martes, junio 26, 2012
Elecciones en México 2012.Por qué AMLO ganará
Por qué AMLO ganará
Víctor M. Toledo
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Durante los meses recientes, el IFE registró más de mil encuestas realizadas por todos los rumbos del país y a todas las escalas. Centrar la mirada en una sola cifra es reducir y congelar la realidad; es un acto absurdo e inútil, más aún cuando la fiabilidad de las casas encuestadoras se encuentra, por decir lo menos, bajo la tierra. Hoy hacemos un análisis del panorama electoral basado en el conjunto de evidencias que surgen de la totalidad del contexto. Se trata de registrar lo que se percibe, se escucha, se mira, se husmea y se intuye a partir de las evidencias cotidianas, hechos sorpresivos, cambios sutiles, comparaciones con el pasado y, por supuesto, todo tipo de sondeos, simulacros y evaluaciones, incluyendo sitios de Internet.
1. AMLO gana de manera rotunda en todas las comunidades académicas donde hubo simulacros. En 18 universidades públicas y privadas del DF, Guanajuato, Jalisco y Michoacán AMLO gana con entre 30 y 91 por ciento de los votos de estudiantes, profesores, investigadores y empleados, y con un promedio del 72.6 por ciento (unos 80 mil votos computados). Sorprenden los resultados en el Iteso de Guadalajara y en la Universidad de Guanajuato, dos estados panistas. Los estudiantes universitarios representan la tercera parte del voto joven.
2. En los encuentros masivos, AMLO no solamente se encuentra muy arriba de sus dos principales competidores en términos cuantitativos, sino en la calidad de los participantes. Entre el 10 de abril y el 27 de junio AMLO realizó 115 mítines de carácter popular (salvo algunas visitas a universidades y tecnológicos), que incluyó todas las 32 capitales, y las 80 ciudades más importantes de México. El recorrido se hizo a un increíble ritmo de casi dos mítines por día. Si se considera que la inmensa mayoría de los asistentes acuden por su propia voluntad, contra las prácticas de acarreo del PRI y el PAN, el candidato de la izquierda tuvo contacto directo con entre 600 mil y un millón 115 mil verdaderos ciudadanos, ello sin incluir el cierre de la ciudad de México. La irradiación de esta energía civil hacia los ámbitos sociales no puede ignorarse.
3. En cuanto al voto joven, menores de 30 años, cuyo contingente representa la tercera parte del total de votantes, el análisis de las encuestas de Reforma revela que entre el 28 de marzo y el 31 de mayo las preferencias por AMLO se incrementaron 12 puntos, las de EPN descendieron 16 puntos y las de JVM bajaron 4 puntos. Si estas tendencias se mantienen se llegaría al día de la elección con 37 por ciento del voto joven para AMLO, 28 por ciento para EPN y 20 por ciento para JVM. Esta estimación se hace sin ponderar los inesperados eventos y expresiones anti-Peña que arrancaron en la Universidad Iberoamericana y se extendieron en manifestaciones por todo el país, dando lugar al movimiento #YoSoy132.
4. Hay un cúmulo de rarezas, de indicadores sorpresivos, que deben tomarse en cuenta porque contradicen las evaluaciones de las encuestas dominantes que sitúan a EPN muy arriba. Aquí deben citarse los sondeos por Internet como El Menos Peor, donde AMLO lleva 70 por ciento de las preferencias de un total de 272 mil votantes; o la encuesta electrónica realizada por Milenio Tv y retirada de inmediato porque AMLO la encabezaba con 85 por ciento de los votos. También destaca la encuesta semanal del SNTE y Panal, supuestamente confidencial, con padres de familia, donde AMLO aventaja por seis puntos, y la encuesta que levantó un taxista del DF con más de 4 mil pasajeros, con AMLO arrasando. Finalmente "la cereza en el pastel": la encuesta levantada por Werevertumorro.mx, que es el canal de YouTube más visitado de Iberoamérica, con casi 4 millones de seguidores, y donde AMLO obtuvo 66 por ciento de casi 100 mil votos (abril 28).
5. Otra evidencia son las tendencias electorales, los cambios de preferencias a través del tiempo. Aquí hay una coincidencia de varias encuestas y sondeos efectuados cronológicamente que marcan un ascenso constante de AMLO, una caída permanente de EPN y un estado estacionario o ligeramente a la baja de JVM. Esto se lee en encuestas de escala nacional o estatal, como DF, Puebla, BC y Jalisco (ver cuadro).
6. Finalmente, están los elementos circunstanciales. Una apretada síntesis personal es: votarán por AMLO la homeópata de la familia, el grupo de la hija de la señora trabajadora que estudia ciencias de la educación, mi cardiólogo, el joven encargado de un estacionamiento público en Tlaxcala, la familia de la señora que hace el aseo en el estudio, la experta de Unysis Guadalajara que siempre lo detestó, los papás de todo el grupo del hijo de un amigo en Xalapa, 60 por ciento de los usuarios de la micro financiera Invierta, varias amigas y amigos que siempre fueron panistas, la mitad de los vecinos, todos los parientes en primero y segundo grado, mil 600 intelectuales y artistas y un largo etcétera.
Si viviésemos en un país verdaderamente democrático y donde se respetaran las leyes, el cúmulo de evidencias aquí descritas sería suficiente para dibujar el panorama electoral. Sin embargo en una sociedad dislocada por la corrupción y con una larga tradición de trampas y fraudes electorales, ello se ve amenazado. Cuatro fenómenos alimentan lo anterior: la sospechosa insistencia por mantener a EPN a la cabeza por las seis grandes encuestadoras, que son las más publicitadas por la Tv, radio y cadenas periodísticas; la imparable compra del voto; las dudas sobre el IFE, y la ausencia de mecanismos legales para penalizar, rápida y efectivamente, los delitos electorales. El triunfo, incluso amplio, de AMLO este 1º de julio deberá ocurrir sin sobresaltos indicando que el país por fin entra a una etapa real de cambio y de consolidación democrática. El otro escenario, en una sociedad en crisis, sería simplemente una tragedia de inimaginables consecuencias. Este país no se lo merece.
miércoles, junio 20, 2012
Maíz Nativo.Conservación y la bioseguridad del maíz en el DF.
