Popurri Eugenia León.
miércoles, diciembre 31, 2008
martes, diciembre 30, 2008
Bestialidad contra los Palestinos
La Jornada
‘‘lo peor está por llegar’’
‘‘No quedará en pie ningún edificio de Hamas’’, advirtieron autoridades de Israel. Con el apoyo de Estados Unidos, Tel Aviv realizó la tercera jornada de bombardeos contra Gaza, donde la cifra de muertos llegó a 345, incluidos 21 niños. El ejército israelí declaró la franja ‘‘zona militar cerrada’’ a medios de información o equipos de ayuda humanitaria, lo que presagia una inminente ofensiva terrestre. La condena mundial unió ayer a varios países. En la imagen, un pequeño observa el funeral de tres infantes Foto Reuters
‘‘lo peor está por llegar’’
‘‘No quedará en pie ningún edificio de Hamas’’, advirtieron autoridades de Israel. Con el apoyo de Estados Unidos, Tel Aviv realizó la tercera jornada de bombardeos contra Gaza, donde la cifra de muertos llegó a 345, incluidos 21 niños. El ejército israelí declaró la franja ‘‘zona militar cerrada’’ a medios de información o equipos de ayuda humanitaria, lo que presagia una inminente ofensiva terrestre. La condena mundial unió ayer a varios países. En la imagen, un pequeño observa el funeral de tres infantes Foto Reuters
Israel. "Estado Terrorista"
La Jornada
Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.com http://navegaciones.blogspot.com
Israel
El problema no es que Israel sea un Estado judío, sino que es un Estado terrorista. Aunque hubiese sido fundado y habitado por otomíes, por pashtunes o por noruegos, sus prácticas genocidas merecerían algo más que la condena universal: la intervención inmediata y enérgica de la comunidad de naciones para defender a las víctimas de su barbarie y para llevar a sus gobernantes ante tribunales internacionales de justicia y procesarlos por crímenes de guerra.
Dos razones explican que ello no haya ocurrido aún y que, posiblemente, no ocurra jamás: el (justificado) sentimiento de culpa de las potencias occidentales por no haber impedido el exterminio de judíos que llevaron a cabo los nazis y, mucho más importante y decisiva, la condición de Tel Aviv como aliado estratégico de Europa y Estados Unidos en una región predominantemente árabe, islámica, y por mucho tiempo reacia a uncirse a los dictados colonialistas de las metrópolis. De no ser por esos factores, hace mucho tiempo que Israel habría sufrido un férreo bloqueo económico, habría sido hostigado en forma sistemática y, posiblemente, habría sido arrasado por los bombarderos de Occidente, como les ocurrió a Irak, a la extinta Yugoslavia y a Afganistán.
Y es que el régimen israelí no sólo es culpable de delitos de lesa humanidad, como éste al que asistimos en el fin de 2008, cuando los aviones de Tel Aviv ejecutan sanciones colectivas contra las mujeres, los hombres, los niños y los ancianos de Gaza, sino también de la fabricación de armas de destrucción masiva: las bombas atómicas de Israel, producidas ante las narices de Washington y de Bruselas son, para el mundo, una amenaza mucho más real que las supuestas armas iraquíes cuya existencia inventó George W. Bush para dar justificación a su guerra de negocios. Adicionalmente, el Estado fundado por Ben Gurión y Weismann (vinculados a Haganá e Irgún, organizaciones sionistas célebres por sus represalias sangrientas contra los árabes, y no menos terroristas que las islámicas Hamas y Hizbollá) ha aplicado en Cisjordania y en la porción palestina de Jerusalén una política sistemática de limpieza étnica semejante a la que el extinto régimen de Milosevic puso en práctica en Bosnia; ha saqueado y devastado los recursos naturales de los palestinos, ha reducido a las poblaciones de Cisjordania y Gaza a la explotación inmisericorde, a la miseria y a la humillación y ha implantado, en el territorio israelí, un régimen racista de discriminación y apartheid sobre los ciudadanos árabes.
A estas alturas, el Estado israelí no corre ningún peligro de ser arrasado ni destruido por sus vecinos árabes y musulmanes, y menos por los puñados de desesperados harapientos que de cuando en cuando realizan atentados terroristas contra el sur de Israel. Sus vastos recursos bélicos –obtenidos en buena medida gracias al respaldo incondicional de Washington– le aseguran una ventaja irreversible y aplastante sobre el resto de los países de la región.
Los principales enemigos del régimen de Israel son su propia arrogancia, su impunidad, hasta ahora absoluta, su desprecio hacia la legalidad internacional y la aplicación racista y facciosa de sus propias leyes. Por esa vía, el Estado hebreo (lo mismo daría si fuera mixteco, druso o armenio) se encamina hacia una bancarrota moral irreparable. Occidente debe intervenir, no para destruirlo, como hizo con Irak y con Afganistán, sino para contenerlo, para reformarlo, para rescatarlo de sí mismo y, desde luego, para impedir que siga rindiendo tributos a la barbarie y ofreciéndole al mundo regalos horrorosos como este año nuevo ensangrentado en Gaza. Pero no hay que mezclar las cosas: llegado el momento, cuando suene el shofar, muchos gentiles, con el mismo afecto de todos los años, diremos shaná tobá a nuestros amigos y conocidos judíos, sean israelíes o no.
Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.com http://navegaciones.blogspot.com
Israel
El problema no es que Israel sea un Estado judío, sino que es un Estado terrorista. Aunque hubiese sido fundado y habitado por otomíes, por pashtunes o por noruegos, sus prácticas genocidas merecerían algo más que la condena universal: la intervención inmediata y enérgica de la comunidad de naciones para defender a las víctimas de su barbarie y para llevar a sus gobernantes ante tribunales internacionales de justicia y procesarlos por crímenes de guerra.
Dos razones explican que ello no haya ocurrido aún y que, posiblemente, no ocurra jamás: el (justificado) sentimiento de culpa de las potencias occidentales por no haber impedido el exterminio de judíos que llevaron a cabo los nazis y, mucho más importante y decisiva, la condición de Tel Aviv como aliado estratégico de Europa y Estados Unidos en una región predominantemente árabe, islámica, y por mucho tiempo reacia a uncirse a los dictados colonialistas de las metrópolis. De no ser por esos factores, hace mucho tiempo que Israel habría sufrido un férreo bloqueo económico, habría sido hostigado en forma sistemática y, posiblemente, habría sido arrasado por los bombarderos de Occidente, como les ocurrió a Irak, a la extinta Yugoslavia y a Afganistán.
Y es que el régimen israelí no sólo es culpable de delitos de lesa humanidad, como éste al que asistimos en el fin de 2008, cuando los aviones de Tel Aviv ejecutan sanciones colectivas contra las mujeres, los hombres, los niños y los ancianos de Gaza, sino también de la fabricación de armas de destrucción masiva: las bombas atómicas de Israel, producidas ante las narices de Washington y de Bruselas son, para el mundo, una amenaza mucho más real que las supuestas armas iraquíes cuya existencia inventó George W. Bush para dar justificación a su guerra de negocios. Adicionalmente, el Estado fundado por Ben Gurión y Weismann (vinculados a Haganá e Irgún, organizaciones sionistas célebres por sus represalias sangrientas contra los árabes, y no menos terroristas que las islámicas Hamas y Hizbollá) ha aplicado en Cisjordania y en la porción palestina de Jerusalén una política sistemática de limpieza étnica semejante a la que el extinto régimen de Milosevic puso en práctica en Bosnia; ha saqueado y devastado los recursos naturales de los palestinos, ha reducido a las poblaciones de Cisjordania y Gaza a la explotación inmisericorde, a la miseria y a la humillación y ha implantado, en el territorio israelí, un régimen racista de discriminación y apartheid sobre los ciudadanos árabes.
A estas alturas, el Estado israelí no corre ningún peligro de ser arrasado ni destruido por sus vecinos árabes y musulmanes, y menos por los puñados de desesperados harapientos que de cuando en cuando realizan atentados terroristas contra el sur de Israel. Sus vastos recursos bélicos –obtenidos en buena medida gracias al respaldo incondicional de Washington– le aseguran una ventaja irreversible y aplastante sobre el resto de los países de la región.
Los principales enemigos del régimen de Israel son su propia arrogancia, su impunidad, hasta ahora absoluta, su desprecio hacia la legalidad internacional y la aplicación racista y facciosa de sus propias leyes. Por esa vía, el Estado hebreo (lo mismo daría si fuera mixteco, druso o armenio) se encamina hacia una bancarrota moral irreparable. Occidente debe intervenir, no para destruirlo, como hizo con Irak y con Afganistán, sino para contenerlo, para reformarlo, para rescatarlo de sí mismo y, desde luego, para impedir que siga rindiendo tributos a la barbarie y ofreciéndole al mundo regalos horrorosos como este año nuevo ensangrentado en Gaza. Pero no hay que mezclar las cosas: llegado el momento, cuando suene el shofar, muchos gentiles, con el mismo afecto de todos los años, diremos shaná tobá a nuestros amigos y conocidos judíos, sean israelíes o no.
lunes, diciembre 29, 2008
México. "La Tramoya"
La Jornada
Carlos Fazio
La tramoya
Se denomina tramoya a la maquinaria teatral para figurar o fingir prodigios o transformaciones. En sentido figurado, alude a un enredo hecho con ingenio, disimulo o maña. A su vez, tramoyista es una persona embaucadora, que usa engaños. Tramposa, pues. Con su gran peso simbólico, el concepto de tramoya explica el pasado reciente, lo acontecido el último bienio y la tendencia en México. Ésa ha sido la senda transitada en los últimos ocho lustros, que desemboca en la configuración del México actual: antidemocrático, excluyente, violento, con sus tramoyistas incluidos. Un país de corrupción, impunidad, fraudes y simulaciones sumergido hoy en el caos sociopolítico y en una guerra ininteligible, reguladora.
Como otras regiones del mundo, el gran enredo mexicano es un laboratorio de los planes de control militar, económico y geopolítico de Estados Unidos. Pero además, en un plano de subordinación a los designios del imperio, la guerra contra los malos de Felipe Calderón, mediante un calculado uso del terror enmascarado como limpieza, es funcional a las elites nativas trasnacionalizadas.
Se trata de una estrategia del Estado y de las elites para fabricar enemigos internos y descomponer los conflictos sociales, con un saldo costoso para todos, menos para ellos. Pero esto no empezó en 2007. Viene de antes. Cambiaron, sí, algunas formas de la violencia. Y aparecieron nuevos protagonistas. Aunque muchos vienen del pasado; han estado incrustados en los intersticios de los poderes fáctico e institucional durante años. A comienzos de los 90 se rompieron pactos y reglas entre ellos y vinieron las traiciones violentas. Por eso, no hay que engañarse con la charlatanería y las tramoyas perversas de los que mandan y sus administradores.
Veamos. En 1968, la rebelión de los estudiantes, con Tlatelolco como epicentro, propició una respuesta violenta, desproporcionada, del Estado. Fue el inicio de una fase regresiva, contrarrevolucionaria. Como dice Paolo Virno, literalmente empezó una revolución a la inversa, que consolidó y relanzó el mando capitalista en el país. Igual que su opuesto simétrico, la contrarrevolución no dejó nada intacto.
Amparado en el estado de excepción, el diazordacismo construyó de manera activa un peculiar “nuevo orden”, reforzado después por el echeverrismo y su guerra sucia paramilitar. Excedidos en su capacidad de disuasión, utilizando a los medios masivos para inducir a la degradación, los pacificadores de antaño intentaron invisibilizar la comprensión del conflicto. Pero frente al negacionismo del régimen con sus envolturas y confusiones, los críticos del sistema fueron capaces de subvertir el orden de la falacia, para hilar verdades. Aunque los criminales sigan libres e impunes todavía.
Volvamos al paramilitarismo como herramienta de la contrainsurgencia y la guerra sucia que en los años 70 devino en terrorismo de Estado. La estrategia implicó desarrollar estructuras criminales encargadas de eliminar al “enemigo interno”, por la vía de operaciones encubiertas y el accionar paramilitar. Bajo la coordinación de mandos del aparato de seguridad del Estado (Ejército, policías, organismos de inteligencia), agentes estatales sufrieron un proceso de mercenarización y se convirtieron en guerreros clandestinos e irregulares, coludidos muchas veces con sicarios, delincuentes comunes y narcotraficantes. Con lo que se rompieron los nexos entre ambos extremos de la cadena criminal.
Como brazo armado de la guerra sucia planificada por el Estado, el paramilitarismo jugó un papel clave en la regulación del conflicto interno. Pero después, quienes realizaron la limpieza reclamaron “lo suyo” al gobierno, el parlamento, la justicia y las distintas instancias de la nueva hegemonía nacional. Así, los “salvadores” de la patria, los que ordenaron, aplicaron y consintieron las ejecuciones sumarias extrajudiciales, las desapariciones forzadas, la tortura y se quedaron muchas veces con los bienes de las víctimas como botín de guerra, fueron recompensados y quedaron impunes e inmunes. Desde la cadena de mando, el presidente Luis Echeverría, para abajo.
Reciclado, difuminado o lavado el recurso paramilitar en el interior del Estado; convalidado el mercenarismo; normalizados y legitimados los viejos guerreros sucios y sus crímenes; premiados en lo jurídico, se construyó la ficción de un “Estado de derecho”. Funcionó la tramoya, pues. Impunes e inmunes los benefactores, hacedores y beneficiarios del mercenarismo-paramilitarismo de ayer (gobernantes, empresarios, banqueros, políticos, parlamentarios, ex jefes y comandantes de la Dirección Federal de Seguridad, la Procuraduría General de la República y las Fuerzas Armadas, incluidos desertores de elite del Ejército), muchos hacen parte hoy de los círculos de poder, y otros más abajo integran amplísimas redes de (in)seguridad gubernamentales, articuladas con cuerpos de informantes y organizaciones criminales en el marco de un Estado de tipo delincuencial y mafioso.
La violencia actual, con todo su horror y sus renovados niveles de degradación e ininteligibilidad –con sus policías, soldados y civiles degollados, sus avionazos, granadazos y civiles asesinados en los retenes militares–, es fruto de aquellos lodos. Con su guerra reguladora, Calderón “calentó” las plazas y desorganizó, en la etapa, el negocio criminal; su administración y protección institucional. Por eso, ahora, los mensajes y los tramoyistas de ocasión hablan de volver a pactar y negociar. De administrar la criminalidad organizada como antaño. Se trata de desenredar los pleitos entre famiglias, mafias y reguladores a sueldo, en el marco de una pugna por territorios y ganancias, donde nadie tiene las manos limpias.
Frente a eso, desde la ética, sólo queda la resistencia legítima. La búsqueda de una utopía de cambio social y político, desde abajo y a la izquierda, sumando la horizontalidad de las luchas cualquiera sean sus formas.
Carlos Fazio
La tramoya
Se denomina tramoya a la maquinaria teatral para figurar o fingir prodigios o transformaciones. En sentido figurado, alude a un enredo hecho con ingenio, disimulo o maña. A su vez, tramoyista es una persona embaucadora, que usa engaños. Tramposa, pues. Con su gran peso simbólico, el concepto de tramoya explica el pasado reciente, lo acontecido el último bienio y la tendencia en México. Ésa ha sido la senda transitada en los últimos ocho lustros, que desemboca en la configuración del México actual: antidemocrático, excluyente, violento, con sus tramoyistas incluidos. Un país de corrupción, impunidad, fraudes y simulaciones sumergido hoy en el caos sociopolítico y en una guerra ininteligible, reguladora.
Como otras regiones del mundo, el gran enredo mexicano es un laboratorio de los planes de control militar, económico y geopolítico de Estados Unidos. Pero además, en un plano de subordinación a los designios del imperio, la guerra contra los malos de Felipe Calderón, mediante un calculado uso del terror enmascarado como limpieza, es funcional a las elites nativas trasnacionalizadas.
Se trata de una estrategia del Estado y de las elites para fabricar enemigos internos y descomponer los conflictos sociales, con un saldo costoso para todos, menos para ellos. Pero esto no empezó en 2007. Viene de antes. Cambiaron, sí, algunas formas de la violencia. Y aparecieron nuevos protagonistas. Aunque muchos vienen del pasado; han estado incrustados en los intersticios de los poderes fáctico e institucional durante años. A comienzos de los 90 se rompieron pactos y reglas entre ellos y vinieron las traiciones violentas. Por eso, no hay que engañarse con la charlatanería y las tramoyas perversas de los que mandan y sus administradores.
Veamos. En 1968, la rebelión de los estudiantes, con Tlatelolco como epicentro, propició una respuesta violenta, desproporcionada, del Estado. Fue el inicio de una fase regresiva, contrarrevolucionaria. Como dice Paolo Virno, literalmente empezó una revolución a la inversa, que consolidó y relanzó el mando capitalista en el país. Igual que su opuesto simétrico, la contrarrevolución no dejó nada intacto.
Amparado en el estado de excepción, el diazordacismo construyó de manera activa un peculiar “nuevo orden”, reforzado después por el echeverrismo y su guerra sucia paramilitar. Excedidos en su capacidad de disuasión, utilizando a los medios masivos para inducir a la degradación, los pacificadores de antaño intentaron invisibilizar la comprensión del conflicto. Pero frente al negacionismo del régimen con sus envolturas y confusiones, los críticos del sistema fueron capaces de subvertir el orden de la falacia, para hilar verdades. Aunque los criminales sigan libres e impunes todavía.
Volvamos al paramilitarismo como herramienta de la contrainsurgencia y la guerra sucia que en los años 70 devino en terrorismo de Estado. La estrategia implicó desarrollar estructuras criminales encargadas de eliminar al “enemigo interno”, por la vía de operaciones encubiertas y el accionar paramilitar. Bajo la coordinación de mandos del aparato de seguridad del Estado (Ejército, policías, organismos de inteligencia), agentes estatales sufrieron un proceso de mercenarización y se convirtieron en guerreros clandestinos e irregulares, coludidos muchas veces con sicarios, delincuentes comunes y narcotraficantes. Con lo que se rompieron los nexos entre ambos extremos de la cadena criminal.
Como brazo armado de la guerra sucia planificada por el Estado, el paramilitarismo jugó un papel clave en la regulación del conflicto interno. Pero después, quienes realizaron la limpieza reclamaron “lo suyo” al gobierno, el parlamento, la justicia y las distintas instancias de la nueva hegemonía nacional. Así, los “salvadores” de la patria, los que ordenaron, aplicaron y consintieron las ejecuciones sumarias extrajudiciales, las desapariciones forzadas, la tortura y se quedaron muchas veces con los bienes de las víctimas como botín de guerra, fueron recompensados y quedaron impunes e inmunes. Desde la cadena de mando, el presidente Luis Echeverría, para abajo.
Reciclado, difuminado o lavado el recurso paramilitar en el interior del Estado; convalidado el mercenarismo; normalizados y legitimados los viejos guerreros sucios y sus crímenes; premiados en lo jurídico, se construyó la ficción de un “Estado de derecho”. Funcionó la tramoya, pues. Impunes e inmunes los benefactores, hacedores y beneficiarios del mercenarismo-paramilitarismo de ayer (gobernantes, empresarios, banqueros, políticos, parlamentarios, ex jefes y comandantes de la Dirección Federal de Seguridad, la Procuraduría General de la República y las Fuerzas Armadas, incluidos desertores de elite del Ejército), muchos hacen parte hoy de los círculos de poder, y otros más abajo integran amplísimas redes de (in)seguridad gubernamentales, articuladas con cuerpos de informantes y organizaciones criminales en el marco de un Estado de tipo delincuencial y mafioso.
La violencia actual, con todo su horror y sus renovados niveles de degradación e ininteligibilidad –con sus policías, soldados y civiles degollados, sus avionazos, granadazos y civiles asesinados en los retenes militares–, es fruto de aquellos lodos. Con su guerra reguladora, Calderón “calentó” las plazas y desorganizó, en la etapa, el negocio criminal; su administración y protección institucional. Por eso, ahora, los mensajes y los tramoyistas de ocasión hablan de volver a pactar y negociar. De administrar la criminalidad organizada como antaño. Se trata de desenredar los pleitos entre famiglias, mafias y reguladores a sueldo, en el marco de una pugna por territorios y ganancias, donde nadie tiene las manos limpias.
Frente a eso, desde la ética, sólo queda la resistencia legítima. La búsqueda de una utopía de cambio social y político, desde abajo y a la izquierda, sumando la horizontalidad de las luchas cualquiera sean sus formas.
sábado, diciembre 27, 2008
"Cuba, la batalla ganada"
Los de Abajo
Gloria Muñoz Ramírez
losylasdeabajo@yahoo.com.mx
■ Cuba, la batalla ganada
Medio siglo de revolución. Las calles se llenan de cuerpos que se mueven al ritmo del reggaeton. Jóvenes llenos de vida, alegría y reclamos. Los tres recientes huracanes caribeños dejan su huella en las mesas decembrinas. No hay verduras ni frutas en los comedores cubanos. Los tostones (plátanos fritos) reaparecerán en medio año y, mientras, el pueblo se mantiene a la expectativa de que en 2009 la situación mejore.
En el siempre concurrido malecón de la Habana todos los días se baila son y salsa como parte de los festejos por el 50 aniversario del triunfo de la revolución. Carteles y banderas por todos lados, aunque menos de los previsibles. No hay dinero y se siente en cada esquina. En una calle del antiguo barrio residencial de El Vedado se abre el pabellón Para leer la historia de la revolución. Ediciones austeras, limpias y bien cuidadas de literatura e historia universal. Un libro de José Saramago a 15 pesos cubanos (equivalentes a 60 centavos de dólar), uno de Balzac a 5 pesos (25 centavos de dólar), novelas de Juan Villoro, Rosa Regás, Gore Vidal, biografías de José Martí y Pablo Neruda, todo, o casi todo sobre la epopeya de la Sierra Maestra a menos de un dólar. Presentaciones de libros, jazz en vivo, visita de los peloteros cubanos. Mojitos a 5 pesos (25 centavos de dólar) y un helado de cinco bolas, como los de Copelia, al mismo precio.
Los cubanos, con todo y sus reclamos, están de pie. Defienden su revolución y caminan junto a ella. Ya vendrán tiempos mejores, dicen sin conformarse. El inhumano bloqueo estadunidense merma su economía. El mercado negro de cualquier producto es la cotidianidad y rebaja las arcas del estado, pero este pueblo mira increíblemente de frente, no se agacha frente a nadie y hace de la austeridad un reto.
