viernes, noviembre 29, 2013

Pacto por México: inconsecuencias

La Jornada Pacto por México: inconsecuencias El presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, anunció ayer que ese instituto se retira del Pacto por México porque no está conforme con la reforma política que buscan el gobierno peñista y el Partido Acción Nacional (PAN) ni con el "albazo" con el que se pretende aprobar la privatización de la industria petrolera. A decir de Zambrano, la negociación para el segundo de esos propósitos se lleva a cabo fuera del Senado. La decisión perredista fue de imediato replicada por el presidente Enrique Peña Nieto, quien desde Ojinaga, Chihuahua, dijo que si bien las voces minoritarias "merecen ser escuchadas", en el seno del Pacto por México "no necesariamente debiéramos encontrar siempre unanimidad, pero sí el consenso suficiente, el respaldo mayoritario a aquello que debemos cambiar y en lo que coincidimos". Por principio de cuentas, llama la atención que, una vez aprobadas la mayoría de las nocivas reformas propugnadas por la actual administración federal, la dirigencia perredista se llame sorprendida por un mecanismo de negociación que ella misma aprobó y en el que ha participado en la medida en que ha obtenido beneficios de él; es significativo, además, el súbito descontento de Zambrano con los contenidos de esa agenda de reformas, la cual era conocida desde un principio. Resulta, asimismo, paradójico que se extrañe ante los procedimientos de negociación cupulares y opacos que caracterizan al Pacto por México. Cabe recordar que ese cónclave, anómalo en términos institucionales, fue concebido y firmado a contrapelo del espíritu republicano justamente para escamotear al Senado de la República y a la Cámara de Diputados las negociaciones que habrían debido realizarse en los cuerpos legislativos, para imponer la profundización del programa neoliberal del grupo gobernante en un contexto de representatividad precaria y cuestionada, y para dar cierta legitimidad democrática al actual gobierno, afectado desde su surgimiento por las irregularidades de la elección presidencial del año pasado y por el desprestigio histórico del priísmo. Todo ello era conocido por la dirigencia perredista, la cual, sin embargo, aceptó jugar en ese terreno y con esas reglas. El que ahora decida retirarse parece, más que consecuencia de un genuino desacuerdo con los métodos y contenidos del Pacto por México, producto de un cálculo político orientado a restañar, en la medida de lo posible, el grave daño que la participación en tal instancia negociadora le ha causado a la imagen del partido; da la impresión, en concreto, de que Zambrano y sus correligionarios han caído en la cuenta de que si el PRD sigue en ese pacto en el momento en que el PRI y el PAN aprueben la privatización de la industria petrolera, ello podría resultarle desastroso en términos electorales. La respuesta de Peña Nieto no fue más afortunada que la resolución perredista: si de formar mayorías se trata, éstas deberían conformarse de cara a la sociedad, en las instancias legislativas correspondientes, y como resultado de una negociación transparente, y no como producto de intercambios de trastienda, que es como se han conseguido, hasta ahora, los votos necesarios para la aprobación de las reformas peñistas. En suma, los movimientos políticos de ayer confirman que el Pacto por México ha sido, en realidad, un pacto por el beneficio de los partidos que lo firmaron y por la legitimidad del actual gobierno. Esa manera de suplantar el genuino trabajo legislativo en interés de los electores por actos y aparatos de simulación explica, en buena medida, la sima de desprestigio en que se encuentran las instituciones y la clase política y la creciente ingobernabilidad en el país.