La sobrevivencia del maíz nativo en la megalópolis de la ciudad de México
José Antonio Serratos Hernández*
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de junio de 2012, p. 50
A 10 años de haberse iniciado la exploración y la protección de la diversidad del maíz nativo en el Distrito Federal es necesario recapitular esta investigación para establecer el futuro de la conservación de esta semilla, única en el sentido de sobrevivencia ante el crecimiento urbano de la segunda megalópolis más grande en el mundo y al mismo tiempo patrimonio genético de la ciudad y del país.
Con el descubrimiento de maíz transgénico en Oaxaca por Ignacio Chapela y David Quist en 2001, el Gobierno del Distrito Federal nos invitó, por el intercambio de experiencias con algunas organizaciones civiles desde 1995, a realizar un estudio cuyo objetivo fue establecer las bases para la vigilancia del maíz en las delegaciones en suelo de conservación al sur de la ciudad (Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta, Tlalpan, Contreras, Cuajimalpa). Junto al sorpresivo hallazgo de maíz transgénico en predios de campesinos dedicados al cultivo, nuestro principal descubrimiento fue encontrar una gran variedad de maíz nativo, resguardado en los llamados pueblos originarios, que incluso no había sido registrado en el banco nacional de semilla mantenido por Instituto Nacional de Investigaciones Foretales, Agrícolas y Pecuarias. Los únicos registros que se tenían de la semilla de maíz en el DF eran una colecta fechada en los años 50, localizada en lo que ahora es una calle en la delegación Iztacalco, y al menos un par de colectas registradas erróneamente como pertenecientes al estado de México. Nos dimos cuenta entonces de que a pesar de algunos trabajos realizados por instituciones agrícolas, la percepción generalizada, incluso en el medio académico, era que el maíz en el DF era irrelevante. En ese sentido, iniciamos con recursos escasos, pero junto a los principales investigadores de maíz en México, el redescubrimiento, la protección y la conservación del maíz nativo de la ciudad.
Después de un lento avance en nuestras investigaciones y con el apoyo de diferentes instituciones de los gobiernos local y federal, desde 2005, y particularmente en 2009, era evidente que los campesinos de los pueblos originarios –por su economía familiar básica, pero con fuertes componentes culturales– habían sido los actores principales en la conservación del maíz nativo: en el DF el maíz había sobrevivido gracias a una delicada mezcla de tradición ceremonial, cultura y un fuerte apego a la "semilla de los abuelos". De esos estudios pudimos clasificar, con el apoyo de los propios campesinos, 11 tipos de maíz nativo. Asimismo, nuestro monitoreo del maíz transgénico empezó a ser más extensivo para lo cual, como desde 2002, contamos con el apoyo de instituciones de investigación públicas nacionales e internacionales. En paralelo, otras instituciones intervinieron en el estudio de la conservación y la bioseguridad del maíz en el DF. Así, en 2010 el Proyecto Global de Maíces Nativos informó de la colecta de muestras de maíz de seis razas de la Mesa Central del altiplano en el DF y en 2008 el Instituto Nacional de Ecología publicó en su reporte anual la presencia de maíz transgénico en 70 por ciento y en 49 por ciento de sus muestras de maíz provenientes de Xochimilco y Tlalpan, respectivamente. Toda esta información ha sido resumida en nuestra contribución al estudio de la biodiversidad del DF que será publicada por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.
En colaboración con las autoridades ambientales del DF desarrollamos la Declaratoria y el Programa de Protección del Maíz Nativo como un instrumento para su sobrevivencia. Sin embargo, el maíz nativo sigue en riesgo porque el suelo arable para su cultivo se ha reducido a menos de la mitad desde 1980, los campesinos dedicados al cultivo son menos y envejecen sin que haya remplazo generacional y la presencia de transgenes patentados representa un riesgo legal para la conservación en los predios y en los bancos de semillas. Nuestra propuesta es que esos riesgos pueden ser enfrentados con una estrategia de agricultura multifuncional adecuada a zonas periurbanas, considerando que el maíz nativo en el DF no está ligado al rendimiento sino a otras dimensiones sociales y culturales relacionadas con tradiciones ceremoniales o culinarias. En otro sentido, la agricultura multifuncional del maíz nativo puede servir para el estudio de las relaciones de ésta con la ecología urbana y la agroecología en las grandes megalópolis. Estas son las acciones que hemos llevado a cabo y las propuestas que estamos desarrollando para la defensa del patrimonio genético de México.
* Universidad Autónoma de la Ciudad de México, plantel Cuautepec
martes, junio 19, 2012
Elecciones 2012 México. ¡ NO MÁS PRI!
Incertidumbre electoral y voto anti Peña Nieto
Luis Hernández Navarro
La incertidumbre es lo de hoy. El anuncio del inminente y sólido triunfo de Enrique Peña Nieto este 1º de julio se ha –parafraseando al clásico– desvanecido en el aire. Si hace apenas poco más de un mes los intelectuales mediáticos profetizaban el advenimiento del presidencialismo imperial de la mano del carro completo en las cámaras legislativas, hoy el nerviosismo se ha apoderado del primer círculo priísta.
"Todo lo sagrado es profanado", escribió el crítico. Las encuestas han dejado de ser el oráculo que anunciaba al inevitable ganador de la contienda e inducía el voto útil, para convertirse en materia de controversia. Su imparcialidad está bajo sospecha. Se ha convertido en lugar común que cada sondeo concluye lo que a sus patrocinadores interesa. Unos hablan de la ventaja inalcanzable del puntero y otros de un virtual empate técnico.