Más allá de las estadísticas, los testimonios reflejan un nivel educativo muy superior a cualquier otro de Latinoamérica. Médicos, ingenieros, enfermeras, científicos, profesores, arquitectos y una relativamente nueva oleada de pintores, músicos, escultores, escritores y cineastas egresan de las aulas universitarias. Casi nadie vive únicamente de su trabajo. Se buscan más ingresos como pueden, pero no dejan de valorar el cúmulo de conocimientos que el proceso revolucionario les ofrece.
Cuba, esta pequeñita isla caribeña, aunque la más grande de las Antillas, está de fiesta, y con ella todos los que en el mundo reivindican la lucha contra el imperialismo. Enumerar los logros y tropiezos es otra tarea. Aquí la cotidianidad es una batalla que se gana todos los días y este primero de enero Cuba cumple 18 mil 250 días de ganarla.
Gloria Muñoz Ramírez
losylasdeabajo@yahoo.com.mx
■ Cuba, la batalla ganada
Medio siglo de revolución. Las calles se llenan de cuerpos que se mueven al ritmo del reggaeton. Jóvenes llenos de vida, alegría y reclamos. Los tres recientes huracanes caribeños dejan su huella en las mesas decembrinas. No hay verduras ni frutas en los comedores cubanos. Los tostones (plátanos fritos) reaparecerán en medio año y, mientras, el pueblo se mantiene a la expectativa de que en 2009 la situación mejore.
En el siempre concurrido malecón de la Habana todos los días se baila son y salsa como parte de los festejos por el 50 aniversario del triunfo de la revolución. Carteles y banderas por todos lados, aunque menos de los previsibles. No hay dinero y se siente en cada esquina. En una calle del antiguo barrio residencial de El Vedado se abre el pabellón Para leer la historia de la revolución. Ediciones austeras, limpias y bien cuidadas de literatura e historia universal. Un libro de José Saramago a 15 pesos cubanos (equivalentes a 60 centavos de dólar), uno de Balzac a 5 pesos (25 centavos de dólar), novelas de Juan Villoro, Rosa Regás, Gore Vidal, biografías de José Martí y Pablo Neruda, todo, o casi todo sobre la epopeya de la Sierra Maestra a menos de un dólar. Presentaciones de libros, jazz en vivo, visita de los peloteros cubanos. Mojitos a 5 pesos (25 centavos de dólar) y un helado de cinco bolas, como los de Copelia, al mismo precio.
Los cubanos, con todo y sus reclamos, están de pie. Defienden su revolución y caminan junto a ella. Ya vendrán tiempos mejores, dicen sin conformarse. El inhumano bloqueo estadunidense merma su economía. El mercado negro de cualquier producto es la cotidianidad y rebaja las arcas del estado, pero este pueblo mira increíblemente de frente, no se agacha frente a nadie y hace de la austeridad un reto.
Más allá de las estadísticas, los testimonios reflejan un nivel educativo muy superior a cualquier otro de Latinoamérica. Médicos, ingenieros, enfermeras, científicos, profesores, arquitectos y una relativamente nueva oleada de pintores, músicos, escultores, escritores y cineastas egresan de las aulas universitarias. Casi nadie vive únicamente de su trabajo. Se buscan más ingresos como pueden, pero no dejan de valorar el cúmulo de conocimientos que el proceso revolucionario les ofrece.
Cuba, esta pequeñita isla caribeña, aunque la más grande de las Antillas, está de fiesta, y con ella todos los que en el mundo reivindican la lucha contra el imperialismo. Enumerar los logros y tropiezos es otra tarea. Aquí la cotidianidad es una batalla que se gana todos los días y este primero de enero Cuba cumple 18 mil 250 días de ganarla.
jueves, diciembre 18, 2008
Petróleo."Bloques de traición"
La Jornada
John Saxe-Fernández
http://jsaxef.blogspot.com
Bloques de traición
No es asunto menor: se trata de ceder a contratistas y empresas espacios terrestres y marítimos bajo jurisdicción mexicana, sitio de una vasta riqueza de hidrocarburos rescatada en 1938 para el pueblo mexicano por Lázaro Cárdenas del Río, con apoyo de su esposa, doña Amalia Solórzano, de quien hoy lamentamos su ausencia. En silencio y sin debate, bajo una mayoría PRI-PAN que apesta a propina trasnacional, con el alcahueteo de legisladores y políticos de oposición y la ingenuidad de algunos de sus consejeros, la Cámara de Diputados rehusó, tajante, prohibir expresamente el otorgamiento de bloques o áreas exclusivas a contratistas, como lo propuso Andrés Manuel López Obrador.
Tal decisión fue celebrada por el primer círculo de Calderón que desde 2006 dividió el Golfo de México en 239 bloques para, según Fabio Barbosa, de la UNAM, “ser licitados y explotados en lo que llaman alianzas estratégicas con empresas privadas” (Contralínea, diciembre 2008, p.48). Esta proeza antinacional se gesta, según reseña Marcos Chávez, aprobando al vapor que Pemex y los organismos que establezca el Ejecutivo “… podrán celebrar con personas físicas y morales toda clase de actos, convenios contratos y suscribir títulos de crédito… Los contratos podrán incluir acuerdos arbitrales conforme a las leyes mexicanas y los tratados internacionales de los que México sea parte”, como el TLCAN. Se añade que, “tratándose de actos jurídicos de carácter internacional (se) podrá convenir la aplicación del derecho extranjero, la jurisdicción de tribunales extranjeros en asuntos mercantiles y celebrar acuerdos arbitrales cuando así convenga al mejor cumplimiento de su objeto” y además se podrán “otorgar…permisos y autorizaciones en materia energética… incluyendo las asignaciones para la exploración y explotación de hidrocarburos… se levantará un catastro petrolero para proponer al tribunal del Ejecutivo federal el establecimiento de zonas de reservas petroleras: así como para regular la asignación de áreas para la exploración y explotación petrolera” (Ibid, p.14 y ss).
Bajo arrastre de empréstitos del Banco Mundial (BM), PRI y PAN impulsaron reformas estructurales como tapadera legal de inconstitucionales operaciones que van dejando a Pemex como un cascarón al trasladar la gestión operativa a privados y grandes firmas tipo Halliburton y Slumberger. Con la reforma petrolera en el bolsillo, cúpula y empresas despliegan a directivos y equipos de abogados para incidir sobre decisiones que eventualmente emanarían de la Comisión Nacional de Hidrocarburos en torno a la “asignación de bloques para la exploración y producción de hidrocarburos, el tiempo de adjudicación mediante contratos de servicios y las medidas para la asignación de incentivos económicos”. Esa comisión fue propuesta hace años por el BM bajo un esquema “regulador” (dominado por las petroleras), utilizado en Texas. Por lo que, como señala Mario Di Costanzo, las concesiones de áreas en el Golfo de México bien “pueden darse de tal manera que se le entreguen a una misma empresa varios espacios cuyo tamaño promedio es de la extensión del estado de Tlaxcala o Colima” (ibidem).
La maniobra contra la nación es magna. Recuerdo que en la privatización petrolera en Brasil el BM creó la Agencia Nacional del Petróleo y, como en el caso de la Texas Railroad Comission, sus órganos fueron penetrados por las empresas petroleras, igual que los diputados de la “reforma”, lisonjeados hace pocos meses por el Comando Norte (CN) de EU en sus instalaciones en la Base Aérea Peterson, en Colorado Springs, donde asistieron a un curso para familiarizarse con el CN y enfatizar, dice el Pentágono, “la asociación fuerte de cooperación con México, que es crítica para ambos países: la seguridad de Norteamérica (sic) y el hemisferio”. El CN se encarga de la “seguridad” de Alaska al Suchiate y el Golfo de México. Ahí opera la Cuarta Flota y se localizan los bloques de la traición.
John Saxe-Fernández
http://jsaxef.blogspot.com
Bloques de traición
No es asunto menor: se trata de ceder a contratistas y empresas espacios terrestres y marítimos bajo jurisdicción mexicana, sitio de una vasta riqueza de hidrocarburos rescatada en 1938 para el pueblo mexicano por Lázaro Cárdenas del Río, con apoyo de su esposa, doña Amalia Solórzano, de quien hoy lamentamos su ausencia. En silencio y sin debate, bajo una mayoría PRI-PAN que apesta a propina trasnacional, con el alcahueteo de legisladores y políticos de oposición y la ingenuidad de algunos de sus consejeros, la Cámara de Diputados rehusó, tajante, prohibir expresamente el otorgamiento de bloques o áreas exclusivas a contratistas, como lo propuso Andrés Manuel López Obrador.
Tal decisión fue celebrada por el primer círculo de Calderón que desde 2006 dividió el Golfo de México en 239 bloques para, según Fabio Barbosa, de la UNAM, “ser licitados y explotados en lo que llaman alianzas estratégicas con empresas privadas” (Contralínea, diciembre 2008, p.48). Esta proeza antinacional se gesta, según reseña Marcos Chávez, aprobando al vapor que Pemex y los organismos que establezca el Ejecutivo “… podrán celebrar con personas físicas y morales toda clase de actos, convenios contratos y suscribir títulos de crédito… Los contratos podrán incluir acuerdos arbitrales conforme a las leyes mexicanas y los tratados internacionales de los que México sea parte”, como el TLCAN. Se añade que, “tratándose de actos jurídicos de carácter internacional (se) podrá convenir la aplicación del derecho extranjero, la jurisdicción de tribunales extranjeros en asuntos mercantiles y celebrar acuerdos arbitrales cuando así convenga al mejor cumplimiento de su objeto” y además se podrán “otorgar…permisos y autorizaciones en materia energética… incluyendo las asignaciones para la exploración y explotación de hidrocarburos… se levantará un catastro petrolero para proponer al tribunal del Ejecutivo federal el establecimiento de zonas de reservas petroleras: así como para regular la asignación de áreas para la exploración y explotación petrolera” (Ibid, p.14 y ss).
Bajo arrastre de empréstitos del Banco Mundial (BM), PRI y PAN impulsaron reformas estructurales como tapadera legal de inconstitucionales operaciones que van dejando a Pemex como un cascarón al trasladar la gestión operativa a privados y grandes firmas tipo Halliburton y Slumberger. Con la reforma petrolera en el bolsillo, cúpula y empresas despliegan a directivos y equipos de abogados para incidir sobre decisiones que eventualmente emanarían de la Comisión Nacional de Hidrocarburos en torno a la “asignación de bloques para la exploración y producción de hidrocarburos, el tiempo de adjudicación mediante contratos de servicios y las medidas para la asignación de incentivos económicos”. Esa comisión fue propuesta hace años por el BM bajo un esquema “regulador” (dominado por las petroleras), utilizado en Texas. Por lo que, como señala Mario Di Costanzo, las concesiones de áreas en el Golfo de México bien “pueden darse de tal manera que se le entreguen a una misma empresa varios espacios cuyo tamaño promedio es de la extensión del estado de Tlaxcala o Colima” (ibidem).
La maniobra contra la nación es magna. Recuerdo que en la privatización petrolera en Brasil el BM creó la Agencia Nacional del Petróleo y, como en el caso de la Texas Railroad Comission, sus órganos fueron penetrados por las empresas petroleras, igual que los diputados de la “reforma”, lisonjeados hace pocos meses por el Comando Norte (CN) de EU en sus instalaciones en la Base Aérea Peterson, en Colorado Springs, donde asistieron a un curso para familiarizarse con el CN y enfatizar, dice el Pentágono, “la asociación fuerte de cooperación con México, que es crítica para ambos países: la seguridad de Norteamérica (sic) y el hemisferio”. El CN se encarga de la “seguridad” de Alaska al Suchiate y el Golfo de México. Ahí opera la Cuarta Flota y se localizan los bloques de la traición.
martes, diciembre 16, 2008
"Para 2009". La Tarea Social.
La Jornada
Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.com • http://navegaciones.blogspot.com
Para 2009
Hasta ahora el desempeño en materia de seguridad pública y lucha contra la delincuencia ha sido visto por la mayoría de la minoría que votó por Felipe Calderón en 2006 como la mayor ineptitud de su gobierno. Ya irán descubriendo (algunos ya lo han hecho) que hay un ámbito en el que el caleronato puede hacerlo peor: el manejo de la crisis económica y la intemperie que se nos viene encima como resultado de la especulación catastrófica. Dicen que un funcionario del gabinete de Erenesto Zedillo le reclamó a su antecesor en el cargo que el gobierno anterior había dejado la economía prendida con alfileres y que tuvo que tragarse una réplica de proverbial cinismo salinista: “Sí, pero ustedes quitaron los alfileres”. De Fox a Calderón las cosas son peores, porque en el sexenio pasado se robaron casi todos los alfileres y la administración actual se dedica a clavar en la piel de la población los pocos que le dejaron. Ya vendrán los aumentos salariales de cuatro por ciento para enfrentar una inflación tres o cuatro veces mayor –en el mejor de los casos– y un desempleo que volverá pobres a cientos de miles de clasemedieros que soñaron con seguridad y prosperidad; ya reconocerán que el verdadero peligro para México se encuentra en Los Pinos y que ellos contribuyeron a colocarlo allí, aunque no en mucho; ya irán entendiendo que el fraude electoral de 2006 también fue un engaño contra los que sufragaron azul, porque éstos festejaron un triunfo que no era de ellos, sino el de los grandes capitales trasnacionales (extranjeros, aunque contraten a nativos de apellido Gil Díaz), que estaban dispuestos a imponer a Calderón así fuera con el uno por ciento de los votos reales.
Ya caerán en la cuenta muchos de los desencantados que la aparente estupidez gubernamental ante la delincuencia (99 por ciento de delitos quedan impunes, según dicho de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, o sea, el porcentaje ha de ser mayor) es en realidad el prolegómeno perverso de una política de contrainsurgencia y de un empeño por establecer un Estado policial que suprima de jure las garantías individuales que las corporaciones de seguridad pública ya violan de facto. Y ya acabarán por rendirse ante la evidencia de que los atributos legendarios de honradez y austeridad de los panistas son actualmente un mero recuerdo histórico reciclado para efectos de marketing.
De algo semejante se darán cuenta, en el otro lado, los que aún creen que Nueva Izquierda es nueva y es izquierda, y no han acabado de percibir que bajo la articulación de esos dos términos falaces se oculta el viejísimo fenómeno del palerismo partidario.
La gran pregunta para 2009 es qué cauces tomarán los descontentos multiplicados. Hasta ahora los regímenes blanquiazules han buscado (y parcialmente logrado) escurrir el bulto y desviar el enojo de los sectores medios y altos por la inseguridad hacia desahogos vestidos de blanco, en los que se abomina más a la delincuencia organizada que la incapacidad o falta de voluntad gubernamental para combatirla. Al parecer no todos los que participan de buena fe en esas catarsis se han hecho un razonamiento elemental: es un poco cándido pedir a los delincuentes que dejen de delinquir, pero al gobierno cabe exigirle que los enfrente con eficacia, lo cual, desde luego, no significa que los mate, sino que los identifique, los capture y los presente ante una instancia judicial.
Con su infinita torpeza (99 por ciento de impunidad, dice la CNDH), los gobernantes dan alas a las consignas demagógicas y electoreras que piden la implantación de la pena de muerte, y mientras esperan a ver si esa demanda logra recabar respaldo social avanzan en su deliberado recorte de las garantías individuales. Ya jugarán, llegada la circunstancia, la carta peligrosa de un movimiento masivo que pida torturar y asesinar a los torturadores y asesinos. Es un gran riesgo, porque una corriente de ese tipo, alimentada por la exasperación económica, bien podría salirse de control e inventar que un general auténtico luciría mejor la banda tricolor que un chaparrito, pelón y de lentes (Espino dixit) al que le gusta disfrazarse de general. Es posible que esa sea la verdadera apuesta del Yunque (el cual no existe, según dicen los que pertenecen a él) y de otros estamentos del totalitarismo.
Para el movimiento de resistencia popular, el gran desafío del año entrante es volverse un interlocutor creíble para quienes se agregarán al descontento masivo y ofrecerles un cauce de acción democrático y honesto: impedir que el gobierno siga haciendo pedazos al país y transformar de manera pacífica las estructuras sociales injustas, excluyentes e inequitativas que han traído al país sangre, deudas, hambre y rabia. Feliz año nuevo.
Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.com • http://navegaciones.blogspot.com
Para 2009
Hasta ahora el desempeño en materia de seguridad pública y lucha contra la delincuencia ha sido visto por la mayoría de la minoría que votó por Felipe Calderón en 2006 como la mayor ineptitud de su gobierno. Ya irán descubriendo (algunos ya lo han hecho) que hay un ámbito en el que el caleronato puede hacerlo peor: el manejo de la crisis económica y la intemperie que se nos viene encima como resultado de la especulación catastrófica. Dicen que un funcionario del gabinete de Erenesto Zedillo le reclamó a su antecesor en el cargo que el gobierno anterior había dejado la economía prendida con alfileres y que tuvo que tragarse una réplica de proverbial cinismo salinista: “Sí, pero ustedes quitaron los alfileres”. De Fox a Calderón las cosas son peores, porque en el sexenio pasado se robaron casi todos los alfileres y la administración actual se dedica a clavar en la piel de la población los pocos que le dejaron. Ya vendrán los aumentos salariales de cuatro por ciento para enfrentar una inflación tres o cuatro veces mayor –en el mejor de los casos– y un desempleo que volverá pobres a cientos de miles de clasemedieros que soñaron con seguridad y prosperidad; ya reconocerán que el verdadero peligro para México se encuentra en Los Pinos y que ellos contribuyeron a colocarlo allí, aunque no en mucho; ya irán entendiendo que el fraude electoral de 2006 también fue un engaño contra los que sufragaron azul, porque éstos festejaron un triunfo que no era de ellos, sino el de los grandes capitales trasnacionales (extranjeros, aunque contraten a nativos de apellido Gil Díaz), que estaban dispuestos a imponer a Calderón así fuera con el uno por ciento de los votos reales.
Ya caerán en la cuenta muchos de los desencantados que la aparente estupidez gubernamental ante la delincuencia (99 por ciento de delitos quedan impunes, según dicho de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, o sea, el porcentaje ha de ser mayor) es en realidad el prolegómeno perverso de una política de contrainsurgencia y de un empeño por establecer un Estado policial que suprima de jure las garantías individuales que las corporaciones de seguridad pública ya violan de facto. Y ya acabarán por rendirse ante la evidencia de que los atributos legendarios de honradez y austeridad de los panistas son actualmente un mero recuerdo histórico reciclado para efectos de marketing.
De algo semejante se darán cuenta, en el otro lado, los que aún creen que Nueva Izquierda es nueva y es izquierda, y no han acabado de percibir que bajo la articulación de esos dos términos falaces se oculta el viejísimo fenómeno del palerismo partidario.
La gran pregunta para 2009 es qué cauces tomarán los descontentos multiplicados. Hasta ahora los regímenes blanquiazules han buscado (y parcialmente logrado) escurrir el bulto y desviar el enojo de los sectores medios y altos por la inseguridad hacia desahogos vestidos de blanco, en los que se abomina más a la delincuencia organizada que la incapacidad o falta de voluntad gubernamental para combatirla. Al parecer no todos los que participan de buena fe en esas catarsis se han hecho un razonamiento elemental: es un poco cándido pedir a los delincuentes que dejen de delinquir, pero al gobierno cabe exigirle que los enfrente con eficacia, lo cual, desde luego, no significa que los mate, sino que los identifique, los capture y los presente ante una instancia judicial.
Con su infinita torpeza (99 por ciento de impunidad, dice la CNDH), los gobernantes dan alas a las consignas demagógicas y electoreras que piden la implantación de la pena de muerte, y mientras esperan a ver si esa demanda logra recabar respaldo social avanzan en su deliberado recorte de las garantías individuales. Ya jugarán, llegada la circunstancia, la carta peligrosa de un movimiento masivo que pida torturar y asesinar a los torturadores y asesinos. Es un gran riesgo, porque una corriente de ese tipo, alimentada por la exasperación económica, bien podría salirse de control e inventar que un general auténtico luciría mejor la banda tricolor que un chaparrito, pelón y de lentes (Espino dixit) al que le gusta disfrazarse de general. Es posible que esa sea la verdadera apuesta del Yunque (el cual no existe, según dicen los que pertenecen a él) y de otros estamentos del totalitarismo.
Para el movimiento de resistencia popular, el gran desafío del año entrante es volverse un interlocutor creíble para quienes se agregarán al descontento masivo y ofrecerles un cauce de acción democrático y honesto: impedir que el gobierno siga haciendo pedazos al país y transformar de manera pacífica las estructuras sociales injustas, excluyentes e inequitativas que han traído al país sangre, deudas, hambre y rabia. Feliz año nuevo.
Dineros. "Parásitos Insaciables"
La Jornada
José Blanco
Parásitos insaciables
No hay otra forma de referirse a la gran mayoría de quienes laboran y sobre todo dirigen las instituciones financieras. En todo el mundo se buscan hoy las medidas más apropiadas para regular lo que nunca debió ser desregulado, pero, por supuesto: en todas partes los primeros que han protestado son los propios banqueros.
En México uno de los primeros en salir a la palestra fue Ignacio Deschamps, presidente de BBVA Bancomer. “Evitemos las tentaciones de controlar variables que deben responder al libre comportamiento del mercado: los precios de los productos y los servicios deberán reaccionar a factores de riesgo, de liquidez y de competencia”, dijo. Desde luego, obtuvo de inmediato la solidaridad de sus congéneres, incluido el inefable Luis Pazos que está puesto ahí, en la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), para velar por los intereses de los clientes de los banqueros. Poner topes a las tasas de interés de tarjetas de crédito, dijo este señor, que ya debiera estar en su casa, es como “la pena de muerte”: no da resultados. Pazos está al servicio de los banqueros, no de los clientes de éstos.
Las tasas de interés de las tarjetas de crédito son en México un atraco, pero lo que cobran los banqueros no se agota en dicha tasa. En octubre pasado, las tarjetas de crédito de los diversos bancos cobraron en promedio 41.78 por ciento, pero el costo anual total (CAT) de este tipo de financiamiento ascendió a 110 por ciento (gastos, comisiones, más formas mil de la insaciable hambre de billetes de los banqueros), según datos del Banco de México y de la propia Condusef. Después las tasas y CAT se fueron a la estratosfera (el riesgo, sabe usted), de modo que aun una corta regulación como la que aprobó el Senado (que no son topes) era necesaria.
