lunes, marzo 31, 2008

Quién no conoce la historia esta condenado a repetirla

José Antonio Almazán González

La astucia del general

Como parte del debate nacional en torno a la pretensión de abrir Pemex a la inversión del capital privado, algunos privatizadores, huérfanos de pensamiento propio, han comentado públicamente que ¡hasta el general Cárdenas estuvo de acuerdo con la participación del capital privado en la industria del petróleo en México!, apoyándose en los contenidos de la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional en materia de petróleo, de 1939. Conviene, pues, analizar el contenido de dicha ley reglamentaria para valorar el alcance de tan temerarias declaraciones. Cito textualmente parte de la exposición de motivos y del articulado de la misma:

“…la exclusión de los particulares del régimen de concesiones que el artículo 27 fija para la explotación de los recursos naturales del dominio público, no implica que la nación abandone la posibilidad de admitir la colaboración de la iniciativa privada, sino simplemente que esa colaboración deberá realizarse en el futuro dentro de las formas jurídicas diversas de la concesión que, por una tradición muy arraigada en nuestro sistema legislativo, se supone que, aunque en forma limitada y precaria, concede ciertos derechos a la explotación directa del subsuelo”.

Esta colaboración de los particulares fue definida a partir de los siguientes criterios: “a) la necesidad de que el contratista sea en todo caso o una persona física mexicana o una sociedad constituida íntegramente por nacionales y en una forma en que sea posible en todo instante la comprobación de esta circunstancia; y d) fijación del criterio de que el contratista no adquirirá un derecho directo a la explotación del petróleo, sino sólo a obtener una compensación que deberá ser equivalente a las inversiones que efectúe más la utilidad que razonablemente deberá tener por su inversión y por su esfuerzo”.

Se agrega además que “la Constitución sólo ha prohibido la explotación mediante concesiones del petróleo, pero no la posibilidad de la construcción de oleoductos, refinerías y sistemas de distribución para gas...” Y precisa en su artículo 9: “los contratos de que hablan los artículos anteriores sólo podrán celebrarse con nacionales o con sociedades constituidas íntegramente por mexicanos. No podrán concertarse en ningún caso con sociedades anónimas que emitan acciones al portador”.

Como he señalado, tanto la reforma adición al párrafo sexto del artículo 27 de la Constitución como la Ley Reglamentaria de este artículo en materia de petróleo fueron expedidas por el presidente Lázaro Cárdenas el 27 y 30 de diciembre de 1939, respectivamente, pero fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 9 de noviembre de 1940, es decir, 10 meses después. Veintiún días antes de que concluyera el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas.

Varios hechos nacionales e internacionales explican este retraso entre su aprobación y su publicación, así como su aparente contradicción. Por un lado las relaciones con el poderoso vecino del norte habían alcanzado su nivel de conflicto más agudo a raíz de la expropiación del petróleo que había afectado a empresas estadunidenses, “que impidieron el transporte y la venta de petróleo mexicano, y exigieron la restitución de sus posesiones anteriores o una indemnización. El gobierno de Estados Unidos suspendió la compra de plata mexicana, prácticamente boicoteó el petróleo mexicano, rompió las negociaciones sobre un acuerdo comercial y negó créditos estatales para el vecino del sur”; por otra parte, México tenía pendiente el pago de compensaciones a los ciudadanos estadunidenses que perdieron sus bienes durante la Revolución ( Jürgen Müller, 1995). El otro hecho significativo fue el inicio de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, que colocó a México en una situación geopolítica extremadamente complicada, en virtud de su posición de neutralidad y del papel que venía desarrollando en la exportación de petróleo a nivel internacional.

En tal virtud, la promulgación inmediata de la reforma constitucional al artículo 27 hubiera agudizado el conflicto con las empresas petroleras y sus respectivos gobiernos. En el mismo sentido, la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional, en materia de petróleo, puede interpretarse como un gesto orientado a suavizar el conflicto, habida cuenta de las acusaciones en contra del gobierno de Cárdenas. En todo ello, como puede reconocerse, obró la astucia del general Cárdenas para defender la expropiación y nacionalización del petróleo y sortear con éxito un conjunto de fuertes presiones político diplomáticas.

Empero, más allá de esta interpretación, lo cierto es que, a la lectura y análisis de la citada ley secundaria en materia de petróleo, es evidente el acotamiento de la colaboración a particulares mexicanos, lo que la hizo prácticamente inocua, y el rechazo explícito al capital extranjero. Fue por esto que Ávila Camacho propuso su derogación a los tres meses de asumir la presidencia de la República, sustituyéndola por otra ley reglamentaria que explícitamente propiciaba lo que hoy Calderón anhela: la inconstitucional asociación de Pemex con las grandes trasnacionales petroleras.

Quién no conoce la historia esta condenado a repetirla

Gonzalo Martínez Corbalá/ I
gtoribio@prodigy.net.mx

"La expropiación de la industria petrolera"

Cerca ya de conmemorar los dos siglos de distancia histórica de la Independencia y a uno de la Revolución Mexicana, conviene darle una ojeada a la historia de la expropiación petrolera, a lo que la hizo posible, a los obstáculos que se interpusieron para que ese hombre de gran visión que fue el general Lázaro Cárdenas la llevara a cabo, y luego también a las circunstancias que exigieron su realización, planteándose en 1938 la disyuntiva histórica de mantener la subordinación política a las grandes potencias industriales de entonces o de hacer realidad de una vez por todas los objetivos que se planteó la Independencia de 1810, así como cristalizar los compromisos sociales de la gesta revolucionaria de 1910 a 1917, fecha en que se concretan en la Constitución de Querétaro los anhelos que el pueblo en armas exigía después de que había corrido la sangre de millón y medio de compatriotas sobre suelo mexicano.

México no hacía otra cosa en 1938 que seguir los cauces normales por los que otros pueblos del mundo habrían de seguir, y por los que finalmente todos los países sometidos a un régimen colonial seguirían con el tiempo.

Se presentaban con mucha claridad dos fenómenos políticos, sociales y económicos que han convergido en diversas partes del mundo, forjando cauces libertarios desde entonces y hasta ahora ininterrumpidamente, tratándose de conciliar el derecho a la libre autodeterminación con la interdependencia entre las naciones. Este fenómeno histórico tan complejo ha marcado de muchas maneras y en diferentes medidas, los cauces por los que se han canalizado las luchas libertarias en todo el planeta, y México, como es natural, no ha podido sustraerse a esta tendencia del proceso evolutivo de todo el mundo.

A fines del siglo XIX y principios del XX empezó a considerarse la importancia del petróleo en su uso como fuente de energía en la industria en general, y muy especialmente en los ferrocarriles y en los barcos, y aun cuando hubo algunos intentos previos llevados a cabo por mexicanos para establecer la explotación de los yacimientos descubiertos en el sur de Veracruz, en Tabasco y en el istmo de Tehuantepec, no tuvieron éxito y fueron los extranjeros Edward Doheny y Weetman Pearson quienes lograron establecer las primeras explotaciones a gran escala al amparo del Código Minero de 1884, y las leyes de 1892 y 1901.

El Código Minero de 1884 vino a terminar con el principio del dominio del subsuelo expresado terminantemente en las ordenanzas de Aranjuez, publicadas por Carlos III el 22 de mayo de 1783, que fueron la primera legislación minera dictada para México, habiendo estado vigente precisamente hasta 1884, pues los gobiernos del México independiente adoptaron también esta legislación que, dicho sea de paso, en 1938 habría de ser la fundamentación de casi todos los alegatos jurídicos que se llevaron a cabo contra la expropiación petrolera y sobre la propiedad del subsuelo.

Toca en suerte al régimen de Porfirio Díaz sentar las bases de los orígenes de la industria petrolera, y lo hizo renunciando al principio del ejercicio de soberanía, dando en propiedad el subsuelo a los superficiarios, concediendo exenciones de impuestos para la importación de los equipos necesarios, así como para la exportación de petróleo y con toda clase de complacencias para con las compañías extranjeras.

El Estado no percibía entonces ningún beneficio con las explotaciones que se iniciaron a principios del siglo XX, concediendo a favor de las compañías extranjeras una especie de extraterritorialidad. Socialmente, el país tampoco recibía beneficio alguno, ya que los convenios de trabajo impuestos a los obreros propiamente eran de servidumbre.

Así pues, Díaz sentó bases firmes sobre las que posteriormente habría de nacer un gran imperio económico extranjero que debía de ser quizás el mayor problema que tuvo el país para realizar su emancipación política y económica, constituyéndose como un Estado dentro del Estado, con un poderío económico y político al que ni siquiera la lucha armada revolucionaria había afectado, pues durante todo este periodo habían sido sostenidas por las fuerzas militares bajo el mando del general Peláez, que las protegió en sus bienes y personas.

Tenían también a su servicio las tristemente célebres guardias blancas, de las que se valían para manejar a los empleados mexicanos a punta de bayoneta, y para conservar la autoridad de hecho sobre las extensas zonas que dominaban, y llegaban incluso a controlar los caminos de las zonas petroleras, por los que solamente podían transitar personas gratas a ellas.

Pronto se planteó el problema serio de orden internacional, motivado por las compañías petroleras. El presidente Madero creó el primer impuesto llamado “del timbre” para gravar la producción del petróleo en tres centavos por barril.