Una manta colgada hace unos días en la avenida Universidad de la ciudad de México resumió el descrédito ciudadano hacia los sondeos: "¿Tú le crees a las encuestas? Yo tampoco".
La mula no era arisca. El desempeño de las compañías encuestadoras en los últimos comicios ha sido lamentable. En 2010, Consulta Mitofsky, que trabaja en estrecha colaboración con Televisa, auguró que en Oaxaca, Puebla y Sinaloa triunfaría el PRI con cinco, 12 y ocho puntos de ventaja. No fue así. En los tres estados el tricolor fue derrotado. En Veracruz e Hidalgo pronosticó una ventaja priísta de 23 y 21 puntos, que al final se redujo a una diferencia de tan sólo dos y cinco puntos. ¿Por qué suponer que en estas elecciones no se van a volver a equivocar?
Taimados que somos, la desconfianza hacia los sondeos es tan grande que entre 30 y 40 por ciento de los auscultados se niega a responder a las encuestadoras. A menos de dos semanas de los comicios, el porcentaje de los indecisos fluctúa entre 15 y 30 por ciento. Eso significa que al menos la mitad de la población en edad de votar no quiere decir por quién lo hará o no lo sabe aún.
No hay certeza. Decenas de miles de jóvenes en todo el país acabaron con ella. Le propinaron un certero manotazo al tablero de ajedrez electoral en el que el final de la partida estaba anunciado. Las piezas se movieron. La formación de un vigoroso e imprevisible movimiento anti Peña Nieto cambió las reglas del juego. El candidato priísta está cercado en todos su desplazamientos. Adonde llega brotan protestas espontáneas en su contra.
La lógica de las calles es distinta a la de las urnas, dicen los analistas. Olvidan que, al mismo tiempo que miles de universitarios marchan contra Peña Nieto y en favor de la democratización de los medios de comunicación, en las encuestas crecen los negativos del mexiquense, es decir, la cantidad de ciudadanos que de ninguna manera están dispuestos a votar por él.
En el cuarto de guerra priísta no saben cómo enfrentar la ola de desobediencia civil contra su candidato. Las campañas de satanización contra los jóvenes no logran contener ni aislar su movimiento. Son incapaces de enfrenar con éxito una protesta sin líderes visibles y sin estructuras organizativas centralizadas.
El control que el tricolor tiene de una parte muy importante de los medios de comunicación no logra impedir que el movimiento transmita su mensaje, primero elaborando sus propios contenidos y usando las redes sociales para difundirlo y, segundo, divulgando la información y opinión generadas en los medios de comunicación que no se sujetan a la lógica tricolor. El movimiento ha construido su propio relato.
Aunque el #YoSoy132 atraviesa la coyuntura electoral, es un movimiento distinto a las campañas políticas tradicionales. No hay allí activistas a sueldo, ni recursos para movilizarse y elaborar propaganda, ni línea a seguir. Hay convicción en una causa: Peña Nieto y el PRI representan el pasado que no debe volver. Hay frescura, novedad, compromiso y solidaridad. No hay la pretensión de obtener beneficios materiales.
Día a día, el movimiento inventa su porvenir, redefine su horizonte. Sorprendentemente, condensa el descontento profundo de parte de la sociedad mexicana que no encontraba una vía de salida para expresar su malestar. Los universitarios han decidido jugar sus propias cartas y no las del establecimiento político. Al hacerlo ha provocado que el futuro no sea ya lo que era.
Ante la pasividad del IFE, desde Los Pinos se abona el terreno de la incertidumbre. Un día las ocho columnas de la mayoría de la prensa escrita, los noticiarios radiofónicos y los telediarios embisten contra la propuesta económica de Andrés Manuel López Obrador. Al día siguiente Felipe Calderón se mete de lleno a la contienda electoral. Simultáneamente se filtran a la prensa casos que documentan la corrupción de importantes mandos priístas o sus vínculos con el narcotráfico.
Aún no se realizan las elecciones y ya vivimos un conflicto poselectoral. Los síntomas son claros. Por un lado, quienes desconfían de la limpieza de los comicios documentan y difunden anormalidades. Por el otro, el Consejo Coordinador Empresarial y el IFE presionan a los partidos políticos y sus candidatos a que firmen un "acuerdo de civilidad" para dotar al proceso de certidumbre jurídica y garantizar que los resultados del próximo 1º de julio serán respetados. La iniciativa deja muy mal parado al órgano encargado de organizar las elecciones, toda vez que lo que el acuerdo plantea ya está consagrado en la ley.
Vivimos en la incertidumbre. Ante el desvanecimiento de lo sólido y la profanación de lo sagrado, decía Carlos Marx en plena era de revoluciones, los hombres se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas. En el mar de zozobra en el que se ha zambullido al país, miles de jóvenes han reflexionado su situación y comparten una certeza: es imprescindible evitar el regreso del pasado; hay que impedir la llegada de Peña Nieto al poder.
sábado, junio 16, 2012
Elecciones 2012 México."Una mañana de sol en Xochimilco"
Una mañana de sol en Xochimilco
Adolfo Gilly
Compañeros y colegas de la UAM Xochimilco, compañeros de #YoSoy132, compañeros todos, agradezco la invitación para estar con ustedes y con nuestra compañera Camila Vallejo, flor de copihue que Chile nos mandó.
Veo desde aquí una, dos, muchas caras conocidas, aunque las mire por primera vez. Está aquí el 132, la misma y el mismo estudiantes de siempre. Regresan a la cita, puntuales, cuando menos se piensa, cuando nadie los espera, cuando se les ocurre; y aparecen y les desordenan todo a Ellos; y Ellos creen que el estudiante volvedor no sabe qué quiere. Pero sí sabe, sí quiere, quiere en todos los sentidos de la palabra "quiere", y lo dice con el lenguaje propio que en cada generación es diferente, y por eso es el mismo y cada vez a Ellos los toma por sorpresa.