El significado más claro sobre el origen de las ganancias bancarias la expuso –ni modo, señores banqueros– Marx. Si usted es un industrial o un mercader, realiza el siguiente ciclo D – M – D’. Comienza con dinero (D) con el cual adquiere mercancías (M) que cambia finalmente por dinero incrementado (D’), es decir, su dinero ha sido recuperado más una ganancia. No entraremos en las profundidades de los significados capitalistas de estas aparentemente inocuas letritas. Pero si usted es banquero, su ciclo es así: D – D’. Sin producir nada, usted obtiene una ganancia, con dinero que no es de usted, sino de sus clientes.
Por si fuera poco, nadie en la economía gana más que usted. Mejor definición de un parásito económico, no existe. Pero además usted se puso a hacer fechorías sin nombre, una vez que le dejaron manos libres (la desregulación); seguramente está bien enterado de la que hizo el acaudalado y súper prestigiado en los medios financieros, el señor de Wall Street Bernard L. Madoff, arrestado y acusado de engañar y robar a los inversores mediante su fondo (de Madoff): 50 mil millones de dólares completamente perdidos, hecho posible por la desregulación. Veremos cuánto resulta en realidad.
La medida más torpe de la desregulación fue revolver las actividades de los bancos de inversión con las de los bancos de depósito. Volveremos sobre este tema.
La esfera financiera está compuesta por tres mercados principales: el de deuda, donde se negocian bonos, pagarés (que a su vez incluyen los mercados interbancarios, los de divisas, los monetarios y otros de renta fija); el mercado de acciones y el de derivados. La ganancia de los títulos negociados en estos últimos “deriva” de otros activos como las materias primas, los valores de renta fija o de renta variable, o de índices compuestos por algunos de estos valores o productos.
Hay cuatro grupos de productos derivados: Forward, Contratos a Futuro (Futures), Opciones (Option) y Permutas Financieras (Swap).
Los derivados buscaban, se decía, eliminar la incertidumbre que generaba la fluctuación del precio de todo cuanto se compra y vende, tanto en el vendedor como en el comprador; pero en un santiamén los banqueros los convirtieron en medio financiero espurio: pensado para la especulación pura y dura.
La contratación de estos productos no requiere de grandes desembolsos, pero los beneficios o pérdidas potenciales pueden ser muy cuantiosos. Quienes especulan con acciones actúan de dos formas: comprando y vendiendo las propias acciones, o comprando y vendiendo derechos a comprar o vender dichas acciones. Evidentemente comprar o vender el derecho de compra o venta de una acción es mucho menor que el valor de la acción misma, pero he aquí que el potencial del beneficio es el mismo. Esto hace que con el mismo capital el especulador obtenga beneficios muchos mayores. Esto venía ocurriendo en tierra de nadie, en descampado, sin ley ni autoridad que rigiera tales engendros financieros.
Esta clase de especulación infame es un juego de suma cero. Vea la diferencia: cuando alguien invierte en la bolsa ocurre que si ésta sube todos ganan y si baja todos pierden, pero en los derivados cuando el especulador gana alguien pierde: las ganancias de un contratante son las pérdidas de otro.
Las pérdidas incontables mundiales en derivados mezclados con las pirámides hipotecarias que desintegraron a los miserables ninja (ninja: no income, no job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo, sin propiedades) provocó que el falso castillo financiero rodara por los suelos de los cinco continentes.
José Blanco
Parásitos insaciables
No hay otra forma de referirse a la gran mayoría de quienes laboran y sobre todo dirigen las instituciones financieras. En todo el mundo se buscan hoy las medidas más apropiadas para regular lo que nunca debió ser desregulado, pero, por supuesto: en todas partes los primeros que han protestado son los propios banqueros.
En México uno de los primeros en salir a la palestra fue Ignacio Deschamps, presidente de BBVA Bancomer. “Evitemos las tentaciones de controlar variables que deben responder al libre comportamiento del mercado: los precios de los productos y los servicios deberán reaccionar a factores de riesgo, de liquidez y de competencia”, dijo. Desde luego, obtuvo de inmediato la solidaridad de sus congéneres, incluido el inefable Luis Pazos que está puesto ahí, en la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), para velar por los intereses de los clientes de los banqueros. Poner topes a las tasas de interés de tarjetas de crédito, dijo este señor, que ya debiera estar en su casa, es como “la pena de muerte”: no da resultados. Pazos está al servicio de los banqueros, no de los clientes de éstos.
Las tasas de interés de las tarjetas de crédito son en México un atraco, pero lo que cobran los banqueros no se agota en dicha tasa. En octubre pasado, las tarjetas de crédito de los diversos bancos cobraron en promedio 41.78 por ciento, pero el costo anual total (CAT) de este tipo de financiamiento ascendió a 110 por ciento (gastos, comisiones, más formas mil de la insaciable hambre de billetes de los banqueros), según datos del Banco de México y de la propia Condusef. Después las tasas y CAT se fueron a la estratosfera (el riesgo, sabe usted), de modo que aun una corta regulación como la que aprobó el Senado (que no son topes) era necesaria.
El significado más claro sobre el origen de las ganancias bancarias la expuso –ni modo, señores banqueros– Marx. Si usted es un industrial o un mercader, realiza el siguiente ciclo D – M – D’. Comienza con dinero (D) con el cual adquiere mercancías (M) que cambia finalmente por dinero incrementado (D’), es decir, su dinero ha sido recuperado más una ganancia. No entraremos en las profundidades de los significados capitalistas de estas aparentemente inocuas letritas. Pero si usted es banquero, su ciclo es así: D – D’. Sin producir nada, usted obtiene una ganancia, con dinero que no es de usted, sino de sus clientes.
Por si fuera poco, nadie en la economía gana más que usted. Mejor definición de un parásito económico, no existe. Pero además usted se puso a hacer fechorías sin nombre, una vez que le dejaron manos libres (la desregulación); seguramente está bien enterado de la que hizo el acaudalado y súper prestigiado en los medios financieros, el señor de Wall Street Bernard L. Madoff, arrestado y acusado de engañar y robar a los inversores mediante su fondo (de Madoff): 50 mil millones de dólares completamente perdidos, hecho posible por la desregulación. Veremos cuánto resulta en realidad.
La medida más torpe de la desregulación fue revolver las actividades de los bancos de inversión con las de los bancos de depósito. Volveremos sobre este tema.
La esfera financiera está compuesta por tres mercados principales: el de deuda, donde se negocian bonos, pagarés (que a su vez incluyen los mercados interbancarios, los de divisas, los monetarios y otros de renta fija); el mercado de acciones y el de derivados. La ganancia de los títulos negociados en estos últimos “deriva” de otros activos como las materias primas, los valores de renta fija o de renta variable, o de índices compuestos por algunos de estos valores o productos.
Hay cuatro grupos de productos derivados: Forward, Contratos a Futuro (Futures), Opciones (Option) y Permutas Financieras (Swap).
Los derivados buscaban, se decía, eliminar la incertidumbre que generaba la fluctuación del precio de todo cuanto se compra y vende, tanto en el vendedor como en el comprador; pero en un santiamén los banqueros los convirtieron en medio financiero espurio: pensado para la especulación pura y dura.
La contratación de estos productos no requiere de grandes desembolsos, pero los beneficios o pérdidas potenciales pueden ser muy cuantiosos. Quienes especulan con acciones actúan de dos formas: comprando y vendiendo las propias acciones, o comprando y vendiendo derechos a comprar o vender dichas acciones. Evidentemente comprar o vender el derecho de compra o venta de una acción es mucho menor que el valor de la acción misma, pero he aquí que el potencial del beneficio es el mismo. Esto hace que con el mismo capital el especulador obtenga beneficios muchos mayores. Esto venía ocurriendo en tierra de nadie, en descampado, sin ley ni autoridad que rigiera tales engendros financieros.
Esta clase de especulación infame es un juego de suma cero. Vea la diferencia: cuando alguien invierte en la bolsa ocurre que si ésta sube todos ganan y si baja todos pierden, pero en los derivados cuando el especulador gana alguien pierde: las ganancias de un contratante son las pérdidas de otro.
Las pérdidas incontables mundiales en derivados mezclados con las pirámides hipotecarias que desintegraron a los miserables ninja (ninja: no income, no job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo, sin propiedades) provocó que el falso castillo financiero rodara por los suelos de los cinco continentes.
martes, diciembre 09, 2008
México. "Crisis de Confianza"
La Jornada
Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.com • http://navegaciones.blogspot.com
La fuerza
Por regla general, las soluciones de fuerza parten de la pobreza de espíritu de quienes las adoptan, de una visión superficial y simplista y, sobre todo, de un enorme candor. No es de extrañar que sus resultados sean, con frecuencia, contrarios a los esperados y que el empecinamiento en su aplicación termine por generar problemas mucho mayores que los que se pretendía solucionar. Dos ejemplos.
Ahí está el caso de Afganistán, donde la gran superpotencia militar del mundo pretendió liquidar a una organización de fanáticos que se había hecho con el control de ese país. En un principio pareció que la aventura funcionaba, o así nos lo hicieron creer los medios desinformativos. Los ocupantes organizaron unas elecciones y hasta se llegó a hablar de la “normalización democrática” que tenía lugar en territorio afgano. Pero siete años después de la invasión y ocupación gringa, posteriormente respaldada por una coalición internacional, los talibán, tan ignorantes y oscurantistas como siempre, han avanzado en presencia territorial y en liderazgo y “el Estado está otra vez en serio peligro de caer en sus manos”, según estimación del Consejo Internacional de Seguridad y Desarrollo (ICOS, por sus siglas en inglés; El País, 8/12/08).
En días pasados los rebeldes ofrecieron pruebas contundentes de su organización, de su capacidad ofensiva y de su funcionamiento internacional, al realizar, en el vecino Pakistán, impresionantes ataques consecutivos contra convoyes de la OTAN que transportaban pertrechos destinados a las fuerzas de ocupación en Afganistán. En la primera de esas acciones, llevada a cabo hace una semana, fueron destruidos una veintena de camiones repletos de pertrechos de guerra; el domingo, en Peshawar, unos 250 combatientes incendiaron un centenar de vehículos de transporte, y ayer, lunes, los talibán calcinaron medio centenar de contenedores y dos camiones en la terminal de carga de esa misma localidad. Esta capacidad de atacar las líneas de abastecimiento del enemigo ha de agregarse a lo sustancial: “el incremento del poder talibán significa que en estos momentos tienen una presencia permanente y hacen ingobernable un 72 por ciento del territorio de Afganistán y una presencia sustancial en otro 21 por ciento”, señala ICOS.
Si esos datos son ciertos, Barack Obama tendrá que ir pensando en modificar su idea de concentrar el esfuerzo bélico de Estados Unidos en Afganistán –a cambio, según ha dicho, de abandonar la aventura militar en Irak– y de emprender algo distinto a una solución de fuerza; por ejemplo, una negociación en la que se ofrezca la salida de las tropas extranjeras a cambio de que los talibán se comprometan a no respaldar acciones terroristas y a suprimir los rasgos más odiosos de su prédica, como la opresión contra las mujeres y la intolerancia cultural y religiosa.
Aunque con profundas diferencias, esta historia se parece al desbarajuste causado por el calderonato con su cacareada campaña contra la delincuencia organizada. Con una frivolidad imperdonable, el gobierno en funciones tergiversó el orden de las prioridades nacionales, optó por la fuerza en detrimento de la inteligencia y apostó a la espectacularidad televisable antes que a la eficacia. Como resultado, la población mexicana sufre, hoy en día, a dos años de iniciada la opereta calderonista “contra el narcotráfico”, una inseguridad pavorosa, el país está sumido en un baño de sangre y las cúpulas de las instituciones de procuración de justicia y de seguridad pública muestran una pudrición sin precedentes.
La moraleja no es necesariamente la misma que la de Afganistán, pero implica un principio semejante: para empezar a enmendar el desastre, es indispensable reconocer que la criminalidad organizada se encuentra en la realidad y no en una historieta, que sus causas profundas son socioeconómicas y no metafísicas y que sus relaciones con el Estado y con la economía son mucho más complejas de lo que se dice en el discurso. Por lo pronto, el fracaso y la corrupción de las autoridades encargadas de combatir a la delincuencia han generado ya una crisis adicional a la de la seguridad pública: una crisis de confianza que se profundizará en la medida en que los gobernantes se empeñen en salir del atolladero con el único recurso que conocen, que es el de la fuerza.
Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.com • http://navegaciones.blogspot.com
La fuerza
Por regla general, las soluciones de fuerza parten de la pobreza de espíritu de quienes las adoptan, de una visión superficial y simplista y, sobre todo, de un enorme candor. No es de extrañar que sus resultados sean, con frecuencia, contrarios a los esperados y que el empecinamiento en su aplicación termine por generar problemas mucho mayores que los que se pretendía solucionar. Dos ejemplos.
Ahí está el caso de Afganistán, donde la gran superpotencia militar del mundo pretendió liquidar a una organización de fanáticos que se había hecho con el control de ese país. En un principio pareció que la aventura funcionaba, o así nos lo hicieron creer los medios desinformativos. Los ocupantes organizaron unas elecciones y hasta se llegó a hablar de la “normalización democrática” que tenía lugar en territorio afgano. Pero siete años después de la invasión y ocupación gringa, posteriormente respaldada por una coalición internacional, los talibán, tan ignorantes y oscurantistas como siempre, han avanzado en presencia territorial y en liderazgo y “el Estado está otra vez en serio peligro de caer en sus manos”, según estimación del Consejo Internacional de Seguridad y Desarrollo (ICOS, por sus siglas en inglés; El País, 8/12/08).
En días pasados los rebeldes ofrecieron pruebas contundentes de su organización, de su capacidad ofensiva y de su funcionamiento internacional, al realizar, en el vecino Pakistán, impresionantes ataques consecutivos contra convoyes de la OTAN que transportaban pertrechos destinados a las fuerzas de ocupación en Afganistán. En la primera de esas acciones, llevada a cabo hace una semana, fueron destruidos una veintena de camiones repletos de pertrechos de guerra; el domingo, en Peshawar, unos 250 combatientes incendiaron un centenar de vehículos de transporte, y ayer, lunes, los talibán calcinaron medio centenar de contenedores y dos camiones en la terminal de carga de esa misma localidad. Esta capacidad de atacar las líneas de abastecimiento del enemigo ha de agregarse a lo sustancial: “el incremento del poder talibán significa que en estos momentos tienen una presencia permanente y hacen ingobernable un 72 por ciento del territorio de Afganistán y una presencia sustancial en otro 21 por ciento”, señala ICOS.
Si esos datos son ciertos, Barack Obama tendrá que ir pensando en modificar su idea de concentrar el esfuerzo bélico de Estados Unidos en Afganistán –a cambio, según ha dicho, de abandonar la aventura militar en Irak– y de emprender algo distinto a una solución de fuerza; por ejemplo, una negociación en la que se ofrezca la salida de las tropas extranjeras a cambio de que los talibán se comprometan a no respaldar acciones terroristas y a suprimir los rasgos más odiosos de su prédica, como la opresión contra las mujeres y la intolerancia cultural y religiosa.
Aunque con profundas diferencias, esta historia se parece al desbarajuste causado por el calderonato con su cacareada campaña contra la delincuencia organizada. Con una frivolidad imperdonable, el gobierno en funciones tergiversó el orden de las prioridades nacionales, optó por la fuerza en detrimento de la inteligencia y apostó a la espectacularidad televisable antes que a la eficacia. Como resultado, la población mexicana sufre, hoy en día, a dos años de iniciada la opereta calderonista “contra el narcotráfico”, una inseguridad pavorosa, el país está sumido en un baño de sangre y las cúpulas de las instituciones de procuración de justicia y de seguridad pública muestran una pudrición sin precedentes.
La moraleja no es necesariamente la misma que la de Afganistán, pero implica un principio semejante: para empezar a enmendar el desastre, es indispensable reconocer que la criminalidad organizada se encuentra en la realidad y no en una historieta, que sus causas profundas son socioeconómicas y no metafísicas y que sus relaciones con el Estado y con la economía son mucho más complejas de lo que se dice en el discurso. Por lo pronto, el fracaso y la corrupción de las autoridades encargadas de combatir a la delincuencia han generado ya una crisis adicional a la de la seguridad pública: una crisis de confianza que se profundizará en la medida en que los gobernantes se empeñen en salir del atolladero con el único recurso que conocen, que es el de la fuerza.
lunes, diciembre 08, 2008
DE LA JORNADA
■ Se diluye la credibilidad, prestigio, poder y membresía de grandes gremios corporativos
Sufre el país de parálisis sindical, una “especie de derrota sicológica”
■ Los independientes se han “contagiado” y caen en la apatía, advierten expertos laborales
■ Imposible, contar las veces y la cantidad de dirigentes que han amagado con paro nacional
Patricia Muñoz Ríos y Carolina Gómez Mena /I
El sindicalismo mexicano atraviesa por una crisis de representatividad, en la que las grandes centrales corporativas han perdido credibilidad, prestigio, poder y membresía; mientras la mayoría de las organizaciones llamadas independientes están desunidas, aletargadas, y han tenido poca capacidad de respuesta ante las políticas antiobreras aplicadas por los gobiernos recientes. Unas y otras permanecen calladas e inmóviles frente al avasallamiento de los derechos laborales en el país.
Desdibujados y más preocupados por sus constantes relecciones y ampliaciones de mandato, los líderes sindicales –con pocas excepciones– apenas alzan la voz ante la violación sistemática de la Ley Federal del Trabajo; han aceptado el recorte de los contratos colectivos y de los contratos-ley; negociaron las políticas que cercenaron los sistemas de jubilación y dejaron que el ahorro obrero se fuera al sector financiero privado para su libre especulación; además, han permanecido inmóviles frente al desplome del poder adquisitivo de los salarios, señalaron especialistas en temas laborales.
Los expertos agregan que muchas organizaciones corporativas están atrapadas en estructuras ineficientes, corrupción, falta de democracia interna, burocracia y simulación; en los hechos, la mayor parte “ya no representan realmente a los trabajadores”, sino los intereses de sus líderes, “quienes están más pendientes de quedar bien con el patrón y con el gobierno que con sus afiliados”. Si hoy día se hiciera una consulta a la mayoría de los afiliados, votarían por no tener sindicato.
Expertos de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, académicos y especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y abogados labora- listas expresaron que el sector sindical atraviesa por una crisis, hicieron una crítica a la actual situación de “silencio” y “pasividad” de sus dirigencias y advirtieron que al parecer “están archivadas las convocatorias a marchas, mítines, acciones de presión, toma de dependencias, y quedó deslavado el recurso de los llamados a paros o huelgas nacionales que nunca se concretaban”.
El Congreso del Trabajo, la Confederación de Trabajadores de México, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, la Confederación Regional Obrero Mexicana y otras “ya son entelequias, perdieron toda su representación” obrera, política y económica; sólo son usados por el gobierno y están “inmóviles” frente a la embestida contra el sector, afirmaron en entrevistas por separado los abogados laborales Alfonso Bouzas y Arturo Alcalde Justiniani. Este último recordó que estas organizaciones hace unos días firmaron un pacto para mantener empleos a costa de sacrificar condiciones labores.
Bouzas, quien es también catedrático de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, apuntó que los sindicatos llamados independientes se han “contagiado” y caído en la apatía, no dan muestras de una “vida democrática suficiente”.
Ambos expertos advierten que si no se restructura todo el sindicalismo mexicano, si no se hace un análisis interno, una auténtica autocrítica, la patronal y el gobierno irán por todo, acabarán con la Ley Federal del Trabajo, impondrán la reforma laboral a su modo, recrudecerán el castigo a los salarios y, al paso actual, los grandes contratos colectivos serán cosa del pasado, las conquistas de décadas se eliminarán y los contratos-ley quedarán reducidos a su mínima expresión.
Graciela Bensusan, académica de la UAM-Xochimilco, advierte que las organizaciones corporativas “entraron en un proceso de degradación que no ha parado desde los años 80” y se han convertido en estructuras burocráticas que sólo buscan sobrevivir, por lo que no tienen capacidad de levantar la voz; “son comparsas” que permiten la flexibilización laboral mediante la subcontratación, los topes salariales, el incremento anual de uno o dos pesos a los minisalarios, el recorte de contratos, e incluso permiten que medio millón de trabajadores del sector público estén bajo formas de contratación inestables.
Pero hay casos extremos de sindicatos doblegados por los intereses de sus líderes, como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y el petrolero, donde de plano campean conductas delictivas, fraudes, intereses políticos y partidistas, totalmente alejados de los agremiados.
El abogado laboral Óscar Rubio plantea que entre los sindicatos independientes, por ejemplo los aglutinados en la Unión Nacional de Trabajadores, “cada uno navega en sus aguas y cuida su terruño”; se maneja la unidad de mera retórica, pero en los hechos sólo se movilizan cuando tienen revisiones o conflictos propios y no hay solidaridad con sus pares. Falta coordinación; cuando se unan y empiecen a trabajar “la situación va a cambiar”.
Amenaza “manoseada”
El actual movimiento sindical no ha sabido adaptarse ni ofrecer nuevas propuestas ante los profundos cambios que se han dado en el mundo del trabajo; más bien ha habido un “acomodo, un sobrellevar la rutina de las organizaciones sindicales sin asumir realmente los desafíos y exigencias de plantear alternativas de organización y acción, mediante políticas y estrategias adaptadas a los tiempos que hoy vivimos”, resume la investigación titulada El sindicalismo en México: historia, crisis y perspectivas, que fue coordinada por José Merced González Guerra y Antonio Gutiérrez Castro.
Para Alcalde Justiniani, la parálisis sindical actual incluye “una especie de derrota sicológica” en la que los trabajadores ven que sus instrumentos de lucha no funcionan, más aún cuando se ha “manoseado” la multiconvocada “huelga nacional”. Incluso, al querer hacer un recuento de los llamados al paro nacional en los pasados cinco años, fue imposible contabilizar el número de veces y la cantidad de dirigentes y organizaciones que han amagado con esta acción, que siempre deviene en ceses locales de labores sin mayor repercusión.