jueves, noviembre 28, 2013

Petróleo: atraco y avalancha anti-frack

Petróleo: atraco y avalancha anti-frack John Saxe-Fernández El diputado texano Michael McCaul, republicano entusiasta de los subsidios, la desregulación y la apertura de tierras públicas, todo a favor de la industria del gas y del petróleo, opositor de energías renovables como la solar y de las reformas migratorias, vino a apoyar, junto al diseño geopolítico de Washington para "América del Norte", el atraco petrolero de Wall Street y las grandes petroleras articulado por EPN. Presidente del House Committee on Homeland Security (Comité de Seguridad del Suelo Patrio de la Cámara Baja), McCaul dijo que el grupo que encabezó en la interparlamentaria de la semana pasada, está por la "independencia y seguridad energética en EU" y por "los acuerdos transfronterizos de hidrocarburos" y que “México tiene tremendos recursos, todos los recursos shale (gas) en la parte norte de México y todo esto puede tener un efecto positivo” (La Jornada, 23/11/13). No aclaró para quién "todo esto" es positivo porque su misión fue encubrir bajo la "seguridad energética de América del Norte" la incautación de la renta petrolera mexicana a favor de las "Exxon/Chevron" de allá y de una codiciosa camarilla de acá. El asalto a la nación es tan vasto, sus efectos fiscales e impositivos tan profundos, que requiere de firmas bancarias e inversión too big to fail –como las impolutas Citigroup, Morgan Stanley, Bank of America, etcétera– y de la creación de más espacios de desregulación, opacidad y discrecionalidad, para articular otro festín privatizador que esta vez hace añicos la soberanía y debilita todavía más la ya precaria base económica de la estabilidad y paz social al conjuntar mecanismos de facto de represión antipopular y antinacional (Iniciativa Mérida/contrainsurgencia) con el fomento del shale y de la fractura hidráulica o frack que inflige a México una vorágine de perforación vertical/horizontal que acarrea gran devastación sobre la salud de la población, de la biota, las cuencas hídricas, el territorio y la atmósfera. (detalles) Aunque a cargo del Comité de seguridad del "suelo patrio" no se oyó de McCaul y su comitiva ni una palabra sobre la marea social contra el frack en EU. De California a Nueva York y de Illinois hasta Texas, ya son 400 las entidades que promueven o han formalizado la suspensión, moratoria y/o prohibición del frack. Es una avalancha que crece entre legislaturas de estados, condados, ciudades y consejos de ciudad, de distrito, comunales, vecinales: Nueva York, Detroit, Princeton, Buffalo, Pittsburg etc., (ver foodandwaterwatch.org). Fue un silencio sonoro porque desde hace tiempo la cúpula petrolera, desde Houston, difunde, más que alarma, pánico, ante el creciente rechazo social al desastre médico y ambiental de la explotación del gas y petróleo de lutitas (shale). A tal punto llega la inquietud de los que plantean trasladar el desastre –y el negocio– al sur del Bravo, que ven a la protesta como una "insurgencia" ante la cual procede, como en la periferia, el uso de la represión y el manejo militar. Recuérdese que eso se ventiló en una junta privada justo en Houston, Texas, tierra natal del diputado McCaul. El uso de tácticas y personal militar en comunidades de EU, aunque ilegal, se generaliza como lo indica la acumulación de tags en línea sobre el tema. Las observaciones del gerente de una petrolera son reveladoras y concisas por lo que se refiere a la actitud de la cúpula del ramo y sus voceros. Un funcionario de Kellog Brown and Root, ex subsidiaria de Halliburton, que según Los Angeles Times (4/7/07) en algún momento estuvo a cargo del manejo de 15 mil mercenarios desplegados en Irak y ahora se encarga de la comunicación social de una conocida firma shale, recomendó a los gerentes de la industria, que "bajen el Manual de Contrainsurgencia del Cuerpo de Marinos/Ejército de EU" porque contiene "gran cantidad de lecciones". Les aconsejó "tomar un curso ofrecido por Harvard y el MIT dos veces al año", sobre "El Manejo de un público enojado" ("Dealing with an angry Public"). "Tomen ese curso y vinculenlo al Manual de Campo en Contrainsurgencia...muchos de nuestros gerentes están tomando ese curso... Les ofrece las herramientas en los medios de comunicación y cómo lidiar con tanta controversia como la que nosotros, como industria tenemos que enfrentar...Consigan el Manual Rumsfeld. Todos Uds están familiarizados con Donald Rumsfeld. Es mi Biblia." La cúpula de la industria del gas y petróleo sabe, por sus propias evaluaciones y estudios internos, lo riesgoso y hambriento de territorio que es la explotación shale. Van a países donde las leyes y el estado de derecho son frágiles y pueden, bajo amparo del Pentágono, hacer sus atracos y desastres ambientales junto a sus alcahuetes locales. Conocen lo devastador que es el frack para la vida, el agua y el medio ambiente. Y porque la resistencia civil al frack en EU, crece día a día. jsaxef.blogspot.com