En 1911, el embajador estadunidense Henry Lane Wilson se quejó ante el gobierno –en nombre de las compañías– de que el impuesto resultaba demasiado alto. Así quedaba establecida la costumbre que había de acarrear muchos y muy grandes problemas al país: la intervención diplomática para proteger los intereses de extranjeros, y que desde ese momento el gobierno mexicano no podría ejercer libremente actos elementales de soberanía nacional sin encontrarse con las limitaciones que los gobiernos extranjeros le impondrían, las cuales en muchos casos debían ser definitivas y terminantes, como veremos más adelante a consecuencia del fuerte grado de dependencia que subyacía en nuestras relaciones con otros países.

En junio de 1912 se volvió a expedir otro decreto aumentando los impuestos, y en septiembre del mismo año el embajador Wilson envió la siguiente nota al secretario de Relaciones Exteriores de México:

“El gobierno de Estados Unidos desea hacer saber al presente gobierno de México que con la consiguiente sorpresa y natural recelo ha sido informado de ciertas partes… al parecer influidas por la avaricia y por la mal querencia a las empresas estadunidenses a consecuencia de su nacionalidad, están… persiguiendo y robando a dichas empresas en cada oportunidad favorable que se les presenta. La Associated Press ha sido molestada repetidas veces por las innecesarias y enojosas restricciones de las cuales no puede hacerse completamente responsable al gobierno… Las empresas petroleras norteamericanas de la región de Tampico presentan pruebas indudables de que están siendo gravadas con impuestos casi insoportables… El gobierno de Estados Unidos se ve obligado a insistir en que cese inmediatamente esta persecución que prácticamente equivale a la confiscación, y espera recibir del gobierno mexicano la seguridad inmediata de que pronto se hará esto”.

viernes, marzo 28, 2008

Petróleo. "Impedir la traición a México"

La Jornada

Luis Javier Garrido
La traición

La disputa por el petróleo mexicano ha llegado a un momento crucial en la primavera de 2008, pues el gobierno ilegítimo tiene ya frente a él a amplios sectores de mexicanos organizados y decididos a impedir su entrega a multinacionales extranjeras.

1. La fuerza del movimiento nacional en defensa del petróleo convocado por Andrés Manuel López Obrador ha sorprendido de tal manera al gobierno de facto de Felipe Calderón, empeñado en ocultar mediante una amplia estratregia mediática su pretensión de entregar el control de los yacimientos petrolíferos de la nación a diversas corporaciones multinacionales, que éste no halla ahora cómo presentar la iniciativa de cambios legales con la que busca cumplir con una serie de acuerdos políticos inconfesables.

2. La enorme movilización de decenas de miles de mexicanos en la Plaza de la Constitución del martes 25, que los medios buscaron ocultar a toda costa pues fue la segunda de esta magnitud en una semana, significó el fracaso de la estrategia de medios diseñada por Mouriño y Calderón para desmovilizar a importantes sectores, pues lejos de eso mostró a un pueblo dispuesto a una serie de acciones de resistencia civil y cada vez más comprometido e indignado por el que ya se reconoce en todos los ámbitos como el más grave acto de traición a México que se intenta cometer desde mediados del siglo XIX.

3. La publicación de extractos del documento de la Secretaría de Energía titulado de manera hipócrita Fortalecimiento de Pemex, y enviado al PRI como un supuesto “diagnóstico” a fin de justificar la entrega que pretende hacer de los yacimientos petrolíferos mexicanos al capital trasnacional (La Jornada, 26 de marzo) no deja lugar a duda, pues lo que quieren Calderón, Mouriño y asociados, como todo mundo sabe, es modificar mañosamente la legislación secundaria de México en la materia para abrir una vía –que sería ilegal y en contravención a la Constitución– a fin de permitirle a Petróleos Mexicanos (Pemex) “celebrar alianzas o asociaciones” con las grandes multinacionales “para la exploración y la producción”, con lo que éstas tendrían así el control estratégico de la nación.

4. El “affaire Mouriño”, marcado por los gravísimos actos de corrupción que el empresario hispano que se ostenta como secretario de Gobernación confesó cínicamente estar cometiendo como funcionario público al autotorgarse contratos en materia energética, no ha podido por otra parte ser acallado por las campañas oficiales de desinformación, y no hace día a día más que crecer y confirmar que “la alianza” o “asociación” de Pemex con consorcios multinacionales (que esa es la forma que prevén para la privatización), al tiempo que reduciría a un México despojado al atraso, la miseria y el desempleo, cancelando por muchas décadas las posibilidades de un verdadero desarrollo, le permitiría lograr a Calderón y a sus amigos descomunales beneficios económicos.

5. La cuestión petrolera pone a México de esta manera a la hora de América Latina, pues es cierto que en un momento histórico en el que diversos gobiernos del continente plantean como fundamental el resistir al embate de las trasnacionales, defendiendo sus recursos estratégicos y fortaleciendo a las empresas petroleras del Estado, anacrónicamente Calderón y sus amigos buscan entregar a grupos privados un recurso básico que le ha costado décadas de sacrificio al pueblo mexicano, pero también lo es la circunstancia de que abajo las cosas están cambiando. El movimiento nacional en defensa del petróleo hermana al pueblo de México con las luchas de otros pueblos latinoamericanos en defensa de sus recursos básicos, muchas de las cuales en Bolivia, en Ecuador, en Perú o en Uruguay han constituido movimientos triunfantes que han impedido la privatización del agua, de la minería o de los recursos naturales.

6. El fracaso del gobierno para plantear su propuesta petrolera indigna incluso a sus propios aliados, pues hasta ahora no ha expuesto ninguna idea seria sobre la industria y carece de todo consenso, por lo que se ha limitado a una campaña de eslogans, la que por otra parte ofende a amplios sectores sociales, que ven una vez más el desprecio de Calderón por el pueblo.

7. El primer fracaso de Mouriño, y el que más interrogantes suscita, es frente al PRI, pues el senador Manlio Fabio Beltrones acusó el miércoles 26 a Calderón de alterar las cifras sobre las reservas de crudo y reiteró que “la reforma energética” no puede implicar modificaciones constitucionales, los contratos “de riesgo” o la privatización, evidenciando las divergencias que existen entre los priístas, que saben que si avalan la propuesta oficial y las alianzas de Pemex, el PRI dará un paso determinante hacia su extinción.

8. El segundo fracaso del gallego ha sido en su pretensión de imponer por la vía del fraude a Jesús Ortega en la presidencia perredista, lo que le habría permitido al gobierno espurio el control del PRD, dándole un aliado para sus políticas entreguistas y cancelando de paso la posibilidad de cualquier candidatura opositora en 2012. Ortega perdió las elecciones internas y no podría ser impuesto sino por medio de trampas, de manera que lo único logrado por Mouriño fue hundir en el lodazal del descrédito a decenas de columnistas y locutores, en particular al equipo de Televisa, que en su afán de servir al gobierno han lanzado una indigna campaña de desinformación que avergonzaría a cualquiera en un país democrático.

9. La experiencia de Mouriño como mapache electoral es de sobra conocida, pues Calderón llegó, como se sabe, a la Presidencia de facto tras dos fraudes electorales, el primero de los cuales fue en las elecciones internas del PAN de 2005 y en el cual intervino Mouriño: mismo que fue denunciado por Santiago Creel, el otro contendiente, tras los comicios de Yucatán y Jalisco, calificándolos como “un cochinero”, y aunque el gobierno foxista le impidió a Creel acudir a las instancias federales, Calderón quedó acreditado desde entonces como el político surgido del “cochinero”.

10. La movilización social en defensa del petróleo mexicano es por sobre todo esto la más importante en la historia reciente del país, y de ella debe surgir no sólo una defensa a ultranza de nuestros recursos estratégicos e impedir la traición a México, sino una refundación democrática de la nación.

martes, marzo 25, 2008

"Petróleo: El costo de la ignorancia"

La Jornada

Javier Flores

Petróleo: El costo de la ignorancia
El promocional de Pemex sobre la explotación de la riqueza petrolera en aguas profundas es lamentable por muchas razones. Una de ellas, en mi opinión la más grave, es la aceptación abierta de la falta de capacidad tecnológica de nuestro país para aprovechar uno de los recursos más importantes para su desarrollo económico y social. Esta incapacidad se observa como algo natural, como una verdad incuestionable que no debe sorprender a nadie: no podemos solos y tenemos que recurrir a otros para obtener a un costo muy elevado lo que nos pertenece… Es deprimente.

Pero esta visión, plasmada cínicamente en un acto de propaganda para justificar la entrega de nuestro principal recurso a los capitales extranjeros, no solamente está presente en el caso de los yacimientos del Golfo de México. Extiende sus seudópodos a todas las áreas de una industria que acaba de cumplir 70 años de haber sido nacionalizada. La exploración, el transporte y distribución de hidrocarburos, la petroquímica, la refinación, la producción de combustibles y el diseño de maquinaria y equipo son también escenarios en los que se impone una lógica fatal: como no podemos, como no tenemos la capacidad científica y técnica, se justifica entregar el patrimonio de los mexicanos a la voracidad de los capitales privados y las trasnacionales.

Queda claro que para el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa la razón principal para justificar la desnacionalización del petróleo es la falta de capacidad científico-técnica. Si 20 años no son nada, 70 creo que son algo. ¿Qué ha pasado que pueda explicar el atraso científico y tecnológico de una industria mexicana que podría ser una de las más avanzadas del mundo?

Cuando el general Lázaro Cárdenas firmó el decreto por el cual se nacionalizó el petróleo, las empresas expropiadas pusieron en duda la capacidad nacional para hacer frente a los retos de esta industria. Los ingenieros, técnicos y obreros mexicanos lograron sacarla adelante. Se creó además el Instituto Politécnico Nacional (IPN), que ha contribuido desde entonces a la formación de especialistas en diferentes áreas tecnológicas relacionadas con el petróleo.