Sufre el país de parálisis sindical, una “especie de derrota sicológica”
■ Los independientes se han “contagiado” y caen en la apatía, advierten expertos laborales
■ Imposible, contar las veces y la cantidad de dirigentes que han amagado con paro nacional
Patricia Muñoz Ríos y Carolina Gómez Mena /I
El sindicalismo mexicano atraviesa por una crisis de representatividad, en la que las grandes centrales corporativas han perdido credibilidad, prestigio, poder y membresía; mientras la mayoría de las organizaciones llamadas independientes están desunidas, aletargadas, y han tenido poca capacidad de respuesta ante las políticas antiobreras aplicadas por los gobiernos recientes. Unas y otras permanecen calladas e inmóviles frente al avasallamiento de los derechos laborales en el país.
Desdibujados y más preocupados por sus constantes relecciones y ampliaciones de mandato, los líderes sindicales –con pocas excepciones– apenas alzan la voz ante la violación sistemática de la Ley Federal del Trabajo; han aceptado el recorte de los contratos colectivos y de los contratos-ley; negociaron las políticas que cercenaron los sistemas de jubilación y dejaron que el ahorro obrero se fuera al sector financiero privado para su libre especulación; además, han permanecido inmóviles frente al desplome del poder adquisitivo de los salarios, señalaron especialistas en temas laborales.
Los expertos agregan que muchas organizaciones corporativas están atrapadas en estructuras ineficientes, corrupción, falta de democracia interna, burocracia y simulación; en los hechos, la mayor parte “ya no representan realmente a los trabajadores”, sino los intereses de sus líderes, “quienes están más pendientes de quedar bien con el patrón y con el gobierno que con sus afiliados”. Si hoy día se hiciera una consulta a la mayoría de los afiliados, votarían por no tener sindicato.
Expertos de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, académicos y especialistas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y abogados labora- listas expresaron que el sector sindical atraviesa por una crisis, hicieron una crítica a la actual situación de “silencio” y “pasividad” de sus dirigencias y advirtieron que al parecer “están archivadas las convocatorias a marchas, mítines, acciones de presión, toma de dependencias, y quedó deslavado el recurso de los llamados a paros o huelgas nacionales que nunca se concretaban”.
El Congreso del Trabajo, la Confederación de Trabajadores de México, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, la Confederación Regional Obrero Mexicana y otras “ya son entelequias, perdieron toda su representación” obrera, política y económica; sólo son usados por el gobierno y están “inmóviles” frente a la embestida contra el sector, afirmaron en entrevistas por separado los abogados laborales Alfonso Bouzas y Arturo Alcalde Justiniani. Este último recordó que estas organizaciones hace unos días firmaron un pacto para mantener empleos a costa de sacrificar condiciones labores.
Bouzas, quien es también catedrático de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, apuntó que los sindicatos llamados independientes se han “contagiado” y caído en la apatía, no dan muestras de una “vida democrática suficiente”.
Ambos expertos advierten que si no se restructura todo el sindicalismo mexicano, si no se hace un análisis interno, una auténtica autocrítica, la patronal y el gobierno irán por todo, acabarán con la Ley Federal del Trabajo, impondrán la reforma laboral a su modo, recrudecerán el castigo a los salarios y, al paso actual, los grandes contratos colectivos serán cosa del pasado, las conquistas de décadas se eliminarán y los contratos-ley quedarán reducidos a su mínima expresión.
Graciela Bensusan, académica de la UAM-Xochimilco, advierte que las organizaciones corporativas “entraron en un proceso de degradación que no ha parado desde los años 80” y se han convertido en estructuras burocráticas que sólo buscan sobrevivir, por lo que no tienen capacidad de levantar la voz; “son comparsas” que permiten la flexibilización laboral mediante la subcontratación, los topes salariales, el incremento anual de uno o dos pesos a los minisalarios, el recorte de contratos, e incluso permiten que medio millón de trabajadores del sector público estén bajo formas de contratación inestables.
Pero hay casos extremos de sindicatos doblegados por los intereses de sus líderes, como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y el petrolero, donde de plano campean conductas delictivas, fraudes, intereses políticos y partidistas, totalmente alejados de los agremiados.
El abogado laboral Óscar Rubio plantea que entre los sindicatos independientes, por ejemplo los aglutinados en la Unión Nacional de Trabajadores, “cada uno navega en sus aguas y cuida su terruño”; se maneja la unidad de mera retórica, pero en los hechos sólo se movilizan cuando tienen revisiones o conflictos propios y no hay solidaridad con sus pares. Falta coordinación; cuando se unan y empiecen a trabajar “la situación va a cambiar”.
Amenaza “manoseada”
El actual movimiento sindical no ha sabido adaptarse ni ofrecer nuevas propuestas ante los profundos cambios que se han dado en el mundo del trabajo; más bien ha habido un “acomodo, un sobrellevar la rutina de las organizaciones sindicales sin asumir realmente los desafíos y exigencias de plantear alternativas de organización y acción, mediante políticas y estrategias adaptadas a los tiempos que hoy vivimos”, resume la investigación titulada El sindicalismo en México: historia, crisis y perspectivas, que fue coordinada por José Merced González Guerra y Antonio Gutiérrez Castro.
Para Alcalde Justiniani, la parálisis sindical actual incluye “una especie de derrota sicológica” en la que los trabajadores ven que sus instrumentos de lucha no funcionan, más aún cuando se ha “manoseado” la multiconvocada “huelga nacional”. Incluso, al querer hacer un recuento de los llamados al paro nacional en los pasados cinco años, fue imposible contabilizar el número de veces y la cantidad de dirigentes y organizaciones que han amagado con esta acción, que siempre deviene en ceses locales de labores sin mayor repercusión.
viernes, diciembre 05, 2008
LA PRESUNCIÓN
Luis Javier Garrido
La presunción
La presunción
El gobierno de facto de Felipe Calderón, envalentonado por haber podido permanecer estos dos años, cree que por medio de propaganda puede lograr hacer pagar a los mexicanos el año próximo el costo de la crisis y aceptar una nueva imposición electoral, y está lanzando ya nuevas campañas propagandísticas.
1. La autocampaña propagandística de Felipe Calderón para festejar que ha cumplido dos años durmiendo en Los Pinos, lo mismo en entrevistas a los medios que en múltiples discursos y declaraciones, no ha logrado más que poner otra vez de manifiesto que al grupo gobernante panista no le preocupa el desastre social del país y que su primordial obsesión es seguir en el gobierno, para lo cual le resulta imprescindible imponerse en las elecciones de 2009, lo que no pudo ocultar, como tampoco que están dispuestos a todo con tal de lograrlo.
2. La afirmación que hizo Calderón en El Noticiero de Canal 2 el lunes primero de que su peor momento en el ejercicio ilegítimo del cargo en estos años fue el avionazo de Mouriño, generó gran escándalo en los medios no porque se ignorara que no le importa lo que le pasa al pueblo de México, sino porque la derecha aún se sorprende de su ineptitud, como ha acontecido en todos los lamentos y lloriqueos del último mes.
3. El patrimonialismo del PAN en el ejercicio del gobierno no se distingue del que marcó los últimos años del PRI, salvo en una cuestión: la ideológica. El reclamo panista desde los años de Salinas era que el aparato estatal debería ser compartido entre priístas y panistas, y así desde el año 2000 los panistas y sus aliados han dispuesto de empleos y se han otorgado contratos y concesiones con las mismas prácticas corruptas del pasado, pero también han actuado siguiendo otro patrón de comportamiento: entregar enclaves estratégicos del aparato estatal a cuadros de la derecha surgidos no tan sólo del partido (insuficiente para ello), sino de las agrupaciones de El Yunque, de los grupos empresariales que controlan a Calderón y de las agrupaciones afines al clero católico conservador, y a esos intereses privados les urge que el PAN se imponga en 2009.
4. El nervioso activismo de Calderón en su semana de entrevistas, discursos y declaraciones, no pudo evitar, en consecuencia, que evidenciara su obsesión por las elecciones, y dejara entrever cuál es la estrategia gubernamental para tratar de imponer a Acción Nacional como fuerza mayoritaria en la Cámara de Diputados y lograr espacios significativos en el Distrito Federal a costas del PRD. Calderón no ocultó, si se leen sus múltiples declaraciones entre líneas, que la campaña panista, coordinada por su ex secretario particular César Nava, es para ellos un asunto prioritario de Estado como lo eran antaño las campañas priístas, que él va a meter las manos y que como en 2006 el gobierno va a utilizar los medios masivos de comunicación para ello, a pesar de la reforma electoral de 2007. El problema fundamental lo sigue constituyendo, sin embargo, el PRI, ya que el gobierno calderonista tratará de tener más fuerza que los priístas, pero sin afectar su “alianza estratégica”.
5. Y es ahí donde aparece la obsesión panista que marcará la campaña para hacer ver a los mexicanos, según dijo a López Dóriga el lunes primero, por qué ellos son mejores que los otros. La afirmación que ha venido haciendo de manera reiterada en el sentido de que no permitirá que el narco penetre en la campaña de 2009, cuando éste se halla en todos los ámbitos de su gobierno espurio, hace ver los problemas que va a tener la campaña panista para hacer pasar al PRI como el portador de todos los males.
6. Los gobiernos del PAN a nivel local y federal han estado siempre marcados por insistentes señalamientos en torno a su vinculación con el narcopoder: lo mismo las administraciones estatales, desde las primeras encabezadas por Ernesto Ruffo en Baja California (1989-1995) y Francisco Barrio en Chihuahua (1990-1996) hasta varias de los más recientes, como la de Sergio Estrada Cajigal en Morelos (2000-2006), y a nivel federal la cuestión es mucho más grave. En 2000 y en 2006 se hicieron señalamientos de la muy probable penetración de dinero sucio en las campañas de Fox y de Calderón; Diego Fernández de Cevallos y Fernando Gómez Mont fueron objeto de señalamientos en 1997 por su vinculación con el cártel de Juárez; el secretario de Fox, Emilio Goicoechea, fue fotografiado con prominentes capos en fotos publicadas en 2007 y ahora con la supuesta guerra contra el narco todos los días aparecen señalados en los medios colaboradores allegados a Calderón y en particular Genaro García Luna, titular de la SSP.
7. La extrema derecha mexicana ha dado muestras de una absoluta ineptitud e incompetencia para gobernar en función de los intereses de los mexicanos, pero ha sido muy hábil para irse adueñando de los principales recursos del país en connivencia con las trasnacionales e ir controlando al mismo tiempo el aparato estatal y en particular el aparato electoral, y ése es el riesgo para lo que viene. Con un IFE y un tribunal electoral sometidos al gobierno las elecciones del año próximo corren, por lo mismo, el riesgo de ser un operativo de Estado.
8. La otra propaganda, ya no de corte fascistoide sino abiertamente fascista, que Calderón y sus cómplices están impulsando estos días en los medios sobre “el crimen organizado”, y que va paralela a las acciones de violencia llevadas a cabo por sus fuerzas represivas en el país, anuncia que en 2009 –que para los mexicanos va a ser sobre todo el año del agravamiento de la crisis– el gobierno va a crear un escenario del miedo mucho más extremo a fin de buscar someter al pueblo al proyecto de la ultraderecha, y que PAN y PRI van a entrar en abierta competencia para ello. La iniciativa totalitaria del gobernador priísta coahuilense Humberto Moreira sobre la pena de muerte no es más que un anuncio de lo que puede venir si no se ataja desde ahora a los facinerosos en el poder.
9. La apuesta de Los Pinos para imponerse parece estar sustentada en la constante de que las elecciones legislativas intermedias son de baja participación y la presunción de que por la vía de la propaganda pueden confundir a importantes sectores del electorado, pero se olvida, sin embargo, de un hecho fundamental y es que el escenario electoral tiene una importancia cada vez menor para los mexicanos y que la lucha popular se da también a través de otras formas.
10. El problema fundamental de esta derecha integrista, que trata de gobernar, es que controla cada vez más el aparato estatal, pero cada día está más distante del pueblo mexicano y de sus necesidades y preocupaciones, y por lo mismo no puede prever ni va a entender su respuesta.
martes, diciembre 02, 2008
México. "La pesadilla"
La Jornada
Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.com http://navegaciones.blogspot.com
La pesadilla
Despertó con un sobresalto. Se le vinieron encima fragmentos oscuros y sensaciones angustiosas, y no le fue difícil acomodarlos en el guión macabro en que se encontró cuando dormía: había soñado que por fin, después de décadas o vidas de espera, se presentaba la oportunidad para cambiar el país, para limpiar la vida, para meter a los culpables a la cárcel y sacar de ella a los inocentes (¿o no podría llegarse a tanto?), para que en México empezara a sonar lógico que los hambrientos necesitan comida, los desposeídos necesitan casa, los estudiantes necesitan escuelas, los enfermos, hospitales, y el gobierno, sensibilidad. ¿Cuándo se había perdido esa lógica? Quién sabe, pero en algún momento –años atrás, generaciones atrás– se había impuesto el principio de que lo que no genera ganancias inmediatas no sirve. En forma progresiva, el país, con todas sus instancias, se había convertido en un montón de máquinas de hacer dinero rápido y a costa de todo, y aquello produjo un doble resultado: mucho dinero y mucha más pobreza, separados, ambos, por muros construidos con ladrillos de desvergüenza y coronados con cercas electrificadas y cámaras de vigilancia.
Pero había llegado el día en que resultaba posible recuperar el sentido de las cosas, poner al país en el rumbo correcto y limpiar la vida. No había que hacerse demasiadas ilusiones porque los cambios serían arduos e inciertos, pero al menos se podían sentar las bases de una nación funcional, y aquello era posible con el concurso de su voto. Soñó que acudía temprano a la casilla, que alrededor de ella se respiraba un aire de tranquilidad y de optimismo apenas reprimido, y que volvía a casa a esperar un resultado previsible, lógico al cabo de tantos años de degradación, y merecido.
En su sueño, las horas de ese día pasaron muy veloces, y se vio enterándose de un vuelco siniestro: a la vista de todo el mundo, los sufragios cambiaban de sentido en una urna que era una computadora y la autoridad electoral se rehusaba a dar un diagnóstico; en un parpadeo, la modesta potestad de su ciudadanía se vio aplastada por maquinaciones desde el poder, por largas disquisiciones de alquimistas modernos y por ladridos vergonzantes, pero copiosos, emitidos desde aparatos de radio y receptores de televisión. Y en su sueño los meses siguientes transcurrieron aun más rápido, y sin darse cuenta cómo, aquello se volvió una pesadilla sofocante: había tomado posesión el candidato más gris, había empezado a ejercer el poder con gestos de marioneta furiosa y la oportunidad de limpiar la vida se había cerrado.
Transitó por imágenes de un país teñido de sangre y cubierto de cabezas y lenguas amputadas, en el que los trepadores de siempre, los ladrones de siempre, los violadores de siempre, los homicidas de siempre, volvían por sus fueros y festejaban la renovación de sus alianzas con el poder; las máquinas de hacer dinero eran lanzadas a todo rendimiento, el territorio nacional se convertía en un gran mecanismo de rentabilidad y se le aceleraba tanto que amenazaba con descarrilarse, mientras la población huía despavorida en todas direcciones para evitar que la maquinaria monstruosa le pasara por encima; era difícil escapar, porque el timón estaba suelto y cambiaba de dirección en función de vientos que eran encuestas de popularidad. Y en el sueño los meses empezaron a pasar más rápido, y llegó diciembre de 2008, y el hombrecito gris por quien unos meses antes nadie daba un centavo se había engallado y no lograba darse cuenta de la fragilidad del aparato. Sus compañeros de a bordo, mientras tanto, estaban ocupados perdonándose unos a otros raterías, atropellos, pederastias, contratos sucios, devociones corruptas, excesos y desvaríos, y no percibían la destrucción que causaban. Para evitar que aquella escena se despedazara por efecto de sus propias fuerzas centrífugas no iba quedando más que el accionar de los hombres armados, conforme la máscara de la decencia se caía a pedazos del rostro de las instituciones.
Despertó con un sobresalto, juntó las imágenes de la pesadilla y por unos momentos sintió una desolación abrumadora. Pero se tranquilizó cuando recordó en qué fecha estaba: era la mañana del domingo 2 de julio de 2006 y debía darse prisa; ese día se presentaba la oportunidad de participar en una corrección indispensable en el rumbo del gobierno, que llevaba tantos años extraviado, y saldría temprano de su casa, iría a la casilla y depositaría en la urna su voto a favor de López Obrador. No era perredista y ni siquiera de izquierda, y nadie había dicho que lo que estaba por venir fuera fácil, ni terso, ni perfecto, pero al menos no habría de ser una pesadilla.
Pedro Miguel
navegaciones@yahoo.com http://navegaciones.blogspot.com
La pesadilla
Despertó con un sobresalto. Se le vinieron encima fragmentos oscuros y sensaciones angustiosas, y no le fue difícil acomodarlos en el guión macabro en que se encontró cuando dormía: había soñado que por fin, después de décadas o vidas de espera, se presentaba la oportunidad para cambiar el país, para limpiar la vida, para meter a los culpables a la cárcel y sacar de ella a los inocentes (¿o no podría llegarse a tanto?), para que en México empezara a sonar lógico que los hambrientos necesitan comida, los desposeídos necesitan casa, los estudiantes necesitan escuelas, los enfermos, hospitales, y el gobierno, sensibilidad. ¿Cuándo se había perdido esa lógica? Quién sabe, pero en algún momento –años atrás, generaciones atrás– se había impuesto el principio de que lo que no genera ganancias inmediatas no sirve. En forma progresiva, el país, con todas sus instancias, se había convertido en un montón de máquinas de hacer dinero rápido y a costa de todo, y aquello produjo un doble resultado: mucho dinero y mucha más pobreza, separados, ambos, por muros construidos con ladrillos de desvergüenza y coronados con cercas electrificadas y cámaras de vigilancia.
Pero había llegado el día en que resultaba posible recuperar el sentido de las cosas, poner al país en el rumbo correcto y limpiar la vida. No había que hacerse demasiadas ilusiones porque los cambios serían arduos e inciertos, pero al menos se podían sentar las bases de una nación funcional, y aquello era posible con el concurso de su voto. Soñó que acudía temprano a la casilla, que alrededor de ella se respiraba un aire de tranquilidad y de optimismo apenas reprimido, y que volvía a casa a esperar un resultado previsible, lógico al cabo de tantos años de degradación, y merecido.
En su sueño, las horas de ese día pasaron muy veloces, y se vio enterándose de un vuelco siniestro: a la vista de todo el mundo, los sufragios cambiaban de sentido en una urna que era una computadora y la autoridad electoral se rehusaba a dar un diagnóstico; en un parpadeo, la modesta potestad de su ciudadanía se vio aplastada por maquinaciones desde el poder, por largas disquisiciones de alquimistas modernos y por ladridos vergonzantes, pero copiosos, emitidos desde aparatos de radio y receptores de televisión. Y en su sueño los meses siguientes transcurrieron aun más rápido, y sin darse cuenta cómo, aquello se volvió una pesadilla sofocante: había tomado posesión el candidato más gris, había empezado a ejercer el poder con gestos de marioneta furiosa y la oportunidad de limpiar la vida se había cerrado.
Transitó por imágenes de un país teñido de sangre y cubierto de cabezas y lenguas amputadas, en el que los trepadores de siempre, los ladrones de siempre, los violadores de siempre, los homicidas de siempre, volvían por sus fueros y festejaban la renovación de sus alianzas con el poder; las máquinas de hacer dinero eran lanzadas a todo rendimiento, el territorio nacional se convertía en un gran mecanismo de rentabilidad y se le aceleraba tanto que amenazaba con descarrilarse, mientras la población huía despavorida en todas direcciones para evitar que la maquinaria monstruosa le pasara por encima; era difícil escapar, porque el timón estaba suelto y cambiaba de dirección en función de vientos que eran encuestas de popularidad. Y en el sueño los meses empezaron a pasar más rápido, y llegó diciembre de 2008, y el hombrecito gris por quien unos meses antes nadie daba un centavo se había engallado y no lograba darse cuenta de la fragilidad del aparato. Sus compañeros de a bordo, mientras tanto, estaban ocupados perdonándose unos a otros raterías, atropellos, pederastias, contratos sucios, devociones corruptas, excesos y desvaríos, y no percibían la destrucción que causaban. Para evitar que aquella escena se despedazara por efecto de sus propias fuerzas centrífugas no iba quedando más que el accionar de los hombres armados, conforme la máscara de la decencia se caía a pedazos del rostro de las instituciones.