Pero primero quiero mencionar aquí a tres compañeros que, estoy seguro, deben estar escondidos entre ustedes: don Pablo González Casanova, el rector que nos heredó el 68 y que aquí sigue, terco en nuestras causas; el filósofo Luis Villoro, de quien tanto aprendimos en los libros, en la vida y en la lealtad a las personas y a las ideas; la comandante Esther, que en el inicio de este siglo reclamó en el Congreso de la Unión el respeto a los acuerdos de San Andrés. Hasta hoy los poderes del Estado siguen faltando a la palabra y a la firma empeñadas.
Vengo de lejos y por eso agradezco tanto estar aquí. Estuve en el 64 en tu país, Camila, con Salvador Allende, cuando nacía la gran esperanza que maduró en 1970. Estuve en el 68 aquí, en Lecumberri, cuando Gustavo Díaz Ordaz, el cruel presidente que nos trajo el PRI, masacró en Tlatelolco a esa misma esperanza, entonces mexicana.
Estamos ahora aquí, en la UAM Xochimilco, gracias a ustedes, los innumerables 132 nacidos en la Ibero cuando Enrique Peña Nieto creía que nadie se acordaba de sus crímenes contra Atenco.
Estamos para ver si entre todos logramos detener el regreso de esa infamia de hombres apaleados, jóvenes asesinados y encarcelados, mujeres humilladas y violadas que ese gobernante desató en Atenco, con la participación y el apoyo directo del presidente Vicente Fox, el de "yo no fui", el "¿yo por qué?", el "comes y te vas", el que hoy nos dice "votas y te vas".
Estamos para tratar, entre todos, de derribar las paredes de esta casa de horrores en que han convertido a México los dueños del dinero, los dueños del poder y sus sirvientes, los muy siniestros dueños de la televisión.
Estamos para impedir que llegue al poder ese señor que en la Ibero reivindicó sus hazañas en Atenco y prometió, si lo eligen presidente, repetirlas en todo México y ahora además traer un jefe policial desde Colombia: imagínense ustedes.
El cómo lograrlo no se alcanza sólo en las urnas, aunque importe votar para contribuir a detenerlo. Pero no basta, ustedes bien lo saben, porque para eso y por eso desbarataron ustedes el desvaído paisaje de la campaña electoral, hasta que los estudiantes irrumpieron. Tenemos que mantener la frescura, la invención y el desorden, las preguntas molestas, los temas que candidatos y partidos callan, las verdades que en los debates no se dicen para no perder votos o no malquistarse con los poderosos.
Se trata de seguir diciendo la verdad de esta elección. No para tranquilizar a los señores del dinero y del orden, que de eso ya se encargan otros, sino para dar voz, razones y esperanzas a los que no aguantan más; a los ofendidos y humillados; a los que trabajan mucho y ganan muy poco; a quienes no encuentran puesto de trabajo ni lugar de estudio; a los que buscan a sus miles y miles de desaparecidos y a los que lloran a sus decenas de miles de muertos por la violencia, a los que no son escuchados en los juzgados y los ministerios públicos y no tienen voz en la televisión ni en los debates, al México inmenso que hoy sufre como nunca imaginó que sufriría.
La verdad de esta elección, para quienes entre ustedes voten o no voten, no está en los que gobiernen antes o después, en los gobernadores y los senadores, en los alcaldes y regidores. Está en nosotros, en las universidades y en las escuelas y en los trabajaderos, en Chiapas y en Oaxaca, en La Parota y en Ayotzinapa, en Cherán y en Wirikuta, en Chihuahua y en Durango, en esta nuestra gran ciudad, allí donde muchas voces digan y repitan: "Aquí estoy, yo también soy 132".
Nuestro voto puede servir ante todo para impedir el regreso del PRI, como el voto en Perú sirvió para impedir el retorno del horror de Fujimori, aunque hoy Humala no cumpla sus promesas. Pero también puede servir el movimiento para dar el color del voto y la elección. Lo que viene después, en Perú como en Chile como en México, depende de ustedes y de todos nosotros. Aquellos que gobiernen, quienes sean que nos toquen, no nos sacarán de en medio, no nos moverán, ahora y por los años de los años. Por eso hemos vuelto hoy desde el 68 mexicano y el 70 chileno, y desde mucho antes, y también desde ayer hasta esta hermosa mañana de sol en Xochimilco.
¡Salud y libertad, querida Camila! ¡Viva por siempre Salvador Allende! ¡Viva Chile, mierda! ¡Viva México!
Posdata:
Después de concluir, el orador desde el estrado dijo a los estudiantes: “Para saber de una elección, antes de ir al IFE o al debate escuchen por YouTube a Javier Krahe y Joaquín Sabina cantando Cuervo ingenuo, dedicada al español Felipe González. Se van a reír, lo prometo”. El enlace es http://www.youtube.com/watch?v=fpovae50wc
jueves, junio 14, 2012
Elecciones 2012 México. Esperanza Juvenil
#YoSoy132, López Obrador y el miedo
Adolfo Sánchez Rebolledo
Si algo nos ha probado la experiencia de las últimas semanas es la imprevisibilidad de los cambios en la arena política. ¿Quién iba a imaginar que el apacible curso electoral se vería afectado por una sublevación juvenil iniciada en la Ibero? Cuando ya todo parecía atado, y bien atado, para el candidato del PRI, aparece un grupo de jóvenes que no aceptan al futuro vencedor fabricado por Televisa y exigen "la democratización de los medios", frase que no obstante ser cuestionada por los "expertos" es un mensaje claro que la mayoría entiende. En última instancia, la reacción estudiantil es una expresión del más puro democratismo: para elegir en conciencia requerimos estar informados, y hoy no lo estamos. Esa es la condición para que el ejercicio del voto no sea un ritual vacío sino un acto de libertad. La oportunidad del reclamo universitario fue tal que en unos días las televisoras cambiaron la actitud displicente que tenían ante el debate presidencial y adoptaron medidas para satisfacer las más inmediatas exigencias de los jóvenes, aunque el Estado –a través del IFE y la Secretaría de Gobernación– quedara como un testigo subordinado del poder legal de las empresas.