Otro momento luminoso fue la creación en 1965 del Instituto Mexicano del Petróleo, cuyos objetivos originales fueron la investigación, y el desarrollo de disciplinas científicas básicas y aplicadas; la difusión de los desarrollos científicos y su aplicación en la técnica petrolera, y la capacitación de personal obrero. Este instituto fue el resultado de la visión de un gran mexicano: don Jesús Reyes Heroles, y su primer director fue nada menos el ingeniero Javier Barros Sierra.

En los primeros 30 o 40 años se tenía el impulso nacionalista de los pioneros y fueron creadas las instituciones para asegurar el desarrollo científico y tecnológico en la industria petrolera. Entonces, ¿qué pasó? ¿Por qué ahora se acepta como algo normal la incapacidad de México en materia de conocimientos en este sector, al grado de justificar la entrega de los recursos petroleros a los capitales privados nacionales y extranjeros?

Lo que pasó es que ingresamos a una etapa de sombras en la que ha predominado la depredación más descarada de los recursos naturales que son propiedad de la nación. Paulatinamente se han modificado leyes secundarias –como se pretende hacer ahora con la reforma energética– con el fin de burlar los preceptos constitucionales que establecen claramente que esta riqueza es de los mexicanos. Como se sabe, una de las estrategias del saqueo ha sido el desmantelamiento del sector estatal de la economía, una de cuyas piezas más resistentes ha sido precisamente el sector energético.

Pemex está al borde de la quiebra, según sostienen quienes se empeñan en entregarla a inversionistas extranjeros. ¿Cómo se ha logrado arruinar a la empresa que genera los mayores recursos para el país?, pues aniquilando sus capacidades científico-técnicas. Desde hace por lo menos tres décadas se ha producido el desmantelamiento de la investigación científica y tecnológica en el sector energético, por medio de los recortes presupuestarios y el abandono a los institutos Mexicano del Petróleo, de Investigaciones Eléctricas y de Investigaciones Nucleares. Si a esto se añaden los bajos recursos que se otorgan a las instituciones de educación superior públicas en las que se realiza investigación como el IPN, tenemos el panorama completo.

Quienes sostienen que la derecha tiene la visión más progresista para el desarrollo mienten, ya que el progreso de todas las naciones en el mundo está sustentado hoy en el conocimiento científico-técnico y no en la ignorancia, que, como vemos, tiene un costo muy alto. El petróleo es el ejemplo más claro.

Petróleo. Donde hay Misterio hay Dolo.

México SA
Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx

■ Con cinismo, legisladores panistas ocultan planes de privatizar el petróleo

A penas un mes atrás los legisladores de Acción Nacional fingían pública cuan colectiva demencia en torno a la existencia de una iniciativa de “reforma” del sector energético nacional, al tiempo que el presidente de tal partido aseguraba que su agrupación “carece de un diagnóstico” que “nos permita pronunciarnos” en uno u otro sentido, aunque “no tenemos prisa en ese tema”.

Cosas de la “magia” panista (léase política vergonzante), porque a punto de concluir marzo resulta que por el lado de este partido “la iniciativa de reforma energética estará lista en un plazo de 10 a 15 días” (léase primera semana de abril, a unos cuantos días que concluya el periodo ordinario de sesiones), según el coordinador de la bancada blanquiazul en San Lázaro, Héctor Larios, mientras en el Senado Rubén Camarillo, por Aguascalientes y secretario de la Comisión de Energía en Xicoténcatl, presume que el PAN “lleva más de un año haciendo un diagnóstico del sector energético con miras a su reforma”.

Lo anterior sólo quiere decir que los panistas (del inquilino de Los Pinos para abajo, incluidos el señor de los contratos, Germán Martínez, Héctor Larios, Santiago Creel y demás “olvidadizos”) abiertamente han mentido sobre la “reforma” energética, sus propuestas e intenciones, lo que al final de cuentas no es ninguna novedad, pero sí algo muy delicado tratándose del tema que se trata y su implicación en materia de seguridad nacional.

En el peloteo sobre la iniciativa de “reforma” energética, a lo largo del primer trimestre de 2008 los supuestos tirios y troyanos han sido igual de esquivos que de vergonzantes: de la “carencia de diagnóstico” y el “no tenemos prisa en ese tema” (Germán Martínez), al “llevamos más de un año haciendo un diagnóstico del sector energético con miras a su reforma” (Rubén Camarillo); del “no existe metodología para evaluar el sector energético”, a “la iniciativa estará lista en un plazo de 10 a 15 días” (Héctor Larios); del “será el Ejecutivo y la Sener quienes presenten la iniciativa” (Jesús Reyes Heroles G. G.), al “serán los actores políticos, sociales y económicos del país quienes analicen cuál es la mejor reforma energética que conviene a la nación” (Felipe Calderón); del que “serán los senadores quienes impulsarán la reforma energética” (Emilio Gamboa), al “no sabemos si serán los senadores o los diputados” (Héctor Larios); de “será para febrero próximo (el que pasó, pues) el proyecto de reformas energética de parte de la Presidencia de la República” (Ruth Zavaleta) y/o “en los próximos dos meses (febrero o marzo, que concluye) se presentará la iniciativa para la reforma energética integral” (Francisco Labastida); del “hago un llamado para que dialoguemos de manera abierta, objetiva y serena sobre las alternativas para fortalecer, y fortalecer de veras, a nuestra industria petrolera” (inquilino de Los Pinos), a “la reforma es para este periodo de sesiones” (Germancito), con ganas de “implementar un cinturón de seguridad en la periferia de San Lázaro” (Cristian Castaño).

En fin, una secuencia de vaguedades, desinformaciones, imprecisiones, mentiras y mucho, muchísimo cinismo en su intento por ocultar el único fin de la iniciativa de “reforma” energética: privatización, o como diría uno de los maestros del eufemismo, Jesús Reyes Heroles González Garza, “procurar que se permita que Petróleos Mexicanos pueda hacerse acompañar de otras empresas…”. Lo único cierto es que a los dueños de esa riqueza, los mexicanos, ni consulta, ni diálogo ni solicitud de permiso, pero sí, en medio de la fetidez, un indiscriminado bombardeo propagandístico que habla del “tesoro”, pero deja a un lado a los piratas, que no son muchos, pero sí terriblemente ambiciosos.

En medio de todo esto, Pemex informó que en el primer bimestre de 2008 “disminuyó la producción de petróleo crudo 6.4 por ciento al ubicarse en 2 millones 944 mil barriles diarios, en comparación con igual bimestre de 2007; la disminución fue resultado, principalmente, de la declinación prevista del campo Cantarell y de diversos factores operativos”. La reducción se traduce en cerca de 200 mil barriles por día.

Adicionalmente, la paraestatal dio a conocer que en el primer bimestre del año la exportación de petróleo crudo fue de un millón 432 mil barriles diarios, 14.6 por ciento menos que en igual periodo 2007, “debido principalmente a la baja en la producción de petróleo crudo”. Este volumen de exportación generó una captación de divisas de 6 mil 871 millones de dólares, derivado de un precio promedio ponderado de 79.98 dólares por barril.

La reducción promedio de 200 mil barriles diarios tiene su peso financiero, porque en el periodo de referencia se dejaron de percibir alrededor de 960 millones de dólares, sin duda un monto importante. Hasta allí la información oficial de Pemex.

Lo que no cita la paraestatal es que aún con la baja en la producción de crudo y considerando la reducción de las exportaciones en el periodo de referencia, el precio del barril mexicano en los mercados internacionales (63.22 por ciento superior al aprobado por la Cámara de Diputados) no sólo permitió evitar desajustes en el presupuesto federal, sino que aportó excedentes por 2 mil 660 millones de dólares en esos dos meses. Si a esta cantidad se restan los 960 millones producto de la caída en el volumen exportado, el saldo neto de los excedentes queda en mil 700 millones de billetes verdes, monto por demás atractivo que bien podría dedicarse a la exploración y explotación de nuevos campos petrolíferos.

Las rebanadas del pastel

Algunos dicen que “Pemex ya no es costeable”, por lo que “tiene que hacerse acompañar de otras empresas”. La aritmética no les da la razón: para extraer el millón 432 mil barriles del crudo que cotidianamente exportó a lo largo del primer bimestre de 2008, Petróleos Mexicanos invirtió 6.16 millones de dólares diarios; a cambio obtuvo, también cada 24 horas, 114.53 millones de billetes verdes. Para “no ser costeable”, nada mal está un diferencial favorable de mil 760 por ciento entre lo invertido y lo obtenido.

domingo, marzo 23, 2008

Petróleo. Más vale solos que mal acompañados.

Antonio Gershenson
gershen@servidor.unam.mx

Caen más los pretextos para privatizar

El jueves 13 de marzo el Senado de Estados Unidos acordó extender la moratoria que impide el arrendamiento federal, para desarrollos de gas o petróleo, de la mayor parte de la plataforma continental externa. Esto está incluido en el presupuesto para el año fiscal 2009. Es parte de otras medidas que restringen desarrollos de estos hidrocarburos en otras áreas. Esos acuerdos vienen de antes, ahora se extienden a 2009. Y se informa que 30 estados del país vecino los han aprovechado para frenar desarrollos petroleros y gaseros.