Despertó con un sobresalto, juntó las imágenes de la pesadilla y por unos momentos sintió una desolación abrumadora. Pero se tranquilizó cuando recordó en qué fecha estaba: era la mañana del domingo 2 de julio de 2006 y debía darse prisa; ese día se presentaba la oportunidad de participar en una corrección indispensable en el rumbo del gobierno, que llevaba tantos años extraviado, y saldría temprano de su casa, iría a la casilla y depositaría en la urna su voto a favor de López Obrador. No era perredista y ni siquiera de izquierda, y nadie había dicho que lo que estaba por venir fuera fácil, ni terso, ni perfecto, pero al menos no habría de ser una pesadilla.
jueves, noviembre 27, 2008
Noviembre 29 cabezas. La Jornada
Noviembre 29 cabezas. La Jornada
· “Sería extraordinario”
Alegría si Obama es electo, dice Lula
· “Por la dignidad magisterial”
Rechazan aval “sin condición” a la ACE
· El ex director de Fonatur cobró 1.5 mdd
Al descubierto, tratos ilícitos de McCarthy
· Barack Obama, el gran favorito; John McCain, por la hazaña
· Se desploma la aeronave que lo conducía de SLP al DF
Muere Mouriño
· José Luis Santiago Vasconcelos y seis personas más, entre las víctimas
· ‘‘El piloto del Learjet nunca pidió auxilio ni reportó fallas”
Hasta ahora todo indica un accidente, afirma Luis Téllez
· Sin rodeos, señala que el planeta entrará en recesión en 2009
Será más severa la contracción en México: FMI
· Se refuerza hipótesis de que fue un accidente, afirma Téllez
Descarta la PGR explosión previa a la caída del jet
· Paro técnico en Nissan; cierre temporal de Ford en Hermosillo
Pega crisis en la industria nacional de automóviles
· Asia, opción para México: González Barrera
Para tres años, la crisis en el mundo: Gruma
· Revela que están en áreas de exploración y producción
En manos de la IP, 70% de actividades de Pemex: Kessel
· Sólo corroboró que existe la cadena privatizadora: FAP
PRI-PRD: Kessel miente e ignora la reforma de Pemex
· Desconoce fallo interno que anulaba la elección de dirigentes
Otorga el TEPJF el triunfo a Jesús Ortega en el PRD
· La contracción en EU, la eurozona y Japón se prolongará en 2009, advierte
La recesión golpea ya a los países ricos: OCDE
· SCT presume impericia de aviadores
Deber de SG, validar a pilotos del Learjet
· Gobernantes acuerdan estímulos fiscales contra la recesión
Impone EU idea de no regular los flujos financieros
· Japón entró en recesión, revelan reportes
GM: hundirá a EU no rescatar a automotrices
· El banco ha perdido 20 mil mdd en lo que va del año
Despedirá 52 mil empleados más el gigante Citigroup
· Rechaza la secretaría general; ‘‘nunca seré cómplice’’
Lanza Encinas movimiento para limpiar el PRD
· ‘‘Más importante cuidar el empleo que el crecimiento’’
Llama Slim a la banca a no cerrar la llave del crédito
· Regaló tarjetas de crédito hasta en el Metro y estalló el problema financiero
Calderón: en México, la banca causó la crisis
· Sin fundamentos, amenazan con mandarlos a la cárcel
Acoso ilegal de los bancos a deudores morosos de tarjetas
· Inyecta 20 mil mdd para cubrir pérdidas
Salva EU de la quiebra a Citigroup
· Los incrementos en gasolinas, electricidad y gas la atizaron
La inflación, al doble de lo previsto para 2008: BdeM
· Incluye la adquisición de valores “tóxicos” hipotecarios
Lanza EU segundo rescate por 800 mil millones de dólares
· “Negligencia de la PGR y la SSP”
¡No tienen madre!: Vargas
· “Sería extraordinario”
Alegría si Obama es electo, dice Lula
· “Por la dignidad magisterial”
Rechazan aval “sin condición” a la ACE
· El ex director de Fonatur cobró 1.5 mdd
Al descubierto, tratos ilícitos de McCarthy
· Barack Obama, el gran favorito; John McCain, por la hazaña
· Se desploma la aeronave que lo conducía de SLP al DF
Muere Mouriño
· José Luis Santiago Vasconcelos y seis personas más, entre las víctimas
· ‘‘El piloto del Learjet nunca pidió auxilio ni reportó fallas”
Hasta ahora todo indica un accidente, afirma Luis Téllez
· Sin rodeos, señala que el planeta entrará en recesión en 2009
Será más severa la contracción en México: FMI
· Se refuerza hipótesis de que fue un accidente, afirma Téllez
Descarta la PGR explosión previa a la caída del jet
· Paro técnico en Nissan; cierre temporal de Ford en Hermosillo
Pega crisis en la industria nacional de automóviles
· Asia, opción para México: González Barrera
Para tres años, la crisis en el mundo: Gruma
· Revela que están en áreas de exploración y producción
En manos de la IP, 70% de actividades de Pemex: Kessel
· Sólo corroboró que existe la cadena privatizadora: FAP
PRI-PRD: Kessel miente e ignora la reforma de Pemex
· Desconoce fallo interno que anulaba la elección de dirigentes
Otorga el TEPJF el triunfo a Jesús Ortega en el PRD
· La contracción en EU, la eurozona y Japón se prolongará en 2009, advierte
La recesión golpea ya a los países ricos: OCDE
· SCT presume impericia de aviadores
Deber de SG, validar a pilotos del Learjet
· Gobernantes acuerdan estímulos fiscales contra la recesión
Impone EU idea de no regular los flujos financieros
· Japón entró en recesión, revelan reportes
GM: hundirá a EU no rescatar a automotrices
· El banco ha perdido 20 mil mdd en lo que va del año
Despedirá 52 mil empleados más el gigante Citigroup
· Rechaza la secretaría general; ‘‘nunca seré cómplice’’
Lanza Encinas movimiento para limpiar el PRD
· ‘‘Más importante cuidar el empleo que el crecimiento’’
Llama Slim a la banca a no cerrar la llave del crédito
· Regaló tarjetas de crédito hasta en el Metro y estalló el problema financiero
Calderón: en México, la banca causó la crisis
· Sin fundamentos, amenazan con mandarlos a la cárcel
Acoso ilegal de los bancos a deudores morosos de tarjetas
· Inyecta 20 mil mdd para cubrir pérdidas
Salva EU de la quiebra a Citigroup
· Los incrementos en gasolinas, electricidad y gas la atizaron
La inflación, al doble de lo previsto para 2008: BdeM
· Incluye la adquisición de valores “tóxicos” hipotecarios
Lanza EU segundo rescate por 800 mil millones de dólares
· “Negligencia de la PGR y la SSP”
¡No tienen madre!: Vargas
Para Hacienda las familias “no están sobrendeudadas”
Se disparó 42.33% la morosidad en el crédito al consumo
Responsabilidad de estados, la mayoría de delitos: Federación
Se disparó 42.33% la morosidad en el crédito al consumo
Responsabilidad de estados, la mayoría de delitos: Federación
Responsabilidad de estados, la mayoría de delitos: Federación
Chocan gobiernos por cifras sobre la criminalidad
De enero a septiembre aumentó 27.9%
Importación de alimentos cuesta al país 15 mil mdd
Latino América.Luchas electorales.
La Jornada
Ángel Guerra Cabrera
aguerra_123@yahoo.com.mx
Sí pero sí, ganó (otra vez) el chavismo
Los resultados de las elecciones venezolanas del 23 de noviembre han sido presentados como una debacle de la revolución bolivariana por la máquina (des)informativa del imperio. Desde días antes nos lo sugerían sibilinamente CNN, El País, cipayos de la Sociedad Interamericana de Prensa y sus agencias electrónicas y escritas de Venezuela. Pero faltaba cinismo por ver. Cuando el prestigioso Consejo Nacional Electoral publicó los transparentes datos de la votación, los acomodaron a sus vaticinios previos, disparando sin pausa lugares comunes de supuestos expertos, carentes de la más elemental idea de la potencialidad de una revolución popular de veras.
Con una afluencia electoral récord de 65 por ciento, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo 5 millones 600 mil votos contra 4 millones 100 mil, un millón 500 mil más que sus contrincantes. Ganó las gobernaciones de 17 de 22 estados en pugna, casi todos por amplio margen, y 80 por ciento de las alcaldías, entre ellas y de modo contundente el municipio Libertador, corazón de Caracas. Conclusión: el chavismo y Hugo Chávez conservan el respaldo sólido de una holgada mayoría de venezolanos.
No obstante, la oposición retuvo la gobernación de Zulia y la alcaldía de Maracaibo, estratégico estado petrolero bastión del golpismo separatista, fronterizo con Colombia como Táchira, perdido también por el chavismo, y capturó por estrecho margen el industrial Carabobo. También desplazó al chavismo de la gobernación del estado Miranda y la Alcaldía Metropolitana de Caracas, instancia coordinadora que agrupa cinco municipios de la capital y de aquel estado. Pero vamos por partes. En Zulia el PSUV recuperó ocho y retuvo cinco alcaldías más una donde no tocaba realizar comicios, domina ahora en 14 de las 19; entre ellas, San Francisco, segunda en población electoral después de Maracaibo, y todas las fronterizas; en Carabobo ganó 11 de 13 alcaldías y mayoría de legisladores estadales.
En Caracas, aunque perdió la alcaldía metropolitana conservó rotundamente el apoyo de las parroquias populares. Es falso que “los pobres ya no votan por Chávez”. Aristóbulo Iztúriz, el candidato bolivariano a la alcaldía metropolitana, al igual que Jesse Chacón, su homólogo del estado de Miranda, ganaron en las barriadas pobres y marginales, en la capital y en ese estado, incluido el populoso Petare. La derrota allí se debe al voto de castigo por una gestión claramente insatisfactoria de algunas alcaldías chavistas del Gran Caracas, muy bien aprovechada por la oposición de derecha, que consiguió sacar masivamente de sus casas a la clase media y media baja a sufragar contra el chavismo. Igualmente, al cambio de táctica y discurso de los golpistas, que adiestrados y financiados por las fundaciones y ONG fachadas de la CIA aplicaron, perfeccionada, hasta en barrios populares, la demagógica mercadotecnia de las “revoluciones” de colores, ya experimentada exitosamente en Servia, Ucrania y Georgia.
Es evidente que el chavismo subestimó el desastre urbano de Caracas, ocasionado sí por la cuarta república, que las agravó con las políticas neoliberales, pero no atacado a fondo por los munícipes bolivarianos; también que el PSUV no ha logrado diseñar una estrategia que incluya explícitamente en su propuesta socialista a sectores de clase media y descontentos. Por lo pronto, sus candidatos no electos manifiestan la resolución de liderar la oposición en las regiones y municipios ganados por la derecha y ya han anunciado que profundizarán en ellos la participación y el poder popular en los consejos comunales y vigilarán el buen funcionamiento de las misiones sociales. Al PSUV le sobran moral y argumentos para ganar en todas partes la batalla de las ideas apoyada por una buena gestión de sus gobernadores y alcaldes, y la acción resuelta de sus legisladores donde gobernará la oposición. Es perfectamente posible crear el clima político para teñir de rojo las legislativas de 2010 y revocar por el camino a los gobernantes opositores.
En la larga lucha entre revolución y contrarrevolución el desenlace no lo decide ninguna ley objetiva, sino la creación de obra y conciencia socialista, la audacia, creatividad y entrega total de los revolucionarios al pueblo.
Ángel Guerra Cabrera
aguerra_123@yahoo.com.mx
Sí pero sí, ganó (otra vez) el chavismo
Los resultados de las elecciones venezolanas del 23 de noviembre han sido presentados como una debacle de la revolución bolivariana por la máquina (des)informativa del imperio. Desde días antes nos lo sugerían sibilinamente CNN, El País, cipayos de la Sociedad Interamericana de Prensa y sus agencias electrónicas y escritas de Venezuela. Pero faltaba cinismo por ver. Cuando el prestigioso Consejo Nacional Electoral publicó los transparentes datos de la votación, los acomodaron a sus vaticinios previos, disparando sin pausa lugares comunes de supuestos expertos, carentes de la más elemental idea de la potencialidad de una revolución popular de veras.
Con una afluencia electoral récord de 65 por ciento, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo 5 millones 600 mil votos contra 4 millones 100 mil, un millón 500 mil más que sus contrincantes. Ganó las gobernaciones de 17 de 22 estados en pugna, casi todos por amplio margen, y 80 por ciento de las alcaldías, entre ellas y de modo contundente el municipio Libertador, corazón de Caracas. Conclusión: el chavismo y Hugo Chávez conservan el respaldo sólido de una holgada mayoría de venezolanos.
No obstante, la oposición retuvo la gobernación de Zulia y la alcaldía de Maracaibo, estratégico estado petrolero bastión del golpismo separatista, fronterizo con Colombia como Táchira, perdido también por el chavismo, y capturó por estrecho margen el industrial Carabobo. También desplazó al chavismo de la gobernación del estado Miranda y la Alcaldía Metropolitana de Caracas, instancia coordinadora que agrupa cinco municipios de la capital y de aquel estado. Pero vamos por partes. En Zulia el PSUV recuperó ocho y retuvo cinco alcaldías más una donde no tocaba realizar comicios, domina ahora en 14 de las 19; entre ellas, San Francisco, segunda en población electoral después de Maracaibo, y todas las fronterizas; en Carabobo ganó 11 de 13 alcaldías y mayoría de legisladores estadales.
En Caracas, aunque perdió la alcaldía metropolitana conservó rotundamente el apoyo de las parroquias populares. Es falso que “los pobres ya no votan por Chávez”. Aristóbulo Iztúriz, el candidato bolivariano a la alcaldía metropolitana, al igual que Jesse Chacón, su homólogo del estado de Miranda, ganaron en las barriadas pobres y marginales, en la capital y en ese estado, incluido el populoso Petare. La derrota allí se debe al voto de castigo por una gestión claramente insatisfactoria de algunas alcaldías chavistas del Gran Caracas, muy bien aprovechada por la oposición de derecha, que consiguió sacar masivamente de sus casas a la clase media y media baja a sufragar contra el chavismo. Igualmente, al cambio de táctica y discurso de los golpistas, que adiestrados y financiados por las fundaciones y ONG fachadas de la CIA aplicaron, perfeccionada, hasta en barrios populares, la demagógica mercadotecnia de las “revoluciones” de colores, ya experimentada exitosamente en Servia, Ucrania y Georgia.
Es evidente que el chavismo subestimó el desastre urbano de Caracas, ocasionado sí por la cuarta república, que las agravó con las políticas neoliberales, pero no atacado a fondo por los munícipes bolivarianos; también que el PSUV no ha logrado diseñar una estrategia que incluya explícitamente en su propuesta socialista a sectores de clase media y descontentos. Por lo pronto, sus candidatos no electos manifiestan la resolución de liderar la oposición en las regiones y municipios ganados por la derecha y ya han anunciado que profundizarán en ellos la participación y el poder popular en los consejos comunales y vigilarán el buen funcionamiento de las misiones sociales. Al PSUV le sobran moral y argumentos para ganar en todas partes la batalla de las ideas apoyada por una buena gestión de sus gobernadores y alcaldes, y la acción resuelta de sus legisladores donde gobernará la oposición. Es perfectamente posible crear el clima político para teñir de rojo las legislativas de 2010 y revocar por el camino a los gobernantes opositores.
En la larga lucha entre revolución y contrarrevolución el desenlace no lo decide ninguna ley objetiva, sino la creación de obra y conciencia socialista, la audacia, creatividad y entrega total de los revolucionarios al pueblo.
miércoles, noviembre 19, 2008
"Rumbos y desconcierto".
La Jornada
Luis Linares Zapata
Rumbos y desconcierto
La tambaleante fe de Felipe Calderón en la continuidad del modelo vigente recibió, en Washington (G-20), un espaldarazo innegable. Muy a pesar de sus recientes discursos de dudas, anteriores a la reunión y en la reunión misma, el michoacano no tiene, al menos por ahora, y a pesar de su mayúsculo desconcierto, para dónde hacerse. La estructura de poder en que se apoya internamente le exige permanecer en la ruta que tantos beneficios y gozos le ha entregado a sus elites directivas. Pero tal perseverancia forzada no detendrá la integración y el rumbo que ha tomado el movimiento transformador que se viene gestando en el México de los excluidos de esos refinados privilegios que se asignan los que por ahora mandan desde las alturas. Al contrario, la presente crisis, que lo es de todo el sistema de convivencia organizada, le dará mayor empuje y certezas sobre el camino de protesta contra las injusticias y por el cambio elegido.
Tanto el PAN como el PRI irán a las elecciones de 2009 con el fardo de una economía recesiva a sus espaldas. Ninguno de los dos partidos, que cada vez se fusionan más en sus compromisos cupulares, podrá alegar inocencia del desaguisado que provocaron en sus andanzas. Han sido ellos los que, durante estos dos años de desgobierno, han sacado ventajas y fortalecido sus cómplices alianzas. Son ellos los que han tirado por igual en las llamadas reformas estructurales. Eufemismo que destaca, en el fondo, las feroces expoliaciones que han sufrido las vapuleadas clases medias y los estratos marginales de la sociedad.
La seguridad social ha sido el campo de la disputa y los apañes actuales del PRIAN. En esas reformas se concentra la gran tajada de recursos disponibles para el presente y futuro saqueo. Es a través de las llamadas cuentas individuales, manejadas por aseguradoras y bancos internacionales con sus socios (menores) locales, donde se han atrincherado los grupos de presión que imponen la continuidad. Similar papel desempeñaron tanto el PRI como el PAN en la manoseada reforma petrolera. Y son ellos los que esperan, con ansias inocultables, las remuneraciones que el contratismo rampante en el campo energético les promete.
No habrá tregua posible en estos años de desamparo para sendos conjuntos de la población. La voracidad no tiene frenos ni recapacita ante las desgracias ocasionadas. Irán por todo y lo adicional que puedan obtener. El límite no se impondrá desde las voluntarias o normadas regulaciones que se tienen. Todos estos mecanismos de control, tan presumidos por los neoliberales, están copados por los intereses que pretenden regular. En esta crítica se incluye, claro está, a los de corte electoral (IFE y TEPJF) y no sólo a las comisiones de valores, bancaria, telecomunicaciones, de competencia o para defensa del consumidor.
Lo que puede modificar el rumbo, y lo hará a su debido tiempo, es la movilización de la afectada base ciudadana. Será ella la que emprenda, con la energía suficiente, la defensa de sus, por ahora, mermados intereses. Es en el seno de la sociedad donde se está gestando y acumulando la fuerza para empujar un cambio que vaya en la dirección de sus conveniencias y aspiraciones y trunque la tendencia actual de despojo sin miramientos.
El movimiento reivindicador de valores y de transformación de la República está en marcha, que no quepa la menor duda. Se viene organizando desde hace algunos años y tomará forma definitiva y pretensiones en los próximos meses. Los críticos y voceros del poder establecido no han querido verlo, lo soslayan de manera grosera. No conviene a sus reducidas posturas divulgar su tamaño y fuerza. Piensan que con el ninguneo dirigido lo aplacarán, le restarán belicosidad atornillándolo con una sordina que, por lo demás, será incapaz de silenciarlo. Creen poder sujetarlo si no aparece en las pantallas televisivas o no se escucha, con los suficientes decibeles, en la radio. Están equivocados y pronto deberán enfrentar las consecuencias de sus desviados criterios y el desprestigio concomitante a su fingida torpeza.
La táctica de los críticos afines al poder consiste en atacar al personaje que funge como adelantado del movimiento transformador. Fincan sus esperanzas en desinflar, a través de una andanada tras otra de injurias, descalificaciones, bulas condenatorias, sarcasmos y chismes, al pivote de esta convergencia en ciernes: López Obrador. Predican, con una cantinela repetitiva, el fin de su poder de convocatoria, la pérdida de votos o simpatías. Nadie examina el significado de una gira, que parece interminable, por todos y cada uno de los rincones de México. Y, ahí, en cada uno de esos lugares, se hacen presentes mexicanos que no quieren perpetuar el estado de cosas que los oprime. Se congregan, alrededor de AMLO, aquellos decididos a emprender la aventura transformadora. Ciertamente son los duros, si con ello se quiere describir a los más conscientes y decididos, los que desean formar el núcleo que pueda conducir el cambio entrevisto. Nadie quiere confundir a este sólido conjunto con el pueblo en su totalidad, pero lanzan el grito doliente y esperanzado de otros que son muchos más.
Y esos son los ciudadanos que se harán presentes, con sus congojas y demandas, en las venideras elecciones, no sólo en las del año entrante sino en 2012 de todas sus aspiraciones confiadas. Varias alianzas adicionales serán requeridas para fortalecerlo: jóvenes, empresarios, profesionistas, etcétera. Los vehículos partidarios están ya prestos para unirse, así lo han declarado. Otros no saldrán de su marasmo, rendición final y derrota, pero aquellos que visualizan la ruta adecuada y simpatizan con el movimiento transformador serán suficientes para asegurar el triunfo.
Luis Linares Zapata
Rumbos y desconcierto
La tambaleante fe de Felipe Calderón en la continuidad del modelo vigente recibió, en Washington (G-20), un espaldarazo innegable. Muy a pesar de sus recientes discursos de dudas, anteriores a la reunión y en la reunión misma, el michoacano no tiene, al menos por ahora, y a pesar de su mayúsculo desconcierto, para dónde hacerse. La estructura de poder en que se apoya internamente le exige permanecer en la ruta que tantos beneficios y gozos le ha entregado a sus elites directivas. Pero tal perseverancia forzada no detendrá la integración y el rumbo que ha tomado el movimiento transformador que se viene gestando en el México de los excluidos de esos refinados privilegios que se asignan los que por ahora mandan desde las alturas. Al contrario, la presente crisis, que lo es de todo el sistema de convivencia organizada, le dará mayor empuje y certezas sobre el camino de protesta contra las injusticias y por el cambio elegido.
Tanto el PAN como el PRI irán a las elecciones de 2009 con el fardo de una economía recesiva a sus espaldas. Ninguno de los dos partidos, que cada vez se fusionan más en sus compromisos cupulares, podrá alegar inocencia del desaguisado que provocaron en sus andanzas. Han sido ellos los que, durante estos dos años de desgobierno, han sacado ventajas y fortalecido sus cómplices alianzas. Son ellos los que han tirado por igual en las llamadas reformas estructurales. Eufemismo que destaca, en el fondo, las feroces expoliaciones que han sufrido las vapuleadas clases medias y los estratos marginales de la sociedad.
La seguridad social ha sido el campo de la disputa y los apañes actuales del PRIAN. En esas reformas se concentra la gran tajada de recursos disponibles para el presente y futuro saqueo. Es a través de las llamadas cuentas individuales, manejadas por aseguradoras y bancos internacionales con sus socios (menores) locales, donde se han atrincherado los grupos de presión que imponen la continuidad. Similar papel desempeñaron tanto el PRI como el PAN en la manoseada reforma petrolera. Y son ellos los que esperan, con ansias inocultables, las remuneraciones que el contratismo rampante en el campo energético les promete.
No habrá tregua posible en estos años de desamparo para sendos conjuntos de la población. La voracidad no tiene frenos ni recapacita ante las desgracias ocasionadas. Irán por todo y lo adicional que puedan obtener. El límite no se impondrá desde las voluntarias o normadas regulaciones que se tienen. Todos estos mecanismos de control, tan presumidos por los neoliberales, están copados por los intereses que pretenden regular. En esta crítica se incluye, claro está, a los de corte electoral (IFE y TEPJF) y no sólo a las comisiones de valores, bancaria, telecomunicaciones, de competencia o para defensa del consumidor.
Lo que puede modificar el rumbo, y lo hará a su debido tiempo, es la movilización de la afectada base ciudadana. Será ella la que emprenda, con la energía suficiente, la defensa de sus, por ahora, mermados intereses. Es en el seno de la sociedad donde se está gestando y acumulando la fuerza para empujar un cambio que vaya en la dirección de sus conveniencias y aspiraciones y trunque la tendencia actual de despojo sin miramientos.
