¡Ya basta! Ésa fue la frase que pronunció enérgicamente el presidente Felipe Calderón en respuesta a los asesinatos de funcionarios de seguridad relacionados con el narcotráfico. Acto seguido, el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, hizo eco del mismo reclamo.
Tal actitud debería ser un indicio de que se están reforzando las acciones para detener al crimen organizado. Pero en los hechos parece estar ocurriendo lo contrario. Tan sólo el fin de semana pasado, se reportaron 39 muertes y 17 levantones según datos difundidos por diversos medios de comunicación.
Ante la realidad, ese ¡ya basta! es el grito de todos ciudadanos al presidente y a muchos gobernadores.
Ya basta de injusticias, de que se siga pisoteando el estado de derecho y de que los gobernadores sigan impunes, como los de Oaxaca, Jalisco y Puebla.
Ya basta de tolerar la depredación de reservas ecológicas y de la falta de castigo a quienes violan las leyes de protección ambiental.
Ya basta de que, luego de casi 30 años, el problema de los maestros de Oaxaca siga sin solución y de que sea un factor de desestabilización social.
Ya basta de hacer como que no pasa nada ante el aumento de los precios de los productos básicos, situación que es resultado de la ola mundial de carestía de los alimentos.
Ya basta de que sigamos ocupando los últimos lugares en evaluaciones internacionales de educación.
Ya basta de que se tolere la corrupción y el tráfico de influencias, sobre todo del último ex presidente.
Ya basta de que nos engañen con el tema de “las manos limpias”. El caso del actual secretario de Gobernación es el ejemplo más reciente de la simulación oficial.
Ya basta de que se sigan utilizando recursos del erario para remodelar los espacios públicos a capricho del ex jefe de Oficina de la Presidencia, atribución que sólo se le había “permitido” a la esposa del primer mandatario en turno.
Ya basta de que sólo unos cuantos paguemos impuestos.
Ya basta de otorgar privilegios en pagos y prestaciones a los trabajadores sindicalizados de la Secretaría de Educación, el IMSS, Pemex, CFE y Luz y Fuerza del Centro.
Ya basta de que se adquieran nuevos compromisos en el rubro educativo cuando no se cumplen ni los mínimos aprobados.
Ya basta de que se sigan burlando de nosotros con la Enciclomedia, proyecto que nunca ha funcionado.
Ya basta de tolerar a senadores como René Arce y de que los ciudadanos lo avalen como su representante.
Ya basta de que la PGR siga amenazando a personas que defienden los derechos humanos.
Ya basta de que el salario mínimo sea una farsa que no toma en cuenta la inflación real.
Ya basta de que los casinos se instalen sin apego a las reglas y que, al mismo tiempo, resulte imposible abrir un negocio digno debido a los trámites excesivos.
Ya basta de que un maestro que cometió un acto de violación siga impune, cobijado por su sindicato.
Ya basta de que los monopolios nos impongan precios y de que las autoridades encargadas de regular la sana competencia se mantengan al margen.
Ya basta de que el Ejército mexicano viole los derechos humanos sin que el gobierno tome cartas en el asunto.
Ya basta de que en este país el litro y el kilo no sean litros ni kilos.
Ya basta de pagar servicios públicos y privados más caros que en otros países.
Ya basta de que sigan proliferando los fraudes en las cajas de ahorro y que no se respalde a los afectados.
Ya basta de aguantar discursos demagógicos que incluyen la consigna “¡ya basta!”.
Ya basta de pensar que la población no piensa y que se conforma con migajas.
Si, señor presidente, ya basta de incumplir su lema de gobernar con “Manos Limpias” y de romper su promesa de instaurar un estado de derecho.
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