Esto muestra que el “espantapájaros” del popote, que según funcionarios en dos años ya sería real, mediante el cual se extraería petróleo del lado mexicano desde el lado estadunidense, está fuera del proceso real de explotación de aguas profundas en el Golfo de México.

Claro, los senadores ni siquiera hablan de aguas fronterizas con México, que no están planteadas más que en algunos discursos. De manera más general, hay una prohibición, no sólo de perforar, de ni siquiera arrendarles a las empresas petroleras, tramos de la plataforma continental externa. Y si se aplica para el año fiscal de 2009, pues durante todo ese tiempo, por lo menos, tendrá vigencia.

Si se arrendaran tramos de esa parte de las aguas territoriales estadunidenses, que está por verse, esto ya sería en 2010. Y a partir de entonces, tendrían que empezar los estudios, como sismografías, durante años, para ver si es posible perforar de manera exploratoria y ver si hay, y si es económicamente explotable, gas y petróleo en cada tramo arrendado.

De modo que además de los obstáculos diplomáticos, el “popote” no es un problema inminente. Lo que se implica en estas y otras declaraciones de funcionarios y legisladores es que lo más importante son las aguas profundas, que Pemex no lo puede hacer solo, y que necesita asociarse con empresas extranjeras para ese fin. Ese es el fondo de su discurso.

Esta es una cadena de mentiras. El acuerdo del Senado estadunidense muestra que no es inminente ni siquiera el arrendamiento de autoridades federales a empresas petroleras. Tampoco es lo más importante perforar en el fondo de las aguas profundas, donde no hay nada de reservas, ni probadas, ni probables, ni posibles. Es prioritario desarrollar zonas en las que tenemos reservas y las podemos aumentar y desarrollar, y además a un costo mucho más bajo que en aguas profundas.

Tampoco es verdad que Pemex no pueda hacer ese trabajo sin asociarse con empresas extranjeras: ya perforó cuatro pozos en aguas profundas. Por cierto que dos de estos pozos sirvieron para encontrar gas, uno petróleo y el otro nada. Y el petróleo resultó ser muy pesado, muy viscoso, muy difícil de extraer además de la profundidad, y de menor valor comercial. Allá, muy abajo, donde están depósitos de crudo muy pesado, hace más calor que afuera. Pero al salir el petróleo, si se pretende sacarlo, llega a lugares más fríos e incluso se tapa el ducto al solidificarse más ese petróleo. En Venezuela, a profundidades mucho menores, se ha inyectado diesel para que el crudo extrapesado pueda fluir.

Lo que sí se ve es que la derecha está ansiosa de meter a empresas extranjeras al sector petrolero, que ya lo están mediante contratos que violan la Constitución, pero ahora también como asociación. De hecho, ya han dado pasos en ese sentido. Quieren avalar lo que ya han hecho, y hacerlo en mayor medida, con cambios en las leyes, los cuales serían contrarios, también, a la Constitución.

Se ha dejado, al mismo tiempo, con recursos insuficientes, el desarrollo de zonas más accesibles, como las del litoral de Tabasco y otras marítimas, e incluso en tierra, en áreas que, en ambos casos, producen crudos ligeros y con más gas asociado. Además, se “saltaron” áreas muy grandes de profundidad intermedia, de 200 a 500 metros, en las que el costo es menor que en aguas profundas, no sólo por la menor profundidad del agua sino porque la infraestructura cuesta menos al estar más cerca de la parte terrestre.

Como ya se ha dicho, los funcionarios acuden a repetir, a reiterar en los medios de difusión a alto costo, esas mentiras, confiando en que así la gente acabará por tomarlas como si fueran la verdad. Ante eso debemos buscar las formas posibles de difundir lo que en realidad está pasando.

viernes, marzo 21, 2008

Petróleo. En juego nuestra libertad y soberanía.

La Jornada

Luis Javier Garrido

El tesoro

El caso de Felipe Calderón y Juan Camilo Mouriño es patético, pues en su torpe empeño por defenderse ante las evidencias de los actos de corrupción que están cometiendo en la industria petrolera, buscan ahora apoderarse de la dirección nacional del PRD e imponer a un secuaz suyo.

1. La urgencia que tiene el gobierno de facto de Felipe Calderón por acelerar la privatización de la industria petrolera responde a dos intereses fundamentales, ninguno de los cuales son del pueblo mexicano. Las mafias de poder económico que controlan a Calderón –y a las que él está ya asociado– quieren modificar el marco constitucional y legal en materia petrolera para a) proseguir el desmantelamiento del Estado nacional mexicano conforme al proyecto neoliberal impuesto desde Washington, y b) a fin de poder explotar en beneficio propio lo que en las leyes mexicanas es un bien público: que debe servir a todos y no a unos cuantos.

2. La publicación de una serie de datos sobre los actos de corrupción cometidos por Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación, en la industria petrolera, y que involucran directamente a Felipe Calderón, quien aparece como beneficiario de la privatización, abrieron, sin embargo, una crisis política que no sólo pone en entredicho cualquier iniciativa del gobierno espurio en materia energética, sino la supervivencia misma del régimen calderonista, cuya ineficiencia, desprecio a la ley y escandalosos actos de corrupción tienen hartos no sólo a los mexicanos, sino de paso a muchos grupos de poder aliados suyos, y al no poder responder a la situación el gobierno de facto está agravando su situación.

3. El extraordinario discurso de Andrés Manuel López Obrador el 18 de marzo en la Plaza de la Constitución en el 70 aniversario de la expropiación, puntualizando la importancia estratégica que tiene para México mantener la industria petrolera en manos del Estado para poder ser un país libre y soberano, alertando sobre la privatización disfrazada que planean el PAN y el PRI al pretender modificar la legislación secundaria para “legalizar” los contratos de servicios múltiples y la asociación con consorcios trasnacionales, y la posibilidad de un albazo legislativo en ese sentido, y anunciando un plan nacional de movilización civil pacífica, exacerbó el nerviosismo de los ultraderechistas que pretenden gobernar y las contradicciones en el interior del PRI.

4. El PAN nació en 1939, financiado por las compañías petroleras expropiadas, y con un objetivo central que era echar abajo las reformas cardenistas, lo que ahora les da una coartada a los panistas, pero el PRI defendió en el pasado los principios del artículo 27 constitucional, y un director de la paraestatal, Jesús Reyes Heroles, como recordó López Obrador, se opuso con tenacidad a los “contratos riesgo” que comprometen el destino del país, y que hoy defiende su hijo al frente de Pemex.

5. Mouriño y Calderón sufrieron en menos de una semana dos derrotas que agravaron su situación de debilidad y comprometieron aún más su proyecto privatizador. La primera fue la derrota del PP español en las elecciones del día 9 que impidieron a los neofranquistas Aznar y Rajoy –mentores, socios y protectores de los panistas– regresar al gobierno desde donde hubieran sido un apoyo invaluable para éstos, y aunque Zapatero y el PSOE impulsan también la voracidad de las trasnacionales hispanas en América Latina, y en particular de la Repsol, uno de los 10 mayores consorcios petroleros del mundo, la situación no es la misma. Y la segunda fue la victoria de Alejandro Encinas en las elecciones internas del PRD derrotando el domingo 16 a Jesús Ortega, candidato de Calderón.

6. La torpe reacción de Mouriño y Calderón, que en evidente colusión con el equipo de Ortega, han lanzado una grosera campaña mediática para calificar como fraudulentas las elecciones perredistas y descalificar la victoria de Encinas, pretendiendo además con golpes fraudulentos de mano revertir los resultados para poder anularlos con la intervención del tribunal electoral, no revela más que la desesperación de estos pillos que se adueñaron del poder por un fraude, y que al fracasar este otro fraude que instrumentaron para el domingo 16 en alianza con el equipo orteguista insisten con todo el peso del Estado en imponerle una dirección al PRD con el fin de paraestatalizarlo, marginar a López Obrador y facilitar la privatización.

7. La mentira mayor de los medios en este aspecto es que no se trataba de elecciones internas entre dos candidatos internos –Encinas y Ortega–, sino de elecciones cruciales para el gobierno calderonista en las que uno de los dos candidatos –Jesús Ortega– era el candidato de Calderón por lo que el gobierno calderonista y sus dependencias –desde Sedesol hasta los gobernadores afines—, así como los medios, intervinieron para ayudarlo por la vía ilegal, como ahora quieren seguir haciéndolo.

8. El obstáculo mayor que encuentra el gobierno espurio para privatizar el petróleo mexicano no está, sin embargo, en un partido –el PRD– ni en el Frente Amplio Progresista, y ni siquiera en las fuerzas sociales aglutinadas en la convención nacional democrática, sino en las grandes mayorías del pueblo mexicano, que están oponiéndose a esa privatización y a los actos de corrupción de Calderón y Mouriño y de todos sus secuaces: César Nava, Alfredo Elías Ayub, Dionisio Pérez Jácome, Diego Zavala y toda la red delincuencial que tienen en el interior de Pemex.

9. Calderón y Mouriño, que usufructúan de manera ilegal el poder, no hallan cómo resolver su situación y distraer del debate sobre sus actos de corrupción que frena su proyecto, pues para mantenerse en el cargo buscan ahora apoderarse del PRD y poner en su dirección a Ortega, o, se dice, a un cardenista, dada la convergencia de los planteamientos en materia petrolera del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas con Calderón.

10. La entrega del petróleo mexicano al capital extranjero, sin embargo, no va a pasar: no sólo porque es contraria a la razón y a la ley, así como a la historia de luchas del pueblo mexicano, sino porque amplios sectores de mexicanos están decididos a impedirla.

miércoles, marzo 19, 2008

Explotación Petrolera.1938-2008

Haremos un breve ejercicio retrospectivo de lo que ha significado para México y su sociedad el ser dueños de esta riqueza petrolera y las repercusiones o impacto en lo económico, político y social.