El movimiento reivindicador de valores y de transformación de la República está en marcha, que no quepa la menor duda. Se viene organizando desde hace algunos años y tomará forma definitiva y pretensiones en los próximos meses. Los críticos y voceros del poder establecido no han querido verlo, lo soslayan de manera grosera. No conviene a sus reducidas posturas divulgar su tamaño y fuerza. Piensan que con el ninguneo dirigido lo aplacarán, le restarán belicosidad atornillándolo con una sordina que, por lo demás, será incapaz de silenciarlo. Creen poder sujetarlo si no aparece en las pantallas televisivas o no se escucha, con los suficientes decibeles, en la radio. Están equivocados y pronto deberán enfrentar las consecuencias de sus desviados criterios y el desprestigio concomitante a su fingida torpeza.
La táctica de los críticos afines al poder consiste en atacar al personaje que funge como adelantado del movimiento transformador. Fincan sus esperanzas en desinflar, a través de una andanada tras otra de injurias, descalificaciones, bulas condenatorias, sarcasmos y chismes, al pivote de esta convergencia en ciernes: López Obrador. Predican, con una cantinela repetitiva, el fin de su poder de convocatoria, la pérdida de votos o simpatías. Nadie examina el significado de una gira, que parece interminable, por todos y cada uno de los rincones de México. Y, ahí, en cada uno de esos lugares, se hacen presentes mexicanos que no quieren perpetuar el estado de cosas que los oprime. Se congregan, alrededor de AMLO, aquellos decididos a emprender la aventura transformadora. Ciertamente son los duros, si con ello se quiere describir a los más conscientes y decididos, los que desean formar el núcleo que pueda conducir el cambio entrevisto. Nadie quiere confundir a este sólido conjunto con el pueblo en su totalidad, pero lanzan el grito doliente y esperanzado de otros que son muchos más.
Y esos son los ciudadanos que se harán presentes, con sus congojas y demandas, en las venideras elecciones, no sólo en las del año entrante sino en 2012 de todas sus aspiraciones confiadas. Varias alianzas adicionales serán requeridas para fortalecerlo: jóvenes, empresarios, profesionistas, etcétera. Los vehículos partidarios están ya prestos para unirse, así lo han declarado. Otros no saldrán de su marasmo, rendición final y derrota, pero aquellos que visualizan la ruta adecuada y simpatizan con el movimiento transformador serán suficientes para asegurar el triunfo.
lunes, noviembre 17, 2008
Motivación Social. "La hora del esfuerzo compartido por el bien común"
La Jornada
Gustavo Esteva gustavoesteva@gmail.com
Es hora de minga
El mensaje no puede ser más claro: es hora de minga –de tequio, del esfuerzo compartido por el bien común.
“El modelo económico y su TLC… el régimen de terror… sus actos de barbarie… las leyes para robar, empobrecer y despojar… el incumplimiento de la palabra empleada desde siempre para engañar…(todo eso) nos convoca y es un mandato.”
En su comunicado del 7 de noviembre, la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca (ACIN) se refiere a Colombia, pero sus palabras pueden igualmente referirse a México y a casi todas partes. Estamos en la Cuarta Guerra Mundial, de la que nos advirtieron hace tiempo los zapatistas: una guerra sin frente, la primera realmente total, guiada por la codicia sin límite, la rapacidad y la destrucción cínica de la naturaleza, la ética y la dignidad.
“El que manda y decide es el pueblo”, subraya la ACIN. “Son todos los sectores que concuerdan… con la decisión de tejer una agenda, de convertir un país con dueños en un país de los pueblos. Por eso la minga de los pueblos: aunque algunos pretendan otra cosa, no es la agenda de un sector, o de unos líderes, o de algunas instituciones o personas. No sería minga si ese fuera el camino. Sería a lo sumo remplazar a los que mandan por otros. Eso no es lo que dice la agenda… Si hay una sola persona o un solo sector que se sienta capaz de asumir toda esta tarea no ha entendido la minga, no reconoce la agenda, ni sus propias capacidades y limitaciones. A remplazar la mentira con los hechos. Minga para que podamos hacer minga.
“Quienes escribimos estas líneas desde un rincón orientado por el compromiso, la humildad y la decisión tomada, nos negamos a asumir la responsabilidad como indígenas de cargar con el peso de toda la lucha y rechazamos también a quienes pretenden liderar desde un sector y controlar la minga.
“Desde la capacidad, el dolor y la experiencia, desde la necesidad y la sabiduría, vamos a coordinarnos para que la minga sea el camino y los pueblos el medio para realizarla. Las mingas no tienen dueños. Son de los pueblos.
“Las palabras sin acción son vacías. La acción sin palabras es ciega. Las palabras y la acción por fuera del espíritu y mandato de la comunidad son la muerte.”
La ACIN circuló este mensaje con sentido de urgencia. “Solos no podemos”, subrayaron. “O hacemos minga o no cambia nada.” (www.nasaacin.org/noticias.htm?x=9103) De eso se trata hoy. En todas partes. Como puede verse, por ejemplo, en el riesgo Obama.
Durante el tercer debate con McCain, Obama señaló que los estadunidenses, como tantos otros pueblos, estaban hartos de las políticas y de la política, las policies y la politics, la orientación de la administración de Bush y el estilo dominante de hacer política.
Tiene razón. Los pueblos están enterrando al mismo tiempo el neoliberalismo y el estilo dominante de hacer política, con el ataque sucio a los contrarios, la exaltación acrítica de los propios y el abierto predominio de la mercadotecnia política, la falta de información y los “poderes fácticos”.
Consciente de ello, Obama inspiró y concertó una organización ciudadana sin precedentes en Estados Unidos: millones de personas, hasta entonces entregadas a la indiferencia cínica, apelaron a sus propias tradiciones para hacer una forma de minga y llevarlo al triunfo. Algunos lo hicieron sin rendirse al juego. Estaban convencidos de que, a pesar de sus notables habilidades, Obama no podría cambiar las cosas en Washington: nadie puede realizar, desde arriba, los cambios que hacen falta. Pero pensaban que, en la circunstancia, podría articular la organización en la base social e inspirar formas de movilización que tendrían la potencialidad de convertirse en movimiento. A eso le apostaron y en eso están.
Pero otros muchos se dejaron llevar por la fascinación de un líder carismático y el 4 de noviembre se retiraron, satisfechos, a esperar los resultados de la proeza a la que contribuyeron. Empezaron así a disolverla, a convertirla en su contrario. El propio Obama, en su espléndido discurso de esa noche, estaría respaldando una actitud que les ata las manos y lo lleva en la dirección equivocada al celebrar sin reservas ni matices un ejercicio democrático que ese mismo día había mostrado sus incontables deficiencias y al reiterar sin pudor elementos centrales del viejo discurso imperial de Estados Unidos.
Es hora de minga. No es el tiempo de líderes carismáticos, vanguardias iluminadas o reacomodos institucionales. Sólo juntos, desde abajo y a la izquierda, podemos hacer frente a las innumerables catástrofes que nos agobian y se agravan continuamente.
Gustavo Esteva gustavoesteva@gmail.com
Es hora de minga
El mensaje no puede ser más claro: es hora de minga –de tequio, del esfuerzo compartido por el bien común.
“El modelo económico y su TLC… el régimen de terror… sus actos de barbarie… las leyes para robar, empobrecer y despojar… el incumplimiento de la palabra empleada desde siempre para engañar…(todo eso) nos convoca y es un mandato.”
En su comunicado del 7 de noviembre, la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca (ACIN) se refiere a Colombia, pero sus palabras pueden igualmente referirse a México y a casi todas partes. Estamos en la Cuarta Guerra Mundial, de la que nos advirtieron hace tiempo los zapatistas: una guerra sin frente, la primera realmente total, guiada por la codicia sin límite, la rapacidad y la destrucción cínica de la naturaleza, la ética y la dignidad.
“El que manda y decide es el pueblo”, subraya la ACIN. “Son todos los sectores que concuerdan… con la decisión de tejer una agenda, de convertir un país con dueños en un país de los pueblos. Por eso la minga de los pueblos: aunque algunos pretendan otra cosa, no es la agenda de un sector, o de unos líderes, o de algunas instituciones o personas. No sería minga si ese fuera el camino. Sería a lo sumo remplazar a los que mandan por otros. Eso no es lo que dice la agenda… Si hay una sola persona o un solo sector que se sienta capaz de asumir toda esta tarea no ha entendido la minga, no reconoce la agenda, ni sus propias capacidades y limitaciones. A remplazar la mentira con los hechos. Minga para que podamos hacer minga.
“Quienes escribimos estas líneas desde un rincón orientado por el compromiso, la humildad y la decisión tomada, nos negamos a asumir la responsabilidad como indígenas de cargar con el peso de toda la lucha y rechazamos también a quienes pretenden liderar desde un sector y controlar la minga.
“Desde la capacidad, el dolor y la experiencia, desde la necesidad y la sabiduría, vamos a coordinarnos para que la minga sea el camino y los pueblos el medio para realizarla. Las mingas no tienen dueños. Son de los pueblos.
“Las palabras sin acción son vacías. La acción sin palabras es ciega. Las palabras y la acción por fuera del espíritu y mandato de la comunidad son la muerte.”
La ACIN circuló este mensaje con sentido de urgencia. “Solos no podemos”, subrayaron. “O hacemos minga o no cambia nada.” (www.nasaacin.org/noticias.htm?x=9103) De eso se trata hoy. En todas partes. Como puede verse, por ejemplo, en el riesgo Obama.
Durante el tercer debate con McCain, Obama señaló que los estadunidenses, como tantos otros pueblos, estaban hartos de las políticas y de la política, las policies y la politics, la orientación de la administración de Bush y el estilo dominante de hacer política.
Tiene razón. Los pueblos están enterrando al mismo tiempo el neoliberalismo y el estilo dominante de hacer política, con el ataque sucio a los contrarios, la exaltación acrítica de los propios y el abierto predominio de la mercadotecnia política, la falta de información y los “poderes fácticos”.
Consciente de ello, Obama inspiró y concertó una organización ciudadana sin precedentes en Estados Unidos: millones de personas, hasta entonces entregadas a la indiferencia cínica, apelaron a sus propias tradiciones para hacer una forma de minga y llevarlo al triunfo. Algunos lo hicieron sin rendirse al juego. Estaban convencidos de que, a pesar de sus notables habilidades, Obama no podría cambiar las cosas en Washington: nadie puede realizar, desde arriba, los cambios que hacen falta. Pero pensaban que, en la circunstancia, podría articular la organización en la base social e inspirar formas de movilización que tendrían la potencialidad de convertirse en movimiento. A eso le apostaron y en eso están.
Pero otros muchos se dejaron llevar por la fascinación de un líder carismático y el 4 de noviembre se retiraron, satisfechos, a esperar los resultados de la proeza a la que contribuyeron. Empezaron así a disolverla, a convertirla en su contrario. El propio Obama, en su espléndido discurso de esa noche, estaría respaldando una actitud que les ata las manos y lo lleva en la dirección equivocada al celebrar sin reservas ni matices un ejercicio democrático que ese mismo día había mostrado sus incontables deficiencias y al reiterar sin pudor elementos centrales del viejo discurso imperial de Estados Unidos.
Es hora de minga. No es el tiempo de líderes carismáticos, vanguardias iluminadas o reacomodos institucionales. Sólo juntos, desde abajo y a la izquierda, podemos hacer frente a las innumerables catástrofes que nos agobian y se agravan continuamente.
Magistrados cancelando la vía democrática.
La Jornada
John M. Ackerman
El tribunal de la impunidad
Con la coronación de Jesús Ortega como presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha validado una vez más la creciente desconfianza social en nuestras autoridades electorales. Al dar un espaldarazo a la impunidad, los magistrados atizan la conflictividad política y envían a una parte importante de la izquierda de nuevo a las calles.
La elección para la presidencia del PRD fue a todas luces un cochinero. Aun los magistrados electorales aceptan que 22 por ciento de las casillas presentaron irregularidades suficientemente graves para ameritar su anulación, y a esta cifra habría que agregar otro 5 por ciento de casillas que ni siquiera fueron instaladas. Sin embargo, tal como lo hizo en la calificación de la elección presidencial de 2006, el tribunal declaró sin más que estas irregularidades no fueron “determinantes” en el resultado de la elección. Increíblemente, tomó esta decisión sin abrir un solo paquete electoral o realizar diligencias especializadas para averiguar hasta dónde las anomalías pudieron haber afectado el cómputo.
El tribunal consideró que la notoria presencia de casillas irregulares por sí misma no afectaba la certeza de la elección. Siguiendo esta lógica, también podría ser perfectamente válida una elección en la que se anularan 50, 70 u 80 por ciento de las casillas. Incluso, este tribunal muy probablemente llegaría a validar una elección con 99 por ciento de casillas impugnadas, siempre y cuando quedara un par de ellas no cuestionadas. Si continuamos por este camino, pronto podríamos encontrarnos ante el inverosímil escenario de tener un presidente de la República electo por un solo voto.
Esta laxitud de cara a evidentes ilegalidades implica un indudable retroceso en la historia de la justicia electoral en el país. Durante la época de oro del tribunal, los magistrados construyeron la tesis de la “nulidad abstracta” que sostuvo que era factible anular una elección cuando existieran violaciones a los principios constitucionales en materia electoral e inclusive en el caso de que las irregularidades no estuvieran contempladas explícitamente en la legislación como causales de nulidad. Anteponiendo una valiosa defensa del espíritu democrático, este argumento fue utilizado para anular las elecciones de Tabasco, entre otras.
Ahora, con los fallos de la elección presidencial de 2006 y del proceso interno del PRD, pareciera que el tribunal se encuentra construyendo una jurisprudencia exactamente inversa, que podríamos bautizar como la causal de la “validez abstracta”.
Tal tesis argumentaría que toda elección es válida, independientemente de que se acrediten graves violaciones a los principios constitucionales e incluso en el caso de que existan disposiciones legales que explícitamente exijan la anulación de una elección. Esta nueva tesis también justificaría la molicie y pasividad de la justicia electoral en la investigación y el esclarecimiento de los resultados.
Pero además de validar un cochinero, los magistrados también se impusieron a los más de un millón de militantes que emitieron su sufragio en la elección del PRD. Los integrantes del pleno del tribunal fácilmente pudieron haber devuelto el expediente a las instancias partidarias para que ahondaran en sus investigaciones y esclarecieran ellas mismas los cómputos. No obstante, desde un enfoque eminentemente paternalista, decidieron “darle certeza” al PRD y ser ellos los encargados de nombrar al máximo dirigente del partido. Tal exceso del TEPJF contrasta de manera sospechosa con su franca pasividad respecto de la investigación de las irregularidades y la posibilidad de un nuevo recuento de la votación.
Los magistrados también abdicaron a su responsabilidad de velar por el cumplimiento de la Constitución al validar sin más la referencia a la “determinancia” incluida en el reglamento de elecciones del PRD. Un reglamento de un partido político nunca se puede colocar por encima de la Constitución y los principios rectores de certeza y legalidad. También habría que recordar que la nueva redacción del artículo 99 de la Carta Magna ya otorga al tribunal la atribución de inaplicar disposiciones legales que contradigan la Constitución.
Los magistrados no han dudado en ejercer este poder en otros casos, por ejemplo cuando validaron la candidatura de Jorge Hank Rhon en Baja California (aun antes de las reformas al artículo 99) o cuando defendieron la inmovilidad de los consejeros y magistrados electorales hace unos meses. La negativa a hacerlo en el caso del partido del sol azteca demuestra que las señoras y señores magistrados tienen un doble rasero.
Con este fallo, el TEPJFl apuesta políticamente a Jesús Ortega y de paso expide una licencia de impunidad a todos los partidos y actores políticos, a ser usada en las elecciones de 2009.
John M. Ackerman
El tribunal de la impunidad
Con la coronación de Jesús Ortega como presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha validado una vez más la creciente desconfianza social en nuestras autoridades electorales. Al dar un espaldarazo a la impunidad, los magistrados atizan la conflictividad política y envían a una parte importante de la izquierda de nuevo a las calles.
La elección para la presidencia del PRD fue a todas luces un cochinero. Aun los magistrados electorales aceptan que 22 por ciento de las casillas presentaron irregularidades suficientemente graves para ameritar su anulación, y a esta cifra habría que agregar otro 5 por ciento de casillas que ni siquiera fueron instaladas. Sin embargo, tal como lo hizo en la calificación de la elección presidencial de 2006, el tribunal declaró sin más que estas irregularidades no fueron “determinantes” en el resultado de la elección. Increíblemente, tomó esta decisión sin abrir un solo paquete electoral o realizar diligencias especializadas para averiguar hasta dónde las anomalías pudieron haber afectado el cómputo.
El tribunal consideró que la notoria presencia de casillas irregulares por sí misma no afectaba la certeza de la elección. Siguiendo esta lógica, también podría ser perfectamente válida una elección en la que se anularan 50, 70 u 80 por ciento de las casillas. Incluso, este tribunal muy probablemente llegaría a validar una elección con 99 por ciento de casillas impugnadas, siempre y cuando quedara un par de ellas no cuestionadas. Si continuamos por este camino, pronto podríamos encontrarnos ante el inverosímil escenario de tener un presidente de la República electo por un solo voto.
Esta laxitud de cara a evidentes ilegalidades implica un indudable retroceso en la historia de la justicia electoral en el país. Durante la época de oro del tribunal, los magistrados construyeron la tesis de la “nulidad abstracta” que sostuvo que era factible anular una elección cuando existieran violaciones a los principios constitucionales en materia electoral e inclusive en el caso de que las irregularidades no estuvieran contempladas explícitamente en la legislación como causales de nulidad. Anteponiendo una valiosa defensa del espíritu democrático, este argumento fue utilizado para anular las elecciones de Tabasco, entre otras.
Ahora, con los fallos de la elección presidencial de 2006 y del proceso interno del PRD, pareciera que el tribunal se encuentra construyendo una jurisprudencia exactamente inversa, que podríamos bautizar como la causal de la “validez abstracta”.
Tal tesis argumentaría que toda elección es válida, independientemente de que se acrediten graves violaciones a los principios constitucionales e incluso en el caso de que existan disposiciones legales que explícitamente exijan la anulación de una elección. Esta nueva tesis también justificaría la molicie y pasividad de la justicia electoral en la investigación y el esclarecimiento de los resultados.
Pero además de validar un cochinero, los magistrados también se impusieron a los más de un millón de militantes que emitieron su sufragio en la elección del PRD. Los integrantes del pleno del tribunal fácilmente pudieron haber devuelto el expediente a las instancias partidarias para que ahondaran en sus investigaciones y esclarecieran ellas mismas los cómputos. No obstante, desde un enfoque eminentemente paternalista, decidieron “darle certeza” al PRD y ser ellos los encargados de nombrar al máximo dirigente del partido. Tal exceso del TEPJF contrasta de manera sospechosa con su franca pasividad respecto de la investigación de las irregularidades y la posibilidad de un nuevo recuento de la votación.
Los magistrados también abdicaron a su responsabilidad de velar por el cumplimiento de la Constitución al validar sin más la referencia a la “determinancia” incluida en el reglamento de elecciones del PRD. Un reglamento de un partido político nunca se puede colocar por encima de la Constitución y los principios rectores de certeza y legalidad. También habría que recordar que la nueva redacción del artículo 99 de la Carta Magna ya otorga al tribunal la atribución de inaplicar disposiciones legales que contradigan la Constitución.
Los magistrados no han dudado en ejercer este poder en otros casos, por ejemplo cuando validaron la candidatura de Jorge Hank Rhon en Baja California (aun antes de las reformas al artículo 99) o cuando defendieron la inmovilidad de los consejeros y magistrados electorales hace unos meses. La negativa a hacerlo en el caso del partido del sol azteca demuestra que las señoras y señores magistrados tienen un doble rasero.
Con este fallo, el TEPJFl apuesta políticamente a Jesús Ortega y de paso expide una licencia de impunidad a todos los partidos y actores políticos, a ser usada en las elecciones de 2009.
México. "¡ El avión !"
La Jornada
Carlos Fazio
¡El avión!
Dice Hans M. Enzensberger que “tan pronto como la criminalidad se organiza, se convierte, tendenciosamente, en un Estado dentro del Estado”. La frase remite al México actual, con sus distintos niveles de violencia reguladora. Con algunas puntualizaciones: cuando en enero de 2007 Felipe Calderón sacó al Ejército de los cuarteles y declaró su “guerra” al crimen organizado, el país entró en una fase de “colombianización”. Pero ya antes, desde mediados del sexenio de Carlos Salinas, cuando de la mano de la “narcotización” de la política surgió una nueva economía criminal, se había venido incubando un larvado proceso de desintegración de la sociedad en el marco de la conformación de un nuevo Estado oligárquico autoritario de tipo delincuencial y mafioso.
Los últimos hechos, incluidas las revelaciones sobre la infiltración de grupos criminales al más alto nivel de las fuerzas armadas, la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública, así como la polémica en torno a si las muertes de Juan Camilo Mouriño y José Luis Santiago Vasconcelos fueron producto de accidente o sabotaje, exhiben dinámicas complejas y mezclas muy íntimas entre las estructuras criminales y estatales, donde una amplia red de actores está completamente integrada en los niveles operativos de la economía criminal.
En ese contexto, la imagen que muestra un aparato estatal asediado por criminales “en busca de protección para sus viles actos”, o que le “ha declarado la guerra al Estado”, carece de veracidad. Tampoco se trata de una guerra de buenos contra malos: es una guerra de malos contra malos por la regulación del mercado.
“¿Dónde se origina la mafia?”, se preguntaba Pável Voshchanov. Y respondía: “Es simple: comienza con los intereses comunes de políticos, hombres de negocios y gánsters. Todos los demás son rehenes de esta sagrada alianza”. Se trata de una nueva manifestación del “capitalismo salvaje”, que no respeta ninguna forma de regulación de naturaleza jurídica o moral. Cuando y donde no hay regulación y control por parte de la fuerza legítima del Estado, se impone el control despiadado y caótico de las fuerzas ilegítimas de grupos privados violentos. Se privatizan el poder y la seguridad. Los mercados sin restricciones equivalen a sociedades salvajes, donde se libra una guerra de todos contra todos.