Nacido en el contexto electoral, #YoSoy132 tiene razones que van más allá del primero de julio, en la línea de la protesta de los indignados que exigen devolverle a la sociedad, al 99 por ciento, el control de sus vidas, la desmercantilización que rige a la sociedad global. El movimiento recién surgido está atado en su origen a un acto de rechazo a Peña Nieto, pero ha insistido en su naturaleza "apartidista", que ellos, acertadamente, no confunden con el apoliticismo que tanto se ha predicado como si fuera una virtud ciudadana. Apartidismo significa autonomía, capacidad para tomar decisiones sin intervenciones ajenas, igual que en el 68, donde las asambleas soberanas decidían la postura a seguir en el Consejo Nacional de Huelga y éste sólo aceptaba en su seno a representantes elegidos por cada escuela. Y al mismo tiempo se trata, sí, de un movimiento político. De hecho, sin el componente político tal vez no estaríamos hablando ahora de un movimiento autónomo, diverso, plural y potencialmente capaz de hacer aportaciones significativas a la dudosa calidad de nuestra democracia. Dada la coyuntura en la que aparece, el #YoSoy132 no se hubiera desplegado sin fortalecer objetivamente a uno de los candidatos, y éste, por razones obvias, tenía que ser López Obrador. Si la primera reacción contra Peña resulta de la manipulación informativa de lo ocurrido en la Ibero, no es ilógico que los primeros beneficios políticos los recibiera quien había denunciado hasta la fatiga la conexión entre Peña Nieto y sus poderosos patrocinadores de la tv. Fue López Obrador y ningún otro quien planteó la asociación entre el PRI y las empresas mediáticas como la palanca para construir, a través de los años, al candidato vencedor, en un juego desigual que contraviene a la democracia pero nadie osa frenar. No llegó López Obrador a sumarse a los jóvenes con ánimo oportunista, pues más bien ellos se hicieron eco de las ideas que el candidato de las izquierdas expuso en el primer debate y antes en los encuentros en las universidades. En ese contexto es que la "democratización" de los medios adquiere un sentido político fundamental que debe expresarse en las urnas. Con la expansión de los participantes es probable que muchos no simpaticen con López Obrador, lo cual es natural en una movilización tan heterogénea. Pero muchos si lo harán.
Al romper con la inercia de que ya había un seguro e inalcanzable ganador, las cosas cambiaron. Algo muy fuerte comenzó a moverse, trastocando el cuadro idílico que se había dibujado para el retorno del PRI. Y volvieron las campañas sucias, los chantajes en nombre de la legalidad y las instituciones, en fin, regresó el discurso del miedo que en último extremo explica el pasmo de la ciudadanía en las encuestas. La TV se llenó de espots calumniosos y denigrantes, sin que hubiera mecanismos para frenarlos a tiempo. Las instituciones una vez más fueron superadas por la velocidad de la confrontación que ha entrado en terrenos peligrosos. El descenso en las encuestas de Peña y la caída de Josefina, la candidata del gobierno, fue la señal para revivir el espíritu del 2006, alentando la idea de que los adversarios del lopezobradorismo harán todo cuanto esté a su alcance para impedir la llegada a la Presidencia de su candidato. López Obrador puso en tensión las cuerdas para hacer notoria la fragilidad de la situación y rompió muchos cristales, pero de inmediato volvió al discurso que le ha permitido subir en las encuestas, a sabiendas de que la gran diferencia no reside en la retórica sino en el hecho político y moral, me atrevo a decir, de que él es el único que propone la transformación "verdadera" del país, sustentada en una gran coalición de fuerzas populares que no quieren repetir las experiencias negativas de las últimas décadas. Como en toda coalición, habrá debate en torno a si el proyecto ofrecido es o no viable sin otras reformas sustantivas, por ejemplo en lo fiscal, pero el énfasis en la austeridad y el combate a la corrupción, la perspectiva de privilegiar el empleo a los jóvenes y la atención a los más pobres, sin sesgos clasistas ni prejuicios, augura un México más respirable que el actual.
Ahora, López Obrador está en posibilidad de vencer a Peña Nieto, si consigue atraer a una parte significativa del "voto útil" panista y ganar a los indecisos. Por eso, son de esperarse reacciones no muy apacibles de sus enemigos. Por lo pronto, se ha desatado una oleada desinformativa para reditar la visión del candidato de las izquierdas como un político intolerante y poco digno de confianza. Es lo de siempre, tirar la piedra y esconder la mano. Pero algunas interrogantes están en el aire: ¿alguien controlará a los gobernadores priístas si las cifras confirmaran la ventaja de López Obrador? ¿Aceptarán la derrota? ¿Alguien impedirá el apoyo blanquiazul al "puntero" a cambio de favores futuros? ¿Se mantendrán ecuánimes las grandes corporaciones que al final son el soporte de Peña Nieto, comenzando por la que a su antojo maneja la maestra Gordillo, reina de la política negocio? ¿Cómo jugarán los poderes fácticos ilegales, y a favor de quién? Y Calderón, ¿cuál es su carta secreta más allá de la impaciencia tuitera? Por lo menos, Fox ya dijo que haría hasta lo imposible para que no gane López Obrador. Como en 2006. ¿Y tú?
miércoles, junio 13, 2012
Elecciones en México 2012. ¡Arriba con AMLO!
