martes, noviembre 30, 2010

México Ahora."Que se vayan todos"

La Jornada

Tono de despedida

Pedro Miguel


En su homilía por el año X del panismo, Felipe Calderón fue contundente y claro: a Acción Nacional en el poder se le debe todo lo bueno del país; el resto de las facciones políticas son responsables por los males de México. Las treinta y tantas mil muertes que van –según cifras oficiales– en su administración constituyen un medio humanista para alcanzar el bien supremo y, sí, desde ese punto de vista, pues resulta pertinente aplaudirlas y pedir más. Los saldos de miseria, desempleo, desigualdad, corrupción y dependencia generados por el calderonato son consecuencias ínfimas y pasajeras del colapso mundial sin precedente” (de veras, eso dijo) y en nada empañan los resultados de este gobierno glorioso en materia de creación de puestas de trabajo, combate a la marginación y a la pobreza, salubridad, educación, etcétera. Fox y Calderón, en la exégesis del segundo, son un par de humanistas (¿alguien dijo que el humanismo debía ser mínimamente letrado?) y lo que queda fuera de sus respectivas gestiones es desorden y autoritarismo.

Uno comprende que los políticos no anden muy sobrados de espíritu autocrítico, pero las distorsiones de la realidad formuladas por Calderón van un poco demasiado lejos, pues no agravian únicamente a la verdad, sino también son sumamente lesivas para lo que queda de vida política en el país, así se trate de la vida política acanallada, corroída por intereses ilegítimos y disminuida por cacicazgos y cotos de poder antidemocráticos que en estos diez años, lejos de haberse diluido, se han consolidado. O será que Gordillo Morales y Romero Deschamps son apellidos imaginarios, emanados de una pesadilla paranoica. Ah, y eso sin mencionar que si las expresiones de humanismo en el México actual son el foxismo y el calderonato, entonces el país está irremediablemente condenado a algo peor que la barbarie.

Así sea por su mendacidad desmesurada, el canto de Calerón al panismo gobernante tiene un tono de réquiem, de poder que se vuelve insostenible así sea por la extremada incoherencia de su propio discurso. El problema es que algo ha de venir después y que, con una alocución tan maniquea y falaz, Calderón hace más problemático, áspero y amargo el final de su gestión.

Y es que a estas alturas el país ya no está para otorgar legitimidades tardías y ni siquiera para denegarlas: el debate nacional ha de ser, más bien, cómo salir del estado de postración, descomposición y desintegración en el que lo están dejando Fox y Calderón: entre bodas telenoveleras, charcos de sangre y millones de exasperados. Por inclusión, ese mismo debate tendría que desarrollarse hasta en las filas del panismo, en las cúpulas del empresariado legal y en una clase política que está muy próxima a escuchar, de boca de la sociedad, la misma consigna que cimbró a Argentina hace unos años: “que se vayan todos”.

Cuando al calderonato aún le falta, nominalmente, un tercio de periodo que se antoja eterno, el balance del domingo tiene más tono de réquiem que de testamento, porque al grupo gobernante ya se le hizo demasiado tarde para rectificar y, en la medida en que sus estrategias políticas, económicas, sociales y de seguridad han conducido a otros tantos fracasos, ya no tiene capacidad para proponer –y menos, para ejecutar– soluciones: cada acto gubernamental constituye, más bien, la génesis de un problema adicional para un país ya agobiado por ellos.

Se puede mentir en muchos ámbitos y de muchas maneras, y hasta es posible lograr que algunos o muchos se traguen la mentira. Pero faltar a la verdad en un testamento político o en una despedida del poder –y lo que dijo Calderón el domingo tiene mucho de eso, a menos que de veras pretenda aferrarse, más allá del 2010, a la silla presidencial, en una forma tan ilegítima y torcida como llegó a ella– implica despejar toda duda razonable sobre las intenciones con las que se ha ejercido el poder. En el caso del primer presidente panista y de su sucesor impuesto, lo han hecho de mala fe.
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lunes, noviembre 29, 2010

