La Jornada
Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
¿México, sin dinero para salvar a Pemex?
En un extenso reportaje, muy sesgado y exageradamente americanocentrista, la amazona Elisabeth Malkin desde su ciclopía analiza la "caída de la producción de México, un país rico en petróleo", y en forma banal le endosa la culpa a "la política" (The New York Times, 09/03/07). Lo más importante radica en la obsesión montada de que México "carece de dinero para revertir su deslizamiento", a grado tal que "podría un día (sic) tener problemas para conservar su creciente demanda doméstica".
La amazona petrolera del rotativo neoyorquino aduce que, de acuerdo con los "expertos (sic) en energía", la perspectiva de Pemex es miserable, debido a la "interferencia gubernamental". Repite la perogrullada sobre la parálisis creada durante años por la miopía administrativa que "tenía como objetivo extraer el máximo de dinero para las arcas de gobierno". Pemex "sin reinversiones suficientes durante décadas" ha quedado rezagada de los "avances técnicos", y resalta la corrupción y los adeudos imperantes en su seno (Pidiregas, más los pasivos de las pensiones por 40 mil millones de dólares). Causa hilaridad que a estas alturas un y/o una estadunidense de cualquier procedencia pontifique sobre la corrupción ajena. Afirma que el presidente Bush en su visita a México insistirá "en considerar al capital privado para expandir la producción de Pemex".
Cita profusamente a varios cartuchos quemados, verdaderos palafreneros de la banca israelí-anglosajona, como el británico David Shields, un vulgar desinformador de las trasnacionales petroleras, y a la poseída neoliberal Pamela K. Starr, anterior profesora del entreguista ITAM y que ahora se presenta en su nuevo disfraz de "analista del Euroasia Group", con sede en Washington. La opinión de ambos es pura inmundicia y simboliza los intereses depredadores de las petroleras anglosajonas.
Entre los pocos serios que cita se encuentra George Baker, quien comenta que México fue el "quinto productor de petróleo en 2005" y que "se encuentra sobre centenas de millones de barriles de reservas petroleras, en su mayor parte en las aguas profundas del Golfo de México", sobre lo que ya habíamos abundado en Bajo la Lupa (ver 03/03/07). Llama la atención que los analistas serios de Estados Unidos, pese a sus inclinaciones naturales muy comprensibles, no intenten ocultar las pletóricas reservas de petróleo no convencional en las profundidades del Golfo de México, en contraste con las mendacidades de los neoliberales locales, quienes confunden perversamente a la opinión publica sobre las reservas reales entre nuestro petróleo convencional y el no convencional.
En su reportaje propagandístico, Elisabeth Malkin nunca cita a los críticos cartesianos de la privatización y selecciona a la misma pléyade de aburridos apologistas de las trasnacionales petroleras texanas, como Amy Myers Jaffe, analista de energía del Instituto James A. Baker III de la Universidad Rice (Texas). Quizá Elisabeth Malkin ignore, para no ser mal pensados, los vínculos del texano bushiano James A. Baker III, uno de los principales dirigentes del siniestro Grupo Carlyle, cuyo representante en México todavía en funciones es Luis Téllez Kuenzler, aliado indefectible de Reyes alias Herodes (seleccionado para asesinar al "niño Pemex"). La señora Jaffe expectora en forma interesada que los "problemas de Pemex no son técnicos, sino políticos", lo cual suena agradablemente a los oídos de los petroleros texanos dispuestos a "rescatar" samaritana y financieramente a la "quebrada" paraestatal mexicana.
Elisabeth Malkin repite los asertos de la infame conferencia de prensa del fullero director de Pemex y fanático neoliberal (Ver "¿Al Qaeda en Pemex?", Bajo la Lupa, 18/02/07). Llama la atención la coincidencia de opiniones entre la reportera estadunidense y el actual director zedillista entreguista de Pemex, quien dice necesitar "entre 8 mil y 10 mil millones de dólares al año" (nótese la excelsa precisión), debido a la disminución del yacimiento Cantarell en los dos años recientes. Elisabeth Malkin rumia placenteramente que Pemex "no dispone de tal cantidad". No quita el dedo del renglón para repetir incansablemente en todo su reportaje que " Pemex no tiene dinero ni el conocimiento para obtener el petróleo". Desde ahora se prevé reducir los costos operativos en 2 mil 500 millones de dólares, entre los que destaca el despido laboral para ahorrar mil millones de dólares.
Subraya nada sorprendentemente que el PAN "favorece la inversión privada", lo cual concuerda con la postura de Baby Bush. Desde el Fobaproa/IPAB, cuando Felipe El Breve fue su presidente, el PAN se ha conducido como el nuevo caballo de Troya del desmantelamiento de México por las trasnacionales, sea en el ámbito financiero, sea en el rubro energético. No hay que soslayar que Felipe Calderón, en su paso sietemesino por la Secretaría de Energía durante el aciago sexenio foxiano, abogó por un precio de 23 dólares el barril ante la OPEP, donde México funge y finge como observador, lo cual beneficiaba primordialmente a las petroleras anglosajonas, en detrimento de los ingresos nacionales. En ese entonces, Calderón se ostentaba más bien como el representante de los intereses texanos que de los mexicanos. ¿Radicará en ello el misterio de su (s)elección?
Quizá el acierto más impactante del reportaje consista en que "aun bajo las mejores circunstancias, Pemex no puede esperar explotar su petróleo en las aguas profundas antes de 2014". Entonces, ¿cuál es la prisa?
Pareciera que al binomio financiero energético anglosajón le fascina la miseria de Pemex, a la que la han orillado en forma deliberada desde hace un cuarto de siglo los poseídos neoliberales (De la Madrid Hurtado, Salinas, Zedillo y Fox) y que ahora pretende profundizar Felipe Calderón.
Elisabeth Malkin realiza prácticamente las apresuradas exequias financieras de Pemex: "fuera de la exploración y producción, el restante -sus refinerías, sus oleoductos y gasoductos (¡ojo!), sus plantas petroquímicas que pierden dinero- ha sido ignorado", a grado tal que México "importa ahora alrededor de 30 por ciento de su gasolina de Estados Unidos". ¿A quién le ha convenido la dependencia mexicana de gasolina estadunidense?
Pertenece a la hermenéutica de los misterios neoliberales mexicanos la razón por la cual Fox pretendía construir refinerías en Centroamérica mientras bloqueaba su construcción en México, cuando una refinería cuesta alrededor de 500 millones de dólares, una ganga frente a los inmensos ingresos de Pemex.
El rotativo neoyorquino titula sus diagramas adjuntos al reportaje fúnebre: "Petróleo mexicano, necesidades estadunidenses", para no dejar la mínima duda de los alcances del arrinconamiento en el que ha colocado a Pemex la tiranía financiera neoliberal de un cuarto de siglo.
Más allá del falso diagnóstico del muy mendaz The New York Times, perteneciente a un país que nunca ha ocultado su rapacidad sobre los energéticos mexicanos, existe una serie de medidas financieras sencillas de realizar (que luego abordaremos) para "rescatar" a Pemex de su "quiebra", a la que la ha llevado la fauna de cleptócratas neoliberales bajo los aplausos de Estados Unidos. El problema no es Pemex, sino el estéril modelo neoliberal.
domingo, marzo 11, 2007
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