México es Oaxaca
Después del 2 de julio, el país ha entrado en una encrucijada propia de un país con marcadas contradicciones: por donde se le agarre, se cae a pedazos. Los parches que el PRI remendó durante más de 70 años, hoy el PAN quiere agregarle más parches. Oaxaca no es mas que el síntoma de un mal mayor; mañana, será el país entero. Por eso es muy importante analizar y atender las causas de todo el cuerpo, no sólo los efectos de una parte del todo, pues los mexicanos nos encontramos dentro de un sistema de profundas desigualdades.
Nos encontramos justo en los límites crítico de una revuelta popular, mientras que el gobierno, inmerso en su incapacidad de resolver un problema que ha propiciado debido al poco o nulo interés que siente por los indígenas, fantasea con los “fabulosos logros de su administración”. Lo que empezó como una simple demanda salarial del magisterio, se convirtió en la urgente destitución de un gobierno ilegítimo como lo es Ulises Ruiz. A lo que el gobierno Federal, sumido en su simplismo, no quiere ceder, para “no dejar un claro precedente contra otro gobierno espurio bajo las mismas circunstancia”. Saben o lo intuyen, que México es Oaxaca. En los Hechos reconocen que, al igual que Ulises Ruiz, Felipe Calderón llega a la presidencia bajo sospecha de un fraude electoral; que tanto es uno es espurio como lo es el otro; que ambos
representan al mismo modelo económico que ha mantenido los privilegios de la clase dominante, e intentan legalizar la impunidad y la corrupción.
El sistema ya no se sostiene, por donde se le agarre, se cae a pedazos. En ningún estado de la República, las instituciones han estado a la altura de las necesidades del pueblo. Por el contrario, han participado de manera sistemática en ahondar la crispación social.
Las contradicciones ya existentes en el sistema capitalista, con el neoliberalismo se han profundizado con mayor encono: La riqueza se concentra de manera indiscriminada en unas cuantas manos; los bienes de la nación, van a dar a sus carteras; pasan la factura de las deudas privadas a la sociedad y, por tanto, la corrupción se concentra en una elite de funcionarios intocables, tan impunes como sus patrones; la mano de obra es una mercancía que ha sido sometida a la oferta y la demanda: entre mayor desempleo, la mano de obra se abarata y caen las prestaciones y los logros sindicales se desconocen. Mientras que por un lado, los maestros de Oaxaca (incluyendo a todos los del país), apenas sí les alcanza para satisfacer ciertas necesidades primarias, existen ciertos empresarios, como Emilio Azcárraga, Carlos Slim y Salinas Pliego, que figuran entre los hombres más ricos del mundo. Las profundas contradicciones, mantienen en vilo al país.
Grupo Tepozteco
tonovillegas2003@yahoo.com.mx
Ciudadan@s Progresistas
miércoles, octubre 18, 2006
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