Un domingo inusual
Luis Linares Zapata
Durante el domingo pasado, aniversario del trágico 10 de junio, se vivieron experiencias inusitadas en el país. Como en aquel entonces, ríos de jóvenes, estudiantes la inmensa mayoría, se adueñaron de las avenidas y parques principales de varias ciudades exigiendo ser escuchados. Desean participar en las decisiones que marcarán el presente y que los afectarán de varias y variadas maneras. Como sus antecesores de ese cruento día de verano, los de ahora también protestaron por las heridas que, desde las élites del poder, se le causan al cuerpo social y del que son parte doliente. La jornada dominguera se completó con el debate entre los candidatos presidenciales. Las audiencias a tan necesario recurso informativo se contaron por decenas de millones. Pocos, entre los expectantes ciudadanos, pueden sentirse defraudados por lo que ahí se dijo a pesar de las notables ausencias de asuntos sustantivos. Los perfiles de los aspirantes se dibujaron con claridad meridiana. Las ofertas esgrimidas, y lo que cada uno representa, también quedaron impresas en las pupilas y los oídos de los mexicanos.
Marchas alegres, imaginativas y ruidosas de una juventud educada, deslindaron, con precisión, sus posturas con la versión oficial. Versión que intenta imponer al priísta Peña Nieto (escogida de antemano y desde arriba) como la indetenible, la inevitable opción. En verdad tal candidatura se viene revelando, ya sin tapujos, como la indicada para asegurar y dar creciente continuidad a los intereses cupulares. Y a ese dictado se ha opuesto la vigorosa corriente popular que se fortifica con el paso de los días. Los inconformes se han adueñado de los colores, las calles y las frases codificadas que pululan por redes, salones, ejidos y ciudades. Sus consignas apresan con imaginación ánimos renovadores. Los marchistas pertenecen a un selecto, pero ciertamente masivo segmento poblacional que rechaza, de manera tajante, las maniobras de los grupos de presión para asegurar sus privilegios. Los desacuerdos son profundos e irrenunciables con todo aquello que nuble, que oscurezca, que atente contra el libre albedrío, contra el voto informado y personal.
El aparato entero de comunicación social ha sido puesto además en la picota. En ese triste sitial las televisoras ocupan el primer plano. El elenco se completa con los demás altoparlantes de aquí y los de por allá. Los opinócratas, por su parte, acuden presurosos y hacen, con ahínco revestido de independencia y libre expresión, la parte que les ha sido asignada. Los jóvenes protestantes entienden a la perfección que los medios, tal y como han actuado, son vehículos al servicio del poder establecido. Un poder que se erige y prolonga para su propio deleite y dispendio. Un poder distante, ajeno al bien común. Poder indiferente al sufrimiento y las angustias de las mayorías. A estas últimas no les ha sido, tal capacidad comunicativa instalada en el país, benéfica para su desarrollo y deseos de progreso. Los medios de comunicación masiva no son las esperadas palancas constructoras de un orden donde se aprecien e impulsen creatividades colectivas. La independencia no pulula por el léxico cotidiano de sus estrellas. La libertad más apreciada, la que anima al pensamiento individual, se atasca entre sus compulsivos mensajes. Tergiversan, hasta con desagrado gestual, las libertades adicionales de expresión y manifestación pública de las ideas, en especial las que les son ajenas, opuestas. Han prestado oídos, con esmero desmedido, a esos pocos que se atrincheran en oficinas confortables, los que, desde ahí, dictan sus órdenes inapelables. Han sido, los medios y sus mensajeros, dóciles y hasta obsecuentes con el reparto inequitativo de los bienes colectivos. Su atención se dirige, con frecuencia inusitada, hacia los habitantes de residencias alejadas del bullicio, a los que, cuando los mencionan por sus nombres les ofrecen interesada respetabilidad.
La primavera estudiantil no es sino la actual vanguardia de un movimiento masivo, popular, insertado en la vida comunitaria o familiar, que ha decidido luchar contra una realidad excluyente que los desprecia y desampara. Han hecho consciente las perversas consecuencias de un modelo que, durante las últimas tres o cuatro décadas los ha dejado, sin contemplaciones humanas, a la vera del presente nacional. Se resisten a continuar por la senda, ciertamente benéfica para unos cuantos, que ha venido marcando sus nublados destinos. No aceptan el asignado rol de parias ni la exclusión de un desarrollo que debían ser para todos. El debate fue una transparente vitrina para esos millones de personas, ahora ya despiertas, que exigen su equitativo lugar en el reparto de las oportunidades.
Como respuesta a lo sucedido en el foro de Guadalajara, el poder ha desatado sus furias y consignas contra el que ya es puntero en las preferencias (AMLO). No hay que distraerse en la ruta de ascenso iniciada. Las urnas están a la vuelta de una quincena. Hay que dar el empujón final sin detenerse en las fallidas insidias del señor Calderón (y adláteres hacendarios) o en los bien conocidos priístas que, sin ver sus muchas miserias y complicidades, gritan desaforados ¡al ladrón!
jueves, junio 07, 2012
Elecciones en México 2012. IFE debe responder ¡ahora!
La Jornada
Astillero
Confirmado: ¡voto verde!
Crecimiento no urbano
En casillas, Plan Gordillo
Provocaciones arzobispales
Julio Hernández López
Siete de cada ocho de los nuevos votantes acreditados por el Instituto Federal Electoral (IFE) de 2006 a este año provendrán de zonas no urbanas, pese a que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó en el censo nacional de población de 2010 que cada vez eran menos los mexicanos que vivían en áreas rurales. Visto de otra manera, en estos seis años aumentó el número de mesas receptoras de votos en una proporción peculiar, pues por cada diez nuevas mesas por instalar en zonas no urbanas habrá 1.5 en área urbana.
