidos a la conclusión de que tienen perdida la batalla política por las masas de América Latina y no les queda otra salida que apoyarse en la fuerza de los (pocos) estados aliados o, en última instancia, la de sus propias armas.

Pero lo que demuestra esta actitud no es la fortaleza del imperio y las derechas locales sino su debilidad. Carentes de argumentos, desde el caracazo y el levantamiento indígena de Chiapas se evidenció su incapacidad para ganar la batalla ideológica y política por América Latina. A ello hay que sumar el descalabro de la nueva política de dominación mundial lanzada el 11 de septiembre de 2003 con las debacles militares en Irak y Afganistán, la derrota israelí a manos de Hezbollah en Líbano y el terrible contragolpe ruso en el Cáucaso a la arremetida georgiana montada por Estados Unidos e Israel. Como colofón, la crisis financiera capitalista y sus terribles efectos socioeconómicos. Todos estos factores han desmoralizado a la derecha y profundizado su derrota ideológica y política pero están muy lejos de haber provocado su rendición o parálisis, como lo demuestran los hechos citados al principio de esta nota.

Por ello es fundamental para la independencia de América Latina ganar con las masas en la calle la batalla por convertirla en zona de paz. En lugar de unas cuantas bases de guerra crear miles de bases de paz a lo largo de nuestra América. Es muy simbólico que la primera convocatoria por la paz fuera una rotunda respuesta popular al patético día contra Chávez a que estaban convocando para el 4 de septiembre sectores de derecha de Colombia y Miami con CNN como amplificador. Inspirándose en el ejemplo de Puerto Rico, que sacó a la marina yanqui de Vieques, América Latina no debe descansar mientras quede una base militar de Estados Unidos en su territorio.

sábado, septiembre 05, 2009

Focos Rojos. "Ahí viene el lobo" "ahí viene el lobo"

Hace un buen tiempo que no escribo para el blog Benito Juárez, en parte porque muchos análisis de los eventos de la vida política, económica y social del país los desarrollan con agudeza y agilidad las brillantes plumas principalmente del diario la jornada y también hay que decirlo por el ánimo que se necesita para poder digerir día con día tantos acontecimientos que nos muestran que no avanzamos en la configuración de mejores condiciones que den paso a los verdaderos cambios, sino al contrario se cierran más espacios para la participación política, económica y social.

Ahora a tres años de la imposición de presidente de la República, el Estado Mexicano da muestras claras de su descomposición, todo el aparato requiere con urgencia tratamiento, un diagnostico preciso para cada uno de sus componentes; sin embargo aquí como en cualquier tipo de padecimiento o enfermedad se necesita que el organismo debilitado por la patología reconozca, pida ayuda o que de plano caiga inconsciente para poder intervenir con el tratamiento adecuado.

Todo lo anterior parecería banal pero no lo es, existen especialistas para diagnosticar, tratar y restablecer organismos sociales,sean estos públicos o privados, grandes o pequeños; de ser así, dónde están tales especialistas, ¿porqué brillan por su ausencia?. Pues bien para no entrar en mayores detalles diremos que en México se utiliza como explicación cuando no se dan las soluciones a problemas evidentes desde el poder público, que "no hay voluntad política", lo que se traduce "a río revuelto ganancia de pescadores". Para dar mayor claridad muchos analistas han denunciado que el organismo llamado República de los Estados Unidos Mexicanos está en manos de un pequeño grupo de intereses, una oligarquía que además de controlar los medios de producción y de información han debilitado a las instituciones del estado y así bajo estas condiciones estos oligarcas son los que aprovechan las riquezas del país, manipulan los espacios políticos e impiden que se desarrolle nuestra incipiente democracia.

En otro aspecto la falta de crecimiento y desarrollo del país se esta presentando no como asevera el discurso oficial por la "crisis que vino de fuera", en los últimos 20 años el país ha sufrido el mayor saqueo de sus riquezas históricamente hablando. Aquí no debemos perder de vista que estos actores de la oligarquía han hecho "alianzas" tanto al interior del país, como con los vecinos del norte para apuntalar al gran capital y así ejercer el "dominio de los mercados".

Los resultados son devastadores para el pueblo de México, el país ya no únicamente no crece sino que los niveles de pobreza ya son alarmantes. La concentración de la riqueza en un pequeño grupo a costa de la pauperización de un pueblo que es el propietario de esa riqueza hace que se prendan los focos rojos para detener ya tanta irracionalidad y dar nueva orientación al rumbo del país.