Imaginemos que pertenecemos a una gran familia en el México de 1938,
en ella observamos que sus miembros son diversos en cuanto sus orígenes étnicos principalmente con raíces indígenas y españolas la población nacional registra 18 millones de habitantes (aprox.) que se ubican principalmente en pequeños poblados, su principal avance se da en la construcción de ferrocarriles nacionales y hay gran trabajo en la construcción de carreteras, se inicia el florecimiento de ciudades donde se ofrecen todo tipo de servicios que más tarde cambiarán el perfil social, de rural a urbano. Este México es pos revolucionario, cuenta ya con la constitución progresista de 1917 está en el poder presidencial el general Lázaro Cárdenas del Río, impulsa a las organizaciones obreras y campesinas pero su aportación más valiosa es sin duda la expropiación petrolera. Con esta medida política devuelve a la Nación Mexicana este recurso que representó y representa la principal palanca del desarrollo social y económico para el país.

En este trayecto de 70 años, por principio se demostró con la expropiación petrolera que los mexicanos fueron capaces no únicamente de responder en el plano político para sortear las presiones del exterior sino además sacar adelante los trabajos técnicos que demandaba la industria petrolera en esa etapa.

Con el paso del tiempo se fueron formando y
especializando,investigadores, ingenieros, trabajadores técnicos; creándose carreras de ingeniería en la especialidad petrolera tanto en el Politécnico como en la Universidad Nacional Autónoma de México. La experiencia acumulada ha sido tal que nuestros especialistas en petróleo han compartido y competido con los mejores, asesorando a empresas trasnacionales y a países petroleros.

Hoy por hoy el país cuenta con instituciones que preparan con excelencia a ingenieros petroleros y personal técnico.

La organización para esta función estratégica del estado mexicano se orienta principalmente por el articulo 27 de la constitución que contempla la importancia de salvaguardar esta riqueza energética en toda su linea, es decir desde la exploración, detección de yacimientos, extracción, refinación,comercialización, mantenimiento, seguridad de infraestructuras, administración y planeación estratégica.

El avance industrial que México presenta es principalmente en este sector energético, no sólo por lo que sus cifras de producción de barriles diarios ofrecen, 3,082 (tres millones ochenta y dos mil) sino por el impacto en gran parte de la actividad industrial,comercial y social que acompañan al oro negro.

Cuando se dice que el petróleo es una de las principales palancas para generar desarrollo, esto se puede corroborar analizando a cada gobierno en el poder, así se observan altas y bajas en sus gestiones políticas; aquí es necesario subrayar como los últimos cinco gobiernos han frenado al país entero en su desarrollo al atentar uno tras otro contra la constitución mexicana, sus instituciones y contra la sociedad entera.Como ejemplo simplemente utilicemos algunas materias básicas que cualquier país democrático debe aprobar y demos una calificación a estos últimos cinco gobiernos (de 1982 a 2008):
Salud--Educación--Empleo--Agricultura--Justicia--Protección de Recursos Naturales--Industria--Comunicaciones--Seguridad--Democracia...

Desgraciadamente la palanca de desarrollo está en manos de reprobados completos así la evaluación castiga a los ciudadanos que somos los únicos que padecemos los efectos depredadores de tal falta de capacidad política y sensibilidad social .

La esperanza nos la proporciona la historia misma
cuando observamos como fué el principio del proceso de expropiación petrolera, cuando el gobernante trabaja para el pueblo éste participa y comparte su fuerza, la simple lógica en política comprende claramente, que es pueblo, que es estado, que es nación y que es gobierno.

Volvamos a la metáfora del petróleo como una de las palancas de desarrollo social, político y económico del país, lo cierto es que hoy en el 2008 se da una gran producción con precios históricamente altos(se rebasan los 90 dólares por barril) sin embargo en lo social aunque el presupuesto federal reporta que el 40% del total lo aporta la renta petrolera,la realidad es que se pagan precios de gasolinas altos, gas caro y los impactos en empleos,educación pública, servicios de salud y sociales van éstos sí a la baja.

Obviamente si las materias básicas que ya se mencionaron no están siendo bien atendidas aparece el fenómeno que todos conocemos como injusticia social y su principal expresión es la pobreza extrema, aquí estamos con un país con multiples recursos (palancas de desarrollo) enfrentando a gobiernos que lejos están del piso donde nacieron y la danza de los recursos multimillonarios los vulve locos de contentos y llegan como gestores nacionales y trasnacionales a traficar con los recursos de la nación realizando brillantes "negocios". Ahora se exhibe uno de ellos "afortunado negociante" en las listas de la vergüenza con una fortuna de 60mil millones de dólares.

Con este enfoque se viene dando tratamiento al asunto del petróleo
"que si se agotan ya nuestros principales pozos, que Pemex ya no tiene viabilidad financiera, que no tenemos capacidad tecnológica en exploración y perforación, que no hay recursos para inversiones, que las aguas profundas..." su actual intención la reflejan sus discursos contradictorios, es clara, pretenden "negociar" este recurso con los postores históricos norte americanos y ahora aparecen empresas petroleras sin petróleo como la española Repsol.

Las dos fotografías que aparecen abajo dicen más que mil palabras.

Zócalo Expropiación Petrolera 1938

Rezan las Mantas "NO VOLVERAN"



Zócalo Defensa del Petróleo 2008

martes, marzo 18, 2008

Petróleo. "No a la privatización"

La Jornada

Editorial

No a la privatización


Hoy, a 70 años de la expropiación petrolera, realizada por el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río con el apoyo contundente del pueblo de México, el estatuto nacional de los hidrocarburos y de la industria correspondiente enfrenta la más grave amenaza en estas siete décadas: en estos días se desarrolla el más sostenido intento de los intereses privatizadores que controlan el poder público por iniciar la transferencia de Petróleos Mexicanos (Pemex) a manos de particulares.

Ciertamente, estos intentos no son nuevos; han formado parte de la agenda de las más recientes administraciones federales: en 1986, el gobierno de Miguel de la Madrid inició la reclasificación de los productos petroquímicos básicos –cuya producción estaba reservada al Estado– en secundarios, los cuales pueden ser fabricados por particulares. Carlos Salinas continúo con el debilitamiento de la industria petroquímica y durante su sexenio, con la promulgación de la Ley Orgánica de Pemex y Organismos Subsidiarios, se concretó la desintegración de la paraestatal en cuatro empresas subsidiarias de carácter descentralizado. Ernesto Zedillo creó los Proyectos de Inversión con impacto Diferido en el Gasto Público (Pidiregas), mediante los cuales Pemex ha adquirido una deuda excesiva con los capitales privados, y Vicente Fox impulsó la llamada “privatización silenciosa” con un esquema de contratos de servicios múltiples diseñado para favorecer a las empresas trasnacionales.

En la actualidad, en vista del repudio generalizado de la sociedad por la eventual desnacionalización de la paraestatal, el grupo gobernante ha adulterado la realidad y, con base en triquiñuelas publicitarias, disfraza el designio privatizador como un intento por sanear y fortalecer a Pemex, e incluso por consolidar el estatuto de propiedad nacional de los hidrocarburos. El tema ha sido presentado a la opinión pública en forma tramposa, y el diagnóstico que se ofrece sobre la realidad actual de la industria petrolera nacional está fundado en falsedades: se afirma que no hay recursos, cuando sí existen, sólo que en vez de invertirse para fortalecer a Pemex se han ido por el agujero de la corrupción, la frivolidad y el dispendio gubernamental; se subraya la importancia de generar “alianzas” con empresas experimentadas en la exploración de yacimientos en aguas profundas, cuando la paraestatal cuenta con recursos propios suficientes, y hasta sobrados para tal efecto, y ni siquiera queda claro si hoy por hoy es indispensable avanzar en ese tipo de explotación.

En su afán de convencer a la opinión pública de la necesidad de acceder a la tecnología de punta por medio de cesiones nunca explícitas, pero que afectarían el dominio nacional de los recursos nacionales y la soberanía misma, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa ha llegado incluso al chantaje, al afirmar que para dotar a Pemex de los recursos que necesita tendría que retirarlos de otros rubros, como el gasto social, la salud y la educación, como si no fuera posible obtenerlos reduciendo los elevadísimos sueldos de los altos funcionarios públicos, eliminando gastos suntuosos de la administración pública federal y con un ejercicio fiscal eficiente, que grave a los grandes causantes en lugar de ensañarse con los pequeños contribuyentes. Adicionalmente, persiste una campaña sucia de desinformación para denostar a quienes se oponen a la entrega total o parcial de la industria petrolera nacional a las corporaciones trasnacionales.

El grupo que gobierna recurre una vez más –es su signo– a abordar los grandes asuntos nacionales por la puerta trasera, con la ilusión vana de ahorrarse costos políticos: en lugar de actuar de frente y poner sobre la mesa un proyecto de reformas constitucionales, que sin duda sería rechazado por la mayor parte del país, se emprende una campaña propagandística orientada a torcer el sentir de la población, a desinformar y a manipular, con el propósito de crear condiciones mínimas de opinión previas a la privatización que pretende consumarse y que significaría, ni más ni menos, un retroceso de 70 años en la historia nacional. Como un camino alterno a la adulteración de la Carta Magna, los privatizadores podrían intentar modificaciones a la ley secundaria, como las que hicieron posible la participación de corporaciones extranjeras (Mitsubishi, Unión Fenosa, Iberdrola y Electricidad de Francia) en la industria eléctrica nacional.