Las contradictorias clasificaciones entre los dos institutos citados permitirán que para los próximos comicios se presente a las urnas casi el mismo número total de votantes no urbanos (26 millones, con nuevos y antiguos integrantes del padrón electoral, según el IFE), que el total de los habitantes de la zona rural (25 millones de todas las edades, incluyendo niños, adolescentes, jóvenes y adultos, según el Inegi).
Los datos provienen del estudio realizado por los científicos Luis Mochán y Víctor Manuel Romero, quienes en 2006 descubrieron fuertes anomalías en la elección presidencial, y por Fernando Magariños. Siempre fundadas en datos públicos del IFE y el Inegi, las estadísticas raras se expresan en cifras redondeadas:
“El IFE clasifica a las casillas como urbanas y no urbanas. En 2006 el número total era de 131 mil. De éstas, 70 por ciento eran urbanas y 30 por ciento no urbanas. En 2012, el número total de casillas es 143 mil. De éstas, 64 por ciento son urbanas y 36 por ciento no urbanas. Se tuvo un incremento de 12 mil casillas de 2006 a 2012. De éstas, mil 500 son urbanas y 10 mil 500 son no urbanas.
“En 2006 el padrón era de 71 millones de votantes. De éstos, 52 millones eran urbanos y 19 millones no urbanos. En 2012 el padrón es de 79 millones de votantes. De éstos, 53 millones son urbanos y 26 millones son no urbanos. Se tuvo un incremento de 8 millones de votantes de 2006 a 2012. De estos, un millón son urbanos, 7 millones son no urbanos.
En 2000 la población del país era de 97 millones de personas, 75 por ciento urbana y 25 por ciento rural. En 2010 la población del país era de 112 millones de habitantes, de los cuales 78 por ciento es urbana y 22 por ciento rural. La población urbana muestra un incremento con respecto a la rural. En 2010 la población urbana es de 87 millones de personas, mientras que la rural es de 25 millones.
El IFE debe explicar rigurosamente las razones que tuvo para hacer las clasificaciones y reseccionamientos que arrojan los datos duros consignados aunque, habiéndose publicado aquí mismo en días anteriores un esbozo del asunto (sin las precisiones que hoy se ofrecen), el consejero presidente, Leonardo Valdés Zurita, evitó pronunciarse, resistiendo incluso las insistentes exhortaciones que en Twitter se le hicieron.
Los extraños acomodos del aparato receptor del voto, al multiplicar el volumen del sufragio no urbano de manera brutal (este término fue comentado por uno de los autores del estudio) encuentran una llamativa coincidencia estadística con el vivero electoral en que suele encontrar provisiones salvadoras el partido de tres colores: el voto llamado verde y no en referencia a sus aliados de falsa ecología, sino a segmentos rurales que le resultan al PRI más manejables que los urbanos. Allí el tricolor ha encontrado fórmulas para dar la vuelta a votaciones que en lo urbano parecían aplastantemente perdidas. En una elección como la próxima, esos pertrechos de campo podrían resultar definitorios para explicar una eventual disparidad entre lo que los pobladores de las ciudades hayan vivido y lo que las cifras oficiales reporten.
Siguen llegando múltiples reportes de irregularidades en el proceso de designación de funcionarios de mesas receptoras de votos y de su obligada capacitación. Combinaciones de todo tipo que acaban mostrando un ánimo descuidado o, por el contrario, muy dirigido a desalentar la participación de ciudadanos y, de manera marcada, a cerrar el paso a quienes tienen preparación académica notable.
En ese sentido es muy ilustrativo lo que a esta columna comenta José G. Carmona García, quien fue consejero en el Instituto Electoral de Tamaulipas, a propósito del episodio narrado en anterior columna e intitulado La ciudadana Radetich: “Situaciones muy similares se están presentando en Ciudad Victoria. Para muestra: un conocido resultó insaculado, se le notificó al respecto y a la semana le llegó el nombramiento como presidente de casilla ¡sin ser capacitado! Nos enteramos de varios casos similares. Claro, la reacción de las personas, en la mayoría de los casos, ha de ser ‘yo no iré, pues no me siento preparado para esa responsabilidad’. ¡Exactamente eso es lo que se espera! Total, ya estarán tempranamente formados los ciudadanos que, por ley, podrán ser nombrados de la fila como funcionarios de casilla. No se dificulta mucho suponer de quiénes se trata. La ‘estrategia’ se implementó en 2006 y curiosamente estaban tempranamente formados los maestros que pasarían a ser tomados de la fila para ejercer como funcionario de casilla. Así las cosas, no creo que sean pifias o descuidos del IFE, creo que es una estrategia implementándose”.