La escasez de legalidad produce la contra-institucionalización del gobierno criminal. Según Giulio Sapelli, un gobierno criminal “crea, con un mercado propio, una clase política propia, que regula, administra y reproduce el sistema”. El elemento fundamental de la corrupción son las empresas, pues son las constructoras sociales de los mercados, del monopolio y del oligopolio. Se trata de empresas ilegales, que adquieren –como ha demostrado Pino Arlacchi en el caso mafioso italiano, y sobran ejemplos en México– ventajas competitivas a través de la violencia, la evasión fiscal y tributaria, la circulación de enormes masas de capital que derivan de actividades ilícitas, entre las que destaca el narcotráfico. Lo que caracteriza a la economía mafiosa, y por ende la relación entre individuos y empresas dentro de ese sistema y con la economía en su conjunto, es una acentuada competencia; pero el arma fundamental de esa competencia está representada por la violencia reguladora, que incluye la muerte, sea por accidente, gastritis aguda, sabotaje o descuartizamiento.
En cuanto a redes delincuenciales, el caso más sonado de los últimos años es el de la famiglia Salinas, que de acuerdo con las investigaciones de la justicia suiza involucró, entre otros, al jefe del clan, Raúl Salinas Lozano, y a sus hijos Carlos y Raúl Salinas de Gortari, así como a una larga lista de gobernantes, políticos, empresarios, banqueros, militares, policías, representantes de la justicia y capos del narcotráfico. Muchos de ellos siguen funcionando dentro del sistema, se han reciclado, y otros murieron víctimas de la violencia propia de ese tipo de empresas criminales.
Ante el resquebrajamiento del antiguo régimen, las facciones, mafias y organizaciones criminales que formaron parte de la llamada “familia revolucionaria” en el interior del PRI –en un juego de equilibrios, acuerdos y complicidades– cobraron autonomía y multiplicaron su poder. El desgaste del viejo modelo se hizo evidente en 1993-94, periodo en el que se produjeron tres crímenes de Estado: los asesinatos del cardenal Posadas, Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu. A partir de allí la violencia se generalizó y exhibe, hoy, que no se ha podido disciplinar o conciliar con los jefes de los distintos clanes o familias que controlan el millonario negocio criminal. Es decir, que no se ha podido consolidar el antiguo pacto mafioso y que –para citar a un clásico– los demonios siguen sueltos.
Cabe enfatizar que las mafias criminales –de las que el narcotráfico es sólo su expresión más visible– no son un fenómeno aislado de la sociedad o una “conspiración” de maleantes en un Estado limpio, sino más bien una especie de empresa de carácter ilegal, con un pie bien implantado en los sectores cruciales de la sociedad y del Estado: el mundo financiero, los negocios, la clase política, los cuerpos de seguridad y el aparato judicial. Como buenas vacas lecheras, los capos de la droga son protegidos, se les ordeña y, cuando ya no sirven, se les mete a la cárcel o se les manda a la carnicería. No se trata, pues, de Los Zetas o Los Pelones. La violencia actual tiene que ver con la ruptura de la antigua regulación de los pactos inter oligárquicos. El viejo modelo de dominación cleptocrático, basado en las conexiones oligopólicas y monopólicas con el clientelismo político, se agotó. Por eso la violencia desestabilizadora provocada por las pugnas y traiciones intermafias alcanza los niveles superiores de la cadena criminal-corruptora, colapsa instituciones y genera turbulencias que, de manera misteriosa, puede hasta tirar aviones. El cambio en Bucareli podría propiciar una tregua.
Carlos Fazio
¡El avión!
Dice Hans M. Enzensberger que “tan pronto como la criminalidad se organiza, se convierte, tendenciosamente, en un Estado dentro del Estado”. La frase remite al México actual, con sus distintos niveles de violencia reguladora. Con algunas puntualizaciones: cuando en enero de 2007 Felipe Calderón sacó al Ejército de los cuarteles y declaró su “guerra” al crimen organizado, el país entró en una fase de “colombianización”. Pero ya antes, desde mediados del sexenio de Carlos Salinas, cuando de la mano de la “narcotización” de la política surgió una nueva economía criminal, se había venido incubando un larvado proceso de desintegración de la sociedad en el marco de la conformación de un nuevo Estado oligárquico autoritario de tipo delincuencial y mafioso.
Los últimos hechos, incluidas las revelaciones sobre la infiltración de grupos criminales al más alto nivel de las fuerzas armadas, la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública, así como la polémica en torno a si las muertes de Juan Camilo Mouriño y José Luis Santiago Vasconcelos fueron producto de accidente o sabotaje, exhiben dinámicas complejas y mezclas muy íntimas entre las estructuras criminales y estatales, donde una amplia red de actores está completamente integrada en los niveles operativos de la economía criminal.
En ese contexto, la imagen que muestra un aparato estatal asediado por criminales “en busca de protección para sus viles actos”, o que le “ha declarado la guerra al Estado”, carece de veracidad. Tampoco se trata de una guerra de buenos contra malos: es una guerra de malos contra malos por la regulación del mercado.
“¿Dónde se origina la mafia?”, se preguntaba Pável Voshchanov. Y respondía: “Es simple: comienza con los intereses comunes de políticos, hombres de negocios y gánsters. Todos los demás son rehenes de esta sagrada alianza”. Se trata de una nueva manifestación del “capitalismo salvaje”, que no respeta ninguna forma de regulación de naturaleza jurídica o moral. Cuando y donde no hay regulación y control por parte de la fuerza legítima del Estado, se impone el control despiadado y caótico de las fuerzas ilegítimas de grupos privados violentos. Se privatizan el poder y la seguridad. Los mercados sin restricciones equivalen a sociedades salvajes, donde se libra una guerra de todos contra todos.
La escasez de legalidad produce la contra-institucionalización del gobierno criminal. Según Giulio Sapelli, un gobierno criminal “crea, con un mercado propio, una clase política propia, que regula, administra y reproduce el sistema”. El elemento fundamental de la corrupción son las empresas, pues son las constructoras sociales de los mercados, del monopolio y del oligopolio. Se trata de empresas ilegales, que adquieren –como ha demostrado Pino Arlacchi en el caso mafioso italiano, y sobran ejemplos en México– ventajas competitivas a través de la violencia, la evasión fiscal y tributaria, la circulación de enormes masas de capital que derivan de actividades ilícitas, entre las que destaca el narcotráfico. Lo que caracteriza a la economía mafiosa, y por ende la relación entre individuos y empresas dentro de ese sistema y con la economía en su conjunto, es una acentuada competencia; pero el arma fundamental de esa competencia está representada por la violencia reguladora, que incluye la muerte, sea por accidente, gastritis aguda, sabotaje o descuartizamiento.
En cuanto a redes delincuenciales, el caso más sonado de los últimos años es el de la famiglia Salinas, que de acuerdo con las investigaciones de la justicia suiza involucró, entre otros, al jefe del clan, Raúl Salinas Lozano, y a sus hijos Carlos y Raúl Salinas de Gortari, así como a una larga lista de gobernantes, políticos, empresarios, banqueros, militares, policías, representantes de la justicia y capos del narcotráfico. Muchos de ellos siguen funcionando dentro del sistema, se han reciclado, y otros murieron víctimas de la violencia propia de ese tipo de empresas criminales.
Ante el resquebrajamiento del antiguo régimen, las facciones, mafias y organizaciones criminales que formaron parte de la llamada “familia revolucionaria” en el interior del PRI –en un juego de equilibrios, acuerdos y complicidades– cobraron autonomía y multiplicaron su poder. El desgaste del viejo modelo se hizo evidente en 1993-94, periodo en el que se produjeron tres crímenes de Estado: los asesinatos del cardenal Posadas, Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu. A partir de allí la violencia se generalizó y exhibe, hoy, que no se ha podido disciplinar o conciliar con los jefes de los distintos clanes o familias que controlan el millonario negocio criminal. Es decir, que no se ha podido consolidar el antiguo pacto mafioso y que –para citar a un clásico– los demonios siguen sueltos.
Cabe enfatizar que las mafias criminales –de las que el narcotráfico es sólo su expresión más visible– no son un fenómeno aislado de la sociedad o una “conspiración” de maleantes en un Estado limpio, sino más bien una especie de empresa de carácter ilegal, con un pie bien implantado en los sectores cruciales de la sociedad y del Estado: el mundo financiero, los negocios, la clase política, los cuerpos de seguridad y el aparato judicial. Como buenas vacas lecheras, los capos de la droga son protegidos, se les ordeña y, cuando ya no sirven, se les mete a la cárcel o se les manda a la carnicería. No se trata, pues, de Los Zetas o Los Pelones. La violencia actual tiene que ver con la ruptura de la antigua regulación de los pactos inter oligárquicos. El viejo modelo de dominación cleptocrático, basado en las conexiones oligopólicas y monopólicas con el clientelismo político, se agotó. Por eso la violencia desestabilizadora provocada por las pugnas y traiciones intermafias alcanza los niveles superiores de la cadena criminal-corruptora, colapsa instituciones y genera turbulencias que, de manera misteriosa, puede hasta tirar aviones. El cambio en Bucareli podría propiciar una tregua.
domingo, noviembre 16, 2008
"Organizar un Frente Único".
La Jornada
Guillermo Almeyra
¿Cómo preparar una alternativa en México?
Las repercusiones de la crisis mundial se hacen ya sentir fuertemente con las suspensiones en la Nissan y en la Ford, la caída del precio del petróleo, la reducción de las remesas y del turismo. Cuando la crisis aún no ha empezado su peor fase, el Estado, que basa sus impuestos en Pemex, deberá reducir sus pagos a proveedores (que a su vez despedirán personal), disminuir las obras públicas y los fondos para educación y sanidad, aumentar aún más los destinados a policía y fuerzas armadas. Lo hará, para colmo, con un gobierno nacido del fraude y que perderá aún más apoyo con su impotencia y con sus políticas sociales antipopulares. Quedan cuatro años de un gobierno ilegítimo golpeado por avionazos y por su desprestigio, y es muy improbable que pueda seguir como hasta ahora e incluso que los termine. Su mayor éxito –cooptar a la dirección del PRD y hacer que ese partido votase todas sus leyes peores, incluida la ley Televisa– se va por el caño ante la muy seria posibilidad de que los ex votantes del PRD sigan a López Obrador en la construcción de un aparato político con otras siglas, y lo que quede del PRD vaya directamente, o como grupo palero, hacia el PRI (salvo unos pocos que saltarán directamente al carro del PAN).
El gobierno no prevé los grandes acontecimientos mundiales (le apostó a McCain y lo recibió); no prevé el curso de la economía estadunidense, a pesar de que México depende de ésta; no gobierna e, incapaz de vencer al narcotráfico, parece haber pactado con éste al nombrar en Gobernación a un gran defensor de delincuentes. Con unas fuerzas armadas inquietas porque son obligadas a hacer de policía y que ven la infiltración de la delincuencia en los mandos represivos y con un país que rechaza al gobierno como un cuerpo ajeno, ¿cuál “normalidad” o legalidad podemos esperar? Ahí está, entre otras ofensas intolerables al pueblo mexicano que algún día el régimen deberá pagar, la prueba aberrante de la condena brutal a los de Atenco, queriendo amedrentar y hacer un escarmiento de clase, mientras a los policías violadores, torturadores, asesinos que los reprimieron nada se les hace.
Frente a un gobierno autista, que se contenta con durar un día más, y a una supuesta oposición perredista que no puede arrastrarse más por el lodo porque debería hundirse en la tierra, ¿qué queda? ¿Esperar el agravamiento brutal de la crisis económica, con despidos masivos y sin la válvula de escape de la emigración? ¿Creer en Santa Clos y aguardar unas elecciones improbables y, si se hacen, fraudulentas, para barrer al PRIAN-chuchos de las Cámaras? ¿Seguir con el sistema lópezobradorista de sístole-diástole, de convocatoria y desconvocatoria, para mostrar los músculos organizativos al poder pero con la firme intención de no mover nada, esperando que el gobierno caiga como una pera madura?
Ahí están, sin embargo, los maestros en lucha en diferentes estados y en plantón en el DF; ahí está la permanente resistencia oaxaqueña, a pesar de la represión contra la APPO; ahí están los indígenas zapatistas, encerrados y mudos en sus juntas de buen gobierno, esperando el inevitable mazazo que el gobierno les reserva; ahí están los sectores estudiantiles en lucha que tratan de reanimarse y de reflexionar; ahí está la insistente y heroica resistencia de las adelitas y los adelitos que vuelcan en el aparato organizativo obradorista su capacidad de lucha y su voluntad de defender la democracia y las viejas conquistas. La alternativa puede y debe salir de ahí: de la movilización unificada y la autorganización democrática y plural, en un frente único, de todos estos sectores.
AMLO propone un programa mínimo de renovación nacional. Aparte de que el mismo no incluye nada para los emigrantes mexicanos ni contempla nada sobre Estados Unidos; no toca a los banqueros en cuyas manos deja esa estafa que son las Afore; no dice nada sobre la formación de una corriente democrática, anticharra y antiladrones de alto bordo, en Pemex; no habla de la libertad de los presos políticos ni plantea contra la desocupación el rechazo de las suspensiones y contra la carestía un aumento generalizado de salarios; la idea misma de un proyecto alternativo es correcta y es defendida también por el Diálogo Nacional, o sea por las corrientes sindicales y políticas a las que AMLO no se refiere. Por consiguiente, además de reformular un texto común alternativo poniéndole como eje la libertad de todos los presos políticos, la defensa de las libertades y de las conquistas y la autorganización de obreros, funcionarios, estudiantes, campesinos, indígenas para conseguir implantarlo, es indispensable sumar fuerzas políticas y sociales para esa alternativa. ¿No es posible acaso golpear juntos aunque marchando separados, es decir, combatir unidos para organizar un frente único por un proyecto alternativo, llamando a actuar en común al Frente Nacional contra la Represión, a las organizaciones del diálogo nacional, a la otra campaña y el EZLN, a la CND lópezobradorista, a los sindicatos y organizaciones indígenas y combativas en lucha? Que cada uno asuma su responsabilidad si prefiere rechazar un llamado unitario de este tipo y diga entonces claramente que espera que el capital solucione por sí mismo sus problemas a costa de todos o que el gobierno acabe de hundir el país. Por lo menos idenficaríamos mejor a los hipócritas.
Guillermo Almeyra
¿Cómo preparar una alternativa en México?
Las repercusiones de la crisis mundial se hacen ya sentir fuertemente con las suspensiones en la Nissan y en la Ford, la caída del precio del petróleo, la reducción de las remesas y del turismo. Cuando la crisis aún no ha empezado su peor fase, el Estado, que basa sus impuestos en Pemex, deberá reducir sus pagos a proveedores (que a su vez despedirán personal), disminuir las obras públicas y los fondos para educación y sanidad, aumentar aún más los destinados a policía y fuerzas armadas. Lo hará, para colmo, con un gobierno nacido del fraude y que perderá aún más apoyo con su impotencia y con sus políticas sociales antipopulares. Quedan cuatro años de un gobierno ilegítimo golpeado por avionazos y por su desprestigio, y es muy improbable que pueda seguir como hasta ahora e incluso que los termine. Su mayor éxito –cooptar a la dirección del PRD y hacer que ese partido votase todas sus leyes peores, incluida la ley Televisa– se va por el caño ante la muy seria posibilidad de que los ex votantes del PRD sigan a López Obrador en la construcción de un aparato político con otras siglas, y lo que quede del PRD vaya directamente, o como grupo palero, hacia el PRI (salvo unos pocos que saltarán directamente al carro del PAN).
El gobierno no prevé los grandes acontecimientos mundiales (le apostó a McCain y lo recibió); no prevé el curso de la economía estadunidense, a pesar de que México depende de ésta; no gobierna e, incapaz de vencer al narcotráfico, parece haber pactado con éste al nombrar en Gobernación a un gran defensor de delincuentes. Con unas fuerzas armadas inquietas porque son obligadas a hacer de policía y que ven la infiltración de la delincuencia en los mandos represivos y con un país que rechaza al gobierno como un cuerpo ajeno, ¿cuál “normalidad” o legalidad podemos esperar? Ahí está, entre otras ofensas intolerables al pueblo mexicano que algún día el régimen deberá pagar, la prueba aberrante de la condena brutal a los de Atenco, queriendo amedrentar y hacer un escarmiento de clase, mientras a los policías violadores, torturadores, asesinos que los reprimieron nada se les hace.
Frente a un gobierno autista, que se contenta con durar un día más, y a una supuesta oposición perredista que no puede arrastrarse más por el lodo porque debería hundirse en la tierra, ¿qué queda? ¿Esperar el agravamiento brutal de la crisis económica, con despidos masivos y sin la válvula de escape de la emigración? ¿Creer en Santa Clos y aguardar unas elecciones improbables y, si se hacen, fraudulentas, para barrer al PRIAN-chuchos de las Cámaras? ¿Seguir con el sistema lópezobradorista de sístole-diástole, de convocatoria y desconvocatoria, para mostrar los músculos organizativos al poder pero con la firme intención de no mover nada, esperando que el gobierno caiga como una pera madura?
Ahí están, sin embargo, los maestros en lucha en diferentes estados y en plantón en el DF; ahí está la permanente resistencia oaxaqueña, a pesar de la represión contra la APPO; ahí están los indígenas zapatistas, encerrados y mudos en sus juntas de buen gobierno, esperando el inevitable mazazo que el gobierno les reserva; ahí están los sectores estudiantiles en lucha que tratan de reanimarse y de reflexionar; ahí está la insistente y heroica resistencia de las adelitas y los adelitos que vuelcan en el aparato organizativo obradorista su capacidad de lucha y su voluntad de defender la democracia y las viejas conquistas. La alternativa puede y debe salir de ahí: de la movilización unificada y la autorganización democrática y plural, en un frente único, de todos estos sectores.
AMLO propone un programa mínimo de renovación nacional. Aparte de que el mismo no incluye nada para los emigrantes mexicanos ni contempla nada sobre Estados Unidos; no toca a los banqueros en cuyas manos deja esa estafa que son las Afore; no dice nada sobre la formación de una corriente democrática, anticharra y antiladrones de alto bordo, en Pemex; no habla de la libertad de los presos políticos ni plantea contra la desocupación el rechazo de las suspensiones y contra la carestía un aumento generalizado de salarios; la idea misma de un proyecto alternativo es correcta y es defendida también por el Diálogo Nacional, o sea por las corrientes sindicales y políticas a las que AMLO no se refiere. Por consiguiente, además de reformular un texto común alternativo poniéndole como eje la libertad de todos los presos políticos, la defensa de las libertades y de las conquistas y la autorganización de obreros, funcionarios, estudiantes, campesinos, indígenas para conseguir implantarlo, es indispensable sumar fuerzas políticas y sociales para esa alternativa. ¿No es posible acaso golpear juntos aunque marchando separados, es decir, combatir unidos para organizar un frente único por un proyecto alternativo, llamando a actuar en común al Frente Nacional contra la Represión, a las organizaciones del diálogo nacional, a la otra campaña y el EZLN, a la CND lópezobradorista, a los sindicatos y organizaciones indígenas y combativas en lucha? Que cada uno asuma su responsabilidad si prefiere rechazar un llamado unitario de este tipo y diga entonces claramente que espera que el capital solucione por sí mismo sus problemas a costa de todos o que el gobierno acabe de hundir el país. Por lo menos idenficaríamos mejor a los hipócritas.
México.¡ Más y más Organización Social!
La Jornada
Arnaldo Córdova
El cinismo panista
La secretaria de Energía, Georgina Kessel, fue a decir al foro empresarial de Monterrey que se dio en días pasados, que las reformas en materia energética que se aprobaron recientemente fueron exactamente las que deseaba el gobierno de Calderón; afirmó que ahora se podrá contratar con mayor flexibilidad y, además, se podrán otorgar estímulos a las empresas encargadas por contrato de la exploración y extracción de hidrocarburos. Se obtuvo lo que se quería, concordando con lo que los gobiernos federales han venido realizando, vale decir, entregar las actividades petroleras a los privados. Que es lo que se ha venido haciendo, dijo, lo muestra el hecho de que 70 por ciento de esas actividades están ya en manos privadas.
O la secretaria carece de entendimiento y todavía no comprende lo que ha pasado o es una ignorante sin remedio y nadie le ha leído todavía los textos de reforma o, en fin, es una cínica desvergonzada que lo que nos está diciendo es que las reformas aprobadas, para ella, valen un comino y se seguirá haciendo lo que hasta hoy, violando la Constitución y sus leyes, vale decir, entregar todas las actividades petroleras a las compañías privadas. Creo que son las tres cosas juntas. Si se ve el catálogo de esas compañías podrá fácilmente apreciarse que todas ellas son extranjeras (Schlumberger, Halliburton y otras).
En primer lugar, para todo mundo quedó claro que las reformas propuestas por Calderón (y también por el PRI) no pasaron, excepto en algunas de sus partes que ya se han señalado. Calderón proponía que refinerías, ductos y centros de almacenamiento quedaran en propiedad de privados; en las reformas se sostiene el concepto constitucional de que sólo Pemex los tendrá. Calderón proponía contratos de riesgo enmascarados como contratos incentivados y otras acepciones igualmente crípticas e hipócritas; eso no pasó, pues se precisó que los contratos serían sólo de servicios o por obra determinada.
Vale la pena recordar, al respecto, que el artículo 60 de la Ley de Pemex otorga compensaciones a contratistas si la empresa nacional obtiene economías por menor tiempo de ejecución de obras, se apropia de nuevas tecnologías de contratistas o el desempeño de éstos redunda en una mayor utilidad o un mejor resultado de la obra o servicio. Las compensaciones se establecerán a la firma del contrato. ¿De dónde saca la Kessel que el estímulo es para que los privados se esmeren más en su tarea?
Que se diga que las reformas aprobadas son “exactamente” las que Calderón propuso es querer tomarnos a todos por unos idiotas. Sugerir, por otro lado, que todo lo que se hizo fue una farsa y que las tales reformas no sirvieron para nada es exactamente lo que el gobierno quiere que todos crean y lo que los voceros empresariales han venido proclamando. Estos, por lo menos, dicen que las reformas no son lo que se necesitaba y que hay que transitar por otra vía (violar la Constitución y esas leyes reformadas que no hay intención de hacer cumplir por este gobierno, con la alcahuetería de los priístas).
Eso, sin embargo, es lo de menos. Inteligencia y entendimiento es lo que menos se puede esperar de esos panistas derechistas y proempresariales fundamentalistas que nos gobiernan. Lo que la secretaria de Energía fue a decir a Monterrey fue que ellos y sus antecesores priístas han estado violando la Constitución a ciencia y paciencia de todos y que ahora los privados tienen en sus manos 70 por ciento de actividades que la Carta Magna y sus leyes (incluidas las ahora reformadas) tienen prohibidas en la industria petrolera. Las reformas aprobadas, aun tan limitadas en ciertos aspectos, trataban, precisamente, de enmendar esa situación. El mensaje de la Kessel es claro: olvídense de reformitas, aquí se va a seguir haciendo lo mismo y ahora con licencia para matar.
Algo muy grave nos ha estado pasando desde 1992 (hace ya 16 años): entonces se empezó a violar sistemáticamente la Constitución y nadie se enteró. Se empezó a entregar la industria eléctrica a los privados y todo mundo reaccionó como si fuera lo más natural del mundo. Ahora ellos tienen entre 36 y 42 por ciento de toda la producción del fluido. Los bancos nacionales fueron malbaratados a extranjeros, y ninguno abrió la boca. Fox entregó la cuenca de Burgos a los españoles, y nadie dijo nada. El gobierno panista prefirió inundar Villahermosa en una escala jamás antes vista, con las presas del Grijalva a reventar y con las turbinas cerradas, con tal de dejar que los tiburones españoles siguieran produciendo electricidad de la más cara (con gas).
Las reformas petroleras nos dieron la primera oportunidad de reaccionar a todo ese proceso privatizador y desnacionalizador. Finalmente, nos estamos enterando de que las cosas no se están haciendo bien en este país. Lo grave es que hayamos esperado a que se tocara nuestro mito nacionalista del petróleo para que empezáramos a darnos cuenta de todo el desastre que los gobiernos nos han estado haciendo en este país. Y todo, violando la Constitución y las leyes. Y ahora se nos avisa que seguirá haciéndose.
El debate fue importante para desenmascarar la estrategia privatizadora, sobre todo en su alcance más largo. Por eso el ingeniero Cárdenas llamó a que en asuntos tan importantes como éste se lleven a cabo esos debates. Sería muy saludable para la República hoy tan deteriorada. Pero deberemos estar alertas, porque lo que la Kessel, esa hechurita de Téllez, secretario de Comunicaciones, fue a decir a Monterrey, es que para el gobierno panista, con reformas o sin reformas, el camino está ya trazado y decidido.
Ahora podrán saber quienes dijeron que exigir que ciertas prohibiciones expresas quedaran establecidas en las leyes reformadas era ridículo o que las movilizaciones cívicas eran provocadoras e inútiles, que la secretaria les está diciendo que nosotros teníamos razón; pero que a su gobierno todo eso lo tiene sin cuidado y seguirá haciendo lo que ha estado haciendo hasta ahora. Toda ley es reformable por naturaleza y nosotros seguiremos exigiendo que dichas prohibiciones se impongan. Por lo demás, ahora sabemos que hicimos bien en movilizarnos y que tenemos que seguir haciéndolo. No todo se agota en la cuestión petrolera y no hay que olvidar que tenemos deudas pendientes: Burgos, los bancos, el contrato gasero a Repsol, la inicua reforma laboral, las presas del Grijalva, cuyas turbinas están cerradas, y muchas otras cosas.
Arnaldo Córdova
El cinismo panista
La secretaria de Energía, Georgina Kessel, fue a decir al foro empresarial de Monterrey que se dio en días pasados, que las reformas en materia energética que se aprobaron recientemente fueron exactamente las que deseaba el gobierno de Calderón; afirmó que ahora se podrá contratar con mayor flexibilidad y, además, se podrán otorgar estímulos a las empresas encargadas por contrato de la exploración y extracción de hidrocarburos. Se obtuvo lo que se quería, concordando con lo que los gobiernos federales han venido realizando, vale decir, entregar las actividades petroleras a los privados. Que es lo que se ha venido haciendo, dijo, lo muestra el hecho de que 70 por ciento de esas actividades están ya en manos privadas.
O la secretaria carece de entendimiento y todavía no comprende lo que ha pasado o es una ignorante sin remedio y nadie le ha leído todavía los textos de reforma o, en fin, es una cínica desvergonzada que lo que nos está diciendo es que las reformas aprobadas, para ella, valen un comino y se seguirá haciendo lo que hasta hoy, violando la Constitución y sus leyes, vale decir, entregar todas las actividades petroleras a las compañías privadas. Creo que son las tres cosas juntas. Si se ve el catálogo de esas compañías podrá fácilmente apreciarse que todas ellas son extranjeras (Schlumberger, Halliburton y otras).
En primer lugar, para todo mundo quedó claro que las reformas propuestas por Calderón (y también por el PRI) no pasaron, excepto en algunas de sus partes que ya se han señalado. Calderón proponía que refinerías, ductos y centros de almacenamiento quedaran en propiedad de privados; en las reformas se sostiene el concepto constitucional de que sólo Pemex los tendrá. Calderón proponía contratos de riesgo enmascarados como contratos incentivados y otras acepciones igualmente crípticas e hipócritas; eso no pasó, pues se precisó que los contratos serían sólo de servicios o por obra determinada.
Vale la pena recordar, al respecto, que el artículo 60 de la Ley de Pemex otorga compensaciones a contratistas si la empresa nacional obtiene economías por menor tiempo de ejecución de obras, se apropia de nuevas tecnologías de contratistas o el desempeño de éstos redunda en una mayor utilidad o un mejor resultado de la obra o servicio. Las compensaciones se establecerán a la firma del contrato. ¿De dónde saca la Kessel que el estímulo es para que los privados se esmeren más en su tarea?
Que se diga que las reformas aprobadas son “exactamente” las que Calderón propuso es querer tomarnos a todos por unos idiotas. Sugerir, por otro lado, que todo lo que se hizo fue una farsa y que las tales reformas no sirvieron para nada es exactamente lo que el gobierno quiere que todos crean y lo que los voceros empresariales han venido proclamando. Estos, por lo menos, dicen que las reformas no son lo que se necesitaba y que hay que transitar por otra vía (violar la Constitución y esas leyes reformadas que no hay intención de hacer cumplir por este gobierno, con la alcahuetería de los priístas).
Eso, sin embargo, es lo de menos. Inteligencia y entendimiento es lo que menos se puede esperar de esos panistas derechistas y proempresariales fundamentalistas que nos gobiernan. Lo que la secretaria de Energía fue a decir a Monterrey fue que ellos y sus antecesores priístas han estado violando la Constitución a ciencia y paciencia de todos y que ahora los privados tienen en sus manos 70 por ciento de actividades que la Carta Magna y sus leyes (incluidas las ahora reformadas) tienen prohibidas en la industria petrolera. Las reformas aprobadas, aun tan limitadas en ciertos aspectos, trataban, precisamente, de enmendar esa situación. El mensaje de la Kessel es claro: olvídense de reformitas, aquí se va a seguir haciendo lo mismo y ahora con licencia para matar.
Algo muy grave nos ha estado pasando desde 1992 (hace ya 16 años): entonces se empezó a violar sistemáticamente la Constitución y nadie se enteró. Se empezó a entregar la industria eléctrica a los privados y todo mundo reaccionó como si fuera lo más natural del mundo. Ahora ellos tienen entre 36 y 42 por ciento de toda la producción del fluido. Los bancos nacionales fueron malbaratados a extranjeros, y ninguno abrió la boca. Fox entregó la cuenca de Burgos a los españoles, y nadie dijo nada. El gobierno panista prefirió inundar Villahermosa en una escala jamás antes vista, con las presas del Grijalva a reventar y con las turbinas cerradas, con tal de dejar que los tiburones españoles siguieran produciendo electricidad de la más cara (con gas).
Las reformas petroleras nos dieron la primera oportunidad de reaccionar a todo ese proceso privatizador y desnacionalizador. Finalmente, nos estamos enterando de que las cosas no se están haciendo bien en este país. Lo grave es que hayamos esperado a que se tocara nuestro mito nacionalista del petróleo para que empezáramos a darnos cuenta de todo el desastre que los gobiernos nos han estado haciendo en este país. Y todo, violando la Constitución y las leyes. Y ahora se nos avisa que seguirá haciéndose.
El debate fue importante para desenmascarar la estrategia privatizadora, sobre todo en su alcance más largo. Por eso el ingeniero Cárdenas llamó a que en asuntos tan importantes como éste se lleven a cabo esos debates. Sería muy saludable para la República hoy tan deteriorada. Pero deberemos estar alertas, porque lo que la Kessel, esa hechurita de Téllez, secretario de Comunicaciones, fue a decir a Monterrey, es que para el gobierno panista, con reformas o sin reformas, el camino está ya trazado y decidido.
Ahora podrán saber quienes dijeron que exigir que ciertas prohibiciones expresas quedaran establecidas en las leyes reformadas era ridículo o que las movilizaciones cívicas eran provocadoras e inútiles, que la secretaria les está diciendo que nosotros teníamos razón; pero que a su gobierno todo eso lo tiene sin cuidado y seguirá haciendo lo que ha estado haciendo hasta ahora. Toda ley es reformable por naturaleza y nosotros seguiremos exigiendo que dichas prohibiciones se impongan. Por lo demás, ahora sabemos que hicimos bien en movilizarnos y que tenemos que seguir haciéndolo. No todo se agota en la cuestión petrolera y no hay que olvidar que tenemos deudas pendientes: Burgos, los bancos, el contrato gasero a Repsol, la inicua reforma laboral, las presas del Grijalva, cuyas turbinas están cerradas, y muchas otras cosas.
martes, noviembre 11, 2008
México. Política de Pandillas.
La Jornada
México SA
Carlos Fernández-Vega cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
■ Ni las tragedias motivan a corregir excesos
■ El representante personal de La Ardilla
Pues nada, que ni las tragedias ni los “héroes” lo motivan a enderezar el barco, a sacar la escoba y a corregir sus excesos. Por el contrario, del íntimo Cid de los contratos petroleros pasó –luto riguroso de por medio– a palomear al representante personal de La Ardilla, otrora enemiga acérrima del cada día más solitario inquilino de Los Pinos, y hoy felizmente instalado en el gobierno de la “continuidad” al frente de la política interior. ¡Felicidades!, porque si las cosas siguen por ese rumbo nada extraordinario sería que la Coordinación de Asesores del flamante Secretario de Gobernación recayera en La Paca.
Funcionario litigante, abogado de los mil pleitos ganados con el sudor de su fuero y defensor de la elite entre la elite, Diego Fernández de Cevallos, La Ardilla, impuso heraldo en Bucareli ante la imposibilidad (sería “políticamente incorrecto”) de que él mismo se aposentara en la silla principal del Palacio de Covián. Así, por el bien de la nación, Fernando Gómez Mont y Urueta, en nombre del queretano, sustituye al “insustituible” (Calderón dixit) “bienaventurado” Juan Camilo Mouriño.
Y si Iván se sirvió con la cuchara grande, esperen los resultados de la camada que llega. Así es. La gobernación del país en manos de políticos litigantes, de abogados de grandes empresas y mayores intereses, asociados a los grandes “fracasos” de la impartición de la justicia y los barones del dinero que permanentemente la zancadillean.
Las cartas de presentación del nuevo heraldo en Bucareli hablan por sí solas: Fernando Gómez Mont fue abogado defensor de cuando menos los siguientes personajes de la siempre nítida e incorruptible clase política y empresarial del país: Carlos Cabal Peniche, El Rey del Amparo, presidente de Banco Unión y del Grupo Financiero del mismo nombre, el “empresario modelo” de Carlos Salinas de Gortari, quien en México nunca pisó la cárcel no obstante el cúmulo de denuncias en su contra, en especial la relativa a defraudación fiscal por algo así como 4 mil millones de pesos; Jorge Lankenau Rocha, presidente de Abaco Grupo Financiero (Banca Confía, en la que también participaron, entre otros, Fernando Canales Clariond, Eduardo Leaño, Alejandro Junco de la Vega y José Maiz García, suegro de Natividad González Parás, gobernador de Nuevo León), preso ocho años por los delitos de fraude, defraudación fiscal y violación a la Ley de Instituciones de Crédito; Óscar Espinosa Villarreal, ex regente del Departamento del Distrito Federal, acusado de peculado y desvío de 420 millones de pesos del erario capitalino.
Además, Rogelio Montemayor Seguy, presunto operador del Pemexgate, quien habría favorecido financieramente la campaña electoral de Francisco Labastida Ochoa por la Presidencia de la República; Gerardo de Prevoisin Legorreta, ex “hombre fuerte” de Aeroméxico (“lo fui por instrucciones de Carlos Salinas de Gortari”, según su propia declaración), que en su momento aceptó haber destinado –de manera ilegal y no precisamente de su bolsillo, sino de la aerolínea– millonarias sumas de dinero a la campaña electoral de Ernesto Zedillo por la Presidencia de la República (por aquellos tiempos, entre los accionistas de Aeroméxico aparecían Pedro Cerisola, entonces oficialmente empleado de Carlos Slim; Carlos Abedrop Dávila, ex presidente de los banqueros; Enrique Robinson Bours, Bachoco, y los hermanos coraje Gastón, Enrique y Pablo Azcárraga Andrade, hoy en Mexicana de Aviación, reprivatizada por Vicente Fox tras una década de “rescate”.
Algo más en la agenda laboral de Gómez Mont y asociados: la defensa de Carlos Salinas de Gortari y su hermano “incómodo”. A lo anterior se suma el caso del ex delegado panista en Álvaro Obregón, Luis Eduardo Zuno Chavira, hoy preso por tráfico de armas, y el del presunto defraudador del Instituto Mexicano del Seguro Social, Tomás Peñaloza Webb.
Sin duda habrá más personajes que se quedan en el tintero, pero una estrellita de Gómez Mont que no puede ser desestimada en el presuroso cuan deslucido anuncio de ayer en Los Pinos: cercano a Calderón en la crisis poselectoral de 2006, el ahora Secretario de Gobernación “aportó ideas y recursos” al michoacano para sortear –“haiga sido como haiga sido”– el resultado en el tribunal electoral, dejando para mejor ocasión la recomposición de la credibilidad en el proceso y en el michoacano.
Otro dato especialmente atractivo en el currículum del nuevo inquilino de Bucareli es que en el gobierno zedillista Gómez Mont fue destacado asesor y trabajó con otro ilustre personaje de las privatizaciones, las trasnacionales y los grandes negocios a costillas del erario, es decir, Luis Téllez, hoy secretario de Comunicaciones y Transportes, a la par que vocero del “accidente”, sin olvidar la cercanía operativa en la Procuraduría General de la República en tiempos de Antonio Lozano Gracia y, por añadidura, de La Ardilla.
Lo mejor del caso es que el heraldo de Diego Fernández de Cevallos llega de buen humor (cómo no) a sentarse en Bucareli, y comenzó su actuación con un buen chiste: “soy un hombre sin grupo político”. La Ardilla, pues, ataca de nuevo, obvio es que “sin mezquindades” (Calderón dixit).
Las rebanadas del pastel
Parece que para hacer frente al “catarrito”, a alguien se le ocurrió la brillante de idea de recortar el presupuesto formulado para el recientemente anunciado Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo (PICE), y tal “ajuste” no fue pecata minuta: de 53 mil millones de pesos lo bajaron, o pretenden hacerlo, a 25 mil millones. ¿Y la refinería?.. Lo mejor del caso es que el inquilino de Los Pinos propondrá al G-20 esquemas similares al PICE para hacer frente a la crisis económica… El próximo sábado vencerá el plazo legal para la aprobación del Presupuesto de Egresos para 2009. Lo aplazaron por el avionazo. Ayer, los diputados lo pospusieron de nuevo, pero eso sí: “vamos por buen camino”, según versión de los priístas… Al Secretario de Hacienda ya le gustó eso de los chistes. Ayer dijo que “la economía está estable”, y lo cuenta justo cuando el pronóstico inicial de “crecimiento” económico se redujo de 3.7 por ciento original a 1.8 por ciento en 2008 y a 0.9 por ciento en 2009, con una generación de empleo formal que, en el mejor de los escenarios, sólo podrá atender la demanda de dos de cada 10 mexicanos. Simpático, ¿no?
México SA
Carlos Fernández-Vega cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
■ Ni las tragedias motivan a corregir excesos
■ El representante personal de La Ardilla
Pues nada, que ni las tragedias ni los “héroes” lo motivan a enderezar el barco, a sacar la escoba y a corregir sus excesos. Por el contrario, del íntimo Cid de los contratos petroleros pasó –luto riguroso de por medio– a palomear al representante personal de La Ardilla, otrora enemiga acérrima del cada día más solitario inquilino de Los Pinos, y hoy felizmente instalado en el gobierno de la “continuidad” al frente de la política interior. ¡Felicidades!, porque si las cosas siguen por ese rumbo nada extraordinario sería que la Coordinación de Asesores del flamante Secretario de Gobernación recayera en La Paca.
Funcionario litigante, abogado de los mil pleitos ganados con el sudor de su fuero y defensor de la elite entre la elite, Diego Fernández de Cevallos, La Ardilla, impuso heraldo en Bucareli ante la imposibilidad (sería “políticamente incorrecto”) de que él mismo se aposentara en la silla principal del Palacio de Covián. Así, por el bien de la nación, Fernando Gómez Mont y Urueta, en nombre del queretano, sustituye al “insustituible” (Calderón dixit) “bienaventurado” Juan Camilo Mouriño.
Y si Iván se sirvió con la cuchara grande, esperen los resultados de la camada que llega. Así es. La gobernación del país en manos de políticos litigantes, de abogados de grandes empresas y mayores intereses, asociados a los grandes “fracasos” de la impartición de la justicia y los barones del dinero que permanentemente la zancadillean.
Las cartas de presentación del nuevo heraldo en Bucareli hablan por sí solas: Fernando Gómez Mont fue abogado defensor de cuando menos los siguientes personajes de la siempre nítida e incorruptible clase política y empresarial del país: Carlos Cabal Peniche, El Rey del Amparo, presidente de Banco Unión y del Grupo Financiero del mismo nombre, el “empresario modelo” de Carlos Salinas de Gortari, quien en México nunca pisó la cárcel no obstante el cúmulo de denuncias en su contra, en especial la relativa a defraudación fiscal por algo así como 4 mil millones de pesos; Jorge Lankenau Rocha, presidente de Abaco Grupo Financiero (Banca Confía, en la que también participaron, entre otros, Fernando Canales Clariond, Eduardo Leaño, Alejandro Junco de la Vega y José Maiz García, suegro de Natividad González Parás, gobernador de Nuevo León), preso ocho años por los delitos de fraude, defraudación fiscal y violación a la Ley de Instituciones de Crédito; Óscar Espinosa Villarreal, ex regente del Departamento del Distrito Federal, acusado de peculado y desvío de 420 millones de pesos del erario capitalino.
Además, Rogelio Montemayor Seguy, presunto operador del Pemexgate, quien habría favorecido financieramente la campaña electoral de Francisco Labastida Ochoa por la Presidencia de la República; Gerardo de Prevoisin Legorreta, ex “hombre fuerte” de Aeroméxico (“lo fui por instrucciones de Carlos Salinas de Gortari”, según su propia declaración), que en su momento aceptó haber destinado –de manera ilegal y no precisamente de su bolsillo, sino de la aerolínea– millonarias sumas de dinero a la campaña electoral de Ernesto Zedillo por la Presidencia de la República (por aquellos tiempos, entre los accionistas de Aeroméxico aparecían Pedro Cerisola, entonces oficialmente empleado de Carlos Slim; Carlos Abedrop Dávila, ex presidente de los banqueros; Enrique Robinson Bours, Bachoco, y los hermanos coraje Gastón, Enrique y Pablo Azcárraga Andrade, hoy en Mexicana de Aviación, reprivatizada por Vicente Fox tras una década de “rescate”.
Algo más en la agenda laboral de Gómez Mont y asociados: la defensa de Carlos Salinas de Gortari y su hermano “incómodo”. A lo anterior se suma el caso del ex delegado panista en Álvaro Obregón, Luis Eduardo Zuno Chavira, hoy preso por tráfico de armas, y el del presunto defraudador del Instituto Mexicano del Seguro Social, Tomás Peñaloza Webb.
Sin duda habrá más personajes que se quedan en el tintero, pero una estrellita de Gómez Mont que no puede ser desestimada en el presuroso cuan deslucido anuncio de ayer en Los Pinos: cercano a Calderón en la crisis poselectoral de 2006, el ahora Secretario de Gobernación “aportó ideas y recursos” al michoacano para sortear –“haiga sido como haiga sido”– el resultado en el tribunal electoral, dejando para mejor ocasión la recomposición de la credibilidad en el proceso y en el michoacano.
Otro dato especialmente atractivo en el currículum del nuevo inquilino de Bucareli es que en el gobierno zedillista Gómez Mont fue destacado asesor y trabajó con otro ilustre personaje de las privatizaciones, las trasnacionales y los grandes negocios a costillas del erario, es decir, Luis Téllez, hoy secretario de Comunicaciones y Transportes, a la par que vocero del “accidente”, sin olvidar la cercanía operativa en la Procuraduría General de la República en tiempos de Antonio Lozano Gracia y, por añadidura, de La Ardilla.
Lo mejor del caso es que el heraldo de Diego Fernández de Cevallos llega de buen humor (cómo no) a sentarse en Bucareli, y comenzó su actuación con un buen chiste: “soy un hombre sin grupo político”. La Ardilla, pues, ataca de nuevo, obvio es que “sin mezquindades” (Calderón dixit).
Las rebanadas del pastel
Parece que para hacer frente al “catarrito”, a alguien se le ocurrió la brillante de idea de recortar el presupuesto formulado para el recientemente anunciado Programa para Impulsar el Crecimiento y el Empleo (PICE), y tal “ajuste” no fue pecata minuta: de 53 mil millones de pesos lo bajaron, o pretenden hacerlo, a 25 mil millones. ¿Y la refinería?.. Lo mejor del caso es que el inquilino de Los Pinos propondrá al G-20 esquemas similares al PICE para hacer frente a la crisis económica… El próximo sábado vencerá el plazo legal para la aprobación del Presupuesto de Egresos para 2009. Lo aplazaron por el avionazo. Ayer, los diputados lo pospusieron de nuevo, pero eso sí: “vamos por buen camino”, según versión de los priístas… Al Secretario de Hacienda ya le gustó eso de los chistes. Ayer dijo que “la economía está estable”, y lo cuenta justo cuando el pronóstico inicial de “crecimiento” económico se redujo de 3.7 por ciento original a 1.8 por ciento en 2008 y a 0.9 por ciento en 2009, con una generación de empleo formal que, en el mejor de los escenarios, sólo podrá atender la demanda de dos de cada 10 mexicanos. Simpático, ¿no?
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