LAGRIMAS Y RISAS


México SA
">Jelipe y sus borregos
">Qué envidia de país
">Tragedia, que repita
Carlos Fernández-Vega


Estaba el inquilino de Los Pinos loco de contento, rodeado de sus 10 mil burócratas en el Auditorio Nacional y duro que te dale con sus grandes logros”, en particular, y los derivados de una década panista en el gobierno federal, en general, cuando alguien le dijo al oído: “ya párale, Jelipe, no seas güey, que las ácidas críticas que haces al ‘régimen del pasado’ en realidad parece un ejercicio autocrítico de tu arrasador paso y el de Vicente por la residencia oficial… ¿Cómo está eso de que ‘el México viejo nunca debe volver’, cuando en realidad nunca se ha ido?; por el contrario, tú y el Chente no han hecho otra cosa que reivindicarlo, sobre todo en aquello que dices de ineficiencia, complicidad, corrupción, impunidad y opacidad. ¡Sensatez, Jelipe, sensatez!”

Pero como el cuentacuentos de Los Pinos de eso no sabe ni le importa, aceleró y se siguió de boca, al más puro estilo foxista, hable que te hable de lo bien que ha hecho las cosas, de su exitoso gobierno y de los incalculables beneficios para los mexicanos, mientras la somnolienta borregada que le reunieron en el Auditorio Nacional (a costillas del erario, desde luego) intentaba desquitar la torta y el chesco garantizados como parte del acarreo, viva muestra del “México viejo que nunca debe volver”.

Felipe Calderón encabezó ayer uno de esos pomposos actos a modo que le fascinan (nadie lo cuestiona, nadie lo interpela, nadie pone en duda sus dichos y sus cifras) denominado “Encuentro ciudadano con motivo del cuarto año de gobierno” (lo “ciudadano” en realidad, no fue otra cosa que el acarreo de 10 mil burócratas cómodamente instalados en el Auditorio Nacional), donde, de acuerdo con el boletín de Los Pinos, “realizó una crónica del recuento de 10 grandes cambios de los gobiernos democráticos, de 2000 a 2010, que hoy permite a los mexicanos vivir mejor. Ellos son: la salud, educación, Desarrollo Social, Reducción de la Pobreza, Igualdad de Oportunidades, Infraestructura, Economía, Medio Ambiente, Seguridad Pública y Democracia” (así, con mayúsculas).

Producto de su idílico cuan inagotable inventario de “éxitos”, “logros” y “visión de futuro”, el inquilino de Los Pinos aseguró que (se respeta sintaxis): “de 2000 a 2010 será recordado en la historia por ser la década de la salud y de los gobiernos humanistas que crearon el Seguro Popular”. Craso error: los gobiernos panistas instalados en Los Pinos durante ese periodo en realidad serán recordados históricamente por ser los causantes de una segunda década perdida para los mexicanos (galardón que compartirán con las administraciones tecnocrático-priístas de los años 80, es decir, del “México viejo que nunca debe volver”). En los hechos, serán recordados por registrar el peor comportamiento económico en los últimos 30 años, el incremento de la pobreza, el mayor desempleo, la mayor expulsión de mano de obra, el decreciente bienestar social, el mayor número de muertos asociados a la psicótica actitud calderonista de “combatir” la inseguridad pública con mayor inseguridad pública, entre tantas otras cosas.

De nada sirvieron las advertencias sobre lo ridículo de su discurso y de que era notorio que a cada frase que pronunciaba le crecía la nariz. Calderón siguió y siguió, aunque también se dio tiempo para amenazar: “vamos por más, vamos por más porque nuestra obra no ha concluido… vamos por más, mexicanos, porque México no se merece quedar varado a la mitad del camino del cambio democrático que hemos emprendido y mucho menos la tragedia de regresar a lo antiguo, lo autoritario a lo irresponsable. Y no se lo merece, porque eso significa pobreza, corrupción, y negación o simulación de la libertad y del derecho”. Afuera del Auditorio Nacional, de pie, Gepetto, 6 millones de nuevos pobres, cerca de 3 millones de desempleados, 3.4 millones de hogares hambrientos en el país y demás beneficiarios de la década panista aplaudieron a rabiar.