Astillas
El arzobispado de Oaxaca se regodeó ayer al reproducir en su portal de Internet unas falsas declaraciones de la subprocuradora de justicia del estado, Iliana Hernández Gómez, en el sentido de que se daban 72 horas para que La Jornada entregara los documentos y videos que han sustentado las denuncias, bajo la firma de este tecleador astillado, del actuar pederasta del presbítero Gerardo Silvestre Hernández y de la comprobada protección que le sigue otorgando el arzobispo José Luis Chávez Botello. A partir de esa mentira, la cuenta de Twitter @LumenRadioOax se esmeró en denunciar el periodismo fanático, las fuentes dolosas en las que abrevan quienes causan dolor y división y la exigencia de que el autor de las notas de denuncia compareciera para dar datos a la autoridad. La subprocuradora desmintió lo que se le atribuía... ¡hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
miércoles, junio 06, 2012
Elecciones en México 2012. Guerra Sucia contra AMLO
El retorno de los miedos
Luis Linares Zapata
Adormecidos durante buena parte de la campaña electoral los miedos colectivos retornan al escenario nacional. Azuzados por similares personeros irrumpen ahora con idénticas intenciones: mantener el sistema imperante de privilegios. Muestran, con el rigor anterior, los deformantes efectos sobre la convivencia organizada de los mexicanos. La publicación de la última encuesta del diario Reforma destapó las pasiones de aquellos acostumbrados a ocupar el mando del poder federal. El casi empate entre Peña Nieto y AMLO hirió ambiciones por doquier, muchas de ellas malsanas que se pensaban superadas. Sin importar las terribles consecuencias, desempolvan los falsos argumentos ya usados, los símiles forzados, los panoramas de desastres inminentes. Todo ello para evitar, sin importar el costo, el avizorado triunfo de la izquierda (AMLO)
La costosa polarización ocasionada durante 2006, orquestada desde la cúpula del poder, se enseñoreó por toda la República. Introdujo fieras divisiones entre conciudadanos, entre familiares, sectores sociales o profesionales y partidarios políticos. Los rencores, entonces sembrados, se impregnaron durante seis largos, desoladores años en el cuerpo social. Marchitaron esperanzas juveniles, truncaron oportunidades para las mayorías, nublaron horizontes, aun los de los mejores, y envenenaron los desequilibrios de la endeble estructura institucional. Lejos de cicatrizar las heridas infligidas, las dejaron abiertas e infectadas. El aumento de la pobreza se tornó fehaciente prueba de ser provocada por el modelo vigente. Las desigualdades desembocaron, con fiereza, en el insoportable rostro de la violencia desatada e incontrolable del crimen organizado. La maltrecha elección de 2006, con su cauda de quiebres, trampas y manipuleos, no debía repetirse en este 2012. Sin embargo, algo de lo que ahora se inicia apunta hacia la redición de ambientes, temores y enconos parecidos o, peores aún, introducidos con saña y cinismo por los que ven tambalearse sus negocios y ambiciones.
La generosidad, la altura de miras, el respeto a lo distinto se han hecho asuntos prescindibles. Lo que cuenta es hacerse del poder cueste lo que haiga de costar. El éxito económico es, hoy en día, el aldabón insuperable de la respetabilidad. Un justificante para cualquier latrocinio, envidia o malquerencia, de esas provocadas por la acumulación desmedida de bienes y riquezas. Sólo de vez en cuando se reconoce al talento puesto al servicio de los demás, la creación solitaria y desinteresada, la solidaridad para con los desposeídos. La congruencia con los propios valores y principios se arrumbó a un lado de las penas ajenas inconfesadas. La honestidad pasó a ser un ingrediente molesto para los aventureros del triunfo a como dé lugar.
Sin aprender de la pasada historia, se pretende retornar a la lucha cuerpo a cuerpo, al empleo de cualquier recoveco o palanca disponible que dé ventaja, aunque sea indebida, sobre el rival. Poco o nada cuenta la legalidad si puede ser trastocada en silencio, a las sombras de un discreto pestillo. Ya se desempolvan, por ahí y por allá, las medias verdades, las insinuaciones de conductas delictivas, deshonestas, atribuibles al candidato que avanza, al parecer indetenible, en las preferencias ciudadanas. Los rumores de preparativos para protestas postelectorales se instalan como certeza indubitable. Los falsos testimonios, las filtraciones prefabricadas se difunden para abollar, aunque sea un poco, su bien ganado prestigio de rectitud. Vuelven a relucir las estampidas inminentes de capital ante la sola versión de que AMLO acortó distancias respecto de Peña Nieto (Financial Times). Las volatilidades que han llevado al peso a depreciar su valor le son a él atribuidas por opinócratas falsarios poquiteramente remunerados. Las mismas agencias calificadoras adelantan juicios temerarios y dibujan escenarios de inestabilidad ante la emergencia de que AMLO triunfe.
Por ahí y por acá se busca, de nueva cuenta, aquel espíritu de cuerpo que unificó, hace seis años, a los mandones de la continuidad y a todos sus amanuenses en un complot ninguneado, pero real y destructivo. Los verdaderos traidores a la democracia, esos que difundieron los mensajes de odio y revancha que le predican a López Obrador, aparecen de nuevo. Es por eso que, no de improviso, irrumpió Fox en el escenario dando muestra fehaciente de su rencoroso ánimo de ranchero nailon. Deja, tan rudimentario personaje, asentada su intención (y la de sus escurridizos mandantes) de evitar que AMLO gane de nueva cuenta. Fox se sabe vulnerable, ligero de defensas ante el entrevisto triunfo de aquel a quien trampeó con alevosía. Pero sus alaridos sin concierto (chachalaqueadas) chocan con el despertar de esta primavera juvenil.
Las circunstancias actuales de México han cambiado de manera drástica respecto al pasado próximo (2006). Entonces no hubo este estudiantado en bulliciosa movilización. Las facilidades para adormecer simpatías y atontar voluntades se han achicado drásticamente. El aparato de comunicación de masas ha mostrado cortedades reales para mantener la aureola de invencibilidad de su abanderado. Los jóvenes denuncian, a voz en cuello, el corrupto sistema que antes se pavoneaba aunque todavía pretende imponer a un indeseado Peña Nieto como presidente. Las televisoras pasan por tiempos de hondo desprestigio. El enriquecimiento de sus accionistas (ver carátula de Proceso núm. 1857) los llevan, con urgencia, a retocar sus imágenes y a intentar reponer sus mermadas capacidades.
La base social organizada que se reúne en Morena, es una fuerza creciente que sostiene e impulsa multitud de rebeldías, las estudiantiles incluidas. Este movimiento es, y será, el arma vital del cambio verdadero que ya se avecina en el cortísimo plazo. Ya derrotó las percepciones inoculadas por años de propaganda y encuestas a modo para imponer la continuidad. Los enemigos de la transformación nacional, esta vez al menos, no pasarán.
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