Arturo Alcalde Justiniani
Las prácticas sindicales, en el banquillo de los acusados
Las prácticas laborales en nuestro país son motivo de escándalo internacional, a grado tal que las principales organizaciones gremiales internacionales han decidido, en unión con similares mexicanas, iniciar una campaña mundial para denunciar la creciente precariedad en las condiciones de trabajo y la simulación en la contratación colectiva que priva en todas las ramas industriales y de servicios. Existe el temor fundado de que estas viciosas prácticas sean motivo de exportación.
El pasado martes 27 dio inicio esta campaña ante una nutrida audiencia integrada por una diversidad poco común. Encabezó el esfuerzo la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT), la más importante expresión sindical en el continente americano. Habló en su nombre Víctor Báez, secretario general, acompañado de los dirigentes de destacadas federaciones internacionales como Antonio Rodríguez Fritz, mexicano representante de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte, con sede en Brasil.
Un amplio informe sobre los contratos de protección patronal en México y estudios de caso, coordinado por Alfonso Bouzas Ortiz, sirvió de base para la discusión colectiva. Se acreditó con lujo de detalles, nombres y siglas, esta penosa institución mexicana, que puso a los asistentes con los pelos de punta.
Cinco sectores sirvieron de referencia: el automovilístico, descrito por José Luis Rodríguez, dirigente del sindicato de la Volkswagen, quien detalló la impresionante red de subcontratación que los ahoga.
El caso Wal-Mart, documentado por Luis Oliver Reyes, dio a conocer la existencia de sindicatos fantasmas que sólo aparecen el día de cobranza. Un trabajador con el rostro cubierto dio testimonio de los abusos practicados en estos almacenes, que por alguna razón difícil de explicar, ostenta certificación de "empresa socialmente responsable".
La situación de los trabajadores de limpieza, francamente trágica, fue descrita por una trabajadora también con el rostro cubierto. La denuncia se complementó por la cruda investigación de la periodista Mara Muñoz, quien abrió los sótanos de este submundo, hasta ahora poco documentado. A partir del texto de contratos colectivos, entrevistas directas y búsqueda de información en los registros empresariales, descubrió que el dirigente sindical que más trabajadores de limpieza representa -al menos formalmente- es ni más ni menos que el esposo de la dueña de las compañías de limpieza en las que opera. Imagínense la indefensión de los trabajadores en este peculiar negocio de familia.
El escenario del sector aeronáutico, especialmente el modelo precario impuesto en las nuevas compañías denominadas "de bajo costo", fue descrito por el capitán Mauricio Rodríguez Aguilera, quien aclaró que la degradación en las condiciones de trabajo abarca todos los ámbitos. Correspondió a Elizabeth Avalos, trabajadora de la maquila, exponer sus propias dificultades.
Los contratos de protección constituyen el producto más grotesco del modelo laboral mexicano. Se originan con el acto de simulación de la firma entre un patrón y el líder sindical de su elección; suelen mantenerse en secreto y tienen como finalidad esencial evitar que los trabajadores se organicen autónomamente, decidiendo sobre sus condiciones de trabajo. El contrato es depositado ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, que complacientemente hace las veces de muro de contención, impidiendo la negociación colectiva real y la posibilidad del derecho de huelga. Este tipo de contratos abarca alrededor de 90 por ciento de los existentes en el país y obviamente lleva consigo grandes beneficios económicos para el vendedor de la protección y los abogados empresariales que los promueven.
La campaña internacional no sólo pretende denunciar la opacidad, la corrupción y complicidad que permite a los empresarios mexicanos imponer al sindicato de su conveniencia; también incluye un amplio programa de acción en favor de la libertad y autonomía de las organizaciones sindicales. Reivindica como base los Convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), este último aún no ratificado por México. Reivindica también el carácter humano de los derechos laborales. Es de destacar la actitud omisa de la OIT, por su lejanía de los problemas reales del mundo del trabajo y su implícita complacencia con los vicios evidentes que vive nuestro país.
La transparencia laboral se considera en esta campaña condición fundamental para transitar a un sistema laboral sustentable, moderno y democrático. De manera concreta, exige que los tribunales del trabajo, tanto del ámbito federal como local, permitan el acceso público a la información en materia de asociaciones y contratos colectivos, como sucede en el resto del mundo. En este espacio cabe reconocer el esfuerzo realizado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, con motivo de la revisión a las normas de transparencia, para convertir a la ciudad de México en la entidad pionera en este tema.
Se fijaron metas, plazos y responsables para dar continuidad a esta campaña que denunciará en distintos países las complicidades que ahogan la contratación colectiva auténtica en México. Dentro del programa se incluyó el boicot de consumidores a las empresas que tengan contratos de protección patronal. En el caso de las trasnacionales se llevará esta denuncia al seno de los países de origen y al ámbito de la Organización Mundial de Comercio. La campaña espera ampliar su convocatoria; seguramente se pisarán muchos callos, de aquellos que han convertido en su negocio particular el tráfico de estos elementales derechos humanos.
Hemos vivido semanas de creciente inconformidad laboral, que seguramente se verán reflejadas el primero de mayo.
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