domingo, septiembre 29, 2013

Movimiento Socio- Político

La Jornada El reto de Morena Arnaldo Córdova La lucha política, ni duda cabe, es dura y sumamente fatigosa cuando se hace desde la oposición de izquierda. Y eso es más relevante cuando se refiere a un movimiento como el de Regeneración Nacional, que no solamente cumple con sus objetivos de oposición de izquierda, sino que enfrenta la enorme tarea de crear un nuevo partido y, ante todo, de legitimarlo en un muy corto plazo. Luchar políticamente desde Morena requiere, por lo mismo, de un doble esfuerzo. Desde luego, aunque se trata de dos objetivos distintos, éstos se resuelven en un mismo campo: construir el partido mientras se lucha por la transformación de México. De hecho, los grandes objetivos de lucha, por ejemplo, contra la reforma energética privatizadora y contra la reforma hacendaria y el aumento de impuestos, se están logrando cada vez más a través del esfuerzo organizativo de Morena como partido y ya no solamente debido a los llamamientos de Andrés Manuel López Obrador. La asistencia a las grandes concentraciones es ahora obra en lo fundamental de la nueva organización partidista en vías de creación. Cuando hace ya más de un año se planteó la conversión de Morena en partido, el entusiasmo fue desbordante y esta doble tarea no apareció muy clara. El tiempo nos ha enseñado que la edificación del partido es mucho más ardua de lo que cualquiera hubiera imaginado, que se ha requerido de una enorme paciencia con métodos de lucha extraños y la casi nula militancia partidista de la mayoría de sus integrantes y también con el modo de actuar de grupos que provienen de otras formaciones políticas en las que las cosas se hacen de una manera que en el nuevo partido se trata de erradicar. Por otro lado, también se ha aprendido que la organización de este nuevo partido no puede llevarse a cabo si no es mediante la movilización por las grandes causas nacionales. La organización del partido sólo será posible en la medida en que haya una movilización permanente por la defensa del petróleo, en contra de la expoliación fiscal de los mismos contribuyentes de siempre (dejando intactos los grandes intereses monopólicos que no pagan impuestos) y en la solidaridad con los pueblos y comunidades afectados por los fenómenos meteorológicos. Ya no se trata, como pareció verse al principio, de la simple tarea de montar mesas de afiliación en los lugares públicos y enlistar a los nuevos adherentes. Se trata de su formación en la misma lucha política, de movilizarlos por objetivos políticos que van más allá, pero que acompañan a la formación del partido. López Obrador ha logrado imbuir esta idea fundadora en todos los militantes y simpatizantes de Morena. Su indiscutible poder de convocatoria no se ha limitado a que se ingrese a la nueva organización, sino que ha sido constante su llamado a luchar por la nación y las causas populares para formar al partido. El resultado aparente han sido las enormes concentraciones que, lejos de disminuir en número, se ven acrecentadas cada vez que se invoca la lucha la transformación del país. El resultado real es el incremento de quienes se suman a esta causa. Cada concentración es más grande porque hay cada vez más adherentes a la misma. Para muchos eso no es suficiente. Se quisieran mayores resultados. Esos pequeños logros no parecen frenar con eficacia la derechización de México. A veces cunde la decepción y la desesperación hace estragos. ¿Para qué todo esto? Se preguntan. Así no se logra nada. Es un modo de atarse las manos. La lucha por la nación, como también lo ha expresado López Obrador, es la lenta pero segura formación de un gran consenso que, a la larga, tiene que llevar a la reforma moral y política de México. En el pasado, las grandes transformaciones del país se dieron por la vía revolucionaria. No hubo otra manera de cambiar. Las grandes reformas en las que se plasmó el cambio fueron fruto de las sucesivas revoluciones que se operaron a lo largo de la historia. ¿Estamos en condiciones de seguir cambiando sólo a través del cataclismo de la revolución? El líder tabasqueño se ha planteado la cuestión con toda seriedad y toda responsabilidad. Si hay hoy una revolución posible es la revolución de las conciencias, no la de las armas. La divisa es sumar voluntades y utilizar sólo los caminos que nos abren la política y la vía legal. Hay que llegar a crear una mayoría moral, ha dicho López Obrador, que haga posible cerrar el camino a la derechización de México, que es equivalente a su disolución definitiva como país y como nación. Crear esa mayoría es tarea de todos los días. La vía es la lucha pacífica y legal y de ninguna manera la violencia. La violencia es la vía de la derecha incrustada en todas las instituciones del Estado y de la sociedad. No puede ser nuestro camino no sólo porque no nos conduciría a ningún lado, sino porque a nosotros no nos ofrece nada como movimiento. Nuestras armas son las de la razón no las vías de hecho. La tarea es convencer a un vecino, a cualquier ciudadano, de que pase a formar parte de esa mayoría en gestación que un día logre corregir el rumbo de la nación. Es el convencimiento del prójimo para que se una a nuestro esfuerzo. “Vamos creciendo –dijo López Obrador el domingo pasado-. Somos muchos y seremos más, porque así lo exigen las circunstancias… Debemos construir entre todos una voluntad colectiva para que seamos cada vez más y más y, de esa manera, se pueda triunfar y se pueda tener buenos resultados”. Las concentraciones son sólo una muestra. No es lo que se busca, pero a través de ellas se va construyendo ese nuevo consenso. A los que se decepcionan y se desesperan no se les puede dar otra razón: tenemos que llegar a ser una mayoría para decidir el futuro de este país. Los que exigen medidas más radicales, como por ejemplo un paro nacional (que nadie ha sabido explicar en qué consistiría o cómo se llevaría a cabo) o huelgas de pagos, tienen todo el derecho de hacerlo. Lo único que el dirigente de Morena les pide es que lo planteen de cara a la ciudadanía y, si ésta decide que se haga, se hará. Pero se debe poner atención en el hecho de que a la vuelta de la esquina, cuando se plantean medidas de lucha, acecha la violencia y ése no es nuestro camino. Con el consenso de los ciudadanos, bienvenidas sean todas las propuestas, pero respetando nuestra opción por la vía pacífica. López Obrador lo dijo en su discurso con toda claridad: “… tenemos un ideal que es construir aquí en la tierra el reino de la justicia y eso implica que vamos a luchar toda la vida, sin decepcionarnos, sin entristecernos, sin perder la fe y las esperanzas. El principio de la no violencia, sostenido con autenticidad, con perseverancia, sin desbordamientos ni traiciones, es más eficaz… que cualquier acción extremista o supuestamente radical. La violencia es la vía de ellos, es su vía, no la nuestra. Nosotros queremos transformar a México por la vía pacífica y lo vamos a lograr”.