Así como hace 70 años el país respaldó sin reservas la expropiación decretada por el presidente Cárdenas, hoy en día la sociedad tiene la tarea de movilizarse para cerrar el paso a los designios privatizadores y a cualquier intento de entrega de la industria petrolera a particulares. Lo que está en juego es nada menos que las posibilidades de desarrollo nacional, la soberanía nacional y la viabilidad misma del país.

lunes, marzo 17, 2008

Petróleo.

México SA

Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx

Calderón, ejemplo de cómo se viola la Constitución, pero hace como que la respeta


A pesar de su efímero paso por la Secretaría de Energía, desde marzo de 2004, como orador oficial en el 66 aniversario de la expropiación petrolera (ese mismo día el presidente Fox fijó prioridades y prefirió inaugurar la Convención de Banqueros en Acapulco), Felipe Calderón exigió “mayores inversiones en Pemex para devolverle su viabilidad… allegarle mayores recursos, sin menguar ni reducir los que para su diario sustento necesita la nación entera… no podemos aguardar a que esos riesgos se conviertan en amenazas reales; no podemos permanecer inactivos ante la evidencia de que posponer los cambios necesarios no nos permitirá crecer como país y ser competitivos a nivel mundial”. Lo anterior, dijo, “bajo la premisa indispensable del manejo honesto, limpio y transparente”.

Pues bien, ya sentado en Los Pinos ha reforzado la política gubernamental de exprimir las finanzas de Petróleos Mexicanos (en 2007 le “quitó” 103 por ciento de sus ganancias); insiste en aquello de “mayores inversiones”, aunque ahora, tímidamente, sí habla del origen de tales dineros; el manejo de la política petrolera y de su iniciativa de “reforma” ha estado por demás alejada del “manejo honesto, limpio y transparente” por él presumido y, en efecto, se mantiene “activo” para lograr la privatización del sector energético nacional. Mañana, en el acto conmemorativo del 70 aniversario de la expropiación petrolera, tiene una oportunidad de oro para oficializar su línea de acción en la materia, más allá de multimillonarios esperpentos propagandísticos.

El de Calderón, pues, es un ejemplo más de cómo, violándola, los mandatarios hacen como que respetan la Constitución. El michoacano, sin duda, se ha ejercitado en estos menesteres con el ejemplo de sus cuatro antecesores en Los Pinos, aunque ellos no son los únicos, pues en la historia reciente del país sobran enseñanzas de tales violaciones, caso concreto del artículo 27.

En 1901, cuando Porfirio Díaz expide su Ley Petrolera (regalo de Navidad de ese año), el “tesoro” estaba a flor de piel en tierra firme, y los piratas que lo explotaban eran los mismos que 106 años después zopilotean en pos de ese mismo “tesoro”, pero “escondido” en el Golfo de México. Por ello, el constituyente de 1917 claramente fijó las reglas del juego, pero debieron transcurrir ocho años, para que en diciembre de 1925 el entonces presidente Plutarco Elías Calles emitiera la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional, cuyo contenido violaba las reglas de aquel constituyente.

Y esa fue la constante, hasta que el presidente Lázaro Cárdenas expropió la industria petrolera. Concluido su mandato, el general Manuel Avila Camacho de nueva cuenta torció el precepto constitucional, y el empresario-funcionario (que bien puedo ser padrino de Juan Camilo Mouriño) fue más allá, privilegiando los contratos de riesgo. Debieron transcurrir casi 40 años, para que se emitiera una verdadera ley reglamentaria del 27 constitucional, el penúltimo día del mandato de Adolfo Ruiz Cortines, lo que tampoco fue garantía para hacer cumplir la Constitución.

En el 32 aniversario de la expropiación petrolera, el 18 de marzo de 1970, el entonces director de Pemex, Jesús Reyes Heroles (padre del actual encargado de la misma tienda) reseñó lo que durante el alemanismo fue moneda de cambio: los ilegales contratos de riesgo para la exploración y perforación petrolera con empresas privadas, que permitían “como remuneración o pago el rembolso de los gastos o inversiones por trabajos ejecutados, sin plazo de vencimiento, con una parte de la producción que se obtuviera en los pozos perforados –el valor de 50 por ciento de los hidrocarburos producidos– y una compensación que fluctuaba entre 15 y 18.5 por ciento su valor por 25 años”. Cinco años atrás, este personaje comunicó a las empresas contratistas que “el término contractual de 15 años para exploración y perforación estaba vencido, conforme a las reformas constitucionales, de tal suerte que no existía posibilidad de renovar, prorrogar o firmar nuevas concesiones”.

Reyes Heroles (el original) informaba que el 27 de febrero de 1970 “se cerró este ciclo de la política petrolera mexicana, con la rescisión de los contratos conocidos como Pauley Noreste de exploración, producción y ventas, que abarcaban un área de 923 kilómetros cuadrados en el estado de Tamaulipas, mediante el pago de 55 millones de pesos (4 millones 400 mil dólares). Pemex había rembolsado para 1964 el total de las inversiones realizadas por los contratistas, con excepción de las correspondientes a los contratos de tierra sumergida y tierra firme, y entregaba una compensación mensual promedio de 4 millones 415 mil 360 pesos... Es así como (el gobierno de la República) sin limitaciones de ninguna especie, libera 3 mil 858 kilómetros cuadrados del territorio nacional para la explotación exclusiva de Petróleos Mexicanos en beneficio de la nación, sin necesidad de ofrecer participaciones o derechos sobre el valor de la producción del subsuelo. Con recursos propios y financiamientos normales, proseguirá, de hoy en adelante, el desarrollo y progreso de la industria petrolera”.

Treinta y ocho años más tarde, con el hijo entre los más cumplidos impulsores, Calderón y sus neo científicos quieren volver al pasado, pero hablando de futuro.

Las rebanadas del pastel

De la lectoría y el multimillonario esperpento propagandístico: “¿Es legal lo que hace el director de Pemex? Petróleos Mexicanos utiliza spots televisivos para promocionar cambios legales que permitan compartir ganancias en la explotación del petróleo, con las empresas privadas extranjeras. El director de Pemex, Jesús Reyes Heroles González Garza, debería tener claro que su obligación como funcionario es respetar las leyes vigentes: es ilegal que con recursos públicos pretenda crear una corriente de opinión favorable a las ´reformas´ que quieren efectuar en la Constitución. Su obligación es aportar datos completos y fiables que permitan a los ciudadanos diagnosticar la situación real de Pemex, y sus opciones de desarrollo futuro de mediano y largo plazos” (José Luis Apodaca Villarreal, japodaca@prodigy.net.mx).

jueves, marzo 13, 2008

"América Latina necesita un foro sin Estados Unidos"

La Jornada

Ángel Guerra Cabrera
aguerra_123@yahoo.com.mx

América Latina necesita un foro sin Estados Unidos

El rotundo rechazo de la cumbre del Grupo de Río en Santo Domigo a la agresión militar a Ecuador y el desmontaje del gravísimo conflicto diplomático derivado de aquella, ha hecho sentir de nuevo el amargo sabor de la derrota a Bush, que anhelaba el incendio del área andina. Al revés, tuvo que tragarse la manifiesta y vibrante voluntad de unidad, concertación y paz latinoamericana y caribeña enarbolada en la capital de Quisqueya.

La gran lección de la cumbre es la enorme capacidad de diálogo y entendimiento de los gobiernos de nuestra región, que por sobre sus diferencias ideológicas –a veces antagónicas– pueden superar crisis aparentemente insolubles siempre y cuando las ventilen sin la presencia de Estados Unidos. La mejor prueba es que días antes, en la sede de la OEA en Washington, pese a que por primera vez en su historia todos condenaron a título individual una intervención de clara inspiración estadunidense, no fue posible traducirlo en pronunciamiento colectivo debido exclusivamente a las presiones yanquis. En cambio, pese a que éstas aumentaron vísperas de la reunión en República Dominicana, como le informaron al presidente Rafael Correa varios de sus homólogos, terminaron estrellándose contra la determinación mayoritaria. Sobra razón al ecuatoriano cuando a la luz de esta experiencia afirma que es necesario crear una Organización de Estados Latinoamericanos donde no esté el imperio. Yendo a la historia se constata que la OEA nunca ha condenado una sola fechoría yanqui contra nuestra América ni ha defendido ninguna de sus causas justas.

Al éxito de la reunión contribuyeron así mismo otros factores decisivos. Los más importantes, la indeclinable y altiva defensa de la soberanía ecuatoriana y exigencia de una condena a su vulneración mantenida por Correa y la unanimidad en la reprobación al ominoso precedente, incluyendo la resuelta postura de pesos pesados como Brasil y Argentina de no admitir bajo ningún pretexto la violación de la integridad territorial de otro Estado, que dejaron aislado a Uribe. La diestra y diáfana conducción de la cita por el presidente dominicano Leonel Fernández, creó el clima para que una brillante y equilibrada intervención de Hugo Chávez la llevara, apoyada por las de Daniel Ortega y Evo Morales, al punto de inflexión que alejó la sombra de una guerra fratricida y condujo al inesperado final. La única actitud favorable a los pueblos latinoamericanos, una vez asegurada la censura de la cumbre al ataque armado contra Ecuador, era no insistir en las grandes diferencias de enfoque enfrentadas en aras de distender el clima bélico creado.