domingo, noviembre 10, 2013

El arreglo sobre el petróleo

El arreglo sobre el petróleo Arnaldo Córdova Que el PRI y el PAN han estado negociando el destino que tendrá la reforma energética es un secreto a voces. Desde el principio pudo verse que compartían el mismo designio: abrir Pemex a la iniciativa privada para que ésta se encargara del desarrollo de la industria petrolera y la empresa nacional dejara de ser una carga para el Estado. Sus perspectivas variaban, como es natural: los priístas querían una apertura gradual; los panistas querían que todo se resolviera en un solo acto. Lo que no se ha ventilado públicamente es qué tipo de acuerdos son los que se están alcanzando por parte de los dos partidos derechistas. El pasado miércoles, The Wall Street Journal hizo públicos algunos de esos acuerdos hasta ahora en secreto. El diario informó que “altos representantes del gobierno y miembros importantes del PAN se encuentran en negociaciones avanzadas para sellar un acuerdo que permitiría al Estado mexicano compartir la producción petrolera, así como conceder contratos de licencia diseñados para acceder a depósitos de gas esquisto y crudo en aguas profundas, según tres personas que participan en las conversaciones, si bien advirtieron que sigue habiendo obstáculos en el camino” ( La Jornada, 7/11/2013, subrayado mío). Qué podrán ser o en qué podrán consistir esos contratos de licencia, finalmente se aclara en la información proporcionada. No parecen tener sólo que ver con los llamados "contratos de ganancias compartidas" de la propuesta de Peña Nieto, y llegan a parecerse más a lo que los panistas identifican como "concesiones". En derecho internacional, una "licencia" se acerca a lo que es una "concesión", y es de suponer que una vez aprobada la reforma no haya dificultad alguna para identificarlas. En todo caso, según la información del Journal, no se trataría de un tipo unívoco de contratos, sino de varios tipos, uno de los cuales podrían ser los contratos propuestos por Peña Nieto y se referirían a la explotación en campos petroleros de bajo riesgo (lo que quiere decir que se incluirían los campos convencionales que la iniciativa del gobierno reserva para Pemex); esos contratos, como se recordará, sólo se refieren a ganancias y no a producción. Se compartirían los beneficios y los riesgos, pero nada más. Según esto, habría un segundo tipo de contratos que, ahora sí, estarían dirigidos a compartir la producción. Queda claro que por medio de este tipo de contratos no se compartirían las ganancias, sino que habría una distribución del crudo entre el Estado y las empresas privadas favorecidas por los contratos. Aquí, según el diario neoyorquino, se trataría exclusivamente de campos de alto riesgo o de los llamados no convencionales, en aguas profundas. En todo caso, el objetivo es compartir la producción de crudo. Hay, empero, un tercer tipo de contratos de licencia que estarían dirigidos a los campos de aguas profundas e incluiría también la explotación del gas esquisto. Aquí se trata de una auténtica concesión porque no se comparte nada, ni ganancias ni producción. A la empresa contratante se le autoriza llevar a cabo todos los procesos de explotación, prácticamente sin la intervención de Pemex. Por su cuenta y riesgo, se haría cargo de todo el proceso y, al final, controlaría el petróleo sin otra obligación que pagar regalías e impuestos. Es lo más cercano a la propuesta del PAN. Que la negociación está en curso, nadie lo puede dudar; además, los mismos priístas han aclarado que se está negociando. Según el curso de ese arreglo, lo que de verdad está pasando es que el PRI se está olvidando de su propuesta original para adoptar como propia la del PAN. Si esa diferenciación de los contratos "de licencia" que revela el periódico estadunidense es cierta, puede afirmarse, sin lugar a dudas, que la propuesta del gobierno es ya la misma que la del PAN y que, finalmente, tendremos de nuevo la figura de la concesión que es tan cara a los blanquiazules. Que los priístas están doblando las manos, parece más que evidente. Justo el mismo miércoles pasado, David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía del Senado, declaró que, en aras de alcanzar un acuerdo con el PAN para aprobar la reforma, el gobierno y su partido están dispuestos a que la propuesta sea modificada y, entre otras cosas, reveló que la iniciativa panista de la producción compartida está en la mesa y el PRI no le hace el feo. Nada dijo del tercer tipo de contratos que salió a relucir en la información del Journal. Para mayores aclaraciones, Penchyna afirmó: “Somos conscientes y sabemos muy bien que nuestra iniciativa, tal como fue planteada, es imposible que salga por sí sola, igual que las de PAN y PRD… la negociación implica aceptar cambios. Ninguna fuerza política por sí sola puede aprobar reformas, y mucho menos constitucionales, porque ninguna fuerza tiene una representación de mayoría relativa [sic]” ( Reforma, 7/11/2013). Hay que agradecer a los priístas que, por lo menos, se hayan vuelto más modestos y humildes. El que parece no aprender es su líder, César Camacho, tan servil del presidente como siempre. En su peculiar estilo, Camacho rechazó, contra toda evidencia, que exista una negociación entre el gobierno federal y el PAN para compartir la producción de hidrocarburos con petroleras privadas. “El planteamiento –dijo– es el mismo que presentó el presidente Enrique Peña Nieto y que de origen hemos difundido… No hay letra chiquita ni nada porque la letra es del mismo tamaño. Hemos mantenido este diálogo no sólo con el PAN, sino con todas las fuerzas políticas” (misma fuente). Si estamos a su dicho, nada hay de nuevo y Peña Nieto sostiene su propuesta. Eso, sin embargo, ya nadie lo cree. Por lo que puede verse, tenemos ya una idea más fina de lo que significa la reforma energética y de los objetivos e instrumentos que le son esenciales: se reformarán los artículos 27, para eliminar la prohibición de los contratos, y 28, para eliminar el concepto de sectores estratégicos de la economía. El objetivo central eran y siguen siendo los contratos, hasta hace poco denominados en la iniciativa de Peña Nieto como contratos de ganancias y riesgos compartidos. Ahora diversificados en tres categorías: 1) contratos de ganancias compartidas; 2) contratos de producción compartida, y, 3) contratos de cesión del proceso productivo y comercial a los privados, equivalente en todo a la concesión y por la que los empresarios sólo pagarán regalías e impuestos. Priístas y panistas, finalmente, vuelven a encontrarse: la derecha en pleno en el asalto a la nación. La información del periódico estadunidense consigna también que las propuestas finales, ya con el acuerdo de priístas y panistas, estarán listas para fines de noviembre. Eso quiere decir que se está trabajando a marchas forzadas y que ya ni hacen falta distractores en torno al sentido y al significado de la reforma. Las decisiones, al parecer, ya están tomadas. Sólo queda esperar que la sociedad organizada sea lo suficientemente fuerte para parar el golpe.