"Ahí viene el lobo" "ahí viene el lobo" reza la fábula y la "clase política y empresarial" mexicana no la creen están tan engolosinados y en sus discursos ya es común el autoengaño, no alcanzan a percibir que el lobo tiene ya ¡20 años aquí! Sí el lobo con la conotación muy "humana" del animal depredador,voraz,temible.

Y en verdad sin ser catrastofista ni exagerar, que son esta clase política y empresarial si no depredadores humanos.

¡Ay Darwin! explicanos las diferencias individuales y el porqué este género de las especies no evoluciona.

Lluvia de Ideas para la Democracia 2009
Miguel Bonome Villanueva

Politiquería. "El pez por su propia boca muere"

La Jornada


México SA

Aferramiento a discursos triunfalistas ante la debacle
Finanzas públicas en estado preocupante


Carlos Fernández-Vega


Las finanzas nacionales están en shock y su perspectiva resulta “verdaderamente preocupante”, subraya el renovado discurso oficial. Bien, pero ¿en qué momento se dio cuenta Felipe Calderón de tal circunstancia? ¿Cuándo llegó a esa conclusión, a la que, desde mucho tiempo atrás, prácticamente llegaron todos los que de esto saben un rato? La duda, porque a lo largo del último año, cuando menos, el inquilino de Los Pinos no perdió oportunidad para destacar uno de los más evidentes logros de su administración: finanzas nacionales sanas, sólidas, robustas, según decía.

Machaconamente insistió en que esa quimera era una “gran verdad”. Pero, de repente, de la noche a la mañana y en pleno show del tercer “informe” de gobierno, reconoció la gravedad del asunto y el lamentable estado de las finanzas públicas, el cual, dice, “es verdaderamente preocupante”. Valga, pues, un rápido tour por el discurso calderonista sobre el tema, para conocer el desarrollo de los acontecimientos –versión Los Pinos– que lo llevaron a darle la vuelta a la “gran verdad”.

A finales de septiembre del año pasado, Calderón, reunido en Nueva York con empresarios del Economic Club, aseguraba que “en general se dice que cuando a Estados Unidos le da la gripe, en México a la gente le da pulmonía, pero éste no es el caso hoy en día. Ahora estamos sufriendo naturalmente los impactos de la situación aquí, pero los datos nos demuestran que México es mucho más capaz de superar esta situación difícil... la fortaleza de las finanzas públicas en el país evitará una crisis como las que solía sufrir en el pasado y que llevaría a empresas a la bancarrota… en México se ha avanzado a través de tener no sólo finanzas públicas sanas, sino de instrumentar diversas reformas como la fiscal, que permite captar un mayor nivel de recursos... México tiene una de las economías más sólidas del mundo; las finanzas públicas de nuestro país son ahora más fuertes que nunca; tenemos bases económicas sólidas… las finanzas públicas de nuestro país son ahora más fuertes que nunca; tenemos bases económicas sólidas”.

Dos semanas después presentaba en sociedad el llamado Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo, y subrayaba que “a pesar de este entorno internacional tan adverso y de las consecuencias negativas para nuestro país, quiero decirles a todas las mexicanas y a todos los mexicanos, que el gobierno hará frente a esta situación con diversos instrumentos de política económica.

Afortunadamente, en los últimos años, México ha hecho la tarea de fortalecer sus finanzas públicas y estabilizar su economía. Por ello, si bien es cierto que tendremos impactos negativos en crecimiento y empleo en el país, también es cierto que la fortaleza de las finanzas públicas y de la economía mexicana evitará una crisis como las que solíamos sufrir en el pasado y que condujeron al país a la banca rota… Hoy vemos que la responsabilidad rinde frutos. Gracias a las políticas económicas responsables seguidas en los últimos años, hoy, en vez de vernos obligados a recortar el gasto público, somos capaces de proponer medidas para estimular la inversión y así mitigar el impacto negativo de la turbulencia financiera internacional. De no hacer nada el impacto de la situación económica produciría pérdida de empleos y un aumento de la pobreza de la gente… saldremos adelante porque tenemos fortaleza en las finanzas públicas…” (En el último trimestre de 2008 la economía comenzó el pronunciado desplome económico y la pérdida de empleos formales).

