México SA
Los empresarios de siempre, beneficiarios del blindaje
Todos los mexicanos pagarán la deuda de los amigos
Carlos Fernández-Vega
Por si alguien tuviera dudas sobre el destino que tendrán los dólares del blindaje pomposamente anunciado por la trinca infernal (Calderón, Carstens y Ortiz), el propio gobernador del Banco de México rápidamente se encargó de despejarlas: “el propósito es proveer financiamientos a participantes del sector privado que enfrenten presiones para obtener recursos en dólares a plazo”, de tal suerte que una vez más los mexicanos deberán pagar la factura por los excesos del gran capital, de los grupos monopólicos y oligopólicos que se han apropiado de las finanzas nacionales, y por el descarado contubernio gubernamental con los barones.
El burro dando vueltas a la noria, porque a partir de ya, aunque formalmente la primera “subasta” se llevará a cabo el próximo día 21, el Banco de México y el gobierno calderonista pusieron a caminar la nueva época del Fideicomiso para la Cobertura de Riesgos Cambiarios (Ficorca) –con una generosa bolsa de cuando menos 30 mil millones de dólares (los de “línea swap” de la Reserva Federal de Estados Unidos, más lo que se llegue a necesitar de los 47 mil millones del FMI–, en una versión reeditada, pero ahora disfrazada de blindaje, de aquel voluminoso programa de subsidio cambiario al gran capital –obvio es que a costillas del erario– que armó Miguel de la Madrid, como inquilino de Los Pinos, y operó Ernesto Zedillo, como director de tal fideicomiso, quien a la postre terminó en Los Pinos y armó el Fobaproa.
En ambos casos (Ficorca y Fobaproa) activamente participó Guillermo Ortiz Martínez, el mismo gobernador del Banco de México que hoy despeja dudas, por si las hubiera, sobre cuál es el destino de los dólares del blindaje financiero, y a quienes deben pasar la factura, esto es, a los mexicanos. Ahora queda clarísimo cuál fue el tema principal del encuentro Calderón-Zedillo en Davos, y la razón por la cual ambos no dejaron de reír.
Como es costumbre en esto de los “rescates” privados con recursos públicos, el nuevo capítulo del Ficorca (versión siglo XXI) se enfocará a los grupos económicos allegados al inquilino de Los Pinos. Por ejemplo, Cemex, con Lorenzo Zambrano a la cabeza, ya resolvió su crisis de deuda externa, producto de la enloquecida práctica de su dueño de comprar, sin dinero, todas las cementeras del mundo. Qué no se preocupe LZ, que mediante puntual blindaje el Felipillo ya le arregló el desperfecto. Lo mismo para Alfa, Vitro, Visa, Cydsa, Corporativo Durango, Comercial Mexicana, Coppel (el de la carta por Felipe en tiempos de campaña electoral), Soriana, Iusacell y demás “amigas” de la casa.
Se repite el numerito de Miguel de la Madrid y Ernesto Zedillo: en el Ficorca original (1983-1992) alrededor de 30 grupos privados concentraron el 80 por ciento de los recursos y el subsidio cambiario garantizado por el gobierno, algo así como 10 mil millones de dólares de los cerca de 12 mil millones originalmente considerados, monto que fue creciendo al paso de los años. Poco más de cinco lustros después, llega la nueva temporada de dicho fideicomiso, y el gobierno federal ha puesto miles de millones de dólares a disposición de prácticamente los mismos grupos “rescatados” por MMH.
Desde su puesta en operación, en 1983, el Ficorca ofreció cobertura (subsidio) cambiaria a casi 4 mil empresas privadas, según la versión oficial; sin embargo, 209 de ellas (5 por ciento del universo a subsidiar) pertenecían a 30 poderosos grupos económicos, que con la venia gubernamental se dieron vuelo con los recursos públicos. Pero dentro de la concentración, se dio otra concentración: nueve de esos 30 grupos fueron los que mayor beneficio obtuvieron de este fideicomiso, entre ellos (¡sorpresa!) Alfa, Visa, Cemex y Cydsa, las mismas que hoy de nueva cuenta aparecen, con la mano extendida, en los primeros lugares de la lista para recibir más dólares subsidiados por las arcas nacionales. Este patético cuadro demuestra fehacientemente cómo es que se “democratiza” el capital en el país.
¿Cómo le hizo Miguel de la Madrid, en medio de la crisis, para echar a caminar un mecanismo tan oneroso como el Ficorca, en 1983? Sencillo: blindó la economía y garantizó un “excedente” de divisas, por medio de un crédito externo, mismo que íntegramente destinó al “rescate” del gran capital altamente endeudado en moneda foránea; es decir, los citados 30 grupos empresariales, aunque hay de grupos a grupos. ¿No se oye muy actual?
A finales de 1982 la deuda externa del sector privada ascendía a cerca de 25 mil millones de dólares. Cuando concluyó el sexenio de Miguel de la Madrid apenas si rebasaba los 3 mil millones de dólares. Al cierre de 1990, ya con Salinas en Los Pinos, el saldo de la deuda privada amparada por el Ficorca, se había reducido a sólo 423.9 millones de dólares, y para mediados de 1992 la Secretaría de Hacienda (con Pedro Aspe a la cabeza) anunció la liquidación del Ficorca, toda vez que “este organismo cumplió con el fin para el cual fue creado y ya no se considera necesaria su existencia”. Pues resulta que no, porque los de siempre son insaciables.
En los últimos 26 años, por medio del generoso subsidio cambiario y el Ficorca, Miguel de la Madrid los “rescató” de la crisis de la deuda privada y les regresó 34 por ciento de la banca estatizada, más las empresas en ella involucradas; con la entrega total de la economía y el regalo de las paraestatales, los bancos de forma destacada, Salinas los hinchó de dinero y los elevó a Forbes; con un nuevo subsidio cambiario en la crisis de los Tesobonos, el indiscriminado uso de las arcas nacionales, mediante el Fobaproa, los “rescató” de la crack bancario, amén del carretero, del azucarero y el de las líneas aéreas, entre otros, e inició la extranjerización del sistema financiero; descaradamente Fox les permitió la evasión fiscal, la especulación abierta, les volvió a “rescatar” las carreteras y los incorporó al gobierno “de empresarios y por empresarios”, amén de extranjerizar prácticamente en su totalidad el sistema nacional de pagos; y ahora Calderón los vuelve a “rescatar” a costillas de la nación, y todavía tiene el cinismo de presumir (ya sacrificados 20 mil millones de dólares en reservas internacionales) que “los especuladores ya están perdiendo”.
Las rebanadas del pastel
Lo cierto y lamentable es que con un gran capital como el que opera en México (nacional o extranjero, que en cualquiera de los casos son consumidores compulsivos de recursos públicos), más la vergonzosa complicidad del gerente que despache en Los Pinos, ningún país puede salir adelante, por sólido que sea, y el caso mexicano es una muestra exacta de ello.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
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