México, D. F. a 2 de diciembre de 2006
Luces y Oscuridad
Ayer primero de diciembre de 2006, el calendario ó el tiempo siempre implacable registró un día lleno de energías en el sentir de cientos de miles de mexicanos en el Zócalo capitalino y tal vez representando a millones en toda la República Mexicana, con toda la diversidad característica de nuestro pueblo, y los diferentes estratos sociales, energías unidas en una dirección... “¡ no al espurio!” gritaba la multitud... “¡Felipe entiende el pueblo no te quiere!”, el zócalo recibía más y más almas sedientas de justicia, dispuestas ahí a la lucha civil pacífica . La cita había sido a las 7.00 de la mañana con un líder que ha sabido estar a la altura de las circunstancias ¡sí!, nuestro Presidente Legítimo Andrés Manuel López Obrador. El verdadero líder es aquel que representa a la mayoría, el que es sensible a los problemas sociales, a las aspiraciones democráticas de la sociedad, al desarrollo social y económico impostergable ya, el que lucha junto con el pueblo por la defensa de las riquezas del país. El verdadero líder esta cerca de la gente, entiende al pueblo, sabe de su fuerza y poder.
El Zócalo pletórico vibra “ no estás sólo, no estás solo”, ésta sociedad activa que manifiesta sus luces, con sus voces e ideas en pancartas, mantas, camisetas, vestimentas, se agrupa y organiza para nutrir y nutrirse del espíritu de lucha que ya está aquí y va a detener esa inercia regresiva. AMLO siempre inteligente encabeza la marcha del Zócalo a Chapultepec, no sin antes presenciar otra expresión espontánea de los ciudadanos progresistas que dejaron elevar cientos de globos negros como símbolo de la democracia en luto por la usurpación.
Las fuerzas oscuras se dibujan y se proyectan en toda su dimensión con los últimos seis años del “gobierno” derechista, que culmina con el fraude electoral más grotesco en la historia del país, con la represión salvaje al noble pueblo de Oaxaca y con el discurso de la “legalidad” y el protocolo constitucional para imponer al peón de la continuidad saqueadora, Felipe Calderón Hinojosa.
Oscuridad, opacidad, tristeza, reflejan los “triunfadores” en sus semblantes porque es verdad que “lo bueno y lo malo a la cara sale”, claro en algunos puede más su patología y el cinismo sale a relucir, sino sus primitivos instintos.
Si se diera un momento de mínima cordura en quien protesta ante un cargo de cierta envergadura habría que reparar en parte de esta frase “..que el pueblo me lo demande”...
Lluvia de ideas para la democracia
México 2006
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