Para iniciar bien el 2009, presentó en sociedad el Acuerdo Nacional en favor de la Economía Familiar y el Empleo, y en su discurso destacó: “a diferencia de lo que había ocurrido en crisis anteriores, hoy México está mejor preparado para enfrentar la adversidad que antes, ya que tiene sólidos fundamentos macroeconómicos y financieros. Ello se debe, entre otras cosas, al manejo responsable de la economía… y a las reformas económicas que hemos emprendido. Sé que así como hemos superado desastres naturales, guerras internas, crisis económicas; así como los mexicanos hemos actuado con gallardía ante las mayores adversidades y hemos sabido ser solidarios entre nosotros, así también, estoy seguro, superaremos esta crisis que nos ha llegado de fuera”. Y a finales de mes presumió que “en México se ha avanzado a través de tener no sólo finanzas públicas sanas, sino de instrumentar diversas reformas como la fiscal, que permite captar un mayor nivel de recursos... las finanzas públicas de nuestro país son ahora más fuertes que nunca; tenemos bases económicas sólidas”.

La economía se desmoronaba, pero el discurso oficial se mantenía: “tenemos las finanzas públicas en orden, y en parte ha sido por la disciplina financiera que ha seguido, no sólo mi gobierno (…) que ha permitido que México corrija el problema estructural de finanzas públicas… no sólo hemos tenido salud en las finanzas públicas, hemos arreglado problemas financieros estructurales que parecía imposible resolver… De manera tal que el gobierno mexicano tiene posibilidad de sostener finanzas públicas sanas y de implementar una política contracíclica…” (Primer trimestre del año: la economía se desplomó 8.2 por ciento).

Aferrado al país de las maravillas, el discurso no se modificó, y todavía en junio resumía: “si México no fuese México, si no tuviésemos las fortalezas que tiene nuestro gran país, y tuviéramos la fragilidad que algunos decían que teníamos; seguramente sí hubiese sido la nuestra una nación más débil, probablemente hubiese sucumbido ante estos desafíos. El que ustedes quieran escoger: el desafío económico, de la recesión más grande que las generaciones presentes tengan memoria; el desafío de la inseguridad que enfrentamos y que estamos, que estoy seguro, superaremos; y el desafío mismo de la existencia no usual de un nuevo virus, que afectó a nuestro país… México es de los pocos países que han resuelto a fondo, por ejemplo, el riesgo actuarial de su problema pensionario; es decir, el haber resuelto el riesgo de quiebra de finanzas públicas por las pensiones de los servidores…” (Segundo trimestre: la economía se hundió 10.3 por ciento).

Así se mantuvo, hasta que, ¡sorpresa!, las finanzas públicas ya no eran robustas como presumió a lo largo de un año, sino que se encuentran en una situación “verdaderamente preocupante”.


Las rebanadas del pastel

Si esa es su capacidad de análisis y respuesta, entonces no busquen más: estamos fritos… “Una limosnita por el amor de Dios” (finanzas públicas dixit)

viernes, septiembre 04, 2009

México. "La patética"

La Jornada

La patética

Luis Javier Garrido


El país está, a menos de la mitad de uno de los gobiernos más desastrosos en la historia nacional, a merced de las turbias negociaciones que está haciendo una clase política” que ha extraviado el rumbo y que se halla subordinada en un marco de ilegalidad al gobierno panista de facto, sin entender que lo que está en juego es el futuro de la nación.

1. El Informe presidencial de 2009, que de acuerdo con el mandato constitucional es el mecanismo por el cual el Ejecutivo a través del Congreso hace saber a los mexicanos el estado que guarda la administración pública, se terminó por un verdadero desastre institucional, ya que Felipe Calderón se negó a presentarlo personalmente a los legisladores, como lo obliga el artículo 69 constitucional, y organizó una pachanga privada en Palacio Nacional, a la que mediante la fuerza pública negó el acceso a los legisladores que no eran de su agrado y que no pudieron asistir al que no fue otra cosa que un mal organizado acto de propaganda.

2. El mensaje del gobernante ilegítimo que tiene México no constituyó más que una parodia del Informe al que estaba obligado, pues junto con una serie de patéticos lamentos, que evidencian la impotencia de quienes pretenden gobernar, aparecieron absurdas promesas que parecían de campaña, como señalaron los medios. Calderón no informó, desde luego, del marco de ilegalidad en el que las fuerzas armadas y policiales prosiguen realizando todo tipo de tropelías ni de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos que cometen los elementos de su gobierno, ni de los paramilitares que prosiguen haciendo valer su ley en diversas regiones del país ni mucho menos del porqué mantiene en las cárceles del país a presos políticos como los de Atenco, lo que le ha merecido la condena internacional.