He allí el fatuo resumen de cuatro años del cuentacuentos Calderón y diez de panismo, en su “democracia de, para y por los empresarios” (Fox dixit), instalados en Wonderland, mientras el México real se desmorona. Por ello, tragedia, lo que se llama tragedia nacional, sería que el PAN y personajes como Fox y Calderón repitieran en Los Pinos.

Pero no se alegren que aún falta: el inquilino de Los Pinos amenaza con repetir el numerito el primer día de diciembre (fecha en que se cumple su exitoso cuarto aniversario de estancia en la residencia oficial), para satisfacer a los masoquistas.

Las rebanadas del pastel
Desde Monterrey, José Luis Apodaca, especialista en cuestiones energéticas, envía el siguiente apunte: los voceros oficiales y oficiosos del régimen aseguran que “para destruir a Pemex la ruta más sencilla es obligarlo a tener tres refinerías como la planeada en Hidalgo, prohibir a privados transportar y distribuir gas natural y LP, darle el monopolio de los lubricantes y obligarlo a desarrollar plataformas marinas con un mínimo de contenido nacional de 75 por ciento”. Pues bien, “en la última década el gobierno federal ha aplicado una ruta más efectiva para avanzar en el antinacional objetivo de destruir a esta paraestatal: le sustrajo 5 billones de pesos de los ocho que obtuvo de ingresos por ventas, y le dejó recursos solamente para mal operar la empresa; contrató deuda a 20 años por 1.3 billones para atender las inversiones requeridas para incrementar la extracción de crudo, mediante el muy caro esquema Pidiregas que aplica una tasa anual de descuento superior a 10 por ciento en dólares; importó petrolíferos por 22 mil millones de dólares, monto suficiente para cubrir la inversión en dos refinerías de alta tecnología, con capacidad para procesar cada una 300 mil barriles diarios de crudo; con ello se hubiese activado la economía interna, el empleo y la captación de impuestos; designó como directores de la paraestatal a quienes creen que su principal objetivo es privatizar la industria petrolera, y desconocen cómo administrar eficazmente esta macroempresa. Esta falta de dirección ha propiciado un mayor paternalismo sindical que impide el aprovechamiento de 140 mil trabajadores. Y para demostrar que la privatización no necesariamente lleva a mejores resultados, en lo que respecta a la distribución y venta de gas natural en las grandes ciudades mencionaremos el caso de Monterrey, en que la trasnacional que ganó el concurso se comprometió en 1998 a mantener una tarifa de distribución de 40 pesos por gigacaloría y actualmente el precio autorizado es de 331 pesos, equivalente en términos reales a 4.5 veces el máximo original”.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mxhttp://twitter.com/cafevega

"El secuestro del IFE".

El secuestro del IFE
John M. Ackerman
Resulta paradójico, pero hasta ahora el atraso en el nombramiento de los nuevos consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) es una victoria contundente para la democracia. Los diputados Alejandro Encinas, Javier Corral y Josefina Vázquez Mota han mostrado gran entereza al resistir los embates y regalos envenenados del PRI. Resulta mejor contar con un Consejo General de seis integrantes, tres de los cuales tienen independencia del PRI, que un consejo de nueve miembros dominado por un bloque de cuatro priístas al cual en cualquier momento se le podría sumar el consejero presidente para constituir una mayoría aplastante.

Se equivoca José Woldenberg cuando minimiza esta cuestión al afirmar que ningún partido va a ganar o a perder una elección federal por los consejeros electorales que se sienten en la mesa del consejo del IFE. La victoria de Vicente Fox en 2000 fue posible precisamente porque el PRI no controló el nombramiento de todos los consejeros en 1996. Si no hubiera sido por la inclusión de un bloque mayoritario de cinco consejeros totalmente independientes del PRI, muy probablemente no hubiéramos sido testigos de la alternancia en el año 2000. Hasta la fecha, los priístas todavía acusan de traición al partido a Emilio Chauyffet, quien como secretario de Gobernación en 1996 tuvo a su cargo la negociación.