El histórico acontecimiento fue también resultado de los cambios políticos que han modificado la correlación de fuerzas en América Latina en detrimento del coloso del norte y de la profunda crisis de hegemonía –política, militar y económica– que lo sacude.

Pero las raíces del incidente, momentáneamente desactivado por el Grupo de Río, se mantienen inalterables: el conflicto colombiano, fruto de una realidad social y política muy injusta y humanamente devastadora, incentivado por el Plan Colombia/Patriota, núcleo de la febril trama estadunidense de subversión e injerencia militar en América del sur, apuntada a derrocar a los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia y estrechamente enlazada con la feroz arremetida contra Cuba.

Frente a la derrota en Santo Domingo el bushismo manifiesta su insatisfacción, sube el volumen mediático al supuesto apoyo de Caracas y Quito a las FARC utilizando las célebres computadoras milagrosamente sobrevivientes del bombardeo de saturación y amaga con incluirlos en su lista de Estados auspiciadores del terrorismo. Quiere a toda costa reavivar la tensión en la zona andina.

Por lo pronto, el 17 de marzo es la reunión de cancilleres en la OEA, y ya lo sentenció Correa, si no condena la agresión habrá que tirarla “al basurero de la historia”.

domingo, marzo 09, 2008

Petróleo."Avances de países petroleros... pero no de México"

La Jornada

Antonio Gershenson gershen@servidor.unam.mx

Avances de países petroleros... pero no de México

El gobierno estadunidense tuvo un revés en su trato con los países exportadores de petróleo, concretamente la OPEP. Les demandó que aumentaran los niveles de producción de petróleo crudo, debido a los precios de este energético, que una y otra vez rebasan los 100 dólares por barril. Los miembros de esta organización, reunidos en Viena, no sólo rechazaron esa demanda, sino que cancelaron una posible reunión extraordinaria para examinar la situación y ver si procedía aumentar la producción.

El presidente de la OPEP, además, dijo que los precios no estaban altos por falta de producción, que no había escasez de crudo en el mercado, sino que estos precios se debían a un mal manejo de la economía estadunidense y a la especulación financiera. En torno a esto se han publicado datos adicionales.

Se ha mencionado que el dólar sigue cayendo, y como en la mayoría de los casos el petróleo se vende en dólares, esa caída le quita valor al petróleo, le quita poder de compra. En varios países se ha recurrido a vender el petróleo, total o parcialmente, en euros o en otras monedas “fuertes”. Otro hecho es que, ante el principio de crisis o recesión en Estados Unidos, que ha afectado a las bolsas de valores, parte de los inversionistas han preferido comprar papeles de la industria petrolera o de plano cargamentos de crudo, contribuyendo a su encarecimiento.

Se ha relacionado también una parte de los ascensos del mencionado precio a dos conflictos que afectan a Venezuela. El primero es con la trasnacional Exxon Mobil, en el que la OPEP se pronunció apoyando al país suramericano. El otro fue el bombardeo y ataque del ejército colombiano contra guerrilleros negociadores de la libertad de secuestrados, que estaban en territorio de Ecuador, matando también a civiles. Venezuela expulsó al cuerpo diplomático colombiano de su país. Por cierto que el gobierno estadunidense aplaudió ese ataque.

Hay que hacer notar que en la OPEP, así como hay países con los que el gobierno estadunidense no tiene buena relación, como precisamente Venezuela e Irán, también hay países que son sus aliados, como Saudiarabia y Kuwait. Pero en este caso la respuesta fue de toda la organización petrolera. De Wall Street salió una explicación: la OPEP está enojada porque les piden aumentar la producción, mientras que el dólar se hunde y el gobierno que se los pidió no hace nada al respecto. Por un lado, la baja del dólar mejora las exportaciones estadunidenses, pero por otro, parte del dinero se va a monedas más firmes, como el euro, el franco suizo, la libra esterlina y el yen.

Había incluso un antecedente: el presidente de Estados Unidos había viajado en enero a Saudiarabia para buscar un aumento de producción. También fueron ignorados esos esfuerzos. Ya en Viena, el ministro del Petróleo de este país dijo que no era necesario aumentar la producción ni en un solo barril. Empresas petroleras confirmaron que el crudo no había faltado. Y esto además viene después de varios casos en los que países petroleros lograron mejorar sus respectivas posiciones frente a trasnacionales de los hidrocarburos.

Venezuela ha estado cambiando contratos petroleros que tenía con trasnacionales, de modo que la empresa nacional de ese país quedara con participación mayoritaria en todos los casos en los que intervenía. En Rusia también ha estado aumentando la participación de empresas públicas en proyectos de inversión mixta, tendiendo a ser mayoritaria general. En el caso del gas, que se considera estratégico, la empresa estatal Gazprom tiene ya control mayoritario de los proyectos más importantes, tendiendo a que eso sea general.

Países petroleros y gaseros de la zona del mar Caspio han mejorado su posición ante las trasnacionales que ya participaban. En Noruega está anunciado el aumento del porcentaje de acciones en manos del Estado en la empresa StatoilHydro, que ya era de participación estatal mayoritaria. Parece que el gobierno mexicano es de los pocos que todavía andan viendo cómo le hacen para meter más a las trasnacionales en el petróleo mexicano.

jueves, marzo 06, 2008

Petróleo. Propaganda para el auto engaño.

Se ha dado un seguimiento al tema del petróleo en este blog, ya que en el ambiente de la política nacional se detecta una clara orientación a favor de intereses abiertamente ajenos al de las necesidades de la Sociedad Mexicana, esto viene sucediendo en un proceso que ya rebasa los 25 años (cuatro sexenios más lo que llevamos como resultado del fraude electoral del 2006). El ejercicio político en este proceso ha producido una brutal desigualdad social, un estado débil al servicio de una pequeña oligarquía en el poder que sin pudor se entrega para su protección y sobrevivencia a la política de Washington, a las grandes trasnacionales, creando así las condiciones necesarias para explotar la riqueza nacional, el tufo de corrupción está detrás, en medio y delante de convenios, tratados, leyes y reglamentos que dan "legalidad" a todo negocio o despojo a la Nación. Ahora esta "clase" política sigue el guión dictado por estos intereses mercenarios y van por nuestra riqueza petrolera, le apuestan para ello al vacío de información creado por ellos mismos y a sus estrategías de manipulación mediática, a la composición de los poderes legislativos en las cámaras de diputados y senadores con una mayoría de dos partidos políticos que en realidad son uno el PRI y el PAN ya que representan la derecha mexicana. Su plataforma es burda, se basa en una lucha por repartir los porcentajes de "poder" sobre el botín, léase presupuesto de la federación,"privatizaciones" de todo tipo (Carreteras,telefonía, banca, minería, agua, gas, petróleo...) concesiones, tratados internacionales para poner nuestros mercados en la mira para el aprovechamiento de los grandes capitales trasnacionales, repito, su plataforma de acción nacional es burda y se reduce a los conceptos; explotación, corrupción y engaño.

La oposición a este estado político, social y económico se manifestó en las elecciones del 2 de julio del 2006, una gran mayoría de la sociedad mexicana conciente e informada votó democráticamente por el cambio, sin embargo también fué despojada de su derecho a elegir por este sistema de fraudes y corrupción .


Somos millones de mexicanos los que entedemos cada día más donde está el gran mal que nos impide ser un país democrático, que logre la verdadera justicia y el desarrollo social y es esta
fuerza la que hoy muestra gran madurez al expresarse de mil formas y con miles de firmas, obreros, campesinos, editorialistas, articulistas, caricaturistas, oficinistas, comerciantes, académicos, investigadores, profesionistas, técnicos, estudiantes, hombres y mujeres libres todos, ya no son presa fácil de los poderes fácticos y nos preguntamos cuando se lanzan con sus campañas de engaño ¿a quién se dirigen? así el vacío que crearon para manipular se les revierte para caer en el autoengaño.

Lluvia de ideas para la democracia
México 2008
Miguel Bonome V.









La Jornada


México SA
Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx

■ El tesoro es ¿nuestro?

■ Confirma Pemex paternidad de espot sobre aguas profundas

Reacio al debate público y plural sobre el tema, el gobierno federal ha optado por las campañas mediáticas multimillonarias para “convencer” sobre las “bondades” de su moribunda “reforma” energética, y en este contexto finalmente reconoció su paternidad en el espot propagandístico que Pemex recién sacó al aire por los canales institucionales (aunque se conoció semanas atrás), es decir, la televisión privada, por medio del cual se presume el “tesoro” mexicano.

Cuatro de los últimos cinco gobiernos (al quinto, el de Miguel de la Madrid, ni siquiera eso se le ocurrió) presumieron sus respectivos “tesoros” (del primermundismo a la solidez económica y financiera del país), pero el que más menciones obtuvo hasta el reciente espot de Pemex fue el relativo a la fortaleza macroeconómica mexicana, “envidia de la comunidad internacional” (Fox y Gil Díaz dixit), la cual, al final de cuentas, no ha servido de mucho en términos de desarrollo.

El debate en torno a la “reforma” energética debe ser desplazado, porque ahora un “tesoro” suple al inmediato anterior, y los mexicanos debemos estar más que felices por el que promueve el gobierno calderonista, por medio de Petróleos Mexicanos: el tesoro petrolero en aguas profundas del Golfo de México, que las trasnacionales energéticas sobrevuelan como aves de rapiña (“…y van por él”, como señala el referido espot). Hace muchos años que se conoce la existencia de tan preciado bien, pero a juicio de Los Pinos era necesario gastar una buena cantidad de dinero público por si a alguien se le había olvidado.