3. Las contrarreformas constitucionales de 2008 al artículo 69, que pretendieron eximir al Presidente de la República de leer personalmente el Informe, fueron mal redactadas, pero aun así no le retiraron a éste la obligación de entregar personalmente su mensaje, como pretendieron interpretar los aterrados panistas, lo que llevó a Calderón a violar deliberadamente el texto constitucional, que aun ahora sigue abriendo la vía para un diálogo institucional entre el Ejecutivo y el Legislativo.

4. Las mal redactadas modificaciones a este texto, presentadas hace un año como un “avance” para terminar con “el presidencialismo” al acabar con “el día del Presidente”, fueron en realidad una contrarreforma de carácter presidencialista, pues se hicieron en un momento histórico en el que se discutía la necesidad de instaurar un verdadero diálogo abierto entre el titular del Ejecutivo y el Legislativo, y para fortalecer este mecanismo dándole la relevancia que tiene en los regímenes parlamentarios europeos, y, en vez de hacer esto posible, los legisladores retiraron al jefe de Estado y de gobierno la obligación de informar cabalmente a los mexicanos a través del Congreso lo que ha sido su gestión, y someterse a su juicio, con lo que ahora ese acto de rendición de cuentas se está transformando en demagogia del poder y de burla a la ciudadanía.

5. El hecho de que miembros del Estado Mayor Presidencial impidieran con lujo de brutalidad el acceso al acto, por muy mediocre que fuera, a un grupo de legisladores del PRD y el PT que acudían a la invitación extendida, es de enorme gravedad, pues no se veían en México este tipo de vejaciones a integrantes del Legislativo desde los años de Victoriano Huerta. El desprecio de los panistas a las formas es ya absoluto, pero al cometer estas tropelías Calderón y sus amigos se olvidaron de que un legislador no es el representante de “un partido”, sino de la nación conforme a las leyes mexicanas, y que a todos debe respeto por igual y un trato similar.

6. El autoritarismo fascistoide mostrado por el gobierno panista de facto antes de cumplirse la primera mitad del sexenio, que ahora se evidencia con un renovado desprecio a las instituciones constitucionales, no presagia nada bueno para los mexicanos, en particular por venir de un grupo de individuos mediocres e insignificantes políticamente, y a este respecto no hay que olvidar las lecciones de la historia. La mayor parte de los gobiernos totalitarios del siglo XX, desde el de Antonio Oliveira Salazar, en Portugal (1932-1968), hasta los múltiples casos que se han dado en América Latina en el siglo XX, han tenido rasgos similares a los de México, pues estos individuos no han sido otra cosa que instrumentos de los poderes fácticos.

7. No es de sorprender, por ello, que Felipe Calderón pretenda una vez más engañar a los mexicanos con unas cuantas cifras maquilladas de forma grosera y pretenda situarse más allá de toda responsabilidad por estar hundiendo a México en una de las mayores crisis de su historia, pretendiendo que el actual desastre es consecuencia de la crisis financiera internacional, de la influenza A/H1N1, del cambio climático o de la falta de visión de la oposición.

8. La mal redactada cantaleta de Calderón no escondió la tarea que le tienen encomendada los poderes trasnacionales para el final del sexenio, y que es la misma que ha sido su exigencia desde un principio, pues para ellos el fracaso del panista está en no haberla llevado a cabo, y que es el desmantelamiento más acelerado de la nación mexicana, pues eso, y no otra cosa, son “las reformas”, “cambios estructurales” o “paquete estratégico” que una y otra vez estos poderes han exigido que se terminen de aprobar en México.

9. El mismo proyecto fracasado en todo el continente y repudiado en el mundo es el que Calderón con su patético lamento pretende que le aprueben todas las fuerzas políticas, sosteniendo que si no se implementan las contrarreformas constitucionales demandadas por el capital trasnacional, el país no va a salir adelante, por lo que hay que entregar el petróleo y los recursos estratégicos de la nación a las corporaciones extranjeras y cancelar por completo los derechos sociales que se incorporaron a la Constitución tras la Revolución Mexicana. Ése y no otro es el sentido de su Informe.

10. El país tiene, como en 1810 y en 1910, un régimen contrario a los intereses de las mayorías, y en los próximos meses se va a ver si sigue teniendo un pueblo digno de su propio destino.