sábado, septiembre 28, 2013

viernes, septiembre 27, 2013

Defensa del Petróleo

DIPUTADOS Y SENADORES DEL PRI Y DEL PAN (PRIANISTAS) SI EN SUS MENTIRAS PROPAGANDISTICAS SE DICEN REPRESENTANTES DE LA CIUDADANIA, DEL PUEBLO ¿PORQUE NO LO QUIEREN ESCUCHAR? SE GOBIERNA Y SE LEGISLA OBEDECIENDO EL MANDATO DEL PUEBLO. LO EVIDENTE ES TRAGICO, USTEDES REPRESENTAN A LAS GRANDES TRANSNACIONALES Y AL VECINO DEL NORTE. RECUERDEN LA FUERZA DE LA HISTORIA Y DEL PUEBLO LO IMPEDIRAN

jueves, septiembre 12, 2013

DEFENSA DEL PETROLEO

Defensa del petróleo Elena Poniatowska A los 51 años, Claudia Sheinbaum parece una jovencita. Será porque la inteligencia y el compromiso rejuvenecen. En nuestro país, son pocas las científicas y menos aún las que participan directamente en la vida política de México. Desde el año 2000, Claudia Sheinbaum Pardo, doctora en ingeniería energética del Lawrence Berkeley Laboratory, caminó al lado de Andrés Manuel López Obrador y Alejandro Encinas como secretaria de Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal. De ganar "el Peje", la investigadora galardonada con el Premio Jesús Silva Herzog en Problemas del Desarrollo habría sido secretaria de Medio Ambiente. Las innumerables publicaciones académicas sobre energía, electricidad, emisiones de carbono, la industria del hierro y el efecto de los cambios climáticos avalan su sorprendente trayectoria y la decisión poco común de poner su ciencia al servicio de la causa lopezobradorista y, sobre todo, la defensa del petróleo. El 8 de septiembre, en el mitin de "Morena", Claudia fue oradora al lado de Martí Batres, Damián Alcázar y López Obrador, y aseguró que la reforma que propone el gobierno de Peña Nieto es una traición y que mienten quienes la defienden. “Mienten deliberadamente cuando dicen que Pemex no tiene recursos para seguir aprovechando el petróleo y el gas natural. Con todo y la enorme corrupción, Pemex es hoy por hoy la segunda empresa petrolera más importante del mundo en utilidades antes de impuestos. Si fuera tan mal negocio el petróleo mexicano, ¿por qué tienen tantas ansias de venir las trasnacionales? “(…) Mienten cuando dicen que Pemex no puede desarrollar tecnología. No sólo es una afirmación patética, sino que es una falta de respeto a instituciones

viernes, septiembre 06, 2013

México. Crisis de Salud Política

La Jornada Despojo laboral docente Manuel Fuentes Muñiz* La apresurada aprobación de la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) en medio de vallas y cercos policiacos pretende consumar una de las mayores atrocidades en contra de los trabajadores de nuestro país: convertir los derechos laborales magisteriales en un despojo. Borrar en esa ley conceptos como: trabajador, sindicato, condiciones generales de trabajo, estabilidad en el empleo, bilateralidad y dignidad es la muestra de que en este gobierno se aborrecen los derechos laborales. La sola mención en esa legislación de los tribunales y las leyes del trabajo no basta; es sólo un engaño para justificar la anulación de los derechos sociales para en su lugar imponer el autoritarismo. En temas como el ingreso, promoción y reconocimiento en el servicio, los docentes ya no tendrán injerencia alguna; serán simples "sujetos administrativos", algo así como objetos inertes sin derecho a opinar: "calla, obedece y acata" será la norma a seguir. La estabilidad en el empleo ha sido anulada. En la nueva ley cuando la autoridad decida el cese éste se aplicará de inmediato; ya no habrá juicio previo ni resolución de las autoridades laborales para autorizar la separación. Primero se mandará a la calle al docente y luego se investigará por el tribunal laboral si el despido fue correcto. La autoridad patrón dirá: –Te corro y luego investigamos. Ya no existirán las "actas administrativas" con presencia sindical donde la autoridad en su carácter de patrón esté obligada a demostrar "cara a cara", con testigos y documentos a la vista, la causal del cese. En su lugar existirá un procedimiento sumario y privado. En un escrito se le notificarán al afectado las presuntas irregularidades cometidas para que las responda en no más de 10 días y en un plazo igual la autoridad dé a conocer su resolución definitiva. Si a criterio de ésta procede la separación, el docente al instante de la notificación estará impedido de ingresar al centro de trabajo. El profesor afectado deberá someterse sin remedio, ya en la calle, a la insufrible burocracia de los tribunales laborales durante siete y hasta diez años. ¿De qué servirá a los maestros acudir a los tribunales laborales si antes les fueron cancelados sus derechos básicos de estabilidad en el empleo? Esas instancias de la llamada "justicia laboral" están carcomidas intencionalmente al no suministrarles el Estado ni recursos económicos ni personal suficiente. En estos tiempos y con este tipo de legislaciones se pretenden desaparecer los derechos laborales por decreto simple. Que los libros y estudios de derecho laboral sean cosa del pasado. Que en las universidades ya no se enseñe derecho del trabajo, como en la Universidad Autónoma Metropolitana, donde se pretende desaparecer la especialidad laboral porque "no es de utilidad". En la LGSPD impera la razón de un solo hombre. El secretario de educación pública federal podrá a través de lineamientos imponer criterios hasta a los gobiernos de los estados. Podrá autorizar "parámetros e indicadores" en el ingreso, promoción, reconocimiento y hasta para la permanencia en el empleo (artículo 7 VII). Es un engaño de los legisladores mencionar que en la iniciativa se rescató el nombramiento definitivo cuando la permanencia en el empleo de los docentes será menos definitiva que nunca. La separación de los profesores será discrecional en todo momento. La autoridad determinará las causas, los procedimientos, validará las pruebas acusatorias en contra de un docente y hasta podrá interpretar unilateralmente la LGSPD para estar por encima de cualquier instancia. Será un jurado de una persona: el mismo patrón acusará y condenará. Ella misma se dirá a sí misma: –yo tengo la razón y yo soy la justicia. En las 12 causales de separación, previstas en la nueva ley, se otorgan facultades ilimitadas a la autoridad para dar por terminados los efectos del nombramiento siempre sin su "responsabilidad". Que haga lo que le plazca, que no tenga contrapesos porque los derechos laborales le estorban. Debe saberse que los derechos laborales no son concesión de ninguna autoridad; son derechos históricos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales. Por más que los conspicuos legisladores traten de borrar esos derechos no podrán desaparecer. El derecho laboral como un derecho social fue creado para lograr salarios decorosos, empleos estables, condiciones de trabajo dignas con respeto a la vida e integridad física y moral. Cuando se llevan acciones legislativas y de gobierno para derogar derechos humanos de cualquier manera es la prueba que vivimos en el autoritarismo. * Doctor en derecho, miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos Twitter: @Manuel_FuentesM