Propaganda y no debate es la estrategia gubernamental para “reformar” el sector energético del Estado. En efecto, México está atiborrado de tesoros, su gente en primerísimo lugar, pero la propaganda oficial “olvida” que también es territorio de piratas. Y sobran los ejemplos. De hecho, los últimos 25 años concentran una buena cantidad de historias sobre tesoros robados por los bucaneros de la “modernidad”.

Sobre el “tesoro” enterrado en el Golfo de México y las historias de piratas, en 2006 la información oficial precisaba que “de los 54 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente que se estima posee México todavía por descubrir, alrededor de 60 por ciento se encuentra en aguas profundas y el otro 40 por ciento en tierra y en aguas someras con tirantes de agua de 0 a 500 metros de profundidad. La mayor parte se localiza en las cuencas del sureste, como Chiapas, Tabasco, la sonda de Campeche y también una buena parte del área de Lankahuasa y la Faja de Oro marina.

“En México las oportunidades extractivas son todavía muy importantes debido a que sólo 25 por ciento del territorio nacional susceptible de contener hidrocarburos ha sido explorado. De este porcentaje, la mayor parte se ha hecho en tierra y una pequeña parte se ha realizado en mar, como es Campeche y la Faja de Oro en Poza Rica, Veracruz, pero todo el resto de la plataforma continental y el área de aguas profundas del Golfo de México, que en su conjunto suman alrededor de 400 mil kilómetros cuadrados, apenas se está empezando a explorar. De acuerdo con los planes de inversión de Pemex, la empresa requerirá de 15 mil 600 millones de dólares para 2007, y de éstos, 77.8 por ciento se destinaría a PEP, es decir, 12 mil 100 millones de dólares.”

Ésos eran los datos oficiales a mediados de 2006, y los divulgó quien en ese entonces ocupaba la Subdirección de la Coordinación Técnica de Exploración de Pemex-Exploración y Producción, Adán Oviedo Pérez, uno de los técnicos más reconocidos en la materia, y precisaba que “se está explorando y se están encontrando nuevos yacimientos. Pero, por la naturaleza de esas áreas, que han sido exploradas desde hace 100 años, los grandes volúmenes de hidrocarburos ya se encontraron. Vamos a seguir encontrando pero en volúmenes menores, por eso la necesidad de desarrollar proyectos como el de Ku Maloob Zaap, Crudo Ligero Marino y el Complejo Bermúdez, que nos van a permitir compensar la declinación de Cantarell. Sin embargo, esos proyectos nos darán un respiro para compensar la caída de la producción del principal yacimiento en México, Cantarell, sólo por un periodo máximo de seis años. Por ello, es necesario empezar a explorar para buscar las reservas en aguas profundas, que en caso de encontrarlas y su posterior explotación pasará un periodo de no menos de seis años. Entonces, estamos apenas a tiempo de empezar a hacer esa exploración e inversión para pensar en un posible desarrollo hacia 2012, si es que nos movemos con suficiente oportunidad y contamos con los niveles suficientes de inversión para desarrollar esa reserva”.

El “tesoro” mexicano allí está, y hay que desenterrarlo. El problema es que dos años después de esas declaraciones, Oviedo Pérez ocupa la dirección general de la Compañía Mexicana de Exploraciones, dedicada, entre otras cosas, a la perforación de toda clase de pozos (petroleros en su mayoría). Comesa es una filial de Petróleos Mexicanos, pero también es propiedad, al 40 por ciento, de la trasnacional francesa Schlumberger, la cual está más que contenta con el espot de Pemex, la política energética calderonista y la posibilidad de que, sin debate alguno, se abra el arcón enterrado en el Golfo de México.

Y mientras, las tarifas eléctricas se mantienen al alza, cuando en campaña se prometió su reducción. El aumento residencial para el primer bimestre de 2008 es un verdadero atentado para los consumidores.

Las rebanadas del pastel

Que siempre no llevan prisa, que la cosa es calmada y que la cara dura es condición sine qua non para ser legislador: los diputados panistas y priístas “aplazaron” la integración de la Comisión Especial que investigue la legalidad de los contratos de Pemex otorgados a la familia de Juan Camilo Mouriño, y firmados por éste en su doble calidad de empresario-funcionario. Piden tiempo para cobijar al delfín de Los Pinos. A ver con qué salen ahora.

domingo, marzo 02, 2008

"¿Petróleo: ignorancia o engaño?"

La Jornada


José Antonio Rojas Nieto rojasags@yahoo.com.mx


¿Petróleo: ignorancia o engaño?


Este jueves, una vez más, las cotizaciones internacionales del petróleo alcanzaron su máximo histórico en moneda corriente. Sí, el marcador estadunidense West Texas Intermediate (WTI) cerró en 102.59 dólares por barril. Y el viernes apenas si registró una pequeña baja de 75 centavos. Con esto _ahora sí– se alcanzaron los niveles reales máximos de la historia. Se habían registrado –en moneda contante actual– en algunos días de los meses de abril a julio de 1980, en los que el crudo registró un promedio de 39.50 dólares por barril.
Ahora bien, si usamos el índice de precios del producto doméstico de nuestros vecinos (GDP Deflator, por sus siglas en inglés) esos 39.50 equivalen a cerca de 87 dólares actuales. No dispongo de la información detallada de aquellos días, pero no es difícil suponer momentos en esos meses de la primavera y el verano de 1980, de cotizaciones cercanas a los 46 dólares, justamente el nivel registrado el jueves pasado en el mercado spot de Nueva York. Esto significa que no sólo superamos ya la denominada “barrera psicológica” de los 100 dólares, sino que ya alcanzamos en un día, el nivel máximo registrado también en 1980. No olvidemos, sin embargo, que el promedio de 2007 fue de 72.25 dólares por barril para este crudo marcador WTI. Y que su promedio equivalente en 2000 fue de 37.96 dólares por barril, o sea, 84 u 85 dólares de hoy por barril.
Es decir, en todo 2007, la cotización fue 12 dólares menor a la de 1980. Sin embargo, según las expectativas actuales, este 2008 podría registrarse un precio promedio anual del orden de los 93 dólares, 20 más que en 2007 y –ahora sí– superior en poco más de cinco dólares al nivel medio anual de 1980. Con este precio de 2008, el pago mundial de petróleo (factura petrolera por cerca de 2.7 billones de dólares) llegaría a un nivel superior al de 2007 (2 billones de dólares) en un punto porcentual respecto al valor del producto mundial.
Solamente un precio promedio que fuera superior en 40 dólares al del 2007, es decir, un precio de un WTI del orden de los 112 dólares, llevaría el peso de la factura petrolera mundial al más alto nivel anual registrado, justamente, en 1980 y 1981: cerca de 7 por ciento del valor de ese producto mundial. Una pequeña regla de dedo: por cada 17 dólares que crece el precio en relación con el nivel de 2007, el peso de la factura petrolera en el valor del producto mundial aumenta en uno por ciento. Si consideramos este pequeño enredo de números, y la volatilidad reciente de los precios del petróleo, no es difícil entender que hoy se hable de una nueva barrera sicológica de los precios del petróleo del orden de los 110 dólares.
¿Por qué? Porque un nivel anual de ese orden, llevaría al registro máximo histórico no sólo en el nivel del precio del petróleo, sino en el pago que el mundo global haya realizado por combustible alguno en su historia.
Hay que advertir, sin embargo, que el nivel de precio que permitiría pagar las inversiones para obtener un barril de crudo en el yacimiento más caro actualmente (insisto, necesario o demandado por un consumo actual de petróleo en el mundo, que es del orden de los 87 millones de barriles al día en promedio) no es mayor a 65 o 70 dólares para el crudo del tipo WTI (banqueros internacionales dixit).
Esto significa que hoy en día, países productores, con costos de 70 dólares por barril para un crudo homologado al WTI, tendrán un excedente medio anual de orden de los 20 a 23 dólares, excedente que disfrutarán todos los demás productores, con costo menor o igual a ese de 65 a 70 dólares. Pero, si por fortuna –como es nuestro caso– se tienen costos menores, además de ese excedente de 20 a 23 dólares por –diría David Ricardo– la elevación de los precios de mercado por encima de los precios naturales (esos 65 a 70 dólares), se tendrá otro excedente. Se trata de la renta petrolera. En el caso de México, usando como guía estos números y los costos y características de nuestro crudo, esta renta petrolera no será inferior a los 50 dólares por barril producido en 2008, es decir, no será menor a 56 mil millones de dólares. Si, además, le sumamos no menos de 17 dólares por barril, proveniente de la especulación actual con el crudo, México dispondrá de otros 19 mil millones extra.
Y es que nunca como ahora los inversionistas han demandado petróleo en el mercado; de 140 mil millones en 2007 invertidos o canalizados a la compra de commodities, más de 25 por ciento se orientó al mercado petrolero, es decir, 35 mil millones de dólares. Bueno, pues en nuestro caso, la suma de renta petrolera y excedentes especulativos del petróleo, podría llegar a un total de 73 mil millones de dólares en 2008. En este contexto y aceptando –como parece inevitable– que nuestros costos de producción crecen día a día (aunque nunca serán los más caros del mundo), no puede uno sino concluir que alentar la privatización o la reforma energética para que ingrese el capital privado en producción primaria es una propuesta que proviene de la ignorancia o francamente del engaño. Ninguna de las dos –ninguna– se justifica en estos momentos. Ninguna ¿Quién, con estos números, se atreve a hacerlo? ¿Quién?