El resultado de las elecciones de 2006 también dependió de los perfiles de los integrantes del Consejo General. Si Elba Esther Gordillo y el PAN no hubieran controlado la mayoría de los asientos en la herradura de Viaducto Tlalpan, hubiera sido simplemente imposible meterle el pie a López Obrador en la campaña electoral de forma tan cínica e ilegal. También se hubiera complicado sobremanera la imposición del controvertido resultado electoral, que hasta la fecha no ha sido aclarado o transparentado. De acuerdo con El Universal, aún hoy 38 por ciento de la población no confía en los resultados de 2006 y 44 por ciento tampoco en que se respetará la voluntad popular en los comicios de 2012.

Más recientemente, dos consejeros cercanos al PRI, Marco Antonio Baños y Virgilio Andrade, han demostrado el peso de la lealtad política en el seno del IFE. El pasado 14 de octubre ambos consejeros dictaron de manera ilegal y unilateral medidas cautelares en contra de un anuncio del PT que supuestamente denigraba al viejo partido de Estado, porque se señalaba a Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas como integrantes de la mafia que domina el país. La decisión no tiene sustento jurídico, ya que el anuncio no mencionó al PRI en ningún momento y ni Peña Nieto ni Salinas se habían quejado ante el IFE.

El Revolucionario Institucional tiene perfectamente clara la importancia estratégica de asegurar una correlación de fuerzas a su favor en el seno del Consejo General. Hoy, los diputados de este partido, de nuevo bajo la influencia del mismo Chauyffet, no están dispuestos a dejar que se cometa otra traición. De allí viene la terca insistencia en asegurar dos de los tres lugares que se renuevan.

Ahora bien, en esta ocasión los dos sitios por asignar no están siendo pensados para los alfiles o incondicionales de los coordinadores parlamentarios del tricolor, como ocurrió en las renovaciones de 2008, sino para el pago directo por los favores recibidos a los actores y poderes fácticos: uno va a Televisa, para que preste oídos sordos a los coqueteos de Molinar y Calderón, y el otro para la presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), María de Carmen Alanís, quien recientemente aseguró que las cerradas victorias del PRI en Durango y
Veracruz pudieron ratificarse sin problema en tribunales.

Con respecto a los candidatos que vienen del TEPJF se presenta una irregularidad mayúscula. Los principios más elementales de la ética exigirían a Jacinto Silva, Adriana Favela, Enrique Ochoa, Cecilia Tapia y Roberto Duque que se separen de inmediato de sus cargos si todavía desean participar en el proceso totalmente amañado e ilegítimo con el que se piensa renovar el IFE. Participar en la grilla de San Lázaro simplemente no es compatible con la imparcialidad que debe caracterizar la labor profesional en el TEPJF.

La obsesión del PRI por colocar incondicionales ha llegado al extremo de que ni siquiera está dispuesto a aceptar la razonable propuesta del PRD de realizar una selección aleatoria entre los 17 finalistas, algo que, por cierto, un servidor propuso desde septiembre en su columna en Proceso (http://bit.ly/aK7T5w).

La propuesta, en términos propiamente estadísticos, beneficiaría al tricolor, ya que junto con el PVEM logró colar nueve de los 17 nombres. Pero lo que interesa al PRI no son tanto los nombres de los que entren, sino la manera de ingreso, para después poder cobrar las facturas correspondientes.

Las perspectivas no son nada halagüeñas. Será ingenuo imaginar que los priístas de repente se den cuenta del grave daño que están provocando a la democracia. También se ve difícil que el PRD y el PAN abdiquen y cedan la plaza. Se podría modificar el procedimiento de nombramiento, pero esto también requeriría de la anuencia del viejo partido del Estado. Parece que una vez más tendría que ser la sociedad la que desatore los conflictos de los políticos. La única esperanza sería un levantamiento cívico que haga ver al PRI lo costoso que podría resultar este nuevo secuestro institucional.
A don José Álvarez Icaza, inspiración e inteligencia inagotables,in memoriam
http://www.johnackerman.blogspot.com /Twitter: http://www.twitter.com/@